FORO POLICIA

Gc Edicion 175 Aniversario

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Tienen la sensación de estar cercados, de no estar seguros en los lugares que han estado empleando de forma habitual. Por eso siguen buscando sitios en los que ocultarse y desplegar su infraestructura con un mínimo de estabilidad. Los expertos de la Guardia Civil han sacado la conclusión, a la vista del material confiscado en la pequeña población de Cahan, de que ETA había elegido Normandía para asentar una de sus bases más importantes.

Entre los ordenadores, las armas, los 6.000 euros encontrados, el dinero venezolano y las dos tarjetas de identificación falsificadas con las que los terroristas pretendían hacerse pasar por agentes, los investigadores encontraron mapas de Normandía y direcciones de casas y emplazamientos rurales que habían sido aglutinados por Ibon Gogeaskoetxea, el número 1 de ETA. La Guardia Civil baraja la hipótesis de que Gogeaskoetxea estaba intentando realizar un traslado sobre todo de los miembros de la dirección y de la infraestructura sobre la que se afianza el aparato logístico hacia ese territorio.

A lo largo de los años, la banda terrorista se ha visto obligada a ir moviéndose desde el sur de Francia -desde Bayona o San Juan de Luz, donde inicialmente vivían con absoluta relajación- hacia el este. En un principio, acapararon una amplia franja al otro lado de la frontera que tuvieron que ir ampliando hasta trasladar a la dirección en París.

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Dos de los tres detenidos el domingo en Normandía en el golpe policial a la jefatura militar de ETA merodearon recientemente por canteras del centro de Francia, instalaciones en las que se suelen registrar robos de dinamita y explosivos industriales. Ibon Gogeaskoetxea y sus presuntos subordinados Lorenzo Aiestaran y Beñat Aginagalde fueron encausados ayer por la Fiscalía de París, que solicitó su ingreso en prisión preventiva.
El pasado martes 23 de febrero, cinco días antes de la intervención policial en la aldea normanda de Cahan, dos empleados de una empresa de excavaciones acudieron a trabajar en una cantera de la región Centro. Pero un coche Volkswagen Golf pinchado en el camino les dificultó el acceso. Los dos desconocidos que se encontraban cerca del automóvil accidentado les dijeron que estaban esperando al mecánico de un garaje. Ese mismo día, entre las 12.30 y las 13.30 horas, una furgoneta Fiat Scudo fue robada en la calle de La Mairie en el centro urbano de Sougé. Esta pequeña localidad del departamento de Loir y Cher, en cuyo término municipal se encuentra la cantera citada, se sitúa en el centro de un triángulo formado por las ciudades de Bourges, Poitiers y Tours. El propietario, un empresario del sector de la construcción, denunció a la Gendarmería que el utilitario estaba cargado de herramientas y material profesional: taladradoras, una sierra industrial, tubos de aluminio, equipos eléctricos...
Colaboración ciudadana
El episodio fue revelado ayer por el diario La Nouvelle République du Centre-Ouest, uno de los varios periódicos regionales del centro y oeste de Francia que publicaron un llamamiento policial a la colaboración ciudadana. Los mensajes facilitan números de los teléfonos de las comisarías de Orléans y Dijon a disposición de las personas que reconozcan a los detenidos el domingo en los retratos fotográficos que los acompañan. La petición se dirige en especial a las personas que alquilan alojamientos, comerciantes y empleados de gasolineras.
La investigación ha remontado el rastro del trío hasta Chinon, municipio del departamento de Indre y Loira que también pertenece a la región Centro. En ese lugar fue robado a mediados de enero el automóvil que apareció quemado no lejos del albergue rural de Cahan, pista que condujo a la localización de los detenidos. En esa zona también fue sustraído en las mismas fechas el automóvil que tenían aparcado en el exterior del establecimiento de agro-turismo.
Según el periódico Le Berry Républicain, los investigadores no descartan que el trío de Normandía estuviera relacionado con Faustino Marcos Alvarez, detenido el 16 de febrero en la localidad fronteriza de Port Bou (Gerona) a bordo de un tren procedente de Francia. Este presunto etarra tuvo alquilada entre septiembre de 2008 y agosto de 2009 una casa en Nizerolle, pedanía del municipio de Bussy perteneciente al departamento de Cher, también en la región Centro. Según confesó, en la vivienda fabricaba pentrita, explosivo con el que se ceban las bombas lapas. Cinco de ellas fueron halladas en Cahan.
Gogeaskoetxea, Aiestaran y Aginagalde fueron presentados ayer a los jueces antiterroristas de París Laurence Le Vert y Edmond Brunaud para ser imputados por asociación de malhechores a petición de la Fiscalía. En el pliego de cargos se contemplan infracciones a la legislación sobre armas y municiones, robos y receptación en banda organizada así como tenencia y uso de escrituras privadas y documentos administrativos falsificados.

Cartera Guardia Civil

Fabricada en piel de vacuno

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Horas antes de que se pusiera en marcha la operación contra ETA desarrollada hace dos fines de semana de manera conjunta por la Policía francesa y la Guardia Civil en una casa rural de Cahen, en la Normandía gala, los agentes que participaron en la misma hablaban de unas “detenciones sin precedentes”. Allí se esperaba una reunión ‘de altura’.
En el momento en que Ibón Gogeaskoetxea llegó a la vivienda, los agentes españoles y galos organizaron un puesto de seguridad en torno a la misma. Querían controlarle y saber a quién estaba esperando. Para ello, fue de especial utilidad el seguimiento por satélite que realizó el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

Fuentes consultadas por El Confidencial Digital explican que la presencia en solitario del presunto dirigente ‘militar’ de ETA hizo sospechar que se iba a producir una reunión inminente. De acuerdo con los datos que iban llegando a los mandos se llegó a la conclusión de que a ese encuentro acudirían altos dirigentes de la cúpula etarra.

Concretamente, según las fuentes conocedoras de la operación, estaba previsto que en cualquier momento allí se presentase el menor de los hermanos Gogeaskoetxea, Eneko. Los expertos le consideran como uno de los ‘motores’ de la actual banda terrorista. Se le sitúa al frente del aparato logístico, quizás el más estratégico y activo a día de hoy. Y también el que más ‘varapalos’ policiales ha recibido en los últimos meses.

En ámbitos de la lucha antiterrorista circuló el comentario de que la operación iba a ser “histórica”. La comparaban con la de Bidart de 1992, en la que se detuvo a la por entonces cúpula de la organización.

Pero los agentes comprobaron con cierta sorpresa cómo a la cita con Ibón Gogeaskoetxea no acudía su hermano pequeño, sino dos personas que en nada se la parecían. Eran Beñat Aguinagalde y José Lorenzo Ayestarán.

Ante las sospechas de que iban a dividirse y quemar el vehículo que tenían en posesión para eliminar las huellas, los agentes decidieron irrumpir de noche en la casa y capturarles.

Las huellas y/o el ADN de Ibon Gogeascoecechea , «Emille», que fue jefe del «aparato militar» de ETA, detenido el pasado mes de febrero en Francia, estaban en tres lugares relacionados con el asesinato de dos guardias civiles en Capbreton, el 1 de diciembre de 2007, según se ha informado a LA RAZÓN en medios antiterroristas galos. Lo mismo ocurre con Garikoitz Azpiazu, «Txeroki», cuyos rastros han sido localizados también en tres sitios. De hecho, este individuo está imputado en el sumario por la muerte de los agentes.

Las huellas o el ADN de Gogeascoechea aparecieron en el Peugeot 307, robado en julio de 2007 en Cher Chatelet, en el que huyeron los tres miembros de ETA que cometieron el asesinato. Asimismo, estaban en el piso de Toulouse que era una de las bases del «aparato militar» de la banda; y en unos planos y guía Michelín que fueron encontrados en la habitación de un hotel de Mende, en el que durmieron Saioa Sánchez y Asier Bengoa, tras una fuga de cuatro días. Ambos están acusados de los asesinatos.

Los rastros de «Txeroki» fueron encontrados en el citado Peugeot; en el piso de Toulouse y en un Renault Clio, utilizado durante su huida por Sánchez y Bengoa. En este vehículo, fueron encontrados 142 casquillos percutidos, nueve de los cuales correspondían al arma utilizada para asesinar a los guardias civiles, que todavía no ha aparecido.

El lunes se dio a conocer que el ADN de Mikel Carrera, responsable del «aparato militar» detenido el pasado 20 de mayo en Bayona, había aparecido en uno de los vehículos utilizados por los terroristas para huir de Capbreton, lo que le implica directamente en los asesinatos. De hecho, la jueza antiterrorista Laurence le Vert le ha acusado de este crimen.

En teoría, el círculo de la investigación está cerrado (los asesinos eran dos hombres y una mujer) pero los medios consultados subrayan que las evidencias que existen contra «Emille» y «Txeroki» son muy importantes. No se debe descartar nada, ni siquiera su presencia en el lugar de los hechos. En este sentido, la realización de ruedas de reconocimiento ante los dos testigos con que cuenta la Justicia, que ya han identificado a Saioa Sánchez, para que verifiquen la presencia o no de Gogeascoechea y Azpiazu en Capbreton se estima necesaria.

En el Peugeot estaban también las huellas de la cabecilla etarra Iciar Plaza, arrestada en julio del año pasado; y, en el piso de Toulouse, las de Eneko Zarrabeitia, detenido en diciembre de 2008, junto con Aitzol Iriondo; Aitor Elizarán, arrestado en octubre de 2009; y Eider Uruburu, capturada en enero de este año.


«Emille», el clandestino
Presumía de que era muy difícil detectarle: Las investigaciones de la Policía francesa han permitido situar a Ibon Gogeascoechea, «Emille», en tres escenarios diferentes relacionados con el doble asesinato de Capbreton. Las pesquisas continúan y, sin duda, darán resultados.