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Es la actividad fundamental en la sala, aunque no la única. Como se mencionó en el apartado del llamante, uno de los factores desencadenantes de estrés viene originado por el modo en que se produce una llamada, por la disponibilidad de un recurso específico para dar respuesta a la demanda y por la eficacia de los medios técnicos utilizados (ordenador, radio, telefonía, etc.).
Otro aspecto viene marcado por la relación que hay entre el personal integrante de la sala en un turno concreto. Relación que va en todas direcciones, operador-sanitario, sanitario-operador, operador-operador y sanitario-sanitario. No es infrecuente la pregunta de cualquiera de nosotros, al incorporarnos al turno, sobre quién está de responsable de sala o sobre qué operadores hay de turno.
Si hemos tratado aspectos cualitativos de la recepción y gestión de la demanda, no podemos obviar los aspectos cuantitativos, es decir, el número de llamadas que se pueden producir en un momento dado; dicho de forma genérica, la sobrecarga de trabajo, la cual supone otro factor generador de estrés. Tenemos delimitada la sobrecarga cualitativa, o lo que es igual, las excesivas demandas en relación con las competencias, conocimientos y recursos. Por otro lado hemos delimitado las demandas cuantitativas, es decir, el exceso de trabajo. También habría que mencionar que la asignación de tareas rutinarias, simples y aburridas pueden ser causa de estrés laboral, la paradoja se comprende al analizarla desde el punto de vista del sujeto, que vive esa situación, aburrida o poco útil, como estresante. Ya comentábamos párrafos atrás que una sala de coordinación sin situaciones emergentes sería muy aburrida.
Telemedicina
Comprende este apartado a una actividad un tanto novedosa que se presta en un servicio de las características del nuestro. En este tipo de Centros de coordinación, es frecuente tener que dar a través del teléfono un consejo sanitario (colocar en posición de seguridad, realizar maniobra de desobstrucción de vía aérea, etc.). En otro nivel de telemedicina estaría la recepción de un EKG que nos remiten desde un Centro de Atención primaria. Todo esto supone el uso de una tecnología con un grado de sofisticación más alto. Nosotros trataremos de analizar la relación entre estrés y el uso de la tecnología que requiere la telemedicina.
La incorporación de las nuevas tecnologías al ambiente laboral, en nuestro caso al entorno sanitario de la emergencia, suele ser motivo de transformaciones , necesidad de adaptación por parte de los profesionales y por parte de la propia organización de las tareas. Esto va a ser determinante para aportar nuevos elementos de estrés laboral. De su estudio y detección trataremos de ocuparnos, con la idea de no atacar frontalmente a la tecnología, a no ser que haya un motivo justificado, sino por el contrario, sacar el mayor rendimiento tanto a las máquinas como a nuestro potencial más delicado y sofisticado, el humano.
¿Quién no se ha enredado con el ordenador aunque sólo sea tratando de sacar un pequeño artículo sobre estrés? ¿Quién no ha renegado, a veces en tres o cuatro idiomas distintos, de las nuevas tecnologías? y ha jurado y prometido no caer en la bajeza de sucumbir ante los ordenadores y aparatos similares y sin embargo no puede pasar sin un mando a distancia en su casa para ver la televisión. ¿Es coherente renegar de la tecnología? Realmente estamos, queramos o no, rodeados de tecnología, y en nuestro caso, de tecnología de la información (ordenadores, telecomunicaciones, etc.). Esto supone un entorno estresante en tanto que lo percibamos como tal. Siguiendo con el ejemplo anterior, el mando a distancia seguro que no es estresante, luego habría que preguntarse sobre el origen del estrés en relación con el uso de la tecnología.
Desde nuestro punto de partida, se trata de un problema adaptativo por parte del profesional. Además de nuestra actividad tenemos que dar una respuesta utilizando un instrumento tecnológico y ese instrumento es por sí mismo un factor de estrés potencial. Tenemos por tanto una evaluación primaria sobre la situación que se nos plantea, además de esta evaluación existe, como hemos señalado antes, una evaluación secundaria en función de las habilidades que posee el profesional respecto a dicha situación. En esta evaluación puede influir el hecho de que se perciba como negativa la dependencia de instrumentos que no controlamos y que pueden poner en peligro nuestra actividad. Imaginemos, a título de ejemplo, una situación que en sí misma no es estresante y que llega a frustrarnos y a estresarnos. Tenemos por tanto las mismas variables que señalábamos al principio (adaptación e incertidumbre). Esta adaptación viene dada básicamente por la demanda cognitiva que se le exige de forma suplementaria al profesional.