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Una exposición homenajea en Oviedo a los 186 policías nacionales fallecidos en atentados terroristas.
Durante la presentación se honró la memoria del asturiano Enrique Nieto, jefe de la Unidad Territorial Antiterrorista de Guipúzcoa, asesinado por ETA hace 20 años
Subfusiles utilizados por los terroristas yihadistas responsables del 11-M, semiautomáticas con las que ETA sembró terror y muerte durante décadas, el rifle elegido para atentar contra el Rey Juan Carlos en 1995. Armas y artilugios que ahora yacen inofensivos tras el cristal, cuando las miserias del ser humano no tantean el gatillo. Casi 200 objetos se exhiben desde ayer y hasta el 21 de junio en el vestíbulo del Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo con un único objetivo: combatir el olvido. La exposición 'La victoria de la libertad: la Policía Nacional contra el terrorismo' repasa los capítulos más negros de la historia reciente de España y homenajea a los 186 miembros del Cuerpo Nacional de Policía asesinados.
El acto de inauguración sirvió para que los presentes -entre ellos, decenas de autoridades y 33 familiares de víctimas del terrorismo- honrasen el recuerdo del inspector asturiano Enrique Nieto, máximo responsable de la Unidad Territorial Antiterrorista de Guipúzcoa hace ahora 20 años, cuando fue asesinado por el Comando Donosti. Recibió el disparo un 8 de junio, aunque permaneció en coma hasta octubre, resistiéndose a abandonar a su esposa y sus dos hijas. Desde entonces, sus restos descansan en Infiesto y aquellas adolescentes han crecido. Ayer recogieron una placa en homenaje a su padre, sin que el paso del tiempo pudiese mantener las lágrimas a raya. «La emoción siempre es la misma, da igual el paso de los años», reconocían Paula y Alba. Emoción, por el aplauso silencioso a la figura que les fue arrebatada «demasiado joven», cuando contaba 49 años. Un sentimiento que nunca se verá aplacado, pero sí corre el riesgo de enturbiarse por los caprichos de la memoria colectiva. «Lo que más nos duele es el olvido. Que al menos le recuerden nos reconforta, porque tenemos mucha facilidad para olvidar las cosas malas», reconocen. Cuando hoy se habla del proceso de paz ellas solo pueden pensar en que ha llegado «demasiado tarde» y en que los perdones de quienes quieren pedirlos «no nos lo van a devolver». En que a él «se le ha negado conocer a nuestros hijos» y en que eso no hay nada que pueda cambiarlo. «No queremos que esto vuelva a sucederle a nadie en este planeta y, para eso, hay que recordar».
El recuerdo es, quizá, el único consuelo para las familias de las víctimas, junto a que «los responsables cumplan su condena», apuntaba la delegada asturiana de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Ana Isabel Díaz. Lamentó la crueldad de un presente en el que «parece que no ha pasado nada» y dudó de la efectividad de una Justicia que condena al asesino de 26 personas a 1.200 años «para que luego cumpla 20». Si eso ordena el Código Penal, dedujo, «habrá que cambiarlo». Porque, más allá de arrepentimientos, sostuvo, «el único consuelo para nosotros es que el asesino esté en la cárcel. Cómo le reciban en su pueblo nos da igual».
El inspector jefe en funciones de la Jefatura Superior de Policía, Jesús Vicente Álvarez, quiso recordar también a los miles de heridos que «sufrieron y sufren» las secuelas de los atentados cometidos en España y reconoció que «desde el inicio del terrorismo, los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado fueron objetivos prioritarios». Ahora, tras seis años de aparente paz, dijo, «la amenaza terrorista, en este caso la yihadista, sigue igual de vigente». Y por eso es oportuno que durante diez días «esta exposición rinda homenaje a nuestros héroes, a sus familiares y amigos, para que recordemos que sus muertes no han sido en vano, que han servido para vivir en paz y libertad».
Presencia institucional
Por su parte, el delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, hizo referencia a la «deuda permanente con quienes dieron su vida en un sistema democrático, en tiempos de paz y en un Estado de derecho», porque en esa situación, matizó, «no hay un solo argumento que justifique la violencia». Pidió respeto «sin partidismos» para las víctimas y reivindicó que acordarse de ellas «es un acto de fortalecimiento moral de la sociedad y de justicia».
Al acto acudió una nutrida muestra de la clase política de la región, como el presidente de la Junta, Pedro Sanjurjo; el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez; el diputado nacional Antonio Trevín; los alcaldes de Avilés y Mieres, Pilar Varela y Aníbal Vázquez, y los tenientes de alcalde de Gijón y Oviedo, Rafael Felgueroso y Belén Fernández. Además, también asistieron numerosos mandos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, como el delegado de Defensa, el comandante de Marina, el comandante militar de Asturias y coronel jefe del Regimiento Príncipe, el coronel de la Guardia Civil de Asturias o el jefe de la Policía Local de Oviedo, entre otros.
http://www.elcomercio.es/sociedad/201506/13/duele-olvido-20150613001647-v.html