De Javier a Javier
Publicado: Dom, 04 Ene 2015, 08:44Chaleco Tactico Cnp |
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Javier, tocayo, mi madre se angustia. Y es que sabe, compañero, que en tu lugar pude estar yo. Y en un vano intento por calmar su inquietud aparento indiferencia hacia tu desgracia. Tendrás que perdonarme, no pretendía faltarte al respeto. Tan sólo aliviar a esa madre de la que me alejé a tantos kilómetros para ganarme el pan con mi vocación.
Javier, tocayo, casi paisano, mi madre me habla de la tuya, de tu mujer, de toda tu familia, y es que sabe que en su lugar pudo estar ella. Mi mano izquierda sujeta el teléfono, la derecha se cierra en un puño cargado de rabia y todos mis esfuerzos se centran en contener las lágrimas, al menos hasta acabar la conversación.
Javier, permíteme que te cuente. Mi hermana, con la que tanto he reñido y peleado se gastó un dineral en un chaleco antibalas y me hizo jurar que nunca saldría a patrullar sin él. Y lo cumplo. Los nuestros dan todo y más por protegernos. Pero, ¿quién nos protege de un demente? Las balas de la locura y la sinrazón no las detiene el kevlar. Quizá no sea momento de polémicas, pero no puedo evitar, cuando leo los antecedentes de tu verdugo, pensar que las “altas instancias” pudieron hacer más, que tal vez ese malnacido no debía estar ayer en Embajadores.
Pero allí estaba. Y con profesionalidad e instinto sospechaste que podría ser peligroso para cualquiera de nuestros jefes, los 40 millones de españoles para los que trabajamos. No dudaste en intervenir. Y volverías a hacerlo, como volveremos a intervenir el resto de tus compañeros. A pesar de leyes laxas que poco o nada nos amparan, de contar con medios materiales de nivel medio o bajo, pero con una ilusión y un orgullo que mueve montañas, y sobre todo con el recuerdo siempre presente de los que, como tú, disteis lo más preciado, vuestra vida, prestando servicio a los demás.
Me niego a perder lo único que tenemos los pobres, la ilusión y la vocación que pocos entienden. Y sobre todo, me niego a que tu ejemplo y otros similares sean en vano. Aunque no tengamos buenos mimbres seguiremos haciendo las mejores cestas. Hoy, compañero, me abrocho las botas, me ajusto el chaleco y salgo a patrullar movido por tu recuerdo.
Javier, tocayo, casi paisano, mi madre te llora. Yo también, aunque ella no lo sabe…
Gracias Javier Guerrero
