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Sin embargo, le detuvieron siendo inocente.
«Tú no; quiero que me duche papi»
http://www.laverdad.es/murcia/20080125/ ... 80125.html
José Manuel García Bellido, que denunció a su esposa por obligar a su hijo a ducharse vestido, relata a 'La Verdad' «toda una vida» de difícil relación con su mujer.
«Lo de la ducha tiene narices. Para nosotros esta sentencia ha sido un triunfo. Imagínate, me lo encontré esposado y al final ha salido absuelto y tiene la custodia, temporalmente, de los críos». se queja Eusebio Torres Bernal, abogado de José Manuel García Bellido. Su cliente acusó a su mujer, R. M. R. G., de maltratar a su hijo cuando le obligó a ducharse vestido. La Audiencia Provincial estimó que «obligar a un niño de ocho años a ducharse no parece que constituya, como dice el recurrente, una conducta repugnate o vejatoria».
El día 8 de febrero de 2007, a José Manuel -que asegura que tanto él como su hija de 12 años y su hijo de nueve han sido maltratados por su esposa psíquica y físicamente durante años- lo que más le «fastidió fue que el niño vomitara. Tiene intolerancia a muchos alimentos y casi no puede comer de nada. Pero él no tiene problemas de higiene. Su madre, para fastidiar, le dijo 'venga a la ducha', y el crío le contestó 'no, que me duche papi'. Porque siempre lo ducho yo».
R. M. cogió al pequeño «fuertemente» por el brazo y lo metió vestido en la bañera. «Se puso tan nervioso» que expulsó todo lo ingerido. Cuando el padre intervino, ella le llamó «hijo de ...., ****contraviene las normas del foro ****» en presencia de los chavales.
«Esto ha sido así casi toda la vida. Primero empezaron las discusiones, luego se perdió el respeto, después empezó a insultarme y al final llegó a las manos».
El detonante de la situación se produjo el 13 de febrero de 2007. De vuelta a casa, R. M. preguntó a su marido «si había ido al psiquiatra. Tenía cita con la niña, que hace poco tuvo un intento de suicidio. Él le contestó que sí, y que le había dicho que la semana pasada (ella a él) le había dado una paliza. Entonces empezó a gritarle: ¿Eso es mentira, hijo de ....! Se le tiró encima y empezó a pegarle y a darle arañazos. Él, como cada vez que le pega, se puso a llamar a un amigo para que fuese a casa», detalla el letrado Eusebio Torres.
Alrededor de la media noche, R. M. llamó al 112 para denunciar que estaba sufriendo malos tratos de su marido. «Cuando llegaron los policías se encontraron con mi cliente, un amigo, y los dos críos en la calle; y a ella gritandoles por la ventana que subiesen a casa. Le dijeron 'señora, usted no tiene pinta de que le estén maltratando'». José Manuel se fue a casa de su amigo, donde fue arrestado por la Policía después de que su mujer formulara denuncia.
«Ahí fue cuando se cabreó y dijo '¿ah sí?, ahora lo voy a contar todo'». El Juzgado Número 1 de Violencia Sobre la Mujer -de Instrucción Número 4 de Molina de Segura- dio la custodia de los niños a la esposa de José Manuel en primera instancia. Ante esto, el abogado Torres Bernal presentó, por un lado, medidas provisionales previas a la demanda de divorcio reclamando la patria potestad de su cliente «porque quien siempre había defendido a los hijos de los malos tratos de la madre era él».
Tras la declaración de los menores, el fiscal sugirió conceder la custodia al padre, lo que fue concedido por la magistrada. De forma paralela, el abogado preparó un escrito de acusación en el que se manifestaba el incremento, en los últimos cuatro años, del «terror y dominación» que la mujer ejerce sobre su familia. En el pliego se relata, entre otros episodios de maltrato acontecidos desde enero de 2004, el incidente de la ducha.
Éste fue el único encausado durante la vista oral, en el Juzgado de lo Penal Número 5 de Murcia porque con el resto «se conculcaría el principio acusatorio y el derecho de defensa». La sala absolvió a José Manuel. A R. M. fue condenada por un delito de injurias y absuelta de los delitos de maltrato. Interpuesta la apelación, la Audiencia Provincial ratificó la sentencia.
Ésta no ha satisfecho enteramente a José Manuel y su abogado. Aunque «lo que importa es que los niños están muy bien con su padre. A mi cliente es lo único que le importa. Además, no quiere ver a la madre de sus hijos en la cárcel», asegura el letrado.