A pesar de que el pretérito indefinido tuvo puede romper cualquier solapado equívoco, tengo la seguridad de que a algún lector influenciado por ciertas noticias de prensa que afortunadamente no son muy frecuentes, este título podrá sugerirle una malintencionada e irónica sonrisa. Pero no voy a referirme a los camellos que él piensa, sino a los otros, a los de verdad, a los de carne y hueso.
Es que los míos también lo son; podrá ...