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Re: Noticias FAS

NotaPublicado: Jue, 09 May 2019, 08:32
por Muniouro
Controlar el consumo de estupefacientes entre militares es uno de los objetivos del nuevo plan de prevención que puso en marcha Defensa en 2017. Ahí se enmarca la compra de 750.000 kits de detección para erradicar las drogas en los cuarteles.

El Ministerio de Defensa destinará cuatro millones de euros a la adquisición de unos 750.000 kits de detección de drogas para realizar pruebas a los miembros de las Fuerzas Armadas. Una medida para implementar la lucha contra el abuso de sustancias en los cuarteles españoles.

El Ministerio de Defensa se ha propuesto en su Plan General de Prevención de Drogas en las Fuerzas Armadas alcanzar el cero por ciento de positivos, y para ello está aplicando una política de ‘tolerancia cero’. El consumo de drogas está contemplado como falta grave en el Regimen Disciplinario de los militares y puede conllevar -según las circunstancias- su expulsión del ejército.

Más controles por sorpresa

Aunque en la última década han descendido considerablemente los positivos por droga, Defensa ha intensificado su plan de acción contra el consumo con más controles regulares y con pruebas por sorpresa. El objetivo es reducirlo a cero.

Para cubrir las necesidades que conlleva este refuerzo, Defensa ha formalizado varios contratos con tres empresas para el suministro de material con el que detectar el consumo de drogas entre los militares españoles.

El coste total del contrato marco asciende, según los pliegos administrativos, a los 3,3 millones de euros (IVA incluido), un importe superior al que venía dedicándose a estas partidas en años anteriores.

Reactivos y placas

El contrato se divide en tres lotes. El primero de ellos consta de reactivos líquidos que en contacto con la orina analizada cambia de color y permite detectar -según la tonalidad cromática- el tipo de droga consumida. Se han adquirido 150.000 reactivos para cada una de las siguientes drogas: Cannabis, cocaína, opiáceos, estimulantes anfetamínicos y creatinina.

El lote dos se compone de 45.475 reactivos en placa, similares a los test de embarazo comerciales que se pueden adquirir en una farmacia, pero que al contacto con la orina muestran el tipo de droga consumida.

El último de los lotes incluye reactivos para detectar la modificación o adulteración de las muestras de orina para tratar de evitar el positivo en los análisis. Permite detectar la presencia de sustancias que anulan el rastro de drogas o el uso de métodos caseros con los que antes se podían burlar los controles, como hervir alcachofas y beberse el líquido resultante.

Las tres empresas que suministrarán estos cerca de 750.000 kits de detección son Siemens Healthcare, Biogen Diagnóstica y Menarini Diagnósticos. Las firmas farmacéuticas deberán entregar el material a la Inspección General de Sanidad de la Defensa, que será la encargada de distribuirlo a los hospitales militares y a los centros de farmacia de toda España.
https://okdiario.com/espana/defensa-dec ... os-4086140

Re: Noticias FAS

NotaPublicado: Jue, 09 May 2019, 08:39
por Prest0
Mas controles aun?¿
El problema de esta noticia, es que no cuenta nada sobre el plan PADET, o el antiguo PICODE, ya que si alguno se lo lee (a dispocion publica en la paginas oficiales) a los miembros de las FAS se les hacen controles periodicos, incluyendo a oficiales jefes de Unidad.
Lo cual aprovecho, y sigo afirmando, que a todo servidor publico, ya sea militar, policia (con todas su variedades), funcionarios (desde el de la cafeteria hasta Altos cargos deberia pasar por controles antidoping (si alguien se queja, por algo sera...), psicologicos y medicos....
Alguno nos dara una sorpresa...
Salutenss!!

Re: Noticias FAS

NotaPublicado: Jue, 09 May 2019, 09:07
por Muniouro
DEPOL Guardia Civil

Inicio curso: septiembre 2019
de-pol.es
La asociación de militares de tropa y marinería #45sinDespidos ha planteado una batería de preguntas al Gobierno, a través del Portal de Transparencia, en las que exigen saber cuál es la cantidad de armamento "en estado inútil" se destina a las prácticas de desactivación de explosivos en las academias y cuarteles, y cuánta munición en este estado se envía a la empresa contratada por Defensa, Expal, para su 'desmilitarización' y posterior reciclaje. Además, indagan sobre los criterios que se aplican para tomar esas decisiones.

Hace apenas un mes se hizo pública la adjudicación a Expal Systems (Grupo Maxam) del contrato para la neutralización de la munición obsoleta del Ejército de Tierra, por un importe de 1,4 millones de euros. Este contrato se produce en virtud del acuerdo marco para la recogida, desmilitarización y eliminación de municiones, minas, explosivos y artificios de las baterías de municionamiento y polvorines del Ejército de Tierra.

Se 'renueva' de esta forma el contrato con la misma compañía adjudicado el octubre de 2015, aunque por una cantidad que supone más del doble que la actual: 3,6 millones de euros. Fuentes conocedoras de esta actividad, que pidieron anonimato, comentaron a Público que se contrata la desmilitarización a una empresa externa porque el Ejército no tiene capacidad para realizar el desmontaje y reciclado de estos materiales.

No obstante, nunca se ha hecho público exactamente cuánta munición declarada "inútil" se desmilitariza y recicla, y cuánta se utiliza para prácticas en el seno del Ejército. Y es un dato importante, teniendo en cuenta que el uso de material explosivo caducado o inservible para entrenar a los desactivadores de explosivos —una decisión que se tomó en 2007 para no "despilfarrar" material— ha podido ser la causa de la muerte de al menos ocho militares en los últimos ocho años.
Material mortal

En febrero de 2011 tuvo lugar un "error" en la destrucción de varias minas antitanque, un material 'caducado', en una unidad de adiestramiento de desactivación de explosivos en el acuartelamiento de Hoyo de Manzanares (Madrid). Murieron cinco militares y otos dos resultaron gravemente heridos. Estos últimos mantienen un pulso judicial interminable contra el Estado, que se niega a reconocer su responsabilidad en este hecho pese al manifiesto estado "inútil" de esos explosivos.

Dos años más tarde, otros tres militares perdieron la vida en la explosión de un artefacto en proceso de desactivación, en la base militar de la Legión Álvarez de Sotomayor, ubicada en Viator (Almería). Durante la investigación de este hecho quedó patente que se trataba de material 3-D o pendiente de destrucción pero 'desviado' para uso en prácticas.

Así, en el documento elaborado por #45sinDespidos y elevado al Portal de Transparencia con número de solicitud 001-034478, esta asociación demanda conocer, entre otros asuntos, "las cantidades exactas y tipo de municiones y explosivos que engloba el presente marco de acuerdo hasta 2023", y la "cantidad de municiones y explosivos clasificadas inútiles en polvorines, arsenales, bases, instalaciones" no sólo del Ejército de Tierra, sino también de la Armada y del Aire.

En el mismo documento se recuerda que el uso de munición y explosivos caducados para los ejercicios de prácticas se viene realizando al menos desde noviembre de 2007, cuando un mensaje interno de la Dirección de Sistemas de Armas (DIRSAR) del Ejército de Tierra autorizaba expresamente el uso de este tipo de material 'defectuoso' para entrenamiento, tras una petición también por mensaje interno de la Jefatura de la Fuerza Terrestre del Ejército de Tierra.


La munición y los explosivos militares caducan. Su desmilitarización es hoy en día un proceso complejo que busca maximizar la recuperación, el reciclado y la reutilización de los materiales en la medida de los posible.

"Lo que pasa es que la Dirección de Sistemas de Armas (DIRSAR) autoriza para prácticas de desactivación de explosivos ese material 'inútil', que se va a desmilitarizar, con el consiguiente peligro que entraña, y además en contra de los manuales que existen", lamenta la fuente anónima consultada por Público. El manual al que se refiere es el conocido como MT7-023, que define como munición "inútil" —"destruir-3D"— como aquélla no apta para ningún tipo de empleo y condenada a su desmilitarización, en ningún caso reutilizable.

Hay tres formas de eliminar el material bélico caducado, relata esa fuente: "Destruirlo a cielo abierto [que es lo más contraproducente, no se recicla nada, genera residuos para el medio ambiente y los militares llevan año realizándolo de forma encubierta en sus prácticas con el riesgo que supone para la vida]; mediante desbarate, separando los elementos para dejarlos inertes; y por último la desmilitarización propiamente dicha, el reciclaje completo, que reutiliza al máximo los materiales desmontados previamente".
¿Por qué se contrata la desmilitarización de armamento caducado, si se está usando para adiestramiento?

Según publicaba el pasado enero La Información, en el Ejército de Tierra "se está empleando otro tipo de catalogación, la denominada "estado 40", que a efectos prácticos es lo mismo que la clasificación "inútil" pero con un importante matiz: desde que comenzó la crisis financiera, el mando logístico correspondiente puede autorizar su uso para prácticas de desactivación". Y esa situación, de alto riesgo para los militares que se entrenan en estas labores, es la que se pretende poner de relieve con esta petición de información.

Para la asociación, es importante que se conozca la cantidad de munición y explosivos "inútiles" que procesará Expal y cuántas unidades se van a reutilizar para las prácticas, habida cuenta de su manifiesta peligrosidad. Y extiende sus preguntas a ese mismo material procedente de la Armada y del Ejército del Aire, cuyo arsenal además tiene unas características por lo general de naturaleza más compleja, como misiles, cohetes, torpedos...

"Si la munición a desmilitarizar es reutilizada como material de prácticas, ¿qué cantidad de este material queda para ser desmilitarizado por las empresas contratadas por las empresas contratadas por el Ministerio de Defensa?", cuestiona la agrupación de militares en sus preguntas al Portal de Transparencia.

Porque, además, la cuestión que subyace es por qué se cierran contratos para desmilitarizar armamento caducado, si éste se puede usar (y se está usando) para el adiestramiento de los artificieros del Ejército.

Ahora toca aguardar y ver si el Ministerio contestará a estas preguntas.
https://www.publico.es/espana/defensa-m ... iliza.html

Re: Noticias FAS

NotaPublicado: Jue, 09 May 2019, 10:07
por Prest0

Increibles precios
materialpolicial.com
https://www.elespanol.com/reportajes/20 ... 612_0.html

Comandante Aguado, de lo mejor en terminos EOD.

Aguado, el héroe tranquilo: 25 años jugándose la vida con bombas para que no les estallen a otros
El comandante es uno de los rostros del Centro Internacional de Desminado, en Madrid, un referente mundial para la labor de desactivar bombas. EL ESPAÑOL asiste a unos ejercicios de neutralización de explosivos con fuego real.
23 marzo, 2019 02:37
REPORTAJES EJÉRCITO MINISTERIO DE DEFENSA MINAS ANTIPERSONA
Diego Rodríguez Veiga @diegoricks
-¡Permiso para hacer fuego, mi capitán!

-Concedido

-Fuego… fuego… ¡fuego!

Silencio. Debería, pero no suena nada. Hay risas de esas que son puro nervio, de las que buscan un compañero cómplice con la mirada. Si no explota, toca la parte fea. Tocaría salir del refugio, abandonar la seguridad del grosor de esas paredes e ir al sitio del que todos huyen. Tocaría acercarse, ver en la distancia si hay humo y, si no, ir a poner las manos sobre una mina anti carro que por algún motivo no ha explotado y que ha multiplicado su peligro de repente.

¿Se está comiendo el perro de Marta Torné su consolador? La foto de la polémica
M. C.
En La Jungla. La actriz subió un 'selfie' a Instagram sin darse cuenta de que su perro se comía 'algo' detrás de ella, pero sus seguidores sí se percataron.
Por supuesto, el que se tendría que acercar es el que ha puesto mal la carga que intentaba neutralizar la mina. Aunque se trata de un ejercicio, por unos segundos ha tenido una parte demasiado real. Cuando la explosión controlada no explota, todo se complica. Pero… boooom… un final feliz de pólvora retumba. Al final no pasó nada, aunque no sería la primera vez que sí que pasa algo.


Así enseña el Ejército español a desactivar minas y bombas.

Que el fallo momentáneo no distraiga, seguimos en la élite. EL ESPAÑOL ha visitado el Centro Internacional de Desminado (CID) que el Ejército tiene en Hoyo de Manzanares (Madrid) en un curso de desminado que se está impartiendo a miembros de distintos ejércitos de la Organización de Estados Americanos. Pocos saben que en la pequeña localidad de Madrid se esconde una academia que es adalid en la materia para la OTAN, desde que se creó en 2002, y por la que han pasado para formarse militares de medio mundo.

A poca distancia del campo de prácticas se encuentra el comandante José Luis Aguado, una eminencia en ir a esos sitios de los que el resto huye. “Él está aquí desde antes que esto existiera”, bromea un oficial. Aguado pasea por el interior del CID y explica con entusiasmo los distintos tipos de minas que tienen expuestos. Están desde las claymore de los videojuegos hasta unas de la Unión Soviética, de madera y apariencia casi artesanal. “Perdona si me enrollo, es que me gusta mucho”, dice. “Ésta no se qué hace aquí, la habrán puesto los de la limpieza”, ríe, porque por categoría debería ir en otro estante. Para un ojo inexperto casi todas son iguales.

Aguado, desactivando la última mina junto al entonces presidente, José María Aznar, y el ministro de Defensa, Federico Trillo.

Aguado, desactivando la última mina junto al entonces presidente, José María Aznar, y el ministro de Defensa, Federico Trillo. E.E.

Pero pronto la cosa se vuelve solemne. Junto a su despacho cuelgan unos retratos. Todos son hombres, algunos jóvenes, otros no tanto. Una bandera da seriedad y hay una vitrina con ropa y objetos rotos. Los retratos son de los desactivadores de minas caídos en servicio y en la vitrina están algunas de las cosas que llevaban encima en el momento de su muerte. Llama la atención una boina azul, de las de la ONU, llena, entera, de agujeros.

Cuatro días con una bomba de la Guerra Civil
“Los que elegimos esta especialidad es porque es un reto”, reconoce Aguado. “Es algo peligroso, pero cuando hay peligros la gente quiere hacerlos y obtiene una satisfacción por ello”, añade. “A mí me movió esa satisfacción profesional pero también la sensación de hacer un bien para la sociedad. Es algo peligroso, pero el que lo hace no es que esté mal de la cabeza, es que alguien tiene que hacerlo”, dice.

“Es gente que sabe lo que hace y sabe el riesgo y lo asume, porque hay que hacerlo”, comenta mirando al café que se acaba de echar. “Para ello, la mejor seguridad es la formación, porque mejor afrontas el peligro. Si no, te entra el pánico y mejor que no toques”, añade. Y comenta que hay gente que no vale para ello, que algunos de sus compañeros se han cansado de vivir constantemente con esa tensión de si el cable rojo o el azul.

Un brigada, explicando cómo desactivar una granada de un lanzagranadas C90.
Un brigada, explicando cómo desactivar una granada de un lanzagranadas C90. Silvia P. Cabeza

Aguado tiene 60 años y lleva los últimos 40 en el Ejército. Comenzó como sargento e hizo un curso de Operaciones Especiales, los llamados Boinas Verdes. Después, pasó a ser escolta de generales en los años duros de ETA y acabó cambiándolo por la Brigada Paracaidista, como teniente. Ahí acabó en Bosnia, donde fue teniente de zapadores y tuvo su primera experiencia con minas. Fue el 19 de junio de 1993, no se le olvida.

“Estábamos haciendo un rescate de cuatro muertos que se habían caído en un vehículo al río”, recuerda. “Pero en el camino aparecieron dos minas de fragmentación, del tipo PMR2A, y me dieron a mí la orden porque los soldados no eran profesionales todavía, eran voluntarios”, cuenta. “Se consideró que yo era el que más sabía. Y es que habíamos tenido una formación muy buena en la brigada paracaidista, éramos los mejores de toda España”, dice. Por suerte, todo salió bien, por eso ahora lo puede contar.

Después de Bosnia, Aguado volvió a casa y en octubre de 1988 entró al equipo de desactivación de explosivos de la I Región Militar. Fue como voluntario, era lo que le gustaba. Ahí se dedicó sobre todo a desactivar explosivos que habían quedado de la Guerra Civil. “La actividad era frenética, en un día llegamos a quitar hasta tres explosivos”, recuerda.

Con su experiencia, Aguado ha visto de todo, partes del cuerpo cercenadas, compañeros caídos... pero la misión que más le marcó fue la que tuvo que llevar a cabo en el Alcázar de Toledo, donde pasó cuatro días al lado de una bomba de la Guerra Civil. El Alcázar fue duramente asediado durante la contienda y reconstruido dejando explosivos en su interior. “Ese trabajo fue muy complicado, fueron cuatro días en un agujero picando para sacar un proyectil que estaba a metro y medio de profundidad”, cuenta.

Aguado, junto al proyectil de la Guerra Civil en el Alcázar de Toledo.
Aguado, junto al proyectil de la Guerra Civil en el Alcázar de Toledo. E.E.

La tensión era máxima. La propia vibración de la gente que trabajaba alrededor podría haber hecho que explotara. Cuanto más antiguo, más impredecible. Además, uno puede tocar un artefacto explosivo cinco veces y que no pase nada y que a la sexta sí, sin avisar, viviendo en el filo. “Nos preguntaron los bomberos que qué hacían si explotaba. Nada, que se tomaran un café, porque cuando entraran no iba a quedar gran cosa del que estaba trabajando ahí”, dice sobre él. “Ahí sí que no tenías ninguna posibilidad de supervivencia”, añade. Quizás por eso en las fotografías sale sin traje protector, no habría servido de nada.

Pero el tiempo ya ha pasado y Aguado ya no está en ese frente que deja la guerra cuando se va. Ahora se dedica a formar y como asesor técnico en operaciones reales. No hay que confundir, de todas formas, no ha abandonado la primera línea y ha trabajado en múltiples ocasiones en Afganistán, Irak y en varios países de Iberoamérica. “Soy un comandante raro. Tengo 60 años pero siento que puedo aportar algo, que todavía puedo enseñar algo”, se sincera.

El CID como baluarte contra las minas
Antes de terminar la entrevista, Aguado cuenta otra anécdota de Bosnia. Recuerda que estaban patrullando y desde el exterior de una casa se podía ver que la mesa de dentro estaba llena de dinero. A un soldado de su equipo se le ocurrió que podrían llevarse parte de esos billetes como recuerdo, ya que no valían demasiado. Podría haber sido el último error que cometería el soldado.

“Tú tienes ahí una cosa que te llama la atención, puede ser el dinero o una cartera tirada en el suelo”, explica Aguado. “Pero sólo con abrir la ventana, o poner un pie dentro, o levantar el fajo de billetes te puede salir una carga tremenda”, dice. “¿Está tirado ahí o lo han preparado para que un iluso lo mueva? Porque te pueden cazar en cualquier cosa”.

Desde que destruyó las minas que tenía, España se ha centrado en el entrenamiento para desactivar explosivos.
Desde que destruyó las minas que tenía, España se ha centrado en el entrenamiento para desactivar explosivos. Silvia P. Cabeza

Las minas, hablando bien y pronto, son una crueldad, especialmente las anti persona. Son la materialización del ingenio humano empeñado en matar. Son creativas a más no poder y si el enemigo, sea el que sea, descubre cómo trabajan para desactivarlas encontrará alguna forma de que exploten en esas labores.

En el Centro Internacional de Desminado tienen expuesta una bota que ha pisado una mina. La punta del zapato está intacta, pero el talón está reventado. A esa persona habría que amputarle el pie. Pero no la mataría, no busca eso. Es mucho más rentable que al enemigo haya que rescatarlo, gastar tiempo personal y dinero en ello. Y está el efecto psicológico: un rescate profesional de alguien que ha pisado una mina lleva como poco 15 minutos, porque podría haber más. Ese cuarto de hora es puro sufrimiento, puro grito, y la imagen de un compañero que ha perdido parte del cuerpo.

Por eso, en 1997 se firmó el Tratado de Otawa que entró en vigor en 1999 y buscaba poner fin al uso de minas antipersonales. Fue en parte gracias al esfuerzo de Diana de Gales, que había abanderado la lucha contra las minas, poniendo un rostro mediático. Los que lo ratificaron - no lo hicieron Estados Unidos, China y Rusia, entre otros- se comprometían a terminar con la utilización, así como el almacenamiento, producción y venta de este tipo de arma.

Aguado, frente a un traje especial de los que se usan para desactivar explosivos.
Aguado, frente a un traje especial de los que se usan para desactivar explosivos. DRV

España recogió bien el guante y en enero de 1998 el entonces presidente, José María Aznar, acudió a Hoyo de Manzanares a un acto en el que se destruía la primera mina antipersonal. Por aquel entonces, el país tenía 819.678 minas en almacenamiento y los restos de esa primera destruida los guardó el expresidente en La Moncloa. Casi tres años después, en el año 2000, Aznar volvió para ver cómo se destruía la última de ellas. Fue el Comandante Aguado el que hizo los honores.

Como algunos de los ejércitos con más medios del mundo no habían querido ratificar el acuerdo, España logró colocarse a la cabeza de la lucha contra las minas y en 2002 se creó el Centro Internacional de Desminado. Se hizo sobre la base del Grupo de Explosivos, Minas y Artefactos No Reglamentarios que ya existía en la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares. Su objetivo desde entonces es la “formación en desminado humanitario en beneficio de la comunidad internacional”, tanto para ejércitos extranjeros como para las distintas ramas del patrio.

No es un trabajo para valientes
“No te preocupes, Carmen, deja la granada en el suelo”. De vuelta en el campo de prácticas el brigada Barroso bromea con la única mujer del grupo de militares de la Organización de Estados Americanos. El no te preocupes viene porque Carmen está sujetando entre sus manos la granada de un lanzagranadas C90, de esos que usa el Ejército español cuando quiere acabar con un tanque. “De verdad, no hay problema, Carmen, tus trozos los repatriaríamos a tu país”.

Se lo toman con humor, eso sí, sólo cuando toca. Detrás de cada uno de ellos hay un por qué a ese enigma de acercarse a los explosivos. Los colombianos, por ejemplo, cuentan que algunos han tenido familiares víctimas de minas y que por eso están ahí. Otros, porque simplemente quieren ayudar a desminar su país.

Lo cierto es que hoy es su primer día en un nivel EOD 3, el más alto en la jerarquía de desminado humanitario. Y para estrenarse lo están haciendo en un campo lunar que antes no lo era, pero que a base de pólvora ha ido almacenando cráteres y trozos de metralla por doquier. Si pasan este nivel, que no todos lo harán, volverán a sus países convertidos en algunos de los que más saben del tema. No en vano el curso está valorado en 11.000 euros por persona.

Miembros de los ejércitos de la OEA, en el Centro Internacional de Desminado de Hoyo de Manzanares (Madrid).
Miembros de los ejércitos de la OEA, en el Centro Internacional de Desminado de Hoyo de Manzanares (Madrid). Silvia P. Cabeza

En total son 9, de Brasil, Colombia, Panamá, Perú y Uruguay y van a pasar 14 semanas entrenándose en cómo neutralizar minas y otros tipos de artefactos explosivos. Además, tienen que trabajar por parejas, para no bajar la guardia y no estar solos en eso. La pareja no es simplemente un compañero de trabajo, es la única compañía, el único apoyo psicológico y la única persona con la que se habla cuando se tiene en las manos algo que podría volar un edificio.

Es un trabajo muy peligroso y que por eso se desarrolla de manera extremadamente lenta. La guerra en sí funciona despacio, no se da un paso que podría ser fatal. Y aquí son unos profesionales después de todo. La desactivación de minas no es como en la película En tierra hostil donde un personaje le dice a otro: “¿Te das cuenta de que cada vez que intervenimos es a vida o muerte? Lanzas el dado y te la juegas”.

“Esa película ha hecho mucho daño”, dice uno de los instructores de la práctica. “Ahí buscan un héroe de Hollywood pero lo que hacen es poner a un loco, nada que ver con la realidad”, añade. “Antes de entrar en un equipo como estos hay que ser sereno e inteligente”. Los valientes son los que antes vuelven a casa, y lo hacen en cajas de madera.

Re: Noticias FAS

NotaPublicado: Lun, 13 May 2019, 11:11
por Prest0

intervencionpolicial.com
https://www.elcorreo.com/sociedad/suces ... li=Sucesos

Un militar inmoviliza a un joven por provocar daños en una lavandería de Vitoria al grito de 'Alá es grande'
Un ertzaina inmoviliza al joven dentro de la lavandería de Coronación./E. C.
Un ertzaina inmoviliza al joven dentro de la lavandería de Coronación. / E. C.
La Ertzaintza descubre dos coranes y un cuchillo en su mochila. Es su tercer altercado en dos semanas. En el calabozo «sólo rezaba». Ha ingresado en Psiquiatría de Santiago
David González
DAVID GONZÁLEZVITORIA
Viernes, 26 abril 2019, 18:00
El contenido de su mochilla tiene en vilo a organismos policiales. Pero más aún su actitud. «Se pasó todo el tiempo rezando en el calabozo. Musitando lo que parecían versículos», deslizan fuentes internas de la Ertzaintza. Se trata de un joven marroquí que la noche del miércoles fue detenido después de protagonizar un violento altercado en una lavandería de Coronación. Otro cliente, un militar fuera de servicio, le inmovilizó hasta la aparición de las primeras patrullas.

En su mochila guardaba dos coranes –el libro sagrado para los musulmanes– y un cuchillo, de unos veinte centímetros de filo y recién comprado porque seguía dentro de su envoltorio con la etiqueta del precio de venta al público. Según comparten medios consultados, todo empezó porque escupió al suelo dentro del local. Una mujer le recriminó el gesto de mala educación y él supuestamente respondió de forma «muy violenta».

Golpeó las lavadoras, intentó tirar varios objetos del mobiliario. Todo ello al grito de ¡Allahu akbar! (Alá es grande), frase común entre musulmanes y tristemente famosa al ser fagocitada por los terroristas yihadistas.

«Sacó dos cuchillos»
Establecido desde hace poco tiempo en Vitoria «al parecer procedente de Francia», este varón acabó detenido. Su tercer arresto en las dos últimas semanas. El primero, debido a que «sacó dos cuchillos» a sus compañeros de piso, ubicado cerca de la Avenida de Gasteiz. El Juzgado de Instrucción número 2 le impuso una orden de alejamiento de ambos. Tardó menos de 24 horas en saltársela.

Al recuperar la libertad, regresó a la vivienda con la intención de «recoger sus cosas», lo que desembocó en su segunda 'visita' a la comisaría de Portal de Foronda debido a que sus antiguos compañeros de alquiler pidieron auxilio al 112. Al salir del juzgado de guardia sí pudo volver a su antiguo hogar, con escolta policial, para llevarse sus enseres personales.

El cuchillo, aún en su envoltorio.
El cuchillo, aún en su envoltorio. / E. C.
Este caso ha traspasado las oficinas de la Ertzaintza. Según ha sabido este periódico, otros cuerpos de ámbito nacional ya han abierto ficha al respecto en un intento de tratar de dilucidar su grado exacto de amenaza o si, simplemente, se encuentran ante una persona fuera de sus cabales.

Su ubicación actual está controlada. El propio miércoles, una ambulancia medicalizada le trasladó al hospital Santiago, donde le derivaron al área de Psiquiatría, la conocida como 'séptima planta'. Allí se decretó su ingreso preventivo para un análisis más pormenorizado de su estado mental.

Re: Noticias FAS

NotaPublicado: Mié, 22 May 2019, 21:59
por Bávaro

sector115.es
Interceptan un pesquero con 1.500 kilos de cocaína en Canarias con destino a Galicia

Europa Press
Tiempo de lectura: 2' 21 may 2019 - 18:51 Actualizado 18:52

La operación está dirigida por un juzgado de Vigo, que decreta el ingreso en prisión de los siete detenidos en el barco

Agentes de la Policía Nacional han interceptado una embarcación cargada con 1.500 kilos de cocaína en el marco de una operación conjunta con la Agencia Nacional del Crimen (NCA por sus siglas inglesas) británica, la Aduana francesa, la Policía Judiciaria de Portugal y la Policía Federal de Brasil.

La embarcación, un pesquero sin pabellón que ha llegado este martes al puerto de La Luz, partió de Brasil con dirección a España y tenía como destino Galicia y otras ciudades europeas. Fue asaltado en alta mar por agentes del GEO, con la colaboración de la Armada Española y del Ejército del Aire.

La investigación, dirigida por el Juzgado de Instrucción Número 4 de Vigo, comenzó el pasado mes de enero cuando los agentes tuvieron constancia de la existencia de una organización de narcotraficantes sudamericanos afincada en España, que estaba preparando el envío y recepción de una importante partida de cocaína.

Hace pocos días, el pesquero fue localizado y abordado por los agentes y se trataba de un barco pesquero sin pabellón con siete personas a bordo, que han sido arrestadas. El juez ha decretado su ingreso en prisión tras tomarles declaración por vía telemática en alta mar en la patrullera que los ha neutralizado, según informa el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).

COLABORACIÓN ENTRE PAÍSES

En el curso de esta investigación y fruto de la diaria colaboración que se mantiene con las principales Agencias Antidroga, se detectaron coincidencias entre informaciones operativas de varios países.

Desde ese momento, la Policía Nacional encabezó la coordinación de la investigación internacional. A principios del mes de abril se detectó el barco nodriza que transportaba la droga desde Sudamérica a España, por lo que se solicitó la colaboración de la Armada Española y su Buque de Acción Marítima 'Meteoro', embarcando en el mismo además de su tripulación, una dotación del GEO y agentes de la investigación.

En una primera inspección de seguridad se intervinieron 50 sacas de 30 kilogramos cada una, distribuidas en cinco palets, con un peso aproximado de 1.500 kilogramos.

https://www.cope.es/actualidad/espana/n ... 521_419040

Re: Noticias FAS

NotaPublicado: Jue, 23 May 2019, 09:05
por Muniouro
"Hay desmayos por falta de nutrientes"; "hay incidencias graves"; "nos pueden suspender de empleo y sueldo"; "tienen miedo"; "ponen en peligro nuestra salud"; "la comida del cuartel es incomible"... Como éstas decenas de declaraciones de militares españoles que anoche en el programa de Chicote¿Te lo vas a comer? ponían los pelos de punta. Sí, las vergüenzas del Ejército destapadas por el chef, que desveló de la mano de militares que preferían mantenerse en el anonimato por miedo, la pésima y lamentable alimentación del Ejército español.

Terrible ver las imágenes enviadas por estos militares de la comida que se les sirve en los cuarteles. Ni a tu peor enemigo le darías un 'rancho' como el que comen nuestros soldados. Tortilla de patata con moho, macarrones con agua "para que parezca que hay más cantidad", pescado incomible, fritanga, cucarachas en el pollo, lácteos caducados, fruta podrida... y no sigo porque se me revuelve el estómago y lo que no es el estómago.

Y lo peor, si se les ocurre quejarse, si les ocurre denunciarlo a cara descubierta, si se les ocurre por un casual hacer público tal bochorno se consideraría una "deslealtad a la bandera" y las represalias acabarían con sus carreras. Vergüenza, vergüenza y vergüenza.

Comenzaba el programa con un Chicote sentado en un parque leyendo la denuncia de un militar que, obviamente, prefirió mantenerse oculto. El soldado escribió una carta al chef en el que después de 10 años de servicio prefería mantenerse en el anonimato "porque tendría graves consecuencias si se supiera quién escribe este mail".

Suena aterrador, pero más aterrador es cuando comienza a relatar la alimentación que se les brinda en los cuarteles: "Nos dan en la mayoría de los casos lo que en otros sitios no querrían o no se pondría vender en ningún sitio (...) Carne llena de grasa e incomible, pescado de aspecto y sabor asqueroso, fruta de muy pequeño tamaño, e incluso, alguna vez bollería y lácteos caducados".

Suena espeluznante, pero más espeluznante era ver a la vez que se escuchaba su relato las imágenes de dichos platos. ¿En serio?, ¿a esto se ha llegado?, ¿a dar alimentos que nadie se comería?, ¿a pasar miedo por denunciar una situación que pone en peligro su salud?, ¿a tener que recurrir a una red social, Telegram, para hacer visible la bazofia -no tiene otro nombre- que se sirve en los cuarteles?, ¿a ni siquiera saber identificar lo que hay en el plato? Pues sí, a eso se ha llegado en el Ejército español, al parecer por la externalización de las cocinas de los cuarteles -antiguamente eran los propios soldados los que se encargaban de las cocinas-. Es decir, a la privatización de dicho servicio y, por tanto, a que unos se llenen las sacas a costa de la salud de los soldados.
"Me he enterado que muchos militares han encontrado en las Redes Sociales la manera de quejarse y mostrarle a otros cuáles son los problemas que tienen, entre ellos el de la alimentación. Hay un grupo en Telegram que se llama Ciudadanos de Uniforme en el que diferentes soldados van colgando imágenes de muchas cosas, entre ellas de comida. Por ejemplo, la cena de Nochebuena en algunos cuarteles. Es una sopa o crema de algo y unos trozos de carne con una patata a la mitad que tiene una pinta 'fuera de serie'. Unos espárragos aplastados que tiene pinta de haber estado unos encima de otros y se ve perfectamente la marca y un poco de lechuga. Soy incapaz de reconocer esto, y algo que parece que es pescado porque lleva una chirla. Y esto es una especie de pudin. Y dicen: 'nos siguen llegando imágenes de lo que fue la Nochebuena en algunos cuarteles. Vergonzoso'. 'Lamentable cena de Nochebuena en el acuartelamiento Capitán Sevillano'. Pues sí. Un espárrago, lo centro no sé qué es, y esto, alguien podría decir que lo que fue una salsa. Es tela", y esto sólo una pequeña parte de lo que Chicote llegó a ver. Incluso cenas en campos de maniobras en los que ni siquiera se les dio agua. Es que ya no hablamos siquiera de comida, hablamos de agua.

Pero puede ser peor, mucho peor. Un militar, de nuevo en el anonimato, le muestra a Chicote las imágenes que reciben cuando se encuentran de maniobras. Relatarlo es hasta indignante. El soldado cuenta que la unidad militar en la que se encuentra sale mañana de maniobras. Si la hora de la comida les pilla de traslado desde la ciudad en la que se encuentra su cuartel hasta donde se van a realizar las maniobras les dan una bolsa de comida.

Es lo que en el Ejército se conoce como ración en frío. El soldado le muestra a Chicote de qué está compuesta dicha ración y con sólo verlo en fotos ya se te cae el alma a los pies. Dos bollitos de pan, un paquete de salchichón, un batido de chocolate y un zumo. En otra se ve un refresco de cola, un trozo de chorizo, un trozo de chóped y una naranja.
"Lo peor de todo es que algunas veces, y ahí no se ve la fecha, nos lo dan caducado. Y nos lo tenemos que comer porque no tenemos otra cosa", denuncia el soldado. Para el que no esté muy puesto en cómo funciona el Ejército, las maniobras militares son ejercicios militares en los cuales se practican operativos que se necesitarán en caso de que haya guerra. "Una simulación de un escenario de batalla", explica el chef. Esfuerzo, tensión, ejercicio... y durante 24 horas días. Es decir, el gasto energético que se realiza durante dichas maniobras es el suficiente como para que la alimentación no sólo fuera buena sino que también estuviera pensada por nutricionistas que establezcan las calorías necesarias para llevarlos a cabo y no sufrir desmayos.
Como esto no existe, los desmayos acaban ocurriendo sin que a nadie le importe. "Nos dan muchas veces una bolsita de plástico, aquí tienes, y ahí va un trozo de pan duro, un poquito de fiambre, una pieza de fruta a ver en qué estado está y poco más. Hay desmayos, le faltan nutrientes al cuerpo que le estamos dando y se nota mucho en nuestra fatiga, se nota mucho. Es oficio es vocacional y nosotros estamos orgullosos de llevar este uniforme, pero las penitencias que estamos pasando no tienen nada que ver". Orgullosos de llevar un uniforme que, además de lo que supone, también lleva consigo tener que soportar una alimentación pésima a la que a nadie parece importar.

Muchos podrían pensar que son las quejas de unos pocos, pero Chicote consigue hablar con muchos más, muchos que como otros compañeros no quieren que se les pueda reconocer de ninguna de las maneras. Denunciar un hecho en el Ejército les puede costar toda su carrera. Pero aun así es tal la situación alimenticia de los soldados españoles que, aunque ocultos, no pueden dejar de denunciarlo. El chef logra hablar con un militar, probablemente el testimonio más duro de todo el programa, al que le traslada la sorpresa que le está generando todo lo que se está encontrando en los cuarteles. "¿De verdad te sorprende?", le pregunta el militar. "Denunciar esto se puede considerar falta grave. "Se sanciona económicamente, suspensión de empleo y sueldo, etc. Queda en mi expediente reflejado "esa mancha", como dirían ellos", explica el soldado.
Sí, reclamar una cosa que está mal, una cosa que pone en peligro su salud, una cosa que ni siquiera debería existir es "una mancha". Este soldado lleva 18 años en el Ejército, media vida, y no duda a la hora de responder cuando Chicote le pregunta cómo se come en el cuartel, en las maniobras y en las misiones. "En el cuartel, por ejemplo, donde estoy ahora es incomible, incomible. La carne... las albóndigas de lata y el pollo asado... Del pollo asado te puedes aburrir, dos veces por semana seguro. Con patatas fritas, eso es lo hay. Y en mi unidad, debido al gasto energético, debes tener una dieta hipercalórica. Pero hipercalórica creo que lo han entendido mal. No se trata de fritanga y rebozados, eso no es hipocalórica. En mi cuartel, por ejemplo, no hay buffet de ensaladas y no hay ni dos platos de primero, ni dos platos de segundo a elegir. Hay lo que hay, un primero y un segundo. Pescado, por ejemplo, no te dicen que pescado es y tienes que adivinarlo. A mí me tocó una merluza que no estaba muy bien preparada, me quejé y me dijo 'macho, es que esto no es un restaurante', y es cuando dije 'se acabó, ya no como más aquí'".
Porque a eso llegan al final dada la situación muchos de los soldados pese a que la comida es un servicio que cubre el Ejército. La mayoría dada la comida incomible que se les sirve o bien se llevan la comida de casa o bien se van a la cantina donde por 6 euros se comen un plato combinado, "incluso me lo sirven, y con café".

¿Quién cocina en los cuarteles? Contratas, es decir, una empresa externa por la que el soldado paga alrededor de unos 2,50 euros, "lo que pasa que las contratas reciben una ayuda del Estado, cerca de 4 euros, entonces si sumas son 6,50 euros, y lo que nos dan no vale 6,50 euros". Todo esto lleva a que sólo entre un 5% y un 6% de los soldados coman en el cuartel. El resto, de su bolsillo, de su casa o de algún lugar en el que lo que coman al menos sea un poquito mejor que lo que les sirven.
Si algo ha demostrado el programa de Chicote es que no se queda sólo en las quejas. Chicote busca el origen del problema, busca a los responsables, les hace que den la cara y si hace falta les deja en evidencia, lo que suele ocurrir la mayoría de las veces. En el caso del Ejército no iba a ser menos. El chef solicitó una reunión con un Alto Mando militar responsable de la alimentación de los cuarteles. "No ha sido fácil", pero lo consigue. El coronel Manso recibe a Chicote donde le muestra el comedor y las cocinas de la Base Príncipe y donde le presenta al encargado de la adjudicataria que se encarga de dar de comer a los soldados que se encuentran en esa base.

Todo parece maravilloso, todo limpio, todo organizado, todo colocado y todo estupendo. Vamos, que tú lo ves así y no te crees ni por asomo que en cocinas así se pueda dar de comer la bazofia que los militares fotografían y denuncian. "¿Los menús que se sirven en el Ejército quién los diseña?", le pregunta Chicote. "La empresa adjudicataria que se lo pasa al responsable de la Base acorde con lo contratado", responde el coronel. Es decir, el Ejército se lava las manos porque es la contrata y es lo que han contratado.
Sin embargo, Chicote les saca las vergüenzas. Les muestra los menús de otros cuarteles donde ni se especifica el pescado, ni que llevan los platos, ni nada de nada. "¿Cómo alguien puede decir está OK si no sabe ni siquiera qué pescado es?", cuestiona el chef. "Eso, luego en la realidad del acuartelamiento sí se sabe", responde el coronel que añade que cada trimestre reciben un informe de los que comen, "y ahora mismo estamos saliendo sobre 5, en un 3,5". Es decir, que las quejas que ha visto y escuchado Chicote deben ser sólo de unos pocos. La misma historia de siempre.

Cada vez que Chicote se encuentra con los responsables de la alimentación que se denuncia las respuestas son las mismas. Balones fuera e informes que dicen todo lo contrario. Aquí hay alguien que miente, y desde luego las imágenes de la comida de los soldados, esas, sí que no engañan.
Lo mismo ocurre cuando el chef acude a la empresa Dulcinea Nutrición, adjudicataria encargada de la comida del cuartel de Camposanto en Cádiz, donde hace tiempo se encontraron gusanos en varios platos de fideua. Y, de nuevo, balones fuera. El encargado de esta empresa culpa al que les contrata, es decir, el Ejército de que son ellos los que eligen que se sirva un único plato, pese a que se cobra igual se sirva uno o se sirvan dos. Suena increíble, pero es tal cual. El cuartel lo niega y la contrata les culpa ellos, y los soldados siguen comiendo basura.

Ni siquiera con la polémica de los gusanos en la fideua, la contrata es capaz de entonar el mea culpa. El coronel Manso sí lo hace, pero la adjudicataria se limita a decirle a Chicote que los gusanos no llegaron a los comensales y que fue "algo puntual". Manda narices, que con gusanos en la comida, las cosas sigan igual.

Porque todo sigue igual, porque todos responsables y comensales reconocen la baja calidad nutricional de los alimentos, pero quien tiene que hacer algo no hace nada. Porque los soldados siguen alimentándose de comida que no se comería nadie o siguen trayéndose comida de su casa para poder alimentarse en condiciones. Porque siguen yendo de maniobras y se siguen desmayando porque no se les da de comer lo que se les debería dar. Porque es vergonzoso que en 2019 los militares coman peor que hace 25 años. Porque es demencial que hoy por hoy nadie se haga cargo y si lo denuncias encima te la juegues. Siempre hubo clases y siempre hubo quien se aprovechó de las necesidades de otros.
https://www.elmundo.es/television/momen ... b4630.html

Re: Noticias FAS

NotaPublicado: Jue, 23 May 2019, 14:27
por Prest0
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Muniouro escribió:"Hay desmayos por falta de nutrientes"; "hay incidencias graves"; "nos pueden suspender de empleo y sueldo"; "tienen miedo"; "ponen en peligro nuestra salud"; "la comida del cuartel es incomible"... Como éstas decenas de declaraciones de militares españoles que anoche en el programa de Chicote¿Te lo vas a comer? ponían los pelos de punta. Sí, las vergüenzas del Ejército destapadas por el chef, que desveló de la mano de militares que preferían mantenerse en el anonimato por miedo, la pésima y lamentable alimentación del Ejército español.

Terrible ver las imágenes enviadas por estos militares de la comida que se les sirve en los cuarteles. Ni a tu peor enemigo le darías un 'rancho' como el que comen nuestros soldados. Tortilla de patata con moho, macarrones con agua "para que parezca que hay más cantidad", pescado incomible, fritanga, cucarachas en el pollo, lácteos caducados, fruta podrida... y no sigo porque se me revuelve el estómago y lo que no es el estómago.

Y lo peor, si se les ocurre quejarse, si les ocurre denunciarlo a cara descubierta, si se les ocurre por un casual hacer público tal bochorno se consideraría una "deslealtad a la bandera" y las represalias acabarían con sus carreras. Vergüenza, vergüenza y vergüenza.

Comenzaba el programa con un Chicote sentado en un parque leyendo la denuncia de un militar que, obviamente, prefirió mantenerse oculto. El soldado escribió una carta al chef en el que después de 10 años de servicio prefería mantenerse en el anonimato "porque tendría graves consecuencias si se supiera quién escribe este mail".

Suena aterrador, pero más aterrador es cuando comienza a relatar la alimentación que se les brinda en los cuarteles: "Nos dan en la mayoría de los casos lo que en otros sitios no querrían o no se pondría vender en ningún sitio (...) Carne llena de grasa e incomible, pescado de aspecto y sabor asqueroso, fruta de muy pequeño tamaño, e incluso, alguna vez bollería y lácteos caducados".

Suena espeluznante, pero más espeluznante era ver a la vez que se escuchaba su relato las imágenes de dichos platos. ¿En serio?, ¿a esto se ha llegado?, ¿a dar alimentos que nadie se comería?, ¿a pasar miedo por denunciar una situación que pone en peligro su salud?, ¿a tener que recurrir a una red social, Telegram, para hacer visible la bazofia -no tiene otro nombre- que se sirve en los cuarteles?, ¿a ni siquiera saber identificar lo que hay en el plato? Pues sí, a eso se ha llegado en el Ejército español, al parecer por la externalización de las cocinas de los cuarteles -antiguamente eran los propios soldados los que se encargaban de las cocinas-. Es decir, a la privatización de dicho servicio y, por tanto, a que unos se llenen las sacas a costa de la salud de los soldados.
"Me he enterado que muchos militares han encontrado en las Redes Sociales la manera de quejarse y mostrarle a otros cuáles son los problemas que tienen, entre ellos el de la alimentación. Hay un grupo en Telegram que se llama Ciudadanos de Uniforme en el que diferentes soldados van colgando imágenes de muchas cosas, entre ellas de comida. Por ejemplo, la cena de Nochebuena en algunos cuarteles. Es una sopa o crema de algo y unos trozos de carne con una patata a la mitad que tiene una pinta 'fuera de serie'. Unos espárragos aplastados que tiene pinta de haber estado unos encima de otros y se ve perfectamente la marca y un poco de lechuga. Soy incapaz de reconocer esto, y algo que parece que es pescado porque lleva una chirla. Y esto es una especie de pudin. Y dicen: 'nos siguen llegando imágenes de lo que fue la Nochebuena en algunos cuarteles. Vergonzoso'. 'Lamentable cena de Nochebuena en el acuartelamiento Capitán Sevillano'. Pues sí. Un espárrago, lo centro no sé qué es, y esto, alguien podría decir que lo que fue una salsa. Es tela", y esto sólo una pequeña parte de lo que Chicote llegó a ver. Incluso cenas en campos de maniobras en los que ni siquiera se les dio agua. Es que ya no hablamos siquiera de comida, hablamos de agua.

Pero puede ser peor, mucho peor. Un militar, de nuevo en el anonimato, le muestra a Chicote las imágenes que reciben cuando se encuentran de maniobras. Relatarlo es hasta indignante. El soldado cuenta que la unidad militar en la que se encuentra sale mañana de maniobras. Si la hora de la comida les pilla de traslado desde la ciudad en la que se encuentra su cuartel hasta donde se van a realizar las maniobras les dan una bolsa de comida.

Es lo que en el Ejército se conoce como ración en frío. El soldado le muestra a Chicote de qué está compuesta dicha ración y con sólo verlo en fotos ya se te cae el alma a los pies. Dos bollitos de pan, un paquete de salchichón, un batido de chocolate y un zumo. En otra se ve un refresco de cola, un trozo de chorizo, un trozo de chóped y una naranja.
"Lo peor de todo es que algunas veces, y ahí no se ve la fecha, nos lo dan caducado. Y nos lo tenemos que comer porque no tenemos otra cosa", denuncia el soldado. Para el que no esté muy puesto en cómo funciona el Ejército, las maniobras militares son ejercicios militares en los cuales se practican operativos que se necesitarán en caso de que haya guerra. "Una simulación de un escenario de batalla", explica el chef. Esfuerzo, tensión, ejercicio... y durante 24 horas días. Es decir, el gasto energético que se realiza durante dichas maniobras es el suficiente como para que la alimentación no sólo fuera buena sino que también estuviera pensada por nutricionistas que establezcan las calorías necesarias para llevarlos a cabo y no sufrir desmayos.
Como esto no existe, los desmayos acaban ocurriendo sin que a nadie le importe. "Nos dan muchas veces una bolsita de plástico, aquí tienes, y ahí va un trozo de pan duro, un poquito de fiambre, una pieza de fruta a ver en qué estado está y poco más. Hay desmayos, le faltan nutrientes al cuerpo que le estamos dando y se nota mucho en nuestra fatiga, se nota mucho. Es oficio es vocacional y nosotros estamos orgullosos de llevar este uniforme, pero las penitencias que estamos pasando no tienen nada que ver". Orgullosos de llevar un uniforme que, además de lo que supone, también lleva consigo tener que soportar una alimentación pésima a la que a nadie parece importar.

Muchos podrían pensar que son las quejas de unos pocos, pero Chicote consigue hablar con muchos más, muchos que como otros compañeros no quieren que se les pueda reconocer de ninguna de las maneras. Denunciar un hecho en el Ejército les puede costar toda su carrera. Pero aun así es tal la situación alimenticia de los soldados españoles que, aunque ocultos, no pueden dejar de denunciarlo. El chef logra hablar con un militar, probablemente el testimonio más duro de todo el programa, al que le traslada la sorpresa que le está generando todo lo que se está encontrando en los cuarteles. "¿De verdad te sorprende?", le pregunta el militar. "Denunciar esto se puede considerar falta grave. "Se sanciona económicamente, suspensión de empleo y sueldo, etc. Queda en mi expediente reflejado "esa mancha", como dirían ellos", explica el soldado.
Sí, reclamar una cosa que está mal, una cosa que pone en peligro su salud, una cosa que ni siquiera debería existir es "una mancha". Este soldado lleva 18 años en el Ejército, media vida, y no duda a la hora de responder cuando Chicote le pregunta cómo se come en el cuartel, en las maniobras y en las misiones. "En el cuartel, por ejemplo, donde estoy ahora es incomible, incomible. La carne... las albóndigas de lata y el pollo asado... Del pollo asado te puedes aburrir, dos veces por semana seguro. Con patatas fritas, eso es lo hay. Y en mi unidad, debido al gasto energético, debes tener una dieta hipercalórica. Pero hipercalórica creo que lo han entendido mal. No se trata de fritanga y rebozados, eso no es hipocalórica. En mi cuartel, por ejemplo, no hay buffet de ensaladas y no hay ni dos platos de primero, ni dos platos de segundo a elegir. Hay lo que hay, un primero y un segundo. Pescado, por ejemplo, no te dicen que pescado es y tienes que adivinarlo. A mí me tocó una merluza que no estaba muy bien preparada, me quejé y me dijo 'macho, es que esto no es un restaurante', y es cuando dije 'se acabó, ya no como más aquí'".
Porque a eso llegan al final dada la situación muchos de los soldados pese a que la comida es un servicio que cubre el Ejército. La mayoría dada la comida incomible que se les sirve o bien se llevan la comida de casa o bien se van a la cantina donde por 6 euros se comen un plato combinado, "incluso me lo sirven, y con café".

¿Quién cocina en los cuarteles? Contratas, es decir, una empresa externa por la que el soldado paga alrededor de unos 2,50 euros, "lo que pasa que las contratas reciben una ayuda del Estado, cerca de 4 euros, entonces si sumas son 6,50 euros, y lo que nos dan no vale 6,50 euros". Todo esto lleva a que sólo entre un 5% y un 6% de los soldados coman en el cuartel. El resto, de su bolsillo, de su casa o de algún lugar en el que lo que coman al menos sea un poquito mejor que lo que les sirven.
Si algo ha demostrado el programa de Chicote es que no se queda sólo en las quejas. Chicote busca el origen del problema, busca a los responsables, les hace que den la cara y si hace falta les deja en evidencia, lo que suele ocurrir la mayoría de las veces. En el caso del Ejército no iba a ser menos. El chef solicitó una reunión con un Alto Mando militar responsable de la alimentación de los cuarteles. "No ha sido fácil", pero lo consigue. El coronel Manso recibe a Chicote donde le muestra el comedor y las cocinas de la Base Príncipe y donde le presenta al encargado de la adjudicataria que se encarga de dar de comer a los soldados que se encuentran en esa base.

Todo parece maravilloso, todo limpio, todo organizado, todo colocado y todo estupendo. Vamos, que tú lo ves así y no te crees ni por asomo que en cocinas así se pueda dar de comer la bazofia que los militares fotografían y denuncian. "¿Los menús que se sirven en el Ejército quién los diseña?", le pregunta Chicote. "La empresa adjudicataria que se lo pasa al responsable de la Base acorde con lo contratado", responde el coronel. Es decir, el Ejército se lava las manos porque es la contrata y es lo que han contratado.
Sin embargo, Chicote les saca las vergüenzas. Les muestra los menús de otros cuarteles donde ni se especifica el pescado, ni que llevan los platos, ni nada de nada. "¿Cómo alguien puede decir está OK si no sabe ni siquiera qué pescado es?", cuestiona el chef. "Eso, luego en la realidad del acuartelamiento sí se sabe", responde el coronel que añade que cada trimestre reciben un informe de los que comen, "y ahora mismo estamos saliendo sobre 5, en un 3,5". Es decir, que las quejas que ha visto y escuchado Chicote deben ser sólo de unos pocos. La misma historia de siempre.

Cada vez que Chicote se encuentra con los responsables de la alimentación que se denuncia las respuestas son las mismas. Balones fuera e informes que dicen todo lo contrario. Aquí hay alguien que miente, y desde luego las imágenes de la comida de los soldados, esas, sí que no engañan.
Lo mismo ocurre cuando el chef acude a la empresa Dulcinea Nutrición, adjudicataria encargada de la comida del cuartel de Camposanto en Cádiz, donde hace tiempo se encontraron gusanos en varios platos de fideua. Y, de nuevo, balones fuera. El encargado de esta empresa culpa al que les contrata, es decir, el Ejército de que son ellos los que eligen que se sirva un único plato, pese a que se cobra igual se sirva uno o se sirvan dos. Suena increíble, pero es tal cual. El cuartel lo niega y la contrata les culpa ellos, y los soldados siguen comiendo basura.

Ni siquiera con la polémica de los gusanos en la fideua, la contrata es capaz de entonar el mea culpa. El coronel Manso sí lo hace, pero la adjudicataria se limita a decirle a Chicote que los gusanos no llegaron a los comensales y que fue "algo puntual". Manda narices, que con gusanos en la comida, las cosas sigan igual.

Porque todo sigue igual, porque todos responsables y comensales reconocen la baja calidad nutricional de los alimentos, pero quien tiene que hacer algo no hace nada. Porque los soldados siguen alimentándose de comida que no se comería nadie o siguen trayéndose comida de su casa para poder alimentarse en condiciones. Porque siguen yendo de maniobras y se siguen desmayando porque no se les da de comer lo que se les debería dar. Porque es vergonzoso que en 2019 los militares coman peor que hace 25 años. Porque es demencial que hoy por hoy nadie se haga cargo y si lo denuncias encima te la juegues. Siempre hubo clases y siempre hubo quien se aprovechó de las necesidades de otros.
https://www.elmundo.es/television/momen ... b4630.html


Y eso que han ido a Principe, BRIPAC. No a otros sitios que pareces meterte en Cuentame, temporada 3....
Hay unas propuestas, para que todo lo externalizado de defensa pase a ser ocupado por militares, en la segunda actividad que quieren meter, y asi recuperar a ciertos REDs y dar una solucion al tema 45....
Salutenss!!

Re: Noticias FAS

NotaPublicado: Vie, 24 May 2019, 08:55
por KOROKOTA
Alucinado me dejais con el tema de la comida. En mi año y 4 meses de servicio militar obligatorio daban fatal y solo comíamos mejor cuando cambiaban al teniente de suministros encargado de las comidas, pero muchas veces teníamos que ir a la cantina para comer Urtains (platos combinados de ahora), eso y los paquetes que nos mandaban nuestras familias, porque sino no eramos personas. Un saludo

Re: Noticias FAS

NotaPublicado: Vie, 24 May 2019, 19:23
por Prest0
Fundas Para Arma Corta

desenfunda.com
KOROKOTA escribió:Alucinado me dejais con el tema de la comida. En mi año y 4 meses de servicio militar obligatorio daban fatal y solo comíamos mejor cuando cambiaban al teniente de suministros encargado de las comidas, pero muchas veces teníamos que ir a la cantina para comer Urtains (platos combinados de ahora), eso y los paquetes que nos mandaban nuestras familias, porque sino no eramos personas. Un saludo


La verdad es que se come mejor por ahi tirado que en muchos cuarteles.
Salutenss!!