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Humberto escribió:Hijo y hermano de policías, Tono había sido de ésta casa en el antiguo foro como tonovstrom. Conocí a su padre, con quien trabajé hace años. Ha sido una fatal desgracia.
Mi más sincero pésame. Descansa en paz.

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Se cuajará de flor la primavera
que al peso de tu sueño se despierte.
Saldrán de las raíces de la muerte
las alas de la vida que te espera.

Tono, como lo llamaban sus conocidos, será incinerado mañana en el tanatorio mierense.

Mieres llora la muerte en accidente de tráfico del agente de la Guardia Civil Ángel Antonio Ambrosio Barbero, arrollado por una furgoneta mientras participaba, ayer, en un control por el cierre perimetral del concejo. Tono, como lo llamaban sus conocidos, será incinerado mañana en el tanatorio mierense.

La vida fue tan caprichosa con Tono que lo llevó a Laredo en los años duros de ETA, a Líbano días antes de una explosión que sembró de muertos la hermosa ciudad de Beirut, a la trágica valla de Ceuta las pasadas navidades y a la muerte ayer mismo junto a su casa, en su querido Mieres, cuando participaba en un control de la Guardia Civil por el cierre perimetral del concejo debido a las restricciones de la COVID-19.

Ángel Antonio Ambrosio Barbero entró en el cuerpo muy joven, hace casi 30 años, siendo un chaval al que fascinaba el baloncesto, deporte que practicó en el Colegio Santiago primero y en las categorías inferiores del Hunosa después, y con profundo sentimiento de justicia.

Dicen los que le conocieron que odiaba la picaresca y el engaño, viniera de donde viniera. Lo de ingresar en las fuerzas de seguridad con tan solo 18 años fue una opción que en su casa no asustó. Su padre, Lancharro, es un conocido Policía Nacional de Mieres, cuerpo en el que también está su hermano Hugo.

Hace unos días, Tono, con ese aire jocoso e irónico que le caracterizaba, bromeaba en un chat con sus amigos de toda la vida, tras los terremotos de Granada, que solo faltaba que cayera un meteorito sobre sus cabezas.
El meteorito les llegó ayer a ellos, con la peor de las noticias, porque Tonín ya no podrá quedar en esa cena que se quedó pendiente, como tantas cosas, este año.