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“Nuestra lucha ha fracasado” (despenalización drogas)

NotaPublicado: Sab, 09 Abr 2022, 13:08
por un@ entre más
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militariapiel.es
Un policía, un guardia civil y un mosso defienden la despenalización de las drogas: “Nuestra lucha ha fracasado”

Agentes de distintos cuerpos policiales curtidos en la persecución del narco señalan en un acto en Barcelona la “inutilidad” de la guerra contra los estupefacientes


La policía de Países Bajos señaló en un informe de 2018 que el poder de las mafias en ese país era tan grande que lo estaba convirtiendo en un narcoestado. En México, más de la mitad de la población considera que el crimen organizado es una institución más poderosa que su propio Gobierno. Los traficantes de drogas en todo el mundo ganan cada vez más dinero y son cada vez más influyentes, a pesar de que durante medio siglo se han invertido cientos de miles de millones de euros contra este negocio. ¿Es efectiva la lucha policial y militar contra el tráfico de drogas?

Exmandatarios de Brasil, Chile, Colombia, México, Polonia, Portugal y Suiza creen que no y han defendido que la única manera de combatir los problemas que causa la droga y el narcotráfico es regularla. También se ha expresado en la misma línea el exsecretario general de la ONU Kofi Annan o el premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa.

Este viernes han sido tres agentes de los principales cuerpos policiales españoles los que han alzado la voz y han expresado una opinión que para muchos sigue siendo polémica. Son el subinspector de los Mossos Marco Antonio Jiménez, el inspector jefe de la Policía Nacional José Luis Flores y el agente de la Guardia Civil Juan Antonio Delgado, actualmente en servicios especiales y diputado de Unidas Podemos en el Congreso.

Todos ellos han combatido al narcotráfico en unidades especializadas o en zonas calientes como el Campo de Gibraltar o la embajada española en Colombia. En varios momentos han recordado que sus opiniones son personales y no representan a sus cuerpos. “Hay que cambiar el verbo prohibir por el verbo regular”, ha apuntado Jiménez, que durante años trabajó en la Unidad Central de Estupefacientes de los Mossos. “Opiniones como las nuestras hay muchas en el cuerpo, lo difícil es alzar la voz”.

Los agentes han participado en la presentación en el CCCB de Barcelona de LEAP (Law Enforcement Action Partnership), una organización formada por policías, jueces y fiscales que apuestan por cambiar las políticas de drogas y acabar con su prohibición. La entidad fue fundada en Estados Unidos en 2002 por cinco agentes de policía convencidos de que la prohibición de las drogas solo daba poder a los traficantes y su persecución contribuye a aumentar la violencia.

En el acto, presentado por el periodista Jon Sistiaga, también han participado la directora internacional de LEAP Diane Goldstein, antigua agente de policía encargada de perseguir durante años el tráfico de drogas en un suburbio de Los Ángeles y cuyo hermano murió de una sobredosis. Le ha acompañado Neil Woods, que entre 1993 y 2007 trabajó como agente encubierto en bandas criminales de traficantes en el Reino Unido y ahora lidera esa organización en Inglaterra.

Los cinco agentes han descrito la frustración vivida durante décadas combatiendo el narcotráfico. Según su relato, de poco sirven las rimbombantes incautaciones de miles de kilos de droga o las macrooperaciones con decenas de detenidos. Al día siguiente, la droga sigue en la calle y el vacío que deja un narcotraficante arrestado lo llena rápidamente otro actor o directamente sus subalternos que han logrado salvarse de la operación.

Woods ha recordado una operación en la que se pasó siete meses infiltrado en una banda. Se detuvieron a 96 personas, seis de ellos los líderes de la mafia y se logró desarticular a una de las bandas más importantes de tráfico de drogas en el Reino Unido en una operación que implicó a centenares de agentes. “Logramos paralizar el suministro de cocaína y heroína en la calle durante dos horas”, ha señalado como ejemplo.

El Guardia Civil Juan Antonio Delgado ha descrito como, tras años trabajando en el Campo de Gibraltar, constató que los traficantes siempre irían un paso por delante, principalmente porque los altos márgenes que tiene la venta de droga les aportaba una ventaja competitiva: los “malos” siempre tenían más recursos que ellos. “No habíamos visto un GPS en la vida y ellos ya lo usaban hace 20 años”, ha explicado el agente. “En décadas luchando contra la droga nunca he visto que se redujera ni un ápice el tráfico a pesar de las operaciones exitosas”.

“Me he pasado 30 años investigando tramas de narcotraficantes en unidades especializadas sin ver que nada mejora”, ha señalado José Luis Flores, agente de la Policía Nacional. Cuando llegó a la embajada española en Colombia en 1996 había unas 40.000 hectáreas de plantaciones de hoja de coca. Cuando se fue del país, en 2006, eran 150.000 las hectáreas cultivadas. “Te planteas si vale la pena tanto sacrificio y tantos recursos”, ha añadido. “Al final te das cuenta de que el problema no es la droga, sino las políticas prohibicionistas”. En España, aproximadamente el 25% de la población penitenciaria está encerrada por delitos relacionados con los estupefacientes.

Los cinco agentes han afirmado que su deseo sería un mundo libre de drogas, pero que su actividad, tal y como está planteada a día de hoy, en lugar de contribuir a erradicar un problema lo único que hace es fomentarlo. “La policía nunca ha logrado reducir el mercado de la droga, solo cambiarlo”, ha apuntado Woods. “Hemos creado una situación darwiniana en la que los más violentos y despiadados son los más exitosos”. Según estos agentes, cada vez que la policía tiene éxito en una operación algún otro traficante está celebrando la oportunidad que han creado para él.

¿Cuál es la solución entonces? Pese al consenso en que la estrategia de los últimos 50 años no ha funcionado, entre los agentes tampoco hay unanimidad sobre cuál debería ser la vía a seguir. Algunos apuestan por una despenalización de todos los estupefacientes, otros por una legalización total o parcial que implicaría a los estados en la venta de estas substancias.

Lo que sí es un hecho es que, durante la última década, las voces que denuncian que la estrategia utilizada contra el narco desde mediados del siglo XX ha resultado ser un fracaso han aumentado. “Estamos ante la caída de uno de los últimos tabúes de la sociedad occidental”, ha señalado Sistiaga. “Estoy acostumbrado a cubrir guerras, pero esta es una guerra que parece que no tiene final”.

https://www.eldiario.es/catalunya/polic ... 01094.html

Re: “Nuestra lucha ha fracasado” (despenalización drogas)

NotaPublicado: Sab, 09 Abr 2022, 17:18
por astartes
Curso Online Psicotécnicos

joyfepolferes.es
Desde luego da que pensar ese articulo...

Re: “Nuestra lucha ha fracasado” (despenalización drogas)

NotaPublicado: Dom, 10 Abr 2022, 11:27
por Mokusla
Gc Edicion 175 Aniversario

gafaspolicia.com
Solamente con leer que uno de los ponentes es Juan Antonio Delgado.....ahí lo dejo.

Un saludo compañeros.

Re: “Nuestra lucha ha fracasado” (despenalización drogas)

NotaPublicado: Lun, 11 Abr 2022, 17:24
por PapaCharlieEco

foropolicia.es
Seguro que de buena gana los vendedores actuales están dispuestos a renunciar a más del 60% de sus beneficios a favor del erario público. Y seguro que los consumidores actuales están dispuestos a pagar un 80% más en impuestos por el mismo producto.

¿Que habría un mercado legal, una especie de monopolio del cannabis, con vendedores autorizados y clientes dispuestos a pagar el triple de lo que se pagaba hasta ahora? Sí.
¿Que se multiplicaría el mercado negro (por el aumento del consumo ['legalización social'] porque donde te cobran 20 yo te lo vendo a 10) y las semirrígidas seguirían haciendo los 13 km por esa misma rentabilidad?
Sí.

Para que la regularización de la droga fuese rentable al Estado en términos de lucha contra el narco y contra los efectos nocivos de ésta en la sociedad, debería venderse (en los estancos de cannabis) a un precio por debajo del que se venda en el mercado negro y a la vez aplicarle una suerte de Impuesto Especial (análogo al del tabaco) para hacer frente a los efectos perjudiciales para la salud provocados por su consumo. Esto es: IMPOSIBLE.

Saludos.
:España:

Re: “Nuestra lucha ha fracasado” (despenalización drogas)

NotaPublicado: Mar, 12 Abr 2022, 00:19
por SEBASTIÁN
Cartera Guardia Civil

Fabricada en piel de vacuno
enpieldeubrique.com
Nada nuevo . La droga que más se consume y que más problemas causa está despenalizada ( el alcohol ) . Incluso otra droga ya se ha despenalizado en la ley de tráfico ( medicamentos ) .

Re: “Nuestra lucha ha fracasado” (despenalización drogas)

NotaPublicado: Mar, 12 Abr 2022, 13:21
por Muniouro
La clave es una de las dos opciones o despenalizar el consumo o que las cuantías por consumo sean enormes, si no, no se consigue nada, hay consumidores que acarrean un montón de denuncias de la $/2015 y siguen dándole al canuto.

Re: “Nuestra lucha ha fracasado” (despenalización drogas)

NotaPublicado: Mié, 13 Abr 2022, 07:44
por estafermo
Siempre va a ser mejor comprar algo a 5 € que a 10 o 15, y aunque se legalice, seguirá habiendo mafias que moverán producto más barato y sin control, y sin impuestos, claro. Y además, se incrementará el consumo por la cantidad de gente que lo probará "a ver qué tal" imaginando que si lo han legalizado no será tan malo, se verá como algo normal... Y todo ello repercutirá en el sistema sanitario. No le veo más que desventajas.

Re: “Nuestra lucha ha fracasado” (despenalización drogas)

NotaPublicado: Mié, 13 Abr 2022, 10:16
por astartes
Curso Acceso Guardia Civil

Inicio curso: septiembre 2019
de-pol.es
se pueden extrapolar conclusiones por la similitud de los casos:

https://www.lavanguardia.com/vida/20200 ... cohol.html


Un siglo de la Ley Seca: la resaca de una prohibición que no acabó con el alcohol
El experimento fue un fracaso que sólo generó violencia y no sirvió para erradicar un hábito que mata a tres millones de personas al año

Bares clandestinos, bandas organizadas, contrabando de whisky, ginebra y ron, destilerías ilegales, películas de gánsters, venganzas a tiros, sermones de fanáticos... Y los primeros cócteles para disimular la mala calidad de un alcohol que mataba antes de crear adicción. Es la resaca de la Ley Seca.
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Tal día como hoy de hace cien años los norteamericanos vivían el segundo día de abstinencia obligada a cualquier bebida alcohólica de más de 0,5 grados, incluidos vino y cerveza. El 17 de enero de 1920 la producción, distribución y venta de alcohol quedó prohibida en Estados Unidos al entrar en vigor la enmienda 18 de la Constitución. La Ley Seca estuvo vigente hasta el 5 de diciembre de 1933.

Una cruzada de más de 13 años que dio resultados contrarios a los esperados

Una cruzada que duró casi catorce años con unas consecuencias contrarias a las esperadas. Años después de levantarse la Ley Seca los norteamericanos bebían más alcohol que el consumido antes de la prohibición. El veto no sirvió para un cambio global de hábitos. A finales de la década de 1910 los habitantes de EEUU consumían, por habitante, alrededor de 7,5 litros al año. Hoy la media de consumo por ciudadano es de 8,7; o como les gusta decir a los norteamericanos, nueve tragos a la semana.
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Y aunque algunos estudios sanitarios concluyen que durante esa época se redujeron las muertes e ingresos hospitalarios por intoxicaciones etílicas, la Ley Seca se cobró otras víctimas: los fallecidos por la guerra de mafias para hacerse con el control del contrabando de alcohol y los muertos o lesionados por la ingesta de unos licores mal destilados y de mala calidad. Un veneno que además se pagaba a precio de oro.
La violencia y el estraperlo inundaron las calles de Estados Unidos

La violencia y el estraperlo inundaron las calles. Antes de la prohibición había cuatro mil personas en las prisiones federales; en 1932 esa cifra de reclusos ascendió hasta casi los 27.000 al dispararse la delincuencia común.

Calcular lo que se bebió durante los más de trece años que duró a Ley Seca es imposible. El alcohol corrió sin control por bares clandestinos y oscuras habitaciones camufladas en subterráneos de negocios legales. Se construyeron por todo el país alambiques ilegales para satisfacer consumos particulares y atender una demanda que no paraba de crecer. Mafias con una violencia nunca vista antes (con Al Capone a la cabeza) abrieron rutas de contrabando para importar alcohol de Canada o Cuba.
Es imposible calcular lo que se bebió durante la prohibición

Los investigadores que han intentado poner cifras a la ingesta de alcohol durante la Ley Seca han tomado como referencia datos sobre arrestos por embriaguez, muertes causadas por cirrosis en esa época o ingresos en hospitales por intoxicación etílica. Esa información sugiere que el consumo de alcohol sí descendió en un tercio durante el primer año de la prohibición: pero en los años posteriores –con la economía más boyante, hasta el crack de 1929– esa tendencia se invirtió.

Y llegaron los locos años veinte. La economía iba viento en popa y los ciudadanos podían permitirse pagar fortunas por esa mercancía ilegal que manaba a borbotones (algunos estudios auguran que en 1922 ya se bebía más que antes de la prohibición) con la connivencia de funcionarios y policías sobornados por gánsters que amasaron ingentes fortunas gracias a esa ley.
Economía, fanatismo y religión
El cóctel perfecto que propició un veto histórico y con terribles consecuencias

Pero, ¿cómo se gestó la Ley Seca? Economía, temor al empoderamiento de los inmigrantes, fanatismo y religión se entremezclan en las investigaciones que buscan una explicación a un veto que hoy aún pervive en una quincena de países –la mayoría musulmanes– y algunos condados de EEUU, que presumen de la “sobriedad” de sus vecinos.

Ninguno de los restaurantes del paseo marítimo de Ocean City (complejo turístico de Nueva Jersey) ofrece alcohol en su menú. Tampoco hay ningún bar en esa población, recoge una información de AFP. Es lo que los americanos llaman “un pueblo seco”. Y todavía quedan muchas localidades en ese territorio que mantienen viva la atmósfera puritana extendida por la American Temperance Society (Movimiento por la Templanza) muy beligerante y crucial en la campaña para conseguir el veto.


Esas comunidades “secas” son la huella más fanática dejada por la Ley Seca. La paradoja, repetida por todo EEUU, es que muchas de esas ciudades sobrias como es el caso de Ocean City –fundada por metodistas y donde proliferan los anuncios de iglesias– están rodeadas de bares donde sí se puede beber. Esa ciudad que mira al Atlántico está a sólo media hora de coche de los casinos y clubes de striptease de Atlantic City, centró neurálgico de las mafias durante la prohibición. Allí corre el alcohol sin problemas. Aquellos que quieren beber y desfasarse en público lo tienen, por lo tanto, muy fácil.
Las comunidades y ciudades que siguen “secas” son la huella más fanática de esa iniciativa

Óscar Iglesias, sociólogo y profesor de la UNED, considera un error “centrar la lucha contra el consumo nocivo del alcohol bajo criterios religiosos”. Es lo que aún impera hoy en la mayoría de países y ciudades “secas”. Lo que no debe confundirse, aclara, con la necesidad de “abordar el asunto como un serio problema de salud pública”. Iglesias recuerda que el alcohol provoca más de tres millones de muertes al año en todo el mundo, lo que representa el 5,3% de todas las defunciones, según datos de la Organización Mundial de la Salud”.
“Es un error centrar la lucha contra el alcohol en criterios religiosos”



Plantear el problema del alcohol desde la vertiente económica –postura defendida por algunos economistas de la época, como Irving Fisher en los meses previos a la implantación de la Ley Seca– tampoco parece ser la receta. Fisher, un ardoroso fanático con raíces religiosas que abogaba por la vida sana– sostenía que “las naciones sobrias serían mucho más competentes que aquellas con una fuerza laboral borracha”.
Fisher, economista de la época, auguraba que los tragos reducían la productividad de los trabajadores

Y llegó a calcular la factura cobrada por el alcohol en la producción laboral. Su teoría era que los trabajadores de la época ingerían cinco tragos fuertes antes de ir al trabajo, lo que reducía en un 10% su producción. Lo que no calculó este economista es que en plena Ley Seca iba a producirse el crack del 29. Una crisis que llegó cuando los trabajadores tenían que estar, en teoría, sobrios y, por lo tanto,productivos como nunca.


Fisher llegó a afirmar que esta prohibición “marcaría el comienzo de una nueva era en el mundo”. Al Capone hizo también su propia valoración empresarial. Cuando le detuvieron –derogada ya la Ley Seca– afirmó en su defensa que él se había limitado a dar “al público lo que el público pide”, sin necesidad de campañas de marketing ni vendedores agresivos. Lo único que lamentó es no haber podido atender tanta demanda.
Al Capone se defendió al ser detenido: “He dado al público lo que el público pide”

En este sentido otros economistas como Gary Becker han concluido que prohibir el alcohol provocó una “demanda inelástica”, un efecto que se produce con productos cuya demanda no se ve apenas afectada por la subida de precio o las dificultades para adquirir el bien. Ejemplo que valdría para explicar lo que ocurre en la actualidad con el tabaco. El incremento del precio del producto o la prohibición de fumar en espacios públicos no es suficiente para erradicar el nocivo hábito.

La demanda inelástica de la que habla Becker funcionó, principalmente, con las bebidas de alta graduación. Pese a ser las más caras, licores como el whisky, ron o ginebra fueron las más consumidas durante la prohibición, mientras que la demanda de cerveza y vino disminuyó durante esos trece años.

Demanda inelástica
El economista Gary Becker sostiene que el alcohol es un producto que se consume igual, sin importar el precio o que esté prohibido

El sociólogo Óscar Iglesias insiste en que “los problemas sanitarios, de seguridad y socioeconómicos que ocasiona el alcohol se pueden reducir eficazmente mediante distintas medidas que van desde la educación, la prevención y la sensibilización; la regulación más estricta de la comercialización de bebidas alcohólicas, especialmente a menores, el aumento de los impuestos a las bebidas alcohólicas, la prohibición de la publicidad en más espacios o un tratamiento adecuado a las personas con síntomas de alcoholismo”.


Queda claro que prohibir no es, por lo tanto, la solución al problema. Todo lo contrario. En los últimos meses proliferan en EEUU, como nunca, los speakeasy, bares que emulan a los locales ilegales durante la Ley Seca; espacios para beber que recrean escenarios de los años 20 en su decoración. Escondidos y camuflados y a los que se accede con una contraseña. Es un reclamo que fomenta la ingesta de alcohol y que funciona.

Y donde los cócteles son el producto estrella. Principalmente los elaborados con ginebra, que durante la prohibición era un licor de bañera (poco menos que veneno) pero a la vez el alcohol de baja calidad, de todos los producidos en aquellas destilerías ilegales, más fácil de camuflar –con el whisky era más difícil– con cócteles inventados sobre la marcha a los que se añadían ingredientes dulces.


Si hay que buscar a ganadores o beneficiados por la Ley Seca, la industria del cine se erigiría como la clara vencedora. La prohibición del alcohol cambió la vida en EEUU y la violencia desatada en las calles provocada por las mafias del contrabando de licores fue plasmada con especial crudeza en la gran pantalla.


La ley del hampa (1927) y La horda (1928) fueron las primeras películas, antes de llegar la hora de Al Capone, pánico en Chicago (1931) o, mucho más tarde, Bugsy Malone (1976) o Los Intocables de Eliot Ness (1987). Sin olvidar la magistral trilogía de El Padrino, un fiel reflejo de lo vivido en la Ley Seca.
Radiografía del alcohol en el mundo
Edad para consumir

Varía en función del país. En EEUU no se puede vender alcohol a menores de 21 años, mientras que la mayoría de países fijan ese límite a los 18 años. En Bélgica, Holanda o Dinamarca se permite la venta de bebidas con menos de 16.5 grados de alcohol a partir de los 16 años.
Ingesta por habitante

Una investigación de la Organización Mundial de la Salud, centrada en 191 estados, concluyó que Moldavia es el país (17,4 litros al año por habitante) donde más alcohol se consume. Bielorrusia, con 17,1 litros, ocupa el segundo lugar y el tercer puesto es para Lituania, con 16,2 litros. En Europa se consume una media, por habitante, de 10,9 litros al año, una cifra inferior al consumo (11,2 litros) de España.
Muertes por alcoholismo

Un estudio reciente cifra en más de 3 millones las muertes achacadas directamente al consumo del alcohol cada año en el mundo. Eso supone 1 de cada 20 fallecimientos.