Vamos a lo del detrimento: es cierto que en los últimos años, la
calidad de los terroristas ha bajado mucho, pero ¡mucho ojo! porque aún dentro de la organización hay viejos (cincuentones) y con gran renombre y carisma dentro de los suyos con ganas de dar mucha caña: están acostumbrados a la clandestinidad y tienen muchos conocimientos operativos porque en la mayoría de los casos han sido adiestrados por miembros de servicios de inteligencia (se ha documentado que los han recibido de Libia, Nicaragua, RDA y Cuba). Puede que no estén en condiciones de formar un comando operativo pero sí tienen gran capacidad para adquisición y análisis de inteligencia, planificación operativa, investigación, diseño y fabricación de explosivos y sistemas de activación, además de poder tomar puestos de responsabilidad dentro del organigrama de la organización y desde allí imponer unas pautas organizativas/operativas que ponga a los integrantes al pistón y desde luego, con un aumento de la capacidad operativa, aumentan la moral de todo del bloque (tanto del brazo armado como del político), calla muchas bocas dentro del entramado y acelera el reclutamiento.