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http://www.diariovasco.com/20071231/politica/punto-mira-20071231.html


En el punto de mira
31.12.07 -

Imanol Rodríguez y José Ramón Bravo han figurado en varios listados de ETA. «Para ETA y su entorno, eres ertzaina siempre. Eso exige medidas de autoprotección continuas y genera un estrés que debes procurar que no afecte a tu trabajo ni a tu vida personal. El cazador tiene ventaja y no hay que darle facilidades», expone Rodríguez, quien afirma que tiene «precaución, pero no miedo, porque no se lo merecen». Bravo tampoco se amilana porque se siente «de vuelta de todo». No en vano, recibió un paquete bomba en la segunda sede de Erne en San Sebastián. «Tienes que vivir con la amenaza».

El 7 de marzo de 1985, ETA asesinó mediante una bomba en su automóvil al máximo responsable de la Ertzaintza, el teniente coronel Carlos Díaz Arcocha. Se tomó como un atentado contra el ejército, pero Bravo lo considera «una declaración de guerra». «ETA siempre ha sido un adversario. Como policías, nuestra obligación es impedir cualquier actividad delictiva, y hablamos de ataques directos contra la vida de las personas. El enfrentamiento era inevitable. Y a esto se suma el instinto de supervivencia».

La primera «colisión inevitable» costó la vida de Genaro García de Andoain, el 2 de noviembre de 1986, en un enfrentamiento con el comando de ETA que tenía secuestrado al industrial alavés Lucio Aguinagalde. El 16 de octubre de 1988, el agente José Juan Pacheco tropezó con una bomba en el túnel ferroviario de Brinkola, en Legazpi, cuando inspeccionaba la vía tras un aviso. Su muerte se atribuyó a «un atentado contra Renfe», incluso se calificó de «accidente laboral». Bravo disiente: «Fue una bomba trampa en toda regla. El túnel era oscuro y habían dispuesto un sedal para que quien entrara la activara». El debate al respecto provocó un cisma interno en Erne, del que salió triunfante la plataforma «eminentemente sindical» que culpó a ETA.

El 24 de mayo de 1989, el artificiero Luis Hortelano y dos policías nacionales fallecieron en Bilbao mientras desactivaban un artefacto. El 29 de agosto de 1991, también en la capital vizcaína, se desató un tiroteo con miembros del comando Bizkaia. Murieron el ertzaina Alfonso Mentxaka, dos días después, y el etarra Juan María Ormazabal.

El 26 de noviembre de 1993, falleció el sargento mayor Joseba Goikoetxea, herido grave cuatro días antes por los disparos de un etarra cuando se encontraba en el interior de su vehículo, en compañía de su hijo de 17 años. Había participado en la liberación de Lucio Aguinagalde, como Genaro García de Andoain. ¿Una venganza de ETA?

El asesinato de José Ramón Doral, el 4 de marzo de 1996, despejó toda duda entre los ertzainas: confirmó que están en el punto de mira de la organización terrorista. Jon García Trula lo recuerda como «el primer atentado directo». De ahí la reacción consiguiente, con la manifestación más multitudinaria de la historia de la Ertzaintza. Luego, se produjeron varios asesinatos más. Cuando el 25 de junio de 2002, con ocasión del XX aniversario del cuerpo, se rindió homenaje a los quince ertzainas asesinados hasta la fecha, se tuvo en cuenta a todos ellos.

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Trasllats escribió:

rodamon escribió:

APRENDIZTODALAVIDA escribió:impresionante articulo

+1, gracias por ponerlo 4garren

+2 genial articulo.