Cuando yo era estudiante la única forma de documentarse que había era tirar de biblioteca, hemeroteca o archivo, y meter la nariz entre papeles, por lo general, viejos y polvorientos. Eso suponía muchas horas y algún que otro estornudo. Hoy en día es una maravilla, quieres saber acerca de algo y no tienes más que tirar de internet, la información al alcance de la mano: una mano con un móvil, claro. Así, introduce uno en Google, por ejemplo, «comisario honorario» y te sale… te sale «Marhuenda». Lo haces al revés, metes «Marhueda» y te sale: «comisario honorario». Todo lo que uno puede obtener de internet acerca de POLICIA+ HONORARIO son noticias sobre el denominado ‘nuevo escándalo en Interior’ (el anterior escándalo era la concesión de la medalla a la Virgen). Noticias todas ellas de medios con aceradas críticas tanto al propio Marhuenda como al ministro en funciones. Estupor en la red, anuncian en titulares. Sindicatos de policías que dicen sentir vergüenza. Partidos políticos que quieren impugnar, revocar o proponer se derogue el nombramiento, o sacar una proposición no de ley para evitar que nunca más en la vida se vuelva a producir tamaño irregular nombramiento de nadie. Hasta humor gráfico hay: «Los hombres de Paco», igualito que en la serie ¡nunca se me hubiera ocurrido!, el hipocorístico de Francisco es Paco, sin embargo el Paco que sale resulta que es otro señor. Internet es una maravilla, ya digo, pero la información instantánea tiene un riesgo y es el de tragar con una rueda de molino por vía rectal si nos fiamos mucho.
La ley de policía gubernativa que contempló por vez primera la figura del «honorario» es de 1975. El artículo 162 decía así:
Podrán ser nombrados por el Director General funcionarios honorarios del Cuerpo General de Policía, con la categoría que poseyeran al cesar en el servicio activo, los funcionarios del expresado Cuerpo que lo soliciten cuando se jubilen o cuando cesen por causa de inutilidad física, siempre que en uno y otro caso cuenten con más de 20 años de servicios al Estado y no tengan en sus respectivos expedientes notas desfavorables que afecten al prestigio corporativo. No obstante, podrán ser nombrados Comisarios Honorarios del Cuerpo General de Policía, aquellos funcionarios que en el momento de su jubilación ostentaren la categoría de Inspectores Jefes y figuren en la relación funcionarial en el primer tercio de la misma, y reunieren las condiciones anteriormente indicadas.
También podrán ser nombrados por el Ministro de la Gobernación miembros honorario del citado Cuerpo, quienes, no habiendo pertenecido al mismo, se hubieran distinguido por los merecimientos contraídos a la labor realizada en favor de la Policía española o de sus servicios.
Los nombramientos se inscribirán en la Comisaría más próxima al domicilio del interesado, y los así nombrados tendrán derecho a llevar y ostentar la placa - insignia y el carnet de identidad donde conste su condición de honorario, así como a la licencia de uso de armas y a gozar de la condición de Agentes de la Autoridad en cuantas intervenciones practiquen como tales. La pérdida de la consideración de honorario podrá acordarse por el Ministro de la Gobernación o por el Director general, según los casos, cuando los interesados incurran en faltas de moralidad y observen conducta perjudicial para el prestigio corporativo.
Tranquilízate con lo del derecho a portar arma de fuego, pues eran otros tiempos, me consta que no se ha llevado a efecto en el último par de decenios, así como lo de inscribírselo en el DNI, que tampoco pues ya no consta el dato de profesión en el documento de ningún español, a los efectos en el acto, que tiene lugar en un despacho a puerta cerrada, ya sólo se entrega una placa emblema y el título correspondiente y su correspondiente publicación en la Orden General. Te diré, también, que la lista de Honorarios entre los pertenecientes al cuerpo a la hora de jubilarse y los no pertenecientes es larga. Más de los que se dicen en prensa.
Los motivos reales de concesión, por lo general siempre son reservados cuando no secretos, y lo que va a constar es lo consabido: especial dedicación a, contribución a, etc. Prosa, vaya. En claro nada.
Tengo mis reservas con este nombramiento, como lo tengo con todos los galardones policiales (incluidos los certámenes de relatos), desde que hace 20 años conocí al primer Honorario, como dije antes, pero no por lo que digan los periodistas, ni los representantes sindicales, ni mucho menos los políticos (que curiosamente pían mucho cuando les beneficia), sino porque todos lo han hecho apoyándose en la misma fuente inicial, la del periódico digital que lanzó lo que era una filtración, y que lo trató como una irregularidad sin saber si lo era, amén de amiguismo, que lo parece, y los prejuicios que recaen sobre el nombrado (abogado, profesor y director de un periódico), y ha levantado una polvareda, haciendo un escándalo sobre un tema baladí, desconocido hasta ahora por el público, al que siempre se la traemos floja menos cuando los mensajeros les vocean algo para que se indignen otra vez, que me recuerda mucho a la que levantó el Cervantes del poeta Gamoneda, amigo de infancia de Zapatero, donde poco importó a la prensa su obra, su valía, lo único a destacar era su estrecha amistad peligrosa con el entonces presidente, y la polémica con el también poeta Ángel González a cuenta de la concesión.
La RAE, el CGPJ, la Academia de Historia...ningún nombramiento se libra de la polémica, a excepción hecha de la Academia del Cine.