Canario95 escribió:Hogueras con sidra lleva razón, la realidad será otra, pero cuando se tiene vocación..
Lo normal, cuando se tiene tanta vocación por ser policía y contribuir a que se cumpla la ley, es opositar a policía en cuanto se cumplen los requisitos. Si se deja a un lado es porque uno decide elegir otros caminos, normalmente porque los considera mejores.
Pero como dije, siempre hay que perseguir los sueños, y hay que elegir el mejor momento personal para dar un giro drástico a nuestra vida.
Cuando se tiene vocación se suele tener aún más idealizada esa función, en este caso ser policía. Cuando uno tiene mucha vocación, al ser policía se lleva un golpe mayor al comprobar la realidad, pero si se quiere y se pone voluntad, se consigue recuperar la ilusión y la vocación, en especial si se cambia de puesto de trabajo y se hacen funciones que gustan más.
Vocación han demostrado muchos opositores que se preparaban en convocatorias de 153, 254 y 140 plazas, entrenando y estudiando casi todos los días del año, durante varios años o uno sólo, pues hay que desear mucho ser policía para pelear por tan pocas plazas, para no llevarse más que palos, por no ser de los 500 u 800 que pasaban temario y ortografía y llegaban a la fase final. Al menos con 1299 plazas, muchísimos han tenido la recompensa y con 2615 serán muchos más.
Vocación es conseguir una plaza de las 153 y mantener la ilusión al empezar en el puesto de trabajo, haciendo funciones de seguridad, en un destino muy lejos de casa y sabiendo que pasarán dos años para poder acercarse a casa o hacer el trabajo policial que a uno le motivó a opositar. Compartiendo trabajo con unos policías que no son el reflejo de su ideal de profesional y viendo como unos cuantos compañeros de oposición, con peor escalafón, les adelantan por la derecha. Esa es la realidad y para afrontarla no ayuda la vocación, en mi opinión. Pero cada cual lo ve de una forma.
Hablar de vocación con 2615 plazas, sin haber peleado por 153 o 254, me parece intentar engañar a todos, aunque siempre se puede admitir que uno no se veía capacitado para pelear en las micros y prefirió esperar mejor momento, lo cual merece todo mi respeto.