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Hola, ya que me has llamado:
Vamos a ver si podemos arrojar algo de luz. En España, esta misma España que hoy debate cambiar el modelo policial copiando el de los anglosajones, o cualquier otro, ya tenía, qué cosas, un servicio de mantenimiento del orden desde tiempos de Mari Castaña (Quienes no conocen su historia serán siempre niños). Nos gustan los cambios, innovar de prestado. De forma oficial, como fuerza de seguridad y desplegado a nivel nacional, con cédula real y todo, se creó en 1824, ahí es nada, la Policía General del Reino. Reinaba Fernando VII. Esta policía actuaba en ciudades. Posteriormente, las zonas rurales, se le encomendarían a la guardia civil.
Aparte del servicio uniformado había otro que actuaba de paisano. Complementándose para perseguir malhechores y huidos de la justicia y sí, también y, sobre todo, en la caza de liberales. Es decir, aquí en España, la policía gubernativa eran dos cuerpos: uno de uniforme y otro de paisano. De ahí que en el hampa se les conociera siempre por la «
secreta». Y, para no aburrirte nos saltaremos 100 y pico de años e iremos a los que te interesa: 1970. No obstante, la cosa seguiría así, dos cuerpos, hasta 1986, fecha en que ambos cuerpos se unificaron formando el CNP actual. Y a partir de ahí tenemos lo que tenemos. Pero antes no. Antes no era así. Eran, como digo, dos cuerpos diferentes y diferenciados, aunque se confundan.
En 1941, al poco de terminada la guerra civil, al reorganizarse de nuevo lo que quedaba del país se regula, entre otras cosas, la policía. Así que cogen los elementos depurados del CUERPO DE VIGILANCIA Y DEL CUERPO DE SEGURIDAD (1877-1941),y el primero, con la misión del orden público (y hasta 1959 el Tráfico) pasa a denominarse:
La Policía Armada (llamados los grises) estaba integrada en las Fuerzas Armadas, pero dependía del Ministerio de la Gobernación. Sus jefes y oficiales procedían en su mayoría del Ejército de Tierra y más tarde también por promoción interna. Y el segundo, que actuaba de paisano, Cuerpo General de Policía (La secreta). La naturaleza de los miembros de este cuerpo es civil, o sea, se regían por la ley de funcionarios civiles del estado y no por el código militar, concebido como un cuerpo de Policía Técnica y de Investigación. Disponían de un Gabinete Central de investigación, donde iban a parar las fotos y las huellas de todos los detenidos de España realizadas por los gabinetes provinciales, y de un archivo Central donde se remitían copias de todas las denuncias tramitadas en todas las comisarías de España. No solo eso sino que también hacían labores de escolta de personalidades (los que escoltaban a Carrero Blanco lo eran. Uno de ellos es hoy un celebérrimo Comisario). Y sí, entre las muchas brigadas que en cada jefatura o comisaría provincial lo componían estaban las distintas de la Político-Social, que tan estúpidamente se recuerdan una y otra vez por razones políticas del momento, como si torturar elementos subversivos fuera a lo único a lo que se dedicaran aquellos policías. Las joyas de la corona en ese tiempo eran las respectivas BIC. A
Jarobo Morris, por ejemplo, lo detuvieron miembros de esa brigada, con sede en Madrid. Amén de la mítica
Brigada de Investigación del Banco de España.
¿Era masculino, como todo en la época? No hubo mujeres hasta mediados de los setenta. Si bien, a algunas mujeres del Cuerpo de Administración, las nombraban agentes del orden, las dotaban de revolver y auxiliaban a éstos como la que más.
La forma de identificarse que tenían los agentes fue diversa, en los orígenes era una medalla que llevaban bajo la solapa, pero de nuevo saltaremos y te adelanto que en 1970 ya tenían una placa emblema y su carné correspondiente (en Internet andarán las fotos).Se formaban en la escuela de la calle de Miguel Ángel de Madrid (Actual sede de la DGP). Los alumnos se hospedaban en esos meses en pensiones y casas de huéspedes, pues no era una academia como puedan ser las militares. Asistían a clases durante más o menos un período de tres meses, según el momento. Las oposiciones de ingreso eran jodidas. Se les exigía estar en posesión del bachiller superior (en esa fecha la tasa de analfabetos era alta aún, luego esa titulación puede definirse como alta), no tener antecedentes y no conocérseles desafección al régimen. Muchos de los opositores eran hijos de militares que no habían conseguido entrar en la Academia de Zaragoza o provenientes de alguno de los muchos colegios de huérfanos. No se exigía altura ni haber hecho la mili (se daba mucho el caso de que ya siendo agentes tenían que ir a hacerla) Al terminar, se les entregaba el revólver (dos pulgadas, con cachas de madera, marca Astra) y la placa. Se les nombraba «subinspectores de segunda» y se les tomaba juramento. «Juro por mi concia y honor…» (No eran promesas, sino juramentos). Solía haber un discurso emotivo del Director o de algún profesor, hondo y sentido. Con metáforas, aliteraciones y esas cosas (no se me extrañe la policía ha dado muy buenos literatos y poetas). El número total de agentes en esa época, rondaba los 17.000.
Los miembros del CGP ascendían por méritos, capacidad y antigüedad desde la categoría de subinspector de segunda hasta la categoría de subinspector de primera y, luego, de Inspector de segunda a primera. En la categoría de Inspector Jefe se tocaba techo, éste mandaba en un grupo. O casi porque estaba la categoría intermedia de subcomisario, el cual era nombrado por designación (como Amedo). A comisario se llegaba únicamente opositando de nuevo. Se valoraba mucho estar en posesión de una licenciatura. Lo más normal era que lo fueran en derecho.
Pese a lo que se pueda pensar por ser civiles tenían una jerarquía y una obediencia ciega en sus jefes. La selección natural, salvando casos, hacía que los jefes lo fueran por ser idóneos para ello.
Para que se sepa: Mas adelante, ya con la democracia, en los ochenta, los inspectores por serles de aplicación el régimen de funcionarios civiles, tenían un derecho a la huelga que nunca utilizaron. Y la cosa estuvo mal.
Un saludo.