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El ministro prescinde de la diputada Ana Botella y de Félix Azón, cuestionados por policías y guardias civiles
Publicado el 14/01/2020Actualizado el 15/01/20 - 00: 43
Antonio Salvador Redactor antonio.salvador@elindependiente.com @ajsalvador70
Fernando Grande-Marlaska y su hasta ahora 'número dos', Ana Botella.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, renovará de forma sustancial su equipo y prescindirá de dos de los altos cargos que le acompañaban hasta ahora: la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, y el director general de la Guardia Civil, Félix Azón.
Según ha avanzado la Ser, el nuevo número dos será el juez cordobés Rafael Pérez Ruiz, letrado del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y quien en el último año y medio ha venido ejerciendo como jefe de gabinete de Grande-Marlaska. No ha trascendido a quién colocará al frente del Instituto Armado, que por primera vez podría estar dirigido por una mujer.
La Secretaría de Estado de Seguridad es la clave de bóveda en la organización del Ministerio del Interior. De él dependen la Policía Nacional y la Guardia Civil y es el encargado de la gestión de los fondos reservados, entre otras responsabilidades.
Tareas para Marlaska: concertinas, Navarra, equiparación salarial, reformar comisarías…
Con quien sí seguirá contando el ministro Grande-Marlaska es con Francisco Pardo Piqueras, director general de la Policía y antiguo secretario de Estado de Defensa en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Ningún sindicato policial pedía su relevo, a diferencia de la contestación que suscitaba el jefe de la Guardia Civil.
Diputada socialista por Valencia, Ana Botella dejó entrever este lunes al término del acto de toma de posesión de Grande-Marlaska que no continuaría en su puesto, según varias fuentes consultadas por este diario. La secretaria de Estado se mostró confiada en no acabar en «Parques y Jardines», según bromeó. Delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana entre 2010 y 2011, tiene acta en el Congreso de los Diputados desde enero de 2016.
La salida de Félix Azón no representa ninguna sorpresa, a la vista del malestar y la contestación que su gestión ha causado entre las asociaciones profesionales del Cuerpo. La mayoría de estas organizaciones venía pidiendo su dimisión en los últimos meses, a pesar del escaso tiempo que lleva en el cargo. Compañero de la ministra Margarita Robles en su etapa de vocal en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la designación de Azón fue a propuesta de la ministra de Defensa.
El ministro Marlaska seguirá contando al frente de la Policía Nacional con Pardo Piqueras, no cuestionado por los sindicatos
Los errores en la gestión del acuerdo de la equiparación salarial han supuesto un enorme desgaste para Ana Botella, muy cuestionada por los representantes tanto de los policías como de los guardias civiles. Éstos le reprochan las presiones ejercidas a los técnicos de la consultora Ernst&Young para que el análisis de las cantidades necesarias para alcanzar la igualdad retributiva con las policías autonómicas se ciñera a los 807 millones de euros comprometidos por el Gobierno de Mariano Rajoy para el periodo 2018-2020.
También ha llamado el escaso protagonismo público que Botella ha tenido durante el dispositivo extraordinario desplegado por el Ministerio del Interior en Cataluña para hacer frente a los disturbios registrados tras dictarse la sentencia del procés, a diferencia del peso que tuvo su antecesor -José Antonio Nieto (PP)- en octubre de 2017.
¿Y ‘Lenin’?
La salida de Botella deja en el aire ahora la continuidad del comisario José Antonio Rodríguez, conocido en círculos policiales como Lenin, como director del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad.
A este departamento de Interior también se ha reprochado su falta de previsión al quedar desierto el contrato para la adjudicación del servicio de seguridad privada en los centros penitenciarios de las comunidades de Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura, lo que ha obligado a destinar a estas funciones a guardias civiles y policías nacionales mientras sale un nuevo procedimiento de licitación. El contrato debía entrar en vigor este 1 de enero.
En el caso de Azón, han sido constantes los encontronazos que ha tenido con los representantes de las asociaciones profesionales de la Guardia Civil. El desencuentro definitivo tuvo lugar a raíz de que, el pasado 13 de noviembre, presentara el borrador para regular la jornada y horario de servicio, los incentivos al rendimiento y las vacaciones, permisos y licencias del personal. El malestar le obligó a dar marcha atrás y retirar el documento.
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