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El relato del crimen de Aspa
El cazador declara que disparó tres tiros desde “quince metros”, pero la autopsia muestra que cada víctima presenta dos heridas de bala producidas por disparos “muy próximos”
El juez de instrucción de Lleida ha enviado a prisión al cazador acusado de matar a dos agentes rurales el pasado sábado en un coto de Aspa (Lleida), a quienes presuntamente disparó cuatro tiros a corta distancia y recargando el arma, lo que abre la puerta a imputarle dos delitos de asesinato.
El cazador, Ismael Rodríguez, de 28 años y vecino de Vacarisses (Barcelona), ha reiterado en su comparecencia ante el juez que sigue sin explicarse los motivos por los que tiroteó a los agentes . El magistraddo le ha abierto una investigación por “dos delitos de asesinato o, como mínimo, dos de homicidio”.
La reconstrucción de los hechos
En su auto, el magistrado hace una reconstrucción de los hechos basada en las declaraciones del investigado y las diligencias policiales. Ismael, junto a otros cuatros compañeros, se desplazó el sábado desde Terrasa a un coto de caza de Aspa (Lleida). Tenía caducada la licencia de la escopeta -motivo por el que el juez le imputa también un delito de tenencia ilícita de armas-. La Guardia Civil le había notificado que debía depositar la escopeta en sus dependencias, pero en vez de hacerlo, Ismael puso el arma a nombre de un amigo.
Al llegar a Aspa, los cinco hombres, junto a otros dos con quienes Ismael había contactado por internet. De los siete, sólo dos adquirieron pases para el coto, ya que el resto o no tenían licencia de caza o la tenían caducada (caso del investigado). Aun así, sobre las 07:50 horas Ismael entró en el coto con su arma y munición.
"Buenos días, somos del Seprona, descargue el arma
Según ha relatado Ismael Rodríguez ante el juez, una vez dentro del coto el grupo se dispersó y él se quedó solo disparando en una zona de olivos. Unas tres horas después, sobre las 10.50, los dos agentes rurales se acercaron a la posición de Ismael y le dijeron, según su propia declaración: “Buenos días, somos del Seprona, descargue el arma”. En ese momento, Ismael se volvió hacia ellos y les disparó desde una distancia muy próxima, según indican las heridas de ambas víctimas. El acusado, sin embargo, declara que estaba a “diez o quince metros".
En su auto, el magistrado hace una reconstrucción de los hechos basada en las declaraciones del investigado y las diligencias policiales. Ismael, junto a otros cuatros compañeros, se desplazó el sábado desde Terrasa a un coto de caza de Aspa (Lleida). Tenía caducada la licencia de la escopeta -motivo por el que el juez le imputa también un delito de tenencia ilícita de armas-. La Guardia Civil le había notificado que debía depositar la escopeta en sus dependencias, pero en vez de hacerlo, Ismael puso el arma a nombre de un amigo.
Al llegar a Aspa, los cinco hombres, junto a otros dos con quienes Ismael había contactado por internet. De los siete, sólo dos adquirieron pases para el coto, ya que el resto o no tenían licencia de caza o la tenían caducada (caso del investigado). Aun así, sobre las 07:50 horas Ismael entró en el coto con su arma y munición.
Buenos días, somos del Seprona, descargue el arma
Según ha relatado Ismael Rodríguez ante el juez, una vez dentro del coto el grupo se dispersó y él se quedó solo disparando en una zona de olivos. Unas tres horas después, sobre las 10.50, los dos agentes rurales se acercaron a la posición de Ismael y le dijeron, según su propia declaración: “Buenos días, somos del Seprona, descargue el arma”. En ese momento, Ismael se volvió hacia ellos y les disparó desde una distancia muy próxima, según indican las heridas de ambas víctimas. El acusado, sin embargo, declara que estaba a “diez o quince metros”.
Por otra parte, el investigado declara haber efectuado tres disparos, pero el informe forense muestra que cada una de las dos víctimas presenta dos heridas por arma de fuego, todas ellas en zonas vitales: uno de los agentes fue disparado en la cara y en el cuello; el otro, en el tórax y en la region parietal. Dado que el arma sólo puede tener legalmente tres cartuchos, todo indica que el cazador la recargó al menos una vez.
No hubo siquiera una discusión
UNA REACCIÓN “INEXPLICABLE”
El cazador declara que disparó tres tiros desde “quince metros”, pero la autopsia muestra que cada víctima presenta dos heridas de bala producidas por disparos “muy próximos”
El cazador, Ismael Rodríguez, de 28 años y vecino de Vacarisses (Barcelona), ha reiterado en su comparecencia ante el juez que sigue sin explicarse los motivos por los que tiroteó a los agentes . El magistraddo le ha abierto una investigación por “dos delitos de asesinato o, como mínimo, dos de homicidio”.
En su auto, el magistrado hace una reconstrucción de los hechos basada en las declaraciones del investigado y las diligencias policiales. Ismael, junto a otros cuatros compañeros, se desplazó el sábado desde Terrasa a un coto de caza de Aspa (Lleida). Tenía caducada la licencia de la escopeta -motivo por el que el juez le imputa también un delito de tenencia ilícita de armas-. La Guardia Civil le había notificado que debía depositar la escopeta en sus dependencias, pero en vez de hacerlo, Ismael puso el arma a nombre de un amigo.
Al llegar a Aspa, los cinco hombres, junto a otros dos con quienes Ismael había contactado por internet. De los siete, sólo dos adquirieron pases para el coto, ya que el resto o no tenían licencia de caza o la tenían caducada (caso del investigado). Aun así, sobre las 07:50 horas Ismael entró en el coto con su arma y munición.
Buenos días, somos del Seprona, descargue el arma
Según ha relatado Ismael Rodríguez ante el juez, una vez dentro del coto el grupo se dispersó y él se quedó solo disparando en una zona de olivos. Unas tres horas después, sobre las 10.50, los dos agentes rurales se acercaron a la posición de Ismael y le dijeron, según su propia declaración: “Buenos días, somos del Seprona, descargue el arma”. En ese momento, Ismael se volvió hacia ellos y les disparó desde una distancia muy próxima, según indican las heridas de ambas víctimas. El acusado, sin embargo, declara que estaba a “diez o quince metros”.
Por otra parte, el investigado declara haber efectuado tres disparos, pero el informe forense muestra que cada una de las dos víctimas presenta dos heridas por arma de fuego, todas ellas en zonas vitales: uno de los agentes fue disparado en la cara y en el cuello; el otro, en el tórax y en la region parietal. Dado que el arma sólo puede tener legalmente tres cartuchos, todo indica que el cazador la recargó al menos una vez.
No hubo siquiera una discusión
Del relato de los hechos que hace el investigado, según el auto, no se desprende la existencia de ninguna discusión con los agentes, ni requerimiento alguno por parte de éstos (más allá de la indicación que descargase el arma), de modo que la “inexplicable” reacción de Ismael no obedece a ninguna situación previa de tensión o enfrentamiento.
Además, Ismael es un cazador con al menos diez años de experiencia y en el curso de este tiempo ha tenido contacto con agentes rurales, de modo que no podía desconocer que los agentes de este cuerpo no portan armas de fuego de ningún tipo.
Tras disparar, el investigado manifiesta que se dirigió corriendo hacia la zona de los coches, donde encontró a uno de sus compañeros, a quien explicó que habñia matado a los dos agentes. Éste avisó a los demás, y cuando todos se reunieron (pasados unos 30 minutos) se dirigieron en su coche hacia el lugar donde estaba el vehículo de los agentes rurales y desde allí llamó a los servicios de emergencia, el 112. Ninguno de ellos se acercó al lugar donde yacían los agentes.
El acusado, por su experiencia de cazador, “no podía desconocer que los agentes iban desarmados”
Estas circunstancias del doble crimen han llevado a la Fiscalía a acusar al cazador de dos delitos de asesinato, al considerar que actuó con alevosía sin dar a los agentes ninguna posibilidad de defenderse, una calificación que el juez asume aunque sin descartar el homicidio, a la espera del transcurso de la instrucción del caso.
De acuerdo con lo solicitado por la Fiscalía, el juez ha ordenado el ingreso en prisión preventiva del cazador por el riesgo de fuga y de que pueda volver a delinquir, tras llevar a cabo junto a él una reconstrucción de los hechos en el coto privado de caza de Aspa donde ocurrió el doble crimen.
El doble crimen de Aspa ha motivado hoy una reunión de sindicatos y profesionales con la consellera de Agricultura, Meritxell Serret, que ha anunciado que se plantea dotar de chalecos y cámaras a ese tipo de guardas, así como aprobar un reglamento de armas para garantizar su seguridad.
http://www.lavanguardia.com/sucesos/201 ... -aspa.html
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SEBASTIÁN escribió:Como siempre, ha tenido que pasar esta desgracia para que se den cuenta de los riesgos de un Agente de la Autoridad y reaccionen . Santa Barbara y los truenos . Sie mpre pasa igual . Esto se hace antes y no después . Antes alva vidas después depende.Dentro de cinco años se olvidarán del tema y se relajarán las medidas.
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Desprotegidos y abandonados por la administración del Principado de Asturias. Así se sienten los guardas del Medio Natural, tras conocer la decisión de la Consejería de Desarrollo Rural de denegar el asesoramiento jurídico a los integrantes del colectivo que han solicitado disponer de asistencia letrada para verse respaldados cuando comparecen ante un tribunal en calidad de denunciantes, bien por amenazas o por agresiones registradas en el ejercicio de su actividad profesional.Una sensación de impotencia que ha provocado una gran indignación entre los componentes de la Asociación de Guardas del Medio Natural (Agumnpa) ante la negativa que ha recibido este mismo mes un compañero, quien tendrá que costearse de su propio bolsillo la minuta de un abogado si quiere contar con asesoramiento jurídico cuando acuda a declarar próximamente en un juicio contra la persona a la que denunció por amenazas tras sorprenderla in fraganti cuando provocaba un incendio.La asociación asegura que su caso no es aislado, ya que, según explican sus portavoces, «está empezando a ser habitual que la Consejería deniegue de manera sistemática» la autorización para poner a su disposición la Asesoría Jurídica de la administración regional para afrontar un proceso judicial donde los guardas son las víctimas. Una negativa que ha llegado en un momento muy delicado para el colectivo tras la muerte de dos compañeros en Lérida, que ha venido a reforzar el temor al rebrote de nuevos episodios violentos.
Una «falta de respeto» hacia los guardas
«Estos hechos son gravísimos por cuanto muestran que la Consejería de Desarrollo Rural y los Servicio Jurídicos del Principado no sólo no quieren mejorar y garantizar nuestra seguridad, sino que nos deniega la asistencia jurídica ante actuaciones ocurridas como consecuencia de nuestro trabajo de policía, un derecho reconocido en el Estatuto Básico del Empleado Público y que supone una absoluta desconsideración y falta de respeto hacia los propios funcionarios y un cuestionamiento de la función que desarrollan», señalan los representantes de la asociación.La trágica muerte de dos agentes rurales catalanes en el ejercicio de sus funciones a manos de un cazador, que les disparó sin mediar palabra cuando le requirieron la documentación, no puede desvincularse del resto de amenazas y agresiones que constantemente sufren los agentes del Medio Natural y debería hacer reflexionar a los responsables políticos, según inciden desde Agumnpa.
Sin respaldo oficial
Los agentes del Medio Natural tienen bajo su responsabilidad la custodia y vigilancia del patrimonio natural y se encargan de velar por el cumplimiento de la legislación medioambiental. Dentro de sus funciones de policía administrativa, realizan identificaciones, inspecciones, denuncias y decomisos que, en ocasiones, provocan la reacción súbita e inesperada de las personas que realizan actividades ilícitas, siendo cada vez más frecuentes las agresiones y amenazas proferidas contra los guardas.La asociación aprecia la existencia de una relación directa entre el deterioro de la imagen de los agentes y su autoridad «derivada de la falta de respaldo desde la Administración» con la frecuencia y gratuidad de las agresiones, «por cuanto sale gratis, prácticamente, agredir a un agente de autoridad», lamentan.Agumnpa enumera una larga lista de agresiones que se han producido en los últimos años, sin que hasta el momento, según su denuncia, la Consejería de Desarrollo Rural haya realizado un solo gesto de apoyo hacia el colectivo. «Entre otros actos vandálicos nos han quemado un coche en Quirós, un lobo apareció en un vehículo de los agentes de Arriondas y también pincharon ruedas de vehículos en Caso. Además, innumerables amenazas, intentos de agresión, en unos casos, y agresiones consumadas en otros, en el ejercicio de nuestras funciones sin que la Administración haya hecho algo para garantizar la seguridad de los agentes más allá de las buenas palabras de la consejera», sostiene la asociación.
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