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Casi se mata trabajando y el hospital le cobra 14.000 euros

NotaPublicado: Sab, 03 Oct 2020, 12:55
por polmed
El infierno del guardia civil Álvaro: casi se mata trabajando pero el hospital le cobra 14.000 euros

El agente se despeñó por una montaña de 300 metros mientras entrenaba, pero la aseguradora se niega a pagar los gastos médicos.

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Cuando el 15 de julio de 2019 a las 11 de la mañana Álvaro Martín salió de la comandancia de Arenas de San Pedro (Ávila) dirección a Los Galayos, en la Sierra de Gredos, nada le podía hacer pensar que acabaría a más de 125 kilómetros en Toledo ocho horas más tarde y debiendo casi 14.000 euros.

En ese espacio de tiempo a Álvaro le cambió la vida, y estuvo apunto de perderla. Desde hace 18 años es guardia civil destinado en el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña, conocido como GREIM. Antes estuvo en el Grupo de Acción Rápida en el País Vasco, en la lucha antiterrorista. No son muchos los integrantes de esta unidad, apenas 200, pero todos los hemos visto en los telediarios cuando un excursionista se pierde en mitad de la montaña o un helicóptero tiene que aproximarse a milímetros de una loma nevada para recoger a un alpinista.

Aquella mañana salió, junto a otros dos compañeros, a realizar ejercicios de entrenamiento. En el GREIM no se descansa: cuando no hay vidas que salvar ponen la suya en juego practicando para cuando llegue el momento.

11 de la mañana, un sol de justicia en el típico julio en Ávila. Ante los agentes de la Benemérita, 300 metros de pared vertical a escalar y muchas horas por delante. Empiezan a tirar cuerdas y seguros y comienza la práctica.

Todo va bien hasta que a los 40 metros de subida Álvaro coloca su mano sobre una roca con la mala fortuna que esta se desprende. A partir de ahí todo es un infierno hasta el día de hoy. “Recuerdo perfectamente los dolores”, afirma en conversación telefónica.

Ingreso en el Hospital

El guardia civil se precipitó al vació durante 16 metros eternos que en realidad pasan en unos segundos. Quedó suspendido en el aire hasta que sus compañeros pudieron descender hasta a él, desatarlo de la maraña de cuerdas que lo sujetaban y ponerlo en una camilla a la espera del helicóptero. Cuando llegaron al hospital, eran las seis de la tarde.

“Me estuvieron hablando todo el tiempo, me mantenían consciente. Los que llevaban el helicóptero se metieron contra el viento y repostaron de emergencia con tal de sacarme lo antes posible”, recuerda.

El Eurocopter 135 puso rumbo a Toledo, al Hospital de parapléjicos, el mejor de España en su especialidad. Pero al llegar allí una ambulancia lo recogió y lo llevó al Virgen de la Salud, a apenas un kilómetro, por el riesgo vital que corría.

“Pasé tres días en la UVI, y luego otros 7 en planta. Me fracturé el esternón, el pie izquierdo y el tobillo, que me provocó un esguince de grado 3 en el pie derecho, y tuve una fisura en la vértebra C6”, resume Álvaro con entereza, como si hubiese sido un día más en la oficina de aquel julio. Pero la realidad es que estaba hecho un cristo: vendas, collarín, inmovilizado totalmente, cables de máquinas por todos lados.

La mayor sorpresa para él no fue seguir vivo (“en este tipo de accidentes o te quedas parapléjico o te mueres, lo mío fue un milagro”), si no que estando aún en cama lo llamasen de Asisa, la aseguradora a la que acudió a través del Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS).

Al otro lado del cable telefónico, y a ocho horas de ser operado del pie, le dicen que se tiene que ir a una clínica de Quirón. “¿Cómo me voy a ir de aquí en el estado en el que me encuentro? Al menos esperad a que salga de quirófano”, les pidió. “Tú sabrás”, fue la respuesta que obtuvo.

Cuenta atrás

A los dos meses de salir del hospital recibió la factura por parte del sistema de salud de Castilla-La Mancha. “Entregar a la aseguradora”, rezaba el escrito. En Asisa le dicen que no se hacen cargo de los 13.754 euros por no haber acudido a la clínica que ellos querían. La sanidad pública siguió reclamando el dinero a Álvaro hasta que, viendo que no pagaba, decidió pasarle el pago a través de Hacienda.

Álvaro está reincorporado a su puesto desde marzo. Con más o menos normalidad en estos tiempos que corren, pero trabajando. En pleno estado de alarma intentó recurrir y presentar alegaciones para explicar que una roca decidió desprenderse de una montaña de 300 metros mientras trabajaba y que casi se mata, pero la burocracia fue más fuerte que sus intenciones y ahora tiene hasta el día 13 de este mes para abonar los casi 14.000 euros.

“Hacienda no entiende, si no pagas te retienen la mitad de tu nómina durante un año, y si no tienes nómina tu casa y si no de quienes te avalen. Lo único que quiero es que mi mujer y mi hijo no tengan preocupaciones y no les falte nada”. Cuando los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad mueren o se quedan inválidos reciben una compensación económica ellos o sus familiares, lo que popularmente se conoce como una paga. Pero Álvaro, que se salvó y ha vuelto al tajo, no recibirá nada.

Con 'crowdfunding'

Un viejo amigo de cuando perseguían etarras en el País Vasco sabe bien cómo funcionan esas compensaciones y quiso ponerle remedio. Él se quedó sordo tras un atentado: “Me dijo de hacer un crowfunding para poder hacer frente al pago y ya veríamos luego”. Por ahora ha recaudado 6.000 euros, pero sólo le quedan 10 días para recabar el resto del dinero.

Álvaro tiene una cosa clara: aunque pague, seguirá hasta el final para demostrar que no le corresponde a él asumir los gastos de un accidente laboral y que es la aseguradora la que debe hacerlo. ¿Y si consigue que se lo reembolsen? Junto a su mujer tienen a Darío, un joven de 12 años que sufre autismo. “Decidimos que si lo conseguíamos lo donaríamos a la Asociación TEA Talavera, donde tratan a mi hijo”, explica.

Desde que volvió a trabajar en marzo, Álvaro no ha parado. Hace una semana tuvo un nuevo rescate, en circunstancias muy parecidas a su caída. 200 metros de bajada con una persona colgada a la espalda.

-¿Se te vino a la cabeza tu accidente?

-Mientras bajaba no, pero una vez llegó el helicóptero se me vino todo a la cabeza y dije “uff” y me acojoné un poco pero bueno, siempre tienes que ser fuerte y tirar para adelante.


https://www.elespanol.com/espana/20201003/infierno-guardia-civil-alvaro-trabajando-hospital-cobra/525198518_0.html

Re: Casi se mata trabajando y el hospital le cobra 14.000 eu

NotaPublicado: Sab, 03 Oct 2020, 14:20
por SEBASTIÁN
DEPOL Guardia Civil

Inicio curso: septiembre 2019
de-pol.es
Ánimo al Compañero . Que pongan la cuenta que algo ingresaré . Además debería tomar un Abogado y también le ayudaremos. Vergonzosa la actitud de la aseguradora y hasta de la Administración con uno de sus Servidores.

Re: Casi se mata trabajando y el hospital le cobra 14.000 eu

NotaPublicado: Dom, 04 Oct 2020, 11:23
por estafermo

Materiales de alta calidad
materialpolicial.com
Al otro lado del cable telefónico, y a ocho horas de ser operado del pie, le dicen que se tiene que ir a una clínica de Quirón. “¿Cómo me voy a ir de aquí en el estado en el que me encuentro? Al menos esperad a que salga de quirófano”, les pidió. “Tú sabrás”, fue la respuesta que obtuvo.


No me llegan las palabras para expresar el asco que he sentido leyendo esta frase.

Re: Casi se mata trabajando y el hospital le cobra 14.000 eu

NotaPublicado: Dom, 04 Oct 2020, 11:57
por astartes

intervencionpolicial.com
Si se hace cuenta de donaciones avisad, es increible la noticia...

Re: Casi se mata trabajando y el hospital le cobra 14.000 eu

NotaPublicado: Lun, 05 Oct 2020, 19:21
por Juanma_19-A
Academia Acceso Cnp

sector115.es
¿Y si unos cuantos asegurados por esa compañía cambiásemos a otra viendo la forma de comportarse con sus beneficiarios? Tengo entendido que se puede cambiar ahora a final de año.

Un saludo.

Re: Casi se mata trabajando y el hospital le cobra 14.000 eu

NotaPublicado: Lun, 05 Oct 2020, 19:58
por Bávaro
Juanma_19-A escribió:¿Y si unos cuantos asegurados por esa compañía cambiásemos a otra viendo la forma de comportarse con sus beneficiarios? Tengo entendido que se puede cambiar ahora a final de año.

Un saludo.


El cambio de puede realizar en enero y en junio.

Re: Casi se mata trabajando y el hospital le cobra 14.000 eu

NotaPublicado: Mar, 06 Oct 2020, 06:06
por estafermo
Acceso al cuerpo de policía autonómica del País Vasco

nola2hurtu.eus
Juanma_19-A escribió:¿Y si unos cuantos asegurados por esa compañía cambiásemos a otra viendo la forma de comportarse con sus beneficiarios? Tengo entendido que se puede cambiar ahora a final de año.

Un saludo.


Pues yo mismo, pero claro, ¿a cuál irse?

Re: Casi se mata trabajando y el hospital le cobra 14.000 eu

NotaPublicado: Mar, 06 Oct 2020, 09:42
por brabo
A cualquiera, son todas iguales

Re: Casi se mata trabajando y el hospital le cobra 14.000 eu

NotaPublicado: Mar, 06 Oct 2020, 09:47
por Astro29

8000 productos al mejor precio
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estafermo escribió:
Juanma_19-A escribió:¿Y si unos cuantos asegurados por esa compañía cambiásemos a otra viendo la forma de comportarse con sus beneficiarios? Tengo entendido que se puede cambiar ahora a final de año.

Un saludo.


Pues yo mismo, pero claro, ¿a cuál irse?


A sanidad pública y así no ocurren estas cosas en caso de urgencia. Por otro lado diría que hasta se le hace un favor a la compañía sanitaria si sales. Dudo que les salga muy rentable el acuerdo con MUFACE ya que cada vez hay menos variedad de compañías.

Re: Casi se mata trabajando y el hospital le cobra 14.000 eu

NotaPublicado: Mar, 06 Oct 2020, 09:52
por Astro29
HECKLER & KOCH SFP9

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Esto no es nuevo de todas formas y seguirá pasando:

SANIDAD Y HACIENDA

"43 años cotizando y me cobran un infarto"

El Estado embarga la cuenta de una mujer por los 530 euros de los intereses de una operación en un hospital público que no tenía que pagar

El Clínico le pidió 10.613 € y, tras meses de pleitos, Muface abonó la factura, pero Hacienda dice ahora que la responsable de la demora es la mujer


RAFAEL J. ÁLVAREZ Madrid

26/10/2016 03:02

«Estaba sola en casa, sentí un dolor tremendo en el pecho y me caí en la puerta de mi habitación. Me arrastré hasta la ventana y llamé a mi vecina: '¡Ven, me estoy muriendo!'. Cuando entró, me encontró tirada en el suelo y llamó al 112. Los de la ambulancia me salvaron la vida y me llevaron al Clínico. Y ahí empezó todo».


«Todo» es la desventura de Mercedes Recio Jiménez, que un día entró en un hospital público por un infarto agudo de miocardio, recibió después una factura de 10.613 euros que finalmente no tuvo que pagar porque no le correspondía y que hoy, casi dos años más tarde, ha visto su cuenta bancaria embargada por los intereses generados al no haber abonado a tiempo aquel importe.

O sea, no tenía que haber pagado la factura, pero sí los intereses de la demora por no haber pagado esa factura. Surreal pero legal.

O sea, 530, 65 euros.

Sumando... 11.143 euros de meses y preocupaciones.

Mercedes creía haberlo visto todo desde su puesto en la Secretaría de muchos ministros de Interior, de Justicia o de Agricultura a lo largo de la democracia. Creía suficiente haber abrazado a Rosón la mañana siguiente al golpe de Estado o haber vivido la Transición, la entrada en la UE, el miedo a ETA, los atentados del 11-M o la crisis económica a dos metros de Barrionuevo, Belloch, Fernández de la Vega, Mariscal de Gante, López Aguilar, Fernández Bermejo, Elena Espinosa, Rosa Aguilar, Arias Cañete, García Tejerina...

«En todos los años que he trabajado en los ministerios y las secretarías de Estado he visto cosas muy buenas y algunas no tanto, pero esto es, sobre todo, y desde el punto de vista de alguien que cree en lo público, una decepción. Cuarenta y tres años trabajando y me cobran un infarto... Que después de 43 años cotizando me cobren los intereses de una operación que no tenía que pagar me parece demencial, una tomadura de pelo. Yo ya lo he pagado y lo doy por perdido. Pero nunca lo olvidaré».

Mercedes habla ante una mesa invadida por informes, expedientes, recursos, cartas... y dos extractos bancarios. «Retención por embargo. Deudor: Mercedes Recio Jiménez. Fecha: 21 de julio de 2016. Importe retenido: 517, 85 euros». «Notificación de embargo de saldos en cuentas bancarias. Deudor: Mercedes Recio Jiménez. Fecha 1 de septiembre de 2016. Importe embargado: 12,80 euros».

Total: 530, 65 euros.

Dos extractos bancarios porque ésta es una historia de pasta. Y de las sorpresas de la vida y la burocracia.

Mercedes Recio tiene 61 años y lleva «una vida entera» afiliada a Muface, la aseguradora que gestiona las prestaciones sociales de los funcionarios en España. Eligió esa forma de Seguridad Social a los 18 años, cuando empezó a trabajar y a cotizar como auxiliar en la antigua Dirección General de Seguridad. Hoy, con plaza en la Secretaría de Estado de Seguridad, sigue pagando a Muface. «Como siempre, mis 23 euros al mes».

En la madrugada del 3 de noviembre de 2014, sufrió un infarto. En su propia casa, los médicos de la ambulancia le implantaron un «marcapasos transcutáneo» y la trasladaron al Hospital Clínico «con ingreso inmediato», según el informe que el SUMMA 112 elaboró aquella noche.

«En el hospital me colocaron un cateter y un stent [una especie de muelle que se adapta a las paredes de la arteria y las mantiene abiertas]. Al día siguiente me pusieron otro cateter para ver cómo estaba la otra arteria. Hoy llevo un 'stent' y estoy bien. Me salvaron la vida».

Mercedes estuvo ingresada hasta el 11 de noviembre. Se fue a su casa del centro de Madrid y empezó a recuperarse. «El tabaco es lo que peor llevaba... Ya sabes». Pero la calma de tan castiza resurrección se hizo añicos dos meses después.

El 7 de enero de 2015, como un regalo de carbón, el Hospital Clínico le notificó una «liquidación de gastos por servicios y actividades» que ascendía a 10.613 euros y le daba una cuenta de Bankia para pagar en un plazo de tres semanas. Le habían salvado la vida, pero se lo cobraban.

Los hijos de Mercedes no se creían lo que su madre les contaba por teléfono. «Me decían: '¿Pero cómo te van a cobrar por una operación en un hospital público? Si además tú perteneces a Muface'. Yo tampoco me lo creía».

La familia fue a Asisa (con quien Muface tiene un concierto), pero la empresa dijo «No». La familia fue a Muface (a quien pertenecía Mercedes), pero la aseguradora dijo «No». La tesis de esas sociedades era que Mercedes había sido trasladada a un centro no concertado y, por tanto, no les correspondía abonar el precio de la asistencia sanitaria en el Clínico.

Pero Mercedes y sus hijos no se rindieron y siguieron presentando escritos de queja. Durante seis meses. Porque el 17 de julio de 2015, este susto giró de sentido.

Aquel día, el Servicio de Evaluación Sanitaria de Muface resolvió «estimar» la reclamación de Mercedes y aceptó «abonar la cantidad de 10.613, 00 euros, correspondiente a la asistencia recibida por la mutualista en el Hospital Clínico de Madrid del 3 al 11 de noviembre de 2014».

Tres días después, Muface ofreció a Mercedes dos opciones: reembolsarle el dinero a ella para que lo abonara al hospital o pagar directamente al Clínico, aclarando que si elegía esta segunda modalidad, Muface sólo se haría cargo de la factura, no de los «posibles recargos de apremio o demora», aunque tampoco especificaba quién habría de soportarlos. Mercedes eligió la segunda opción, y el 4 de septiembre Muface pagó al Hospital Clínico. Pero sólo la factura.

"43 años cotizando y me cobran un infarto por el que no tenía que pagar. Me parece demencial"

Así, cuatro días después, la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid envió a Mercedes una «providencia de apremio». «Objeto de la deuda: Hospital Clínico San Carlos. Obligado al pago: Mercedes Recio Jiménez. Importe principal en euros: 10.613. Recargo apremio: 530, 65. Total a ingresar: 530,65».

«Cuando ya pensaba que había acabado todo, apareció esto. La propia Administración había dicho que yo no tenía que pagar la asistencia sanitaria y ahora la Administración me cobraba los intereses de demora por no haber pagado. De locos».

El 23 de febrero de 2016, Mercedes elevó un escrito a Muface reclamando una indemnización por el importe exacto del apremio, 530,65 euros, por los «perjuicios y daños» que le ocasionó la «irregular actuación de Muface, que ha derivado en un recargo de apremio por no haberse abonado al Hospital Clínico, en periodo voluntario, los gastos ocasionados por los servicios sanitarios prestados». La mujer sostenía que la aceptación del pago para que Muface abonara directamente al hospital «no exime a Muface del pago de los costes de los posibles recargos», ya que el retraso en el pago es «únicamente imputable a la negativa del pago de Asisa y, en segundo término, a la dilación en el tiempo de los sucesivos órganos decisorios de Muface». Es decir, que los recargos eran achacables a la tardanza de quienes tenían que haber pagado, y acabaron pagando, la factura del hospital.

Pero Hacienda dijo «No». En una resolución del 9 de mayo de 2016, el Ministerio de Cristóbal Montoro reconoció el «daño» a Mercedes, pero lo calificó de «no antijurídico» y sentenció: «Es la interesada quien tiene el deber jurídico de soportarlo».

Hacienda argumentó que el hospital presentó a la mujer una factura, el 7 de enero de 2015, «y le facilitó un plazo para su ingreso voluntario, sin que la interesada procediera al mismo». Y, a la vez, para Hacienda, Muface pasó a ser la responsable del caso a partir del 17 de julio de 2015, cuando aceptó abonar la factura.

O sea, aunque quien debió pagar la asistencia era Muface, la culpable del retraso era Mercedes. Hacienda: «El abono del recargo del apremio, que inicialmente no tenía que haber tenido el deber de soportar, se ha producido porque la mutualista, con independencia de si tenía derecho o no al reintegro de gastos por Asisa o Muface, no abonó al Hospital Clínico 10.613 euros, factura que obraba en su poder antes de la finalización del plazo para su abono en periodo voluntario. Si se produjo un recargo del apremio fue por el no abono por parte de la mutualista de la factura».

Un mes después de esa carta, el 3 de junio de 2016, Mercedes presentó un recurso de reposición en el que demostraba que había entregado la factura a Muface el 12 de febrero de 2015, con un periodo voluntario de pago «hasta el 20 de febrero de 2015»: «Muface tuvo más de una semana para realizar el pago sin recargo alguno. El motivo de no hacerlo no es la recurrente y quien tiene que justificarlo es la propia entidad».

Y en eso, el 21 de julio, antes de que Hacienda contestara, llegó el embargo. Importe retenido: 517,85 euros.

El último documento de esta historia es de hace apenas un mes. El 16 de septiembre de 2016, la Secretaría General Técnica de Hacienda contestó a Mercedes con los argumentos del 9 de mayo: hasta que Muface aceptó pagar, la obligada a hacerlo era Mercedes, por eso es «irrelevante» que ella presentara la factura a Muface el 12 de febrero. «El supuesto daño se ha producido porque la mutualista no procedió a abonar al hospital los 10.613 euros en el periodo de abono voluntario».

Y en eso, el 1 de septiembre, después de que Hacienda contestara, se completó el embargo. Importe: 12,80 euros.

Total: 530, 65 euros. Los intereses de un infarto.

https://www.elmundo.es/sociedad/2016/10/26/580f82c046163fec7c8b463d.html