policalipo escribió:Hogueras con sidra usted cree que he aumentado de peso porque si?. Yo no busco ser un musculitos sino pasar las pruebas fisicas. No es que este entrenando mal. Cuando hacia en 7 u 8 el 2000 pesaba poco pero no levantaba una dominada. Al ejercitar dorsales mejore en dominadas pero empeore en carrera. Nose como se atreve a valorar aunque sea opinar sobre lo que hago sin conocerme. El año de 159 plazas me quede a las puertas.
Con mis 110kg creo que correria los 100m mas rapido que usted ya que estoy cerca del record mundial asi que mi problema no creo que sea problema de entrenamiento. He bajado 10 kg ya y hago las mIsmas dominadas. Entreno con peso y lo que me dicen preparadores fisicos.
Creo que este año han puesto un poco de cabeza ya que veo mas eficaz para la labor policial un 1000 que un 2000 al igual que deberia ser un 400. Tengo amigos en uip y no corren mas de 400 m haciendo su trabajo.( ya no hablo de geos que tienen un entrenamiento mas especifico).
Aunque sea policia debe tener un pocode tacto en sus opiniones.( le leo bastante y se pasa muchas veces con su opinion valiendose que ya es policia) lo digo porque "un hunilde opositor como va a contestar a un policia.... ", pero vamos que se pasa muchas veces.
Yo era bastante rápido cuando tenía veinte tacos. De los más rápidos de mi provincia para no entrenar esa categoría. Y nunca bajé de once segundos. Ni el mítico Harold Abrahams, el de Carros de Fuego, bajó de diez segundos en las Olimpiadas de Amberes. Ni siquiera Jesse Owens, el de las de Berlín, cuya película anda ahora por ahí.
Pero bueno, si te hace ilusión decir que preparando unas oposiciones a policía resulta que das el tiempo que ya quisieran en sus sueños la mayoría de velocistas del mundo, entrenando para ello a conciencia, asistidos de profesionales, adelante. No hay problema.
Lo que sí te digo es que, y eso nos pasa a todos, cuando se entrena y se tienen menos de treinta abriles, se piensa que esa velocidad y esa potencia que se tienen van a permanecer con uno, a pesar del tiempo que transcurra. Yo he seguido corriendo, llevo haciéndolo desde 1986, y he corrido algunas veces detrás de los choros, mal hecho porque mira que me lo tengo dicho que no, pero soy así: la última vez que lo hice con cuarenta y siete tacos. Y no se escapó. Claro que el ínclito ya había corrido antes un trecho al salir huyendo de sus perseguidores, dos tenderos a quienes había hurtado mercancía, y yo sabía de esa circunstancia. Solo tuve que aguantarle el sprint de los 100 metros primeros y esperar a que en los cien o ciento cincuenta siguientes le entrara la pájara, cayéndole por detrás como el expreso de Andalucía y arrollándolo. Si en frío lo pienso no lo hago, ya digo. Y si un chaval como tú me reta, menos, porque solo compito conmigo mismo, fiel a la filosofía de la soledad del corredor de fondo.
Ese tipo de «competición» en la calle rara vez sale bien, primero porque no es una carrera limpia, hay obstáculos: escaleras, bordillos, vallas, charcos que saltar, gente que mira, que te abuchea; que el perseguido tiene más que perder que el perseguidor, salvo la honrilla: ese prurito profesional que te entra a veces y que creías perdido; y que uno lo hace en desventaja porque llevas peso extra y ropa inadecuada, sales del vehículo sin haber calentado y porque, además, sabes que debes reservarte algo sin apurar a fondo, porque una vez lo consigas parar habrás de bregarte con él para, si no esposarlo, inmovilizarlo al menos hasta que venga tu compañero y te eche un cable, si a éste no lo has dejado muy lejos y no te ha perdido de vista. Porque esa es otra, lo peor que te puede pasar es quedarte solo por falta de previsión.
Si te digo la verdad, jamás creí que pasados los cuarenta seguiría haciendo deporte ni que pasados los cuarenta y cinco fuese a salir corriendo detrás de un delincuente. Dicen que el que tuvo retuvo, pero, créeme, las cosas profesionalmente no son como en la pista. Ni por asomo. Como también te digo que por muy rápido que fuese y muy en forma que estuviese a los veinte jamás se me ocurriría retar a ningún policía en activo. Toda vez que uno de la UIP, ya que los citas, igual tiene que correr cuando lleva ocho horas de pie, con el material correspondiente: casco, botas, bocacha, etc. Y, lo que es peor, continuar. Porque esa es la clave, continuar. No abandonar. No quedarte aislado y comprometer a tu equipo.
De boquilla retar es fácil, tanto como colgarse méritos. Mi amigo Asier, vasco él, tenía esa manía de la superioridad también, tanto la académica como la física cuando nos encontrábamos en el pueblo, uno perdido en las montañas de la provincia de León. Siempre estaba con el mito vasco de la raza y la fuerza, la superioridad y esas zarandajas. Total que para demostrarlo me retó a ir a la siega. Y yo, por verlo, acepté. La siega era neutral, no era el gimnasio ni la pista. Una prueba de esfuerzo, por tanto, sorpresiva para ambos. 30 grados a la sombra, dos hectáreas de trigo, y tras 8 horas gavillando y subiendo alpacas a un tractor, Asier cayó derrotado y exclamó: a tomar por saco (bueno, dijo otra cosa pero estamos en horario infantil). Y se fue, mascullando que tenía un problema estomacal y que por eso se iba, apenas podía caminar. Cuando lo hube perdido de vista yo también caí al suelo. Estaba muerto. Y muerto seguí los días siguientes. Pero Asturias había ganado a Vizcaya, o eso creía. El tío Paco, con un cigarro en los labios, continuaba en el tajo, concienzudo, y mirándome de soslayo, me dijo: estos de ciudad estáis amariconados. El tío Paco tenía de aquella 56 tacos y estaba aún fresco. Y lo siguió estando al día siguiente, y al otro. Y al otro. Así hasta finalizar el tajo. A mi amigo Asier puede que ese día no, pero la vida y la edad lo acabaron poniendo en su sitio.
Pues eso, que cuando seas policía de nada te va a servir terminar el hectómetro en menos de diez segundos, porque lo importante es continuar el servicio hasta que éste finaliza, y perseverar en el tiempo, mantenerse. Ojalá la meta fuera superar al choro corriendo. Pero no, la meta es presentarlo como detenido, diligenciar y llegar a juicio sin haber abandonado el servicio porque te dió la pájara a ti. Como ahora tu meta es llegar al apto en una oposición, no retar a policías ni batir un récord.
Un saludo