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Nuevo G.O.E

NotaPublicado: Dom, 19 Jul 2015, 16:10
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El Ejército de Tierra tendrá un nuevo grupo de boinas verdes

También creará la primera unidad específica de drones en España
Fernando Cancio. Madrid.
El Ejército de Tierra tendrá un nuevo grupo de boinas verdes


En los últimos años, las unidades de Operaciones Especiales están teniendo un papel cada vez más destacado –y protagonista– en las misiones que desempeñan las Fuerzas Armadas españolas en el exterior. Es cada vez más normal ver a alguno de estos grupos de élite adiestrando a Ejércitos de otras naciones o garantizando la seguridad en violentos y tensos países. Y en el futuro, seguirán teniendo el mismo o más protagonismo. Así que, si cada vez van a desplegarse más, los ciclos de disponibilidad de estas unidades, sobre todo las del Ejército de Tierra, hacían que muchos grupos se quedarán «cojos» en determinados periodos. Es por este motivo por el que el Ejército de Tierra, dentro de su plan de reestructuración y reorganización, ha decidido crear un nuevo Grupo de Operaciones Especiales (GOE), para compensar esa carga de trabajo y así, contar con las capacidades necesarias en todo momento, teniendo en cuenta los descansos, la preparación y el despliegue.

En la actualidad, el Mando de Operaciones Especiales (MOE), cuenta con aproximádamente 800 efectivos, los cuales están repartidos en tres grupos: «Caballero Legionario Maderal de Oleaga XIX», «Valencia III» y «Tercio del Ampurdán IV», todos ellos con sede en Rabasa (Alicante). Y sus efectivos, los boinas verdes, tienen desplegados equipos de instructores en las operaciones de Irak y Mali, y grupos operativos en las de Afganistán y Líbano. Además, han pasado recientemente por otras misiones, como la de República Centroafricana, donde daban seguridad a sus violentas calles.

Sin embargo, ese mayor protagonismo hacía necesaria una reorganización del MOE con la intención de facilitar la tan necesaria capacidad de respuesta inmediata, tal y como confirman fuentes militares. Así que la decisión ha sido la de crear un cuarto grupo, que estará compuesto no por personal nuevo, sino por efectivos de las otras tres unidades para equilibrarlos.

Será bautizado como «Granada II», recuperando así el nombre del histórico Grupo que estuvo en activo entre 1985 y 1998, el «Granada II-Santa Fe». De esta forma, cada uno de los GOE tendrá aproximádamente 200 efectivos disponibles para cualquier necesidad o despliegue inmediato en una misión.

La idea es que en cada uno de los cuatro ciclos de disponibilidad de la Fuerza (adiestramiento general, adiestramiento específico para la misión, despliegue y descanso), de seis meses cada uno, haya uno de los cuatro grupos, pues hasta ahora, aunque nunca se despliega uno entero, podría haber momentos en los que alguno de ellos quedase desequilibrado. De esta forma, en todo momento habrá un equipo preparado.

Los boinas verdes o guerrilleros, son uno de los grupos de élite de las Fuerzas Armadas, junto a la Fuerza de Guerra Naval Especial de la Armada y al Escuadrón de Zapadores Paracaidistas del Ejército del Aire. España se convirtió en el tercer país, tras Estados Unidos y Reino Unido, en contar con la certificación OTAN para ejercer como Mando Componente de Operaciones Especiales de la Fuerza de Respuesta Rápida.
Nuevo impulso a los drones

Pero ésta no es la única novedad en esta reestructuración del Ejército de Tierra, en la que sobre todo se priorizan las necesidades reales y, debido a los constantes cambios en las misiones actuales, se ha decidido impulsar la capacidad de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento. ¿Cómo? Con la creación del Grupo de Obtención por Sistemas Aéreos IV, que dependerá del Regimiento de Inteligencia 1 (RINT 1) de Valencia, aunque se basará en la localidad de Ferral de Bernesga (León).

Se trata de una unidad en la que los protagonistas son los aviones no tripulados, los conocidos como «UAV», que se han convertido en una herramienta indispensables a la hora de obtener información o dar seguridad a los efectivos que se encuentran sobre el terreno en una misión . Será el primer grupo específico de drones que se establece en España.

En concreto, integrará la Plataforma Autónoma Sensorizada de Inteligencia (PASI) del Grupo de Artillería de Información y Localización III/63 de León y otras tres del Grupo de Obtención II/1 del RINT de Valencia.

Hasta ahora, esta capacidad de observar desde el aire sin ser visto estaba repartida ente varias unidades del Ejército de Tierra: Regimiento de Artillería de Campaña 63 (RACA 63), Regimiento de Inteligencia... pero se ha optado por unificarlas y destinarlas en León porque «las condiciones aeronáuticas en general son óptimas», aseguran las mismas fuentes.

En este lugar se encuentra el acuartelamiento Conde de Gazola del Mando de Artillería de Campaña (MACA) y a apenas 10 kilómetros de distancia está la base aérea Vírgen del Camino. Y, además, se trata de una zona con poco tránsito aéreo, lo que facilita el adiestramiento y las maniobras con este tipo de aeronaves, cada vez más necesarias y que incluso la Armada ya usa en el Índico en su lucha contra la piratería en el marco de la «Operación Atalanta».

Sus herramientas de trabajo seguirán siendo las mismas que hasta ahora han venido utilizando y que se han desplegado en misiones como la de Afganistán o la de Mali: los UAV «Searcher MK II» y «Raven».

En este caso, aseguran que tanto la reorganización como el traslado del personal desde Valencia hasta León será mínimo, pues en esta última ciudad ya había efectivos encargados de los UAV.

Estas dos creaciones se enmarcan dentro del Plan de Transición de la Estructura de la Fuerza del Ejército de Tierra para el segundo semestre de este año, que incluye también la constitución de un Grupo de misiles Patriot encuadrado en el Regimiento de Artillería Antiaérea 81 de Marines (Valencia) o la reducción y eliminación de otras unidades.

Re: Nuevo G.O.E

NotaPublicado: Sab, 28 Nov 2015, 18:20
por un@ entre más
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SabineroCNP escribió:Los soldados españoles de élite que combatirían a la yihad cobran 960€
Los grupos de operaciones especiales sobreviven a un duro proceso de selección para cobrar un salario base de 599,25€. Así es la elite del Ejército español.

Imagen Dos soldados del Mando de Operaciones Especiales.

No debe de resultar fácil sorprender al general estadounidense Joseph Votel. Votel es el jefe del SOCOM, el mando de las fuerzas especiales del Ejército de Estados Unidos. A sus ordenes operan 69.000 soldados, entre ellos los Navy Seal y los Delta Force, pero también otras unidades de elite menos conocidas, como el Psychological Operations Group. Su presupuesto, acorde con la tecnología de vanguardia con la que operan sus hombres, supera los 14.000 millones de euros anuales.

Es probable que esas cifras aisladas no digan mucho. Pero hay que ponerlas en contexto. Las unidades de operaciones especiales de las Fuerzas Armadas españolas apenas cuentan con mil soldados. Y aún más: el presupuesto total del Ejército español para 2015 es de sólo 5.767 millones de euros. Menos de la mitad de los 14.000 millones de Joseph Votel y menos del 3% del presupuesto global del Pentágono.

Imagen Maniobra de coordinación con un helicóptero Tigre para fijar objetivos en tierra.

El desequilibrio entre las cifras estadounidenses y las españolas es tan exagerado que le pido a un comandante del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra español que las confirme:

–Entonces son 69.000 hombres contra mil, ¿cierto?

–No, no. "Contra" no. Nos conviene tenerlos como aliados.

Ochocientos de esos mil soldados tienen su base en el cuartel alicantino de Rabasa, la sede del MOE. Y a ese cuartel llegó el pasado mes de julio el general Votel para una breve visita de cortesía.

¿Cómo sorprender al hombre que está al mando de las unidades de elite del Ejército más poderoso de la historia? Se le pide amablemente que actúe como rehén figurante en una demostración de rescate a cargo de un equipo de operaciones especiales español… y se le lanza por sorpresa una stun, una granada aturdidora capaz de emitir un destello de ocho millones de candelas y un estallido atronador de 180 decibelios. Suficiente para dejar ciego y sordo durante varios segundos al enemigo.

El comandante Alfonso Blas cuenta la anécdota en presencia del jefe del MOE, el general de brigada Demetrio Muñoz, y añade:

–La próxima vez no le daremos tapones al americano, mi general.

MITOLOGÍA DEL MACHO

–¿Es duro el curso?

–Bueno… Siempre es mejor que Dios no te mande lo que puedes soportar.


Al MOE es inevitable que uno llegue con algunas preguntas sobre la mitología de lo macho rondándole la cabeza. ¿Quiénes han superado las pruebas de selección más duras, los Navy Seal americanos, los SAS británicos o los boinas verdes españoles? ¿Son los soldados de operaciones especiales los mejores guerreros de la historia o ese honor corresponde a las legiones romanas de César Augusto, a las hordas mongolas de Genghis Khan o a la Grande Armée de Napoleón? ¿A quiénes no querrías enfrentarte jamás si fueras un militante del Estado Islámico?

La respuesta a todas esas preguntas es que "da igual". Todos los soldados que han superado el CABOES, el curso de adiestramiento básico de los grupos de operaciones especiales del Ejército de Tierra, responden con un granítico "sí" cuando les pregunto si se creen capaces de superar el BUDS, el curso de los Navy Seal estadounidenses, en teoría el más exigente del mundo. Algunos hasta me miran perplejos, como si les acabara de preguntar si el agua moja.

Imagen El capitán transmite la posición del objetivo al helicóptero Tigre.

Lo confirma el jefe de la Unidad de Instrucción de Operaciones Especiales después de citar a Pedro Calderón de la Barca: "Y así, de modestia llenos / a los más viejos verás / tratando de ser lo más / y de aparentar lo menos".

Superadas las primeras semanas de adiestramiento y descartados los que no son aptos, los nerviosos, los negligentes y aquellos incapaces de controlar la ansiedad, el pánico al ahogamiento o el estrés de la batalla, no existe prueba capaz de quebrar la voluntad de los que han resistido hasta ese momento. Cualquier Navy Seal americano superaría el CABOES y cualquier boina verde español superaría el BUDS. No hay más.

No todos los soldados acuartelados en Alicante forman parte de los equipos operativos. "Equipos operativos" es el término que define a los soldados que entran en combate directo con el enemigo. Los restantes son mandos y personal de apoyo: comunicaciones, suministros… Esos pocos cientos de guerrilleros (así se llaman a sí mismos) se dividen en tres grupos: el GOE III, el GOE IV y el GOE XIX. A ellos se añadirá en breve un cuarto grupo de boinas verdes de nueva creación: el GOE II.

Cada año causan baja unos 20 guerrilleros, que son sustituidos a partir del otoño. Las solicitudes llegan a cientos, pero la mitad son descartadas por razones administrativas. Quienes sobreviven al filtro burocrático inicial pasan un primer grupo de pruebas físicas y psicotécnicas. En ellas caen 100 candidatos más. A estas alturas del proceso ya sólo suelen quedar 50 soldados, todos con un mínimo de dos años de experiencia en el Ejército. La mayoría proceden de los paracaidistas, la Legión y las Unidades de Montaña.

Estos son los que realizan el CABOES, que consiste en un curso básico de cuatro meses más otro avanzado de cinco. Al cabo de esos nueve meses, sólo 20 soldados siguen en pie. Son los que pasan a formar parte de alguno de los tres grupos de operaciones especiales del Ejército de Tierra.

Todos han pasado pruebas como la de "natación con limitación de tren superior e inferior", que les obliga a cruzar una piscina atados de pies y manos. O la llamada "superación de laberinto subterráneo sin equipo", cuyo objetivo es descartar a los claustrofóbicos y en la que los candidatos deben encontrar la salida, a ciegas y a rastras, de un estrecho túnel abarrotado de obstáculos y vías muertas.

Cuando se les pregunta por la peor de las pruebas, la respuesta es unánime: "Ninguna. Lo peor es el frío y el hambre. A veces tienes tanto frío y estás tan hambriento y agotado que aún teniendo el arma a un metro de distancia ni siquiera puedes arrastrarte para cogerla".

–Todos los que superan el curso valen. Quizá nos hayamos equivocado puntualmente con algún candidato expulsado que hubiera podido quedarse, pero que no te quepa ninguna duda de que el que acaba aquí es porque se lo merece.

Imagen Miembros del MOE suben a un helicóptero Chinook durante los ejercicios.

MUJERES CON BOINA VERDE

–El nivel físico mínimo para entrar en el MOE es superior al máximo de otras unidades españolas, incluida la Legión. Así que imagínate a las mujeres que superaron las pruebas de acceso. Eran portentos.

Hoy todos los equipos de operaciones especiales están formados por hombres. A lo largo de la historia del MOE, sólo seis mujeres han logrado superar el curso que permite lucir el parche distintivo de esta unidad, un machete enmarcado en dos hojas de roble. Fueron una oficial, una suboficial y cuatro soldados de tropa.

España es uno de los pocos países del mundo en el que las mujeres no tienen vetado el acceso a ninguna posición dentro del Ejército siempre y cuando superen las mismas pruebas que los hombres. En otros países, la excepción a esta regla suelen ser las unidades de operaciones especiales y los submarinos, cañerías de metal de atmósfera irrespirable y maloliente en las que la intimidad puntúa muy bajo en la lista de prioridades.

Pero los requisitos físicos y la imposibilidad de garantizar su intimidad no son los dos únicos argumentos de los detractores del acceso total de las mujeres a las posiciones de combate. A fin de cuentas, el primer argumento ya ha sido derrotado en la práctica por seis mujeres y el segundo no es más que un paternalismo. Existe un tercer argumento, que tiene su origen en la guerra árabe-israelí de 1948.

Las fuerzas israelíes mantenían entonces una política heredada de sus kibutz y que ahora llamaríamos "igualitaria" pero que provocó dos problemas inesperados en el campo de batalla.

El primero era que los soldados árabes se rendían a los hombres, pero no a las mujeres. El segundo era que los oficiales israelíes comprobaron que cuando un hombre era herido en combate, el resto de los soldados actuaba de forma racional y se ceñía a sus órdenes. Pero cuando era herida una mujer, los hombres reaccionaban con un impulso instintivo de protección hacia ella que les llevaba a tomar decisiones desastrosas para ambos y para el resto de sus compañeros.

Lo interesante de este argumento es que no se basa en el paternalismo de una convención social sino en la supuesta programación del cerebro del hombre. A fin de cuentas, si ese paternalismo fuera una simple cortesía masculina resultaría fácil corregirlo durante un curso de nueve meses. Pero si es genético y producto de decenas de miles de años de selección sexual, el problema es más difícil de solucionar.

Que el argumento sea científicamente correcto ya es harina de otro costal. La demostración de su validez o de su falsedad queda para la neurociencia y la psicología evolutiva.

MANERAS DE MORIR

–¿Son seguros estos ejercicios?

–Lo intentamos. Morirse en tiempo de paz es inútil.


Son las 10 de la noche y estoy a punto de subir a un helicóptero Cougar para asistir al ejercicio de infiltración nocturna de un equipo de operaciones especiales. Antes de despegar, el piloto repasa las instrucciones de seguridad con siete soldados y cuatro tripulantes.

A diferencia de las directrices de los vuelos civiles, destinadas a tranquilizar a los pasajeros, las de los vuelos militares describen con detallismo de relojero suizo todas las posibles maneras de morir (el término técnico sería «contingencias») que todos intentarán esquivar en las próximas horas.

–Hemos reconocido la zona esta tarde. Es muy escarpada y de difícil acceso, aunque hemos localizado un lugar de aterrizaje relativamente factible, un risco rodeado de rocas. Pero, aún y con las gafas de visión nocturna, será difícil maniobrar. Cuando salgáis del helicóptero, caminad agachados hacia el morro o el lateral del aparato. Si lo hacéis hacia la cola, el rotor os decapitará. He visto a más de uno al que han tenido que placar después de salir mareado y tropezar en dirección a la hélice.

El comentario provoca algunas sonrisas. En el MOE, las experiencias cercanas a la muerte se reciben con un temple sorprendente.

Imagen Un tirador de élite, durante los disparos en vuelo a bordo e un Cougar.

UN TIGRE MORTÍFERO

Nos escolta un Tigre, un helicóptero de ataque cuya misión es acabar con cualquier amenaza que se encuentre cerca de la zona de aterrizaje. Lo he visto en acción hace unas horas, durante unas maniobras de señalización de objetivos desde tierra.

Lo de "ver" es un eufemismo porque la potencia de fuego del Tigre le permite finiquitar sus objetivos a kilómetros de distancia. Dos, si les dispara un cohete. Cuatro, si les dispara con el cañón. Ocho, si les dispara un misil.

Horas después leo en un foro militar sobre helicópteros de combate: "Si soy el tripulante de un tanque y me encuentro de frente con un Tigre, me bajo en marcha". En realidad, ni siquiera existe la opción de bajarse en marcha: el Tigre dispararía oculto desde una posición segura y los tripulantes quedarían reducidos a cenizas mucho antes de percatarse de su presencia.

Imagen El piloto del Tigre repasa el aparato antes de iniciar el vuelo.

El Tigre es la respuesta europea al Apache estadounidense. Los debates sobre cuál de los dos helicópteros es mejor levantan tantas ampollas como un Barça-Madrid.

El Tigre es más veloz y maniobrable, pero el Apache tiene más blindaje y potencia de fuego. El Tigre es más adecuado para el tipo de guerra actual, asimétrica y en zonas urbanas. El Apache es un helicóptero pensado para batallas a campo abierto contra tanques y armamento pesado.

El Tigre es Sugar Ray Robinson y el Apache es Mike Tyson.

Que el Tigre es un helicóptero ágil queda demostrado cuando se lanza detrás de un jeep a la fuga y lo sobrevuela rasante a una distancia de apenas dos o tres metros, como si su objetivo no fuera freírlo con la ametralladora sino ensartarlo como un pincho yakitori. La cara del conductor del jeep cuando vuelve a nuestra posición es un poema cubista. "Ha pasado cerquita", dice. Nadie dijo que la vida de un conejillo de indias de los grupos de operaciones especiales fuera fácil.

El Cougar y el Tigre son dos de los tres helicópteros utilizados por los grupos de operaciones especiales españoles.

El tercero es el Chinook, un helicóptero pesado de transporte de tropas y despliegue de artillería. Ninguno de los tres aparatos es propiedad del MOE. Cuando los boinas verdes necesitan utilizarlos, son las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) quienes se los proporcionan.

En España, a diferencia de lo que ocurre en los Estados Unidos con sus Night Stalkers, no existe una unidad de pilotos de elite que trabaje sólo para los grupos de operaciones especiales. Pero las FAMET suele enviar siempre a los mismos tripulantes para que se habitúen a los métodos de estas unidades.

Durante la charla con uno de esos pilotos, queda claro que lo que menos les preocupa son efectivamente los tanques. Un adolescente con un AK-47 es bastante más peligroso para un helicóptero que un carro de combate.

Imagen Un miembro del MOE desciende en vuelo desde un Chinook.

–Una vez nos acertaron con una ráfaga de nueve tiros y nos jodieron el sistema hidráulico. El tirador apostado en la puerta lateral del helicóptero volvió a nacer: cuatro tiros impactaron a su derecha y los cinco restantes a su izquierda.

Cuando le pregunto por los drones, que son a las aeronaves tripuladas lo que Uber a la industria del taxi, ni siquiera se inmuta.

–Los drones son más un avión que un helicóptero. Un dron no transporta francotiradores ni infiltra equipos. Los que deben preocuparse por los drones son los pilotos de los cazas.

Imagen Interior del Cougar durante las prácticas de tiro en vuelo.

UNA UNIDAD ENIGMÁTICA

–¿Esta unidad ha participado ya en operaciones de combate?

–Esa es información clasificada.

–¿Trabajan en colaboración con el Centro Nacional de Inteligencia?

–Información clasificada.

–¿Han recibido adiestramiento por parte de unidades estadounidenses o israelíes, o han entrenado junto a ellas?

–No puedo contestar a eso, lo siento.

–Bueno, pues no tengo más preguntas.

–¡Perfecto! Y ya sabéis: aquí me tenéis para contestaros a todo lo que queráis.


En el cuartel de Rabasa existe un edificio que alberga una enigmática unidad de operaciones especiales llamada Unidad de Operaciones Especiales. Lo que diferencia a esta unidad de las restantes es que sus operaciones son aún más especiales de lo habitual. Lo que el lector entienda por "más especiales de lo habitual" es cosa suya. En el interior del edificio no se permite usar la grabadora del móvil ni hacer fotos, aunque sí tomar notas.

La Unidad de Operaciones Especiales es lo que de forma un poco sensacionalista podríamos denominar una unidad encubierta. Existir, existe, como las meigas. La entrevista con el jefe de la unidad apenas dura cinco minutos. Harían falta unos cuantos litros de pentotal sódico para arrancarle algún dato más que los que deja caer con cuentagotas durante la charla.

Imagen La reunión de la mañana donde se marcan los objetivos de la misión.

La Unidad de Operaciones Especiales depende directamente del general del MOE, la forman sólo mandos (de capitán a sargento) y su entrenamiento y equipamiento es «más avanzado» que el del resto de los grupos del cuartel.

Nació hace 11 años y es una unidad "pequeña". Su misión es ocuparse de las misiones "más comprometidas". Cuando alego que «comprometidas» es una palabra demasiado genérica, el jefe de la unidad acota el concepto: "Comprometidas desde el punto de la vista de los intereses de la nación". Pido más datos y añade que se trata de "operaciones que no pueden fracasar bajo ningún concepto".

Los miembros de esta unidad son seleccionados de entre el resto de grupos de operaciones especiales del cuartel. Generalmente a propuesta de los mandos, aunque de vez en cuando se recibe alguna solicitud directa de ingreso. No queda claro si esas solicitudes son atendidas, aunque parece que el proceso de admisión está menos burocratizado que en el caso del resto de unidades y que se opera con un amplio margen de discrecionalidad basado más en el mérito y la confianza que en cualquier otro criterio.

Lo que se busca es "sensatez, madurez y capacidad de decisión". La lealtad se da por supuesta. A fin de cuentas, no estamos hablando de objetivos militares convencionales sino de aquéllos que atentan directamente "contra la nación".

La Unidad de Operaciones Especiales es el equivalente español del DEVGRU, el Grupo de Desarrollo de Guerra Naval Especial de Estados Unidos, la elite entre la elite de las fuerzas de operaciones especiales del ejército estadounidense.

–Si España tuviera su propio Bin Laden, ¿se ocuparía esta unidad de él?

–Sí.


UN EJÉRCITO MODERNO

–Ya lo decía Wellington, que a pesar de ser inglés era un buen militar: «Con la excepción de una batalla perdida, nada es más triste que una batalla ganada».

Bastan unas pocas horas en el cuartel de Rabasa y un mínimo de atención por el detalle para romper con todos esos estereotipos de lo castrense que muchos ciudadanos españoles hemos heredado del franquismo y de los años del servicio militar obligatorio. Un franquismo y un servicio militar obligatorio que, por edad, muchos ni siquiera hemos vivido en primera persona. Son esos estereotipos que buena parte de los medios, unos por rancio carpetovetonismo y otros por ignorancia voluntaria, se empeñan en perpetuar a pesar de que el Ejército de hoy está mucho más cerca de La noche más oscura que de La escopeta nacional.

La paradoja es que siendo el ejército una de las instituciones más valoradas por los ciudadanos españoles según la última encuesta del CIS (la tercera después de la Guardia Civil y la Policía Nacional) sigue siendo también una de las menos conocidas. Justo lo contrario de lo que ocurre con partidos políticos, sindicatos, Gobierno y Parlamento, las cuatro instituciones menos apreciadas por los españoles pero también las que monopolizan la actualidad.

Quizá la clave del misterio radique en las palabras de un capitán de las fuerzas especiales con el que charlo entre ejercicio y ejercicio:

–Yo estoy orgulloso de dos cosas. En primer lugar, de que mi equipo nunca pida trabajar menos sino más. En segundo lugar, de que mis mandos no roben sino que pongan.

¿Un lugar en el que no se roba, en el que se pide trabajar más en vez de menos y en el que la meritocracia se aplica a rajatabla porque les va la vida en ello?


Va a resultar que la más española de las instituciones españolas es también la menos española de todas ellas.

–Yo me monto las estanterías del IKEA solo, ¿eh?– dice el comandante.

–Es usted un mando del cuerpo de operaciones especiales –respondo–. Lo doy por supuesto, comandante.


Imagen El MOE imparte prácticas de tiro a efectivos del Ejército de tierra.

"La edad ideal de un operativo del MOE está entre los 30 y los 40 años", me indica un mando. Las razones son obvias: un soldado de operaciones especiales no necesita testosterona e ímpetu adolescente sino autocontrol, resistencia y capacidad de mando.

Un solo disparo innecesario durante el desalojo de Perejil, que llevaron a cabo unidades de operaciones especiales del Ejército de Tierra, habría provocado un conflicto de consecuencias imprevisibles. De ahí que la habilidad para mantener bajo control los estallidos de adrenalina sea una virtud casi tan valorada en estas unidades como la puntería o la capacidad de trabajo en equipo.

Tampoco el músculo hipertrofiado se valora demasiado. Los deportes que los soldados practican en su tiempo libre son un buen indicativo de cuál es el tipo de perfil físico que predomina en estas unidades, mucho más cercano al de Luis Enrique que al de Vin Diesel: escalada, carreras de larga distancia, ciclismo y algo de crossfit. Deportes practicados con fervor incluso por los mandos de más edad (alguno hay con más carreras ganadas que tiros pegados) y que provocan conatos de competitividad con los soldados más jóvenes:

–¿Recuerdas la carrera del año pasado?

–Sí, mi comandante, la recuerdo.

–Los veteranos os dejamos atrás.

–Afirmativo, mi comandante.

–Creo recordar que también os dejó atrás el sacerdote.

–También lo recuerdo, mi comandante.

–No os lucisteis, precisamente. ¡El sacerdote!

–Ya nos pegaron un toque, mi comandante.


Imagen Fusil de asalto HK G36 tuneado por un MOE.

'POR España, ME ATREVO'

Llevo cuatro días en el cuartel del MOE y aún no he visto a nadie acelerar el paso, precipitarse, gritar o demostrar el más mínimo signo de estrés. Ni siquiera cuando los planes han cambiado de un minuto al siguiente. La estabilidad emocional de un soldado medio del MOE sería la ruina de cualquier psicólogo. Si tuviera que buscar un término que describiera la atmósfera del cuartel, ése sería el de «calma febril».

La planificación de cualquier acción es exhaustiva y en ella participan decenas de personas. Muchas más de las que luego la ejecutan sobre el terreno.

La planificación ideal requiere unas 72 horas de trabajo, pero las operaciones contra los llamados "objetivos de oportunidad" (por ejemplo, un terrorista avistado por sorpresa en un lugar inesperado) sólo pueden permitirse planificaciones de unos pocos minutos en el mejor de los casos.

El campamento de mando de un equipo de operaciones especiales es un laberinto de tiendas conectadas entre sí. En él se pueden llegar a contar hasta 30 ordenadores portátiles además de varios monitores de televisión. Hay equipos de encriptación de comunicaciones que no nos dejan fotografiar y docenas de mapas topográficos a cargo de la sección de Inteligencia.

Si se prefiere en forma de eslogan: las operaciones de una unidad de elite son 99% planificación y 1% videojuego. Lo cual, por otro lado, tampoco garantiza nada: "No hay plan que sobreviva al primer disparo", me dicen.

Explica el soldado Mark Owen en su libro Un día difícil que las tácticas de los Navy Seal han cambiado con el tiempo a medida que sus enemigos se adaptaban a ellas. Hace años, los Navy Seal saltaban sobre su objetivo y lo arrasaban a sangre y fuego. Ahora aterrizan a unos kilómetros y sorprenden al enemigo mientras duerme. Es la evolución del loud and fast (ruidoso y rápido) al soft and slow (suave y lento). Soft and slow podría ser el lema del MOE si el lema no estuviera ya adjudicado: "Por España, me atrevo".

El nombre de "operador" con el que los grupos de operaciones especiales se refieren en ocasiones a sí mismos no es casual. Su trabajo es más parecido al de un neurocirujano que al de un exterminador de plagas. Esa evolución de la fuerza bruta a la sutileza quirúrgica ha sido forzada en buena parte por la transición de un tipo de conflicto a campo abierto entre ejércitos equivalentes a la guerra asimétrica en centros urbanos.

El cambio de perspectiva ha condicionado incluso la manera de caminar y de sujetar el arma de estos soldados hasta el punto de que parte de su adiestramiento consiste en aprender a arrodillarse e incorporarse de una manera muy concreta para reducir el número de movimientos innecesarios y reaccionar más deprisa.

El mejor ejemplo es el capitán L.C.L., condecorado tras haber sido herido por una granada en Bangui, capital de la República Centroafricana.

–¿Has visto alguna película de guerra de los años 80 o 90? Rambo, por ejemplo. Si coges el arma como lo hace Sylvester Stallone y haces un barrido con el fusil en posición de automático [y lo sujeta a la altura de la cintura, con una sola mano y los pies muy separados] no vas a acertarle ni a tres de los 20 enemigos que tengas delante. Y eso si están cerca. Si están a 100 metros, olvídate. Pero si lo sujetas así [y se coloca el arma muy cerca de la cara, con la mejilla apoyada en la culata, el cuerpo ligeramente encorvado, las piernas flexionadas y los pies casi perfectamente alineados para estrechar la silueta y reducir el perfil de impacto], vas a ser capaz de acabar con la mayoría de ellos. Un tirador de precisión de operaciones especiales es capaz de disparar a intervalos de poco menos de un segundo y acertar a casi todos sus objetivos. No queremos velocidad sino precisión.

Imagen Monumento al legionario Maderal Oleaga, caído en combate en el Aiún en el 58.

EL PORQUÉ DE LAS MANIOBRAS

–¿Y si en el momento del rescate el rehén no quiere irse con vosotros?

–Se viene igual. Aquí no se vota.


Una vez al mes, los soldados del MOE llevan a cabo diez días de maniobras, a veces en colaboración con grupos de operaciones especiales de países aliados. En el momento de mi visita al cuartel, una unidad francesa ha sido infiltrada en un punto indeterminado de la geografía española. Sus órdenes son llegar hasta Zaragoza por sus propios medios, probablemente marchando de noche a través de terrenos no habitados y ocultándose durante el día.

Las maniobras tienen contexto. En este caso, los ejercicios se llevan a cabo contra el ficticio Movimiento Nacional de Liberación de Zaragoza, un grupo terrorista que pretende independizarse del también ficticio reino de Aragonia. El mapa de España proyectado en la pantalla de la tienda de mando muestra las fronteras de Aragonia y de su país vecino, bautizado como Valeria. En el MOE no se suele hablar de política y menos delante de periodistas, así que me abstengo de pedir una entrevista con el guionista del ejercicio. Como dice uno de los mandos de la sección de Inteligencia:

–Si te respondo a eso, voy a tener que pasarte a cuchillo luego.

El idioma común entre unidades de operaciones especiales de distintos países es el inglés. Casi todos los oficiales del MOE lo hablan con un nivel muy superior al de nuestros presidentes y al de los consejeros delegados de algunas de las grandes empresas españolas.

En la cafetería de la base se ofrecen cursos de inglés militar por 59 euros al mes, dos horas a la semana, aunque no parecen demasiado necesarios. En el MOE los líderes terroristas que eliminar no son "objetivos de alto valor" sino high value targets. Todo el mundo sabe lo que es un SPIE rig y las señalizaciones de objetivos para los helicópteros de ataque se comunican en un inglés de acento casi neoyorquino.

Nadie desea una confusión en las coordenadas cuando un Tigre está a punto de lanzar un misil Hellfire capaz de convertir un tanque de 70 toneladas en una lata de Coca-Cola.

El uso del inglés, o de las traducciones literales de los términos militares ingleses al español, tiene una segunda ventaja colateral: evita tener que lidiar con las siempre fastidiosas exigencias de lo políticamente correcto. Si el término francotirador cae en desgracia tras el debate provocado por la película de Clint Eastwood del mismo nombre, se pasa al término "tiradores de precisión".

–Pero no es solo una cuestión de corrección política. Cualquier combatiente irregular con un rifle de largo alcance puede ser considerado un francotirador, pero jamás tendrá la categoría de tirador de precisión.

En el campo de tiro pueden verse dos tipos de dianas. El primer timpo no muestra siluetas sino unas formas geométricas que sólo con mucha imaginación podrían identificarse como una figura humana. El segundo muestra la silueta de un ser humano y su esqueleto, y permite comprobar si los disparos del tirador han impactado en algún órgano vital de la víctima.

Es muy llamativo el caso de los paramédicos. El sistema sanitario español no reconoce este tipo de formación, al contrario de lo que ocurre en los países anglosajones. Así que los paramédicos de los grupos de operaciones especiales han tenido que optar por otro término más acorde a la legalidad: "sanitarios de patrulla".

En la práctica, todos los soldados del MOE son paramédicos. Reciben cursillos de primeros auxilios y son capaces de poner vías y llevar a cabo pequeñas curas de urgencia destinadas a estabilizar al herido hasta su traslado a un hospital de campaña. Si lo hacen, eso sí, se arriesgan a ir a la cárcel. Aunque la amenaza de prisión no parece impresionarles demasiado.

–Si llega el día en el que un compañero se está muriendo delante de mí y tengo que escoger entre ir a la cárcel o salvarle la vida poniéndole una vía, tengo claro lo que voy a hacer.

Pregunto por la morfina. Ha caído en desuso. Los paramédicos del Ejército no utilizan ya inyectables de este opiáceo sino caramelos de fentanilo, un analgésico decenas de veces más potente. Los soldados se lo colocan en el dedo cuando son heridos, como si fuera un anillo, y lo chupan hasta tragar la dosis mínima necesaria que les deja inconscientes.

Hoy los grupos de operaciones especiales españoles están desplegados en tres países: en Irak y Mali (como instructores de las tropas locales) y en el Líbano. A pesar de mi insistencia, el MOE no da detalles acerca de las misiones que se llevan a cabo en estos dos últimos países.

Antes de abandonar el cuartel, y después de ver a uno de los soldados leer durante un descanso el libro Las tres Españas del 36 de Paul Preston, me intereso por los motivos que llevan a alguien a solicitar el ingreso en una unidad conocida por su dureza extrema y en la que las posibilidades de morir en combate son mucho más altas que en el resto de cuerpos del ejército. Me lo resume un mando con una sola frase:

–Los soldados llegan aquí por honor y se van por culpa del dinero.

Un soldado de operaciones especiales tiene un salario base de 599,25 euros al mes. Su sueldo neto es de 960 euros. Su probabilidad de morir en combate es del 30%.

Imagen Campo de tiro de Alicante, donde el muro está lleno de impactos de bala.

http://www.elespanol.com/sabado-domingo/20151127/82491819_0.html

Re: Nuevo G.O.E

NotaPublicado: Dom, 29 Nov 2015, 11:47
por SabineroCNP
Chaleco Tactico Policia

militariapiel.es
Los guerrilleros del general Demetrio
Una mujer, un teniente estoico o un capitán herido en combate. Así son los hombres y mujeres que forman parte de la elite del Ejército español.

Imagen Un miembro del MOE.

La boina verde está reservada para el puñado de elegidos que conforman la mejor unidad de combate del Ejército de Tierra. Algunos se dejaron ver de cerca.

EL LÍDER: TENIENTE CORONEL J.L.S.

Llego al cuartel de Rabasa media hora más tarde de lo acordado y veo que la reunión todavía no ha tenido lugar. Suspiro de alivio. Tener que explicar a un teniente coronel de los boinas verdes mi impuntualidad no era el plan más apetecible del sábado.

Minutos después, aparece una moto de gran cilindrada con un hombre en traje de campaña y macuto a la espalda. Se acerca sonriendo a mí y tiende la mano. Basta un rato de conversación para desterrar prejuicios: es cercano, jovial y está dispuesto a contestar preguntas. La persona que tengo delante comanda el GOE XIX, una de las unidades mejor entrenadas del mundo a la hora de enfrentarse a situaciones que el ciudadano occidental sólo percibe refugiado tras una montaña de palomitas.

Imagen Un paramédico de la unidad posa en el cuartel de Alicante.

Su oficio no se le da mal. Tanto es así que el año pasado la desplegó como jefe del Mando de Operaciones Especiales de la Unión Europea en la República Centroafricana, un país al borde de la guerra civil. Así se convirtió en el primer español que lidera una misión internacional de esta índole. Me explica que cuando recibe la orden de partir hacia algún lugar dejado de la mano de Dios siente tres cosas: orgullo por la confianza depositada en él y sus hombres, responsabilidad por la importancia del trabajo y una pizca de incertidumbre por los riesgos de un tipo de misión que no se suele limitar a repartir sacos de arroz a poblaciones agradecidas.

Mientras habla, me viene a la cabeza la escena final de la película Black Hawk derribado en la que un Delta Force le dice a un Ranger que al regresar a casa no piensa abrir la boca cuando le pregunten si es un yonqui de la guerra. El teniente coronel lo suscribe al zanjar la cuestión rápidamente: "No estamos deseando salir a pegar tiros. Simplemente nos gusta ir a misiones para las que nos hemos estado preparando durante años".

EL 'TUNEADOR': COMANDANTE F.J.S.

Llamo a la puerta de la Unidad de Experiencias, entro y me encuentro frente a un oficial que asocio automáticamente al protagonista de El sargento de hierro. La sensación se acentúa en cuanto abre la boca y tuerce el gesto: "Así que lo de la entrevista no era una broma…".

Le falta añadir "hippy".

Su sección la forman cuatro personas que se dedican a diseñar y probar el nuevo material de los boinas verdes siguiendo la lógica guerrillera de reducir el blindaje a cambio de mayor movilidad y potencia de fuego. Armas, vehículos, equipo. Todo está incluido en una ecuación que no es más que otro síntoma de ese nuevo orden mundial donde las guerras convencionales están siendo sustituidas por otras de corte asimétrico.

Imagen Así va pertrechado un soldado del MOE.

Cuando pregunto por los proyectos en desarrollo, me informa de que son secretos. Por eso no me dan detalles. Sin embargo, no le cuesta reconocer cuál es su mayor fuente de inspiración a la hora de ponerse creativo: las fuerzas especiales de EEUU. Eso sí, mentar a la competencia lleva implícita una mueca de resignación cuando murmulla, entre suspiros, la palabra "presupuesto".

Es el gran sino del español contemporáneo: intentar ganar la carrera empujando el coche. Algunos días después, me lo vuelvo a cruzar por el cuartel y me cuenta que le acaban de ascender como el que anuncia que se le ha muerto el perro. Un compañero suyo explica el origen de tanta desdicha: la promoción le obliga a marcharse de Rabasa después de pasar tres décadas en una unidad a la que no se llega ni por casualidad ni por dinero.

EL HERIDO EN COMBATE: CAPITÁN L.C.L.

Lo primero que llama la atención al estrechar su mano es un brazo derecho plagado de cicatrices. Es el resultado de los 16 impactos de metralla que le alcanzaron durante una misión en África y de las tres operaciones quirúrgicas que siguieron al incidente.

Resta importancia al asunto explicándome que le tocó a él recibir la candela como le podía haber tocado a cualquiera de sus hombres, y que lo único que sintió al caer herido fue "sorpresa". Como se suele hacer en estos casos, me intereso por el periodo de convalecencia y al escuchar la respuesta el que se sorprende soy yo. Entre el día del ataque y su regreso a la misión no pasaron ni tres semanas.

Imagen

¿La justificación a tanta premura? El deber que tiene un militar de estar con sus hombres en cuanto comprueba que no será una carga para ellos. Se nota que no le gusta hablar de su trabajo con extraños, pero insisto en los motivos que le llevaron a calarse la famosa boina verde. La respuesta que me da se podría hacer extensible al 99% de sus compañeros: superar el reto de ser aceptado en la unidad militar española más preparada para entrar en combate.

No puede evitar sonreír al recordar aquellos meses de prueba y lo que es "pasar hambre de verdad"; de ésa que te deja tanto el cuerpo como las esperanzas por los suelos. Se supone que es el objetivo: llevar a los candidatos hasta límites insospechados para que luego, cuando pinten bastos, estén a la altura de las circunstancias.

EL ESTOICO: TENIENTE M.V.C.

Sentir una «enorme calma» cuando te están friendo a tiros en un lugar del que nunca se han escrito guías turísticas suena a chiste de Patxi, el que se fabricó una chupa de cuero con lo extirpado en la operación de fimosis. Pero este teniente no bromea y dos de sus hombres asienten dándole la razón al ver mi cara de incredulidad.

En su primera vez explica que al escuchar el silbido de las balas miró a su alrededor, vio a sus compañeros y se tranquilizó. Semejante comportamiento se debe a dos razones. La primera, la formación individual que recibe un boina verde, centrada parcialmente en fomentar el autocontrol en situaciones donde un ciudadano normal y corriente se pondría a llamar a su mamá. La segunda, el adiestramiento conjunto que recibe cada unidad para funcionar con una sincronización digna de medalla olímpica.

Imagen Un tirador de élite desciende del Cougar tras el ejercicio.

"Convivimos durante muchas horas", explica ."Como se suele decir, el roce hace el cariño». En efecto, uno de los convencimientos con los que se suele abandonar el MOE tiene que ver con las relaciones personales y cómo marcan una diferencia que ni el número de flexiones ni la precisión con el rifle pueden compensar.

Si no hay sintonía, las garantías de repeler un ataque enemigo con éxito se reducen sustancialmente. Antes de apagar la grabadora, quiero preguntar cómo se lleva el regreso a España después de pasar varios meses en una misión de alto riesgo. Es un asunto que en Estados Unidos genera mucha polémica y mucha película (El francotirador, En tierra hostil) pero mis expectativas se rebajan al instante cuando observo cómo se encoge de hombros: "Pueden darse situaciones atípicas, pero también somos los más preparados cuando toca volver a casa". Fin de la cuestión.

EL VETERANO: SUBOFICIAL MAYOR E.R.V.

Su rango es inferior al de muchos boinas verdes que podrían ser sus hijos. Sin embargo, en el GOE XIX todos le tratan con gran deferencia. Con 54 años, más de la mitad dedicados a las operaciones especiales, su voz es la de la experiencia.

Sonríe cuando le pregunto por la relación que hay con otras unidades del ejército: "Los paracaidistas nos tienen un poco de envidia sana". Se lo piensa dos segundos antes de añadir "lógicamente". Hace años, cuando él se ganó el derecho a lucir la boina verde, el entrenamiento se centraba en repeler una posible invasión de España o, en el caso de llevarse a cabo, en hostigarla mediante la guerra de guerrillas. Eran los tiempos del Pacto de Varsovia y en Hollywood los malos hablaban ruso.

"Ahora las cosas han cambiado, el terrorismo es una amenaza diferente y las misiones se desarrollan lejos". La duda surge inmediatamente: ¿y el MOE ha conseguido adaptarse al nuevo teatro de operaciones? O por ser más claros: ¿puede uno sentirse suficientemente seguro por tenerle a él y los suyos entre el Estado Islámico y el partido del domingo? Vuelve a sonreír, esta vez con picardía: "Estoy convencido".

EL PERRO DE PRESA: SARGENTO PRIMERO E.H.R.

Tarda varios minutos en intervenir en la conversación que estoy manteniendo con uno de sus jefes, pero es mentar a la sociedad española y saltar como un resorte. Se remonta hasta el reformismo borbónico y me deja anonadado cuando explica con la soltura de un catedrático el sistema de levas que implantó Felipe V durante la primera mitad del siglo XVIII para argumentar que a la ciudadanía le faltan kilómetros de madurez a la hora de aceptar que un boina verde es lo que es y sirve para lo que sirve: meterse en el ojo del huracán a rescatar rehenes o eliminar amenazas.

Imagen Soldados del MOE esperan para subirse al Chinook.

Habla de los británicos y de los franceses con cierta nostalgia: "En esos países es impensable que un Gobierno caiga porque una operación haya registrado bajas". Cuando señalo a aquellos aventureros decimonónicos llenos de romanticismo, él desestima la comparación: "A mí me gusta considerarme el perro de presa de mi país, y si mañana me dicen que tengo que arrasar un campamento terrorista en Libia pues voy y lo hago".

Llegados a este punto de la conversación, le pido que me explique su bautizo de fuego. Él sabe que yo no puedo saber detalles concretos de sus misiones, pero me cuenta sin especificar ni el dónde ni el cuándo que tuvo que luchar contra el impulso del cuerpo, que le enviaba señales constantes para ponerse a salvo. "¿Pero cómo me voy a ir si están mis compañeros ahí?". La respuesta es casi retórica, como si estuviese hablando consigo mismo. Se quedó junto a ellos, sí, y ya ha cumplido 11 años a su lado.

LA MINORÍA: CABO D.F.G.

La hegemonía masculina de los boinas verdes sólo se ha visto matizada en seis ocasiones a lo largo de su historia. Esta cabo es una de ellas. Entrar le costó lo suyo: el primer año de instrucción causó baja por anemia tras dedicar 19 horas diarias al ejercicio físico y tuvo que volver a intentarlo una segunda vez.

Superó el curso con 28 años y formó parte de la elite militar patria durante los cinco siguientes. La entrevista se hace por teléfono porque a los 33 decidió trasladarse a la Brigada Paracaidista por motivos personales que explica pero que me pide no reproducir aquí.

Sólo cabe decir que la rutina de los boinas verdes no permite según qué lujos. De su experiencia con el MOE destaca haber "estrechado lazos que en otro ámbito son imposibles" y como mujer aclara, cuando saco a colación los últimos casos de acoso que han salpicado la prensa, que ella en ningún momento sintió recelos de sus compañeros. En su actual destino me cuenta que está contenta pese a "echar muchísimo de menos" las operaciones especiales. Aun así se le escapa una queja: "Aquí el nivel de exigencia es bastante más discreto, así que me he tenido que apuntar a rugby para mantener la forma física".

LA CIVIL: DOCTORA M.A.C.

Después de pasar los últimos cuatro años trabajando en el cuartel del MOE, esta doctora de atención primaria no se lo tiene que pensar mucho cuando pregunto por su principal cometido: suplicar a la gente que se coja la baja.

"Son personas que se resisten a estar limitadas o ausentes y por eso siempre minimizan lo que les sucede", dice.

La aclaración viene acompañada de un gesto que sugiere resignación y la verdad es que no es fácil imaginar a muchos compañeros de profesión enfrentándose a dilemas parecidos.

¿Cómo sabe la doctora cuándo intentan esquivar la baja? Me cuenta que la mayoría se lo pide directamente al entrar en la consulta alegando que siguen en forma y capacitados: "Tienen mucho aguante, porque están acostumbrados a las situaciones extremas y al dolor".

La doctora suele atender a unas 15 personas a la semana, la mayoría por esguinces o luxaciones. Las cuestiones más serias se remiten a los hospitales de la zona, aunque dice que siempre hace un seguimiento del herido. No vaya a ser que suene la flauta y alguno decida firmar el parte.

Imagen El capitán L.C.L, se dirige al campo de tiro.

Por motivos de seguridad ninguno de los soldados que aparecen en este reportaje ha podido mostrar su rostro ni proporcionar su nombre.

http://www.elespanol.com/sabadodomingo/20151129/82991703_0.html

Re: Nuevo G.O.E

NotaPublicado: Dom, 29 Nov 2015, 12:01
por Prest0
Curso Online Psicotécnicos

joyfepolferes.es
Gracias por la subidas de las noticias. Poco se habla de nuestras FAS.

Re: Nuevo G.O.E

NotaPublicado: Dom, 29 Nov 2015, 19:41
por chino94372
CNP Modelo Squad

gafaspolicia.com
Muy buenos artículos, cuantos recuerdos me han venido a la cabeza cuando decían que lo peor es el hambre y el frío, que cierto es, y ambas unidas y junto al agotamiento total y por supuesto la falta de sueňo, que recuerdos.
Ya hace muchos aňos que estuve en Rabasa, mucho ha cambiado la unidad, hablando con antiguos mandos míos, me comentan que ahora son más profesionales pero se les apretá menos, la verdad no lo se, se que antes era muy duro a la vez que gratificante. Me encanta la unidad.

Re: Nuevo G.O.E

NotaPublicado: Mar, 01 Dic 2015, 11:26
por Prest0

foropolicia.es
Se ha profesionalozado más, se ha vuelto mucho más técnico por medios y materiales... Yo lo intente en su momemto y no llegue al nivel... Pero tengo compañeros que meten miedo...
Cambio de doctrina( me encanta esta palabra) que hace que evolucionen las unidades

Con el móvil... perdonad los errores

Re: Nuevo G.O.E

NotaPublicado: Mar, 01 Dic 2015, 12:00
por KOROKOTA
Cartera porta placa CNP

fabricado en piel de vacuno
enpieldeubrique.com
chino94372 escribió:Muy buenos artículos, cuantos recuerdos me han venido a la cabeza cuando decían que lo peor es el hambre y el frío, que cierto es, y ambas unidas y junto al agotamiento total y por supuesto la falta de sueňo, que recuerdos.
Ya hace muchos aňos que estuve en Rabasa, mucho ha cambiado la unidad, hablando con antiguos mandos míos, me comentan que ahora son más profesionales pero se les apretá menos, la verdad no lo se, se que antes era muy duro a la vez que gratificante. Me encanta la unidad.



Ciertas pruebas también son difíciles de olvidar, aunque siempre se recuerda el compañerismo, la amistad y las judiadas que hacíamos cuando no nos controlaban. Ahora son profesionales y es otra cosa, nosotros hacíamos el servicio militar y solo dependíamos de nosotros para pasar ese año y medio que nunca olvidaremos cuando se llamaba C.O.E. Un saludo guerrilleros

Re: Nuevo G.O.E

NotaPublicado: Mar, 01 Dic 2015, 12:46
por chino94372
KOROKOTA escribió:
chino94372 escribió:Muy buenos artículos, cuantos recuerdos me han venido a la cabeza cuando decían que lo peor es el hambre y el frío, que cierto es, y ambas unidas y junto al agotamiento total y por supuesto la falta de sueňo, que recuerdos.
Ya hace muchos aňos que estuve en Rabasa, mucho ha cambiado la unidad, hablando con antiguos mandos míos, me comentan que ahora son más profesionales pero se les apretá menos, la verdad no lo se, se que antes era muy duro a la vez que gratificante. Me encanta la unidad.



Ciertas pruebas también son difíciles de olvidar, aunque siempre se recuerda el compañerismo, la amistad y las judiadas que hacíamos cuando no nos controlaban. Ahora son profesionales y es otra cosa, nosotros hacíamos el servicio militar y solo dependíamos de nosotros para pasar ese año y medio que nunca olvidaremos cuando se llamaba C.O.E. Un saludo guerrilleros

Compaňerismo y amistad incluso con casi todos los mandos. Allí había y espero que lo.sigo habiendo una unión con el mando difícilmente encontrada en otras unidades o cuerpos, allí el mando come lo mismo que tu, si pasas frio el pasa frio, si te mojas el se moja, duerme en el mismo suelo que tu y las mismas horas. Jamás se puede olvidar aquello.
Un saludo, me alegro que hayamos compartido unidad.

Re: Nuevo G.O.E

NotaPublicado: Mar, 01 Dic 2015, 18:45
por SabineroCNP
Es interesante conocer el pasado de algunos foreros por esta mágnifica unidad. Más respeto si cabe a partir de ahora. :)

Re: Nuevo G.O.E

NotaPublicado: Mar, 01 Dic 2015, 22:33
por Prest0
Curso Acceso Guardia Civil

Inicio curso: septiembre 2019
de-pol.es
Ostras, lo de comer igual pasar frío mojarse y no dormir lo pasamos ttodos por igual en las compañias en que he estado, osease que de capitán hacia abajo todos con las mismas miserias. Y así desde que yo entre, por los lejanos 2003... Bueno...cierto proto no... Pero eso ya era la academia.....

Con el móvil... perdonad los errores