HECKLER & KOCH SFP9 - OR |
Corredera Optical Ready |
uspsuministros.com |
Al hilo de lo que decís o sobre lo que se comenta acerca de qué IDEALES O VALORES DE UN BUEN POLICÍA, yo siempre he creído primordial
la del respeto. Cualidad que he apreciado en un policía. Entendiendo este como un valor
base que congrega a todos los demás, muchos de los cuales estáis mentando, que empieza en uno mismo y acaba en los demás. Es decir, que se encuentra a ambos lados del embudo: en la parte estrecha todos, y en la ancha uno. En esa proporción todo va bien, si el embudo gira es que la cosa va mal. Algo que es un poco más que los «buenos modales», una actitud si se quiere, o, si se prefiere, un
modelo de conducta que, como digo, empieza por uno mismo. Me debo respetar a mí mismo, al uniforme que me calzo por lo que representa; ser digno de él: no es una prenda laboral, coño, es un uniforme y es mi carta de presentación ante una sociedad, a menudo es lo único por lo que me van a juzgar. «Más que guardias parecen los de Pancho Villa» que oí decir una vez.
Hacia los horarios, porque debes tener claro que tu llegada al tajo representa la salida de otro compañero, y que el salir antes de la hora es una excepcionalidad y nunca una costumbre.
Hacia el trabajo, compañero
escaqueitor, porque el día que te ausentas no es «que se joda la empresa» sino que es a otro compañero al que jodes que, en el peor de los casos, trabajará el doble, o, en el mejor, lo habrán sacado de casa.
Hacia los jefes, y viceversa por supuesto, porque si hay algo que no soporto es el continuo «rajar» gratuito de alguno, cuando, como pasa siempre, tiene él personalmente más que callar.
De la mano del «respeto» se llega al
compañerismo, que es el súmmum. Una plantilla donde abunde el compañerismo es el edén. Algo que no he conocido nunca, salvo de niño. En fin, la lista es larga, y los que estamos en esto ya sabemos a lo que me refiero por lo de que en
todas partes cuecen habas y si no se le pone coto van a cocer a calderadas. Un tío respetuoso para mí es un compañero con el que siempre querría ir, porque aunque no coincidamos en posturas políticas, aunque seamos de equipos rivales, al menos tendremos base para entendernos.
Si nos respetamos a nosotros mismos, si respetamos a los compañeros, al uniforme, al trabajo y al servicio: nos hacemos dignos, les hacemos dignos y dignificamos la profesión, que ya bastante mierda nos echan.
El ideal, quizá, de un policía es la misma vocación de servicio, un fin en sí mismo. Un servicio digno de un digno y respetuoso policía. Aceptamos y comprendemos, y sólo así quizá nos acepten y comprendan.
El «aumento de sueldo», es una reivindicación, justa sí, como solicitar y exigir el material adecuado, pero no es un valor ni un ideal. Hay ciertos compañeros que si cobrasen en función de lo que trabajan se llevaría una ingrata sorpresa. Me refiero a esos que dan tanto trabajo: a los que lo endosan, a los que trabajan para no trabajar. Y luego hay otros que de tanta vinagre que reparten a discreción todos los días, más que cobrar tendrían que «pagar» por ser aguantados. No obstante ese es otro tema.Y a todos esos los podemos tolerar. Lo que no se puede tolerar es la traición. Nunca debe haber
traidores entre nosotros.
Un saludo