Con "matrícula" bien visible o sin ella, los detractores de la policía siempre estarán al acecho para desprestigiarla, denostarla y para apedrearla. Se ha llegado a unos términos en donde la propaganda manipuladora y sensacionalista ha conseguido en cierto modo que nuestros cargos públicos y políticos se encuentren en un estado de acomplejamiento, y ello da lugar a que se vean en la increíble necesidad de intentar convencer a toda la sociedad que en España no existe una policía represora, tal y como así lo quieren vender aquellos sectores dañinos y radicales.
En fin, se trata del efecto "maricomplejín".