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Re: Lacra de suicidios en GC y CNP

NotaPublicado: Vie, 07 Feb 2020, 11:09
por LARRO
HECKLER & KOCH SFP9

Creada para profesionales
uspsuministros.com
pero a veces las causas laborales, son las que crean las causas personales.....
ya no los mandos, pero la seguridad social debería estudiar vuestra "prevención de riesgos laborales"

Re: Lacra de suicidios en GC y CNP

NotaPublicado: Jue, 22 Oct 2020, 09:05
por Muniouro
Camiseta Policia Nacional Uip

militariapiel.es
La lista sigue aumentando. Cada año, sin interrupción, hay policías y guardias civiles que deciden acabar con su vida. Tantos como los que aparecen en un documento del Gobierno, en el que se señala que entre 2001 y lo que va de 2020 ha habido 395 suicidios entre miembros de ambos cuerpos armados. De ellos, 235 eran guardias civiles y otros 160, policías. Nada más se sabe: el resto, según sostiene el Ejecutivo, es información clasificada como "reservada" bajo el amparo de la Ley de Secretos Oficiales del franquismo, aún en vigor.

Los datos numéricos y las limitaciones oficiales en torno a lo que implican tales cifras aparecen en una respuesta remitida por Interior al diputado de EH Bildu Jon Iñarritu, quien había formulado sendas preguntas para tratar de determinar el número de agentes que se habían suicidado en los últimos 20 años, indicando "fecha, provincia, edad y género del agente". Además, el representante abertzale preguntaba también que "cuántos de ellos estaban en tratamiento psicológico o psiquiátrico"; "cuántos de ellos se suicidaron con su arma de servicio" y "cuántos con otro arma para el que contaban autorización".

En una respuesta enviada el pasado día 15 de este mes, el Gobierno ofrece un cuadro en el que aparecen las cifras de guardias civiles y policías nacionales fallecidos por esa causa desde 2001. De acuerdo a esos datos, en lo que va de 2020 ha habido seis suicidios en la Guardia Civil y otros dos en la Policía Nacional.

El año con más muertes de este tipo fue 2002, cuando se registraron 21 suicidios entre miembros de la Benemérita y otros 12 en filas policiales, mientras que en 2017 se produjeron, en total, 28, de las cuales 15 tuvieron lugar en la Guardia Civil y 13 en la Policía Nacional. En 2019 hubo otros 19, lo que significó dos más que en 2018.

Respecto a las "distintas circunstancias de los suicidios", Interior alega que no puede ofrecer ningún tipo de información porque estos datos se encuentran "clasificados como materia 'Reservada' con arreglo a lo dispuesto en el Acuerdo del Consejo de Ministros de 28 de noviembre de 1986". Se refiere así a la decisión adoptada entonces por el Gobierno de Felipe González de clasificar determinados asuntos y materias "con arreglo a la Ley de Secretos Oficiales" de la dictadura franquista, aún vigente.
Suicidios en las Fuerzas Armadas

Sin embargo, el ministerio de Defensa no realiza las mismas consideraciones en una respuesta remitida a Iñarritu sobre los suicidios entre miembros de las Fuerzas Armadas. En ese documento, remitido también al diputado de EH Bildu el pasado día 15, se indica que entre 2011 y 2020 –no se especifica hasta qué mes– hubo nueve casos de este tipo.


La tabla incluye el género (ocho hombres y una mujer) y la graduación de las personas fallecidas (un marinero, dos soldados, un cabo, un cabo primero, un sargento primero, un subteniente, un teniente y un teniente coronel). Del mismo modo, la respuesta indica que "en dos casos se empleó un arma oficial y en una ocasión un arma no oficial".

Estos datos ofrecidos por Defensa son precisamente algunos de los que Interior se negó a aportar por estar clasificados como "reservados". "Contradicciones de la transparencia", señala Iñarritu a Público. El diputado soberanista sostiene que "Interior declara secreto todo, por lo que es difícil dilucidar" el alcance de esta problemática. "Estamos hablando de personas armadas que pueden ser un peligro para ellos, para sus compañeros y para la ciudadanía", destacó.
A la espera del protocolo

Precisamente, la Dirección General de Policía trabaja desde hace tres años en el denominado "Plan de promoción de la salud mental y prevención de la conducta suicida". Según han señalado fuentes policiales a Público, el próximo miércoles 28 a las 11.00 está convocada una reunión en la sede de la Dirección General de la Policía para tratar de avanzar en la "revisión y modificación" de ese plan.


En septiembre pasado, el Sindicato Unificado de Policía (SUP) reclamó la "aprobación urgente" de ese protocolo, cuyo borrador contempla retirar el arma de forma cautelar a aquellos policías "que presenten patologías de índole psíquico, hayan protagonizado una tentativa de suicidio o mostrado indicios de voluntad autolítica", además de "procurar una adecuada valoración de la capacidad laboral".

"Se trata de un proyecto que venimos impulsando desde 2017 con la constitución de un grupo de trabajo en la Comisión de Seguridad y Salud Laboral policial y que está ultimado desde hace meses, sin que haya visto la luz todavía", denunció mediante un video el secretario nacional de riesgos laborales del SUP, Carlos Prieto. En ese contexto, la Agrupación Reformista de Policías (ARP) también elaboró una propuesta que fue entregada al ministerio del Interior.
Una muerte cada 26 días

Por su parte, la Benemérita cuenta con un protocolo antisuicidios que la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), principal organización de ese cuerpo, ha calificado en distintas ocasiones como "insuficiente" para evitar este tipo de muertes. El pasado 10 de septiembre, coincidiendo con el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la AUGC advertía sobre el alcance de "una tragedia que promedia una muerte cada 26 días, muy por encima de la media de la sociedad española y de otros cuerpos policiales".

"Frente a esto, desde la Dirección General se ha optado tradicionalmente por negar el problema, quitarle importancia o, en cualquier caso, evitar afrontarlo con medidas concretas, tal y como reclama AUGC: externalización del servicio de atención psicológica, de manera que los facultativos no pertenezcan a la escala de mando; dotación de armeros en todas las unidades; y garantía de que las bajas psicológicas no repercutan en la vida laboral del guardia civil, entre otras medidas", criticaba esa organización. En esa misma declaración criticaban al presidente Pedro Sánchez por haber lamentado el suicidio del preso de ETA Igor González Sola.

El mismo día en el que la AUGC advertía sobre ese drama, la Comisión de Interior del Congreso aprobaba una Proposición No de Ley de Ciudadanos en la que se reclamaba la aprobación urgente del protocolo antisuicidios de la Policía Nacional, así como la actualización del plan que está vigente a día de hoy en la Guardia Civil. Un día antes de esa votación, otro miembro de la Benemérita había decidido acabar con su vida.
https://www.publico.es/politica/suicidi ... rvada.html

Re: Lacra de suicidios en GC y CNP

NotaPublicado: Sab, 07 Nov 2020, 00:35
por Bávaro
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Los policías nacionales tendrán un teléfono psicológico 24 horas para evitar suicidios

Agencias
@DiarioSigloXXI
Viernes, 6 de noviembre de 2020, 16:56 h (CET)


MADRID, 06 (SERVIMEDIA)

Los miembros de la Policía Nacional tendrán a su disposición un teléfono psicológico de atención 24 horas para ayudar frente a situaciones que pudieran desembocar en suicidios.

Según informó este viernes la Policía, el teléfono psicológico es una de las iniciativas que forman parte del Plan de Promoción de la Salud Mental y Prevención de la conducta suicida que ha aprobado este cuerpo de seguridad.

Para la elaboración de esta estrategia se ha contado con la participación de expertos, tanto a nivel policial como externos, que han elaborado conjuntamente el documento durante varios años de trabajo. La finalidad es mejorar el bienestar psíquico de los agentes a través de una adecuada promoción de la salud mental y pretende conseguir, en última instancia, disminuir la cifra de suicidios.

El Plan se estructura en 14 objetivos generales y observa 45 medidas concretas para alcanzar su finalidad, mejorar el bienestar psíquico de los miembros de la Policía con una adecuada promoción de la salud mental, así como disminuir la cifra de suicidios en el colectivo.

“DESREGULACIONES MENTALES”

La asistencia psicológica será prestará por un Equipo de Intervención Psicosocial, compuesto por siete integrantes, y entre los objetivos se encuentra la creación de un teléfono de atención especializada las 24 horas.

Los profesionales que atiendan este teléfono tendrá como principal misión “coordinar las intervenciones ante solicitudes de asistencia o apoyo relacionadas con desregulaciones mentales que pudieran, en un futuro, desembocar en conductas de naturaleza suicida”.

Además, se crearán cinco Unidades Básicas de Salud en las Jefatura Superiores de Policía con mayor plantilla -Madrid, Andalucía Occidental, Andalucía Oriental, Valencia y Galicia- con el fin de realizar tareas preventivas y de apoyo en materia psicológica en su demarcación territorial, que servirán de refuerzo para el equipo de intervención psicosocial.


http://www.diariosigloxxi.com/texto-s/m ... -suicidios

Re: Lacra de suicidios en GC y CNP

NotaPublicado: Lun, 09 Nov 2020, 08:04
por polmed
Edición 175 Aniversario Gc

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gafaspolicia.com
404 Suicidios desde 2001: el drama oculto de Policía, Guardia Civil y Ejército

Las intervenciones de riesgo, el acceso a las armas o los insuficientes controles psicológicos, entre las razones de la mayor tasa de casos en los cuerpos policiales. En dos décadas la Guardia Civil ha padecido 235 casos y la Policía Nacional 160. Desde 2016 el Ejército ha registrado 9.

Es la realidad más dramática y oscura del Ejército, la Guardia Civil y la Policía Nacional. No aflora muy a menudo en los balances de ministerios y responsables institucionales, pero está ahí, casi oculta. Cada año es la causa de muerte de no pocos miembros de estos cuerpos. Detrás de un suicidio se encuentra en la mayoría de los casos un cúmulo de razones, y las singulares características de su trabajo y de las condiciones en las que éste se lleva a cabo es una de ella. Padecer problemas personales y en el trabajo que en ocasiones derivan en algún tipo de patología psicológica es una circunstancia relativamente común, no lo es tanto tener en esas circunstancias un fácil acceso a las armas.

Es esta combinación mortal la que está en la mayor parte de los suicidios ocurridos en estos cuerpos militares y policiales en las últimas dos décadas. Y lo que es peor, la fotografía de esa realidad en la Policía, la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas amenaza con ser crónica si no se reconduce. Desde 2001 el número de suicidios arrojan un dato dramático: 404 hombres o mujeres pertenecientes a estos cuerpos se han quitado la vida. De ellos 235 pertenecían a la Benemérita, 160 a la Policía Nacional y nueve a las Fuerzas Armadas.

En este tiempo los casos han oscilado entre la veintena o incluso han llegado a superar la treintena en un año, como sucedió en 2002. Ese año el número de agentes que se quitó la vida en la Guardia Civil y la Policía Nacional alcanzó los 33. En los nueve primeros meses de 2020 los casos confirmados en la Guardia Civil son ya seis por dos en la Policía y uno en el Ejército. A ellos se han sumado otra media docena de suicidios en los últimos meses.

Un estudio elaborado por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) demuestra que el problema del suicidio en sus filas -integradas por 68.000 agentes- es más grave que en el conjunto de la sociedad. En el periodo 2008 a 2015 la tasa por cada 100.000 habitantes en nuestro país osciló entre los 6,8 y los 8,4 casos. En esos años la incidencia en el seno de la Policía Nacional se elevó a entre 8,7 y 16,4 casos.

En términos generales los casos de suicidio entre hombres de una franja comprendida entre los 20 y 64 años concentra el mayor número de casos en el conjunto de la sociedad española. Durante un tiempo se achacó a esta circunstancia que las tasas fueran más elevadas en cuerpos policiales integrados de modo mayoritario por varones. La presencia de hombres entre los cerca de 60.000 agentes que componen la Policía Nacional alcanza el 86%.

Sin embargo, un estudio del SUP ha demostrado que no es así, que el carácter mayoritariamente masculino del Cuerpo no explica el elevado número de suicidios que padece. Un análisis de la incidencia del suicidio entre los hombres dentro de sus filas comparado con el resto de casos entre hombres en la sociedad en su conjunto no deja lugar a dudas de que la incidencia es notablemente mayor en la Policía. Durante 2016 los 12,5 casos por 100.000 habitantes que se produjeron entre la ciudadanía masculina fueron muy inferiores a los 17,8 casos que se dieron en la Policía. Desde el año 2012 la tasa ha sido superior en el Cuerpo en comparación con el resto de la sociedad.

‘Tema tabú’

El portavoz del SUP, Carlos Morales, asegura que el suicidio sigue siendo “un tema muy tabú” dentro de la Policía, pese al elevado número de casos que se dan anualmente desde hace años. “Hasta hace muy poco siempre se abordaba esta cuestión asegurando que detrás sólo había ‘temas personales’. En la Policía no hay controles psicológicos a los agentes, sólo cuando ingresan, pero nada más. Te puedes pasar 30 años trabajando sin haber pasado un solo control de este tipo. Es algo sorprendente si tenemos en cuenta que hablamos de personas con acceso a armas”.

Hoy por hoy las muertes por acto de servicio son muchas menos que las que se producen por suicidio. En el periodo 2013-2017 sólo en la Policía Nacional constan 13 fallecimientos en acto de servicio y 7 “in itinere”, cuando el agente se desplazaba o regresaba de su trabajo. En cambio, el suicidio en ese mismo periodo fue la causa de fallecimiento de 53 agentes.

El responsable de Riesgos Laborales del SUP, Carlos Prieto, apunta que detrás de estos casos suelen existir una multitud de razones que pueden ir desde el elevado estrés que se sufre en muchos puestos, hasta razones de desarraigo -muy presentes por la movilidad de los agentes-, la ausencia de vigilancia de la salud psicosocial o los problemas del ámbito personal. Por ello, el sindicato policial ha trabajado de modo especial por la aprobación de un protocolo de prevención de suicidios y que esta semana ha visto la luz.

El protocolo comenzó a trabajarse en 2017. Ese año en la policía se produjeron 13 suicidios. Tras un largo proceso de alegaciones y de ajustes en sucesivos borradores, el plan fue aprobado el pasado jueves. Ha comenzado a divulgarse entre los agentes para detectar situaciones de riesgo y poder abordarlas de modo adecuado. “Ahora sólo resta que la Administración lo dote de medios materiales y económicos”, señala Prieto.

El protocolo, el primero específico sobre el riesgo de suicidios con el que contará la Policía, contempla la creación de medidas como un teléfono de ayuda 24 horas para los agentes, la retirada de armas en los casos que se considere necesario, la creación de un equipo de intervención psicosocial o programas formativos para erradicar temores como que una baja psicosocial perjudica la carrera profesional o preparación para detectar situaciones de riesgo. En la función policial se subrayan situaciones de especial riesgo o incidencia como pueden ser el impacto psicológico tras la intervención en catástrofes o emergencias, después de una operación en la que se hubiera tenido que emplear el arma o acciones en las que algún agente hubiera resultado herido.

Falta de psiquiatras y psicólogos

Tampoco en el seno de las Fuerzas Armadas -120.000 integrantes- el suicidio es un problema nuevo. En los últimos diez años el Ejército español no ha dejado de incrementar el número de psiquiatras y psicólogos, pasando de 200 a 2016.

En la Guardia Civil -77.000 integrantes- también cuentan con estos profesionales pero desde los sindicatos aseguran que son insuficientes, “no llegan a todo, no dan abasto para hacer un seguimiento de tanta gente”, asegura José Cobo, portavoz de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC): “En Canaria, por ejemplo, sólo hay uno para asistir a casi dos mil agentes en siete islas, así no se puede. En los últimos cinco meses sólo en Canarias ya ha habido dos casos”, lamenta José Cobo, portavoz de AEGC.

El drama de los suicidios entre policías, guardias civiles y militares es una constante de año en año. En 2019 el número de casos fue de 21, de 18 en 2017, de 29 suicidios en 2017 y 26 durante el año 2016. Sobre las causas que hay detrás de los casos el Gobierno evita detallarlos en una respuesta remitida a EH Bildu aduciendo que se trata de una “materia reservada” protegida por la Ley de Secretos Oficiales.

En el caso del Ejército cada año su equipo de psiquiatras y psicólogo reciben entre 5.000 y 6.000 consultas de media. Sólo en la última década han superado las 58.000. Es a ellos a quienes corresponde la labor de detectar posibles riesgos entre los militares que estén atravesando una situación difícil y valorar el riesgo de suicidio. En estos diez años se han otorgado 756 bajas médicas por motivos psicológicos o psiquiátricos.

Impacto en la vida personal

Las condiciones del trabajo, en particular en algunas unidades y funciones con un mayor impacto socio psicológico figuran en muchos casos como un factor más de riesgo. No es el único. Cuestiones como las fracturas familiares, o la dificultad en muchos casos de una adecuada conciliación se traducen en un elevado índice de separaciones y divorcios: “Seremos una de las profesiones con más divorcios. La vida familiar de muchos guardias civiles es muchas veces complicada. No tenemos turnos fijos y en muchas funciones los horarios son muy complicados para llevar una vida familiar normal. Esta situación a muchas personas les generas mucha ansiedad y problemas”, asegura Cobo.

En la Guardia Civil existe desde 2002 un protocolo para prevenir suicidios. Sin embargo, desde los sindicatos aseguran que no se dota con suficientes recursos para que sea efectivo. La AEGC considera que existe una falta de profesionales de la psicología para atender a todo el personal. En la mayoría de los casos se trata de psicólogos que pertenecen al Cuerpo. “Lo llevamos pidiendo desde hace mucho tiempo. Sería bueno que los profesionales de la psicología o la psiquiatría fueran independientes, ajenos al Cuerpo. Eso ayudaría”.

En los años 80 y 90 los casos de suicidio en las filas de la Guardia Civil también eran numerosos. En especial, en Euskadi y Navarra. La presión terrorista y la asfixia social en la que los agentes debían vivir generó un clima de tensión que en muchos casos derivó en patologías de carácter psiquiátrico. Hoy ese contexto ha desaparecido pero no así las situaciones de alto riesgo. “Es urgente poder actualizar el protocolo que tenemos y dotarlo de medios suficientes. El protocolo debe ser mucho más efectivo”: “Yo llevó muchos años en la Guardia Civil y he visto cómo compañeros de 20, 30 o 35 años, muy jóvenes, se quitaban la vida. Eso no puede ocurrir, hay que hacer algo”.

Cobo recuerda que el acceso a las armas puede ser un problema en determinadas situaciones. En la Guardia Civil, “salvo que estén de baja por causa psicológica no te retiran el arma”. Afirma que incluso en esas situaciones no siempre se logra frenar la pretensión de alguien que ha decidido quitarse la vida: “Yo he visto casos en los que se forzaba la taquilla de un compañero para robarle el arma”.

https://www.elindependiente.com/espana/2020/11/08/404-suicidios-desde-2001-el-drama-oculto-de-policia-guardia-civil-y-ejercito/

Re: Lacra de suicidios en GC y CNP

NotaPublicado: Jue, 12 Nov 2020, 18:32
por Africano

foropolicia.es
Hoy, desgraciadamente, otro compañero de la Comisaría de Molina de Segura ha decidido dejarnos. Descansa en Paz, Jorge.

Re: Lacra de suicidios en GC y CNP

NotaPublicado: Dom, 29 Nov 2020, 10:03
por Muniouro
Cartera Guardia Civil

Fabricada en piel de vacuno
enpieldeubrique.com
El mes de noviembre ha vuelto a venir marcado de luto a causa del gran drama oculto que se padece en la Guardia Civil, y que venimos denunciando ante la Administración y la sociedad española desde hace muchos años: la elevada tasa de suicidios entre los trabajadores del Cuerpo, una tragedia que promedia una muerte cada 26 días, muy por encima de la media de la sociedad española y de otros cuerpos policiales.

Y es que en este mes que termina hemos sido golpeados por otras dos tragedias, al quitarse la vida con una diferencia de apenas unos días una capitán en Madrid y un guardia civil en La Rioja.

Ante esta persistente tragedia en el Cuerpo, AUGC reclama la externalización del servicio de atención psicológica, de manera que los facultativos no pertenezcan a la escala de mando; dotación de armeros en todas las unidades; y garantía de que las bajas psicológicas no repercutan en la vida laboral del guardia civil, entre otras medidas.

Sin embargo, y frente a esto, desde la Dirección General se ha optado tradicionalmente por negar el problema, quitarle importancia o, en cualquier caso, evitar afrontarlo con medidas concretas.

Lo contrario, como esas charlas que últimamente se ofrecen en las comandancias minimizando el problema, es perder el tiempo y prolongar el sufrimiento.

Los dos casos recientes vuelven a poner de actualidad esta triste estadística, y nos recuerdan que el problema está todavía muy lejos de solucionarse.
https://www.augc.org/actualidad/noviemb ... 3_102.html

Re: Lacra de suicidios en GC y CNP

NotaPublicado: Lun, 18 Ene 2021, 10:32
por Muniouro
ldo. A, ex-agente de la Policía, entró aquel viernes por la tarde en una comisaría de la Ertzaintza de Bilbao. Koldo era de aquellos policías duros, de los que vivieron las peores época del terrorismo en el País Vasco. De los que sobrevivió a los años el plomo. Una de esas personas que parece irrompible, de tanto agacharse a ver si hay bombas bajo el coche. Koldo, ya jubilado, se dirigió esa tarde al mostrador y anunció:

- Buenas tardes. Vengo a presentar una denuncia.
- De acuerdo, ¿contra quién?
- Contra mí mismo
- ¿Contra usted mismo? ¿Pero qué ha hecho?
- Todavía nada, pero voy a hacerlo.
- ¿Y qué es lo que piensa hacer usted?
- Voy a quitarme la vida y necesito que alguien lo evite.

Sucedió el año pasado y es uno de los pocos casos con final feliz. De esas raras excepciones en las que un agente se da cuenta de que ha tocado fondo y opta por pedir ayuda. Koldo, de 62 años, está acabando su tratamiento y su evolución es muy positiva. Contra todo pronóstico, también salvó este match ball. Peor suerte corrieron los 31 compañeros de los cuerpos de seguridad del estado que se quitaron la vida en 2020.

El suicidio policial. El mal endémico que no cesa y que se ceba con los custodios de la seguridad en nuestra sociedad. Policías nacionales, municipales, autonómicos, guardia civiles y fuerzas de seguridad. Si fuesen una región de España tendrían una de las tasas más altas de suicidio del país. La tasa española es de 11 suicidios po cada 100.000 habitantes. La Policía Nacional, por ejemplo, con 65.000 efectivos y 11 casos en 2020, la tasa es de 16,92 por cada 100.000.

Una realidad incómoda que no se aborda con transparencia. Por los tabús dentro del cuerpo, por el estigma, por la poca voluntad política y por las muchas trabas administrativas para aprobar un protocolo de ayuda. Realidad incómoda, pero muy presente. Las cifras no dejan lugar a dudas: en 2020 creció el número de suicidios en este sector. 31 frente a los 29 que se dieron en 2019. Una línea ascendente. En 2017, EL ESPAÑOL publicó un reportaje que abordaba esta problemática. Se titulaba: “¿Por qué se suicidan los policías?”. Ahora, tres años más tarde, los policías se siguen suicidando. La vida (y la muerte) sigue igual.
Una h***** de realidad

En una escena de la película “En tierra hostil”, un veterano estadounidense de la guerra de Irak regresa a casa. El militar había sobrevivido a los más sangrientos atentados en Bagdad. Pero vuelve a América y la rutina resulta mucho peor que el frente de batalla. Se va al supermercado y sufre casi una crisis existencial en el pasillo de los cereales. Está desbordado porque no sabe cuál escoger.

Es de algún modo, lo que le sucedió a Koldo, el agente que se puso una denuncia para que evitasen su suicidio. Después de haber sufrido en sus propias carnes los episodios más sangrientos de nuestro país, de vivir durante años en una carga de adrenalina diaria, llega la jubilación. La calma. El mundo real. Un escenario que no todos los agentes saben afrontar. La rutina, la maldita rutina que puede matar.
Policía Nacional lidera el ranking de suicidios, Guardia Civil es segunda. Mossos es el cuerpo que más sube en porcentaje de casos

Policía Nacional lidera el ranking de suicidios, Guardia Civil es segunda. Mossos es el cuerpo que más sube en porcentaje de casos

“A Koldo le pasó lo mismo que a mí: es del norte, pero al retirarse decidió mudarse al sur. Buscaba una estabilidad, unos alicientes o una alegría que no encontró, No le fue bien y se volvió a casa. Y cuando desconectó del trabajo, después de consagrar su vida a proteger a los demás, la rutina se le hizo insoportable”, cuenta Alberto Martín, presidente de la AAPSP (Asociación Andaluza Preventiva del Suicidio Policial).


Alberto es la persona que recogió el guante y creó esta asociación ad hoc para intentar acabar con esta lacra. Porque por su cabeza también hubo un momento en el que pasó la idea del suicidio. Él, ex-policía jubilado de la Ertzaintza, de los que también sobrevivió a los años del plomo, fue uno de los agentes que encontró el cuerpo agonizante de Miguel Ángel Blanco. Tuvo una carrera repleta de momentos críticos. Pero, paradójicamente, la mayor de la crisis le llegó tras su retirada. Él, como Koldo, se mudó a Sevilla para intentar poner en orden su cabeza. A él le funcionó y montó esta asociación pionera. Porque asociaciones para la prevención del suicidio hay varias, pero específica para cuerpos de seguridad en nuestro país, esta es la primera.

Fue precisamente la AAPSP la que empezó a llevar un registro propio de casos de suicidios en los cuerpos de seguridad del estado. Arrancaron en 2016. “Los años anteriores solamente existían datos externos”, aclara Alberto. Y lo cierto es que se notó. Hasta entonces, la cifra oficial de suicidios policiales raramente rebasaba los 10 casos anuales. 6 en 2010, los mismos en 2011, 9 en 2012, un repunte a 11 casos en 2013, vuelta a 9 suicidios en 2014 y un esperanzador descenso a 6 muertes en 2015.

Puro espejismo. Cuando la asociación empezó a documentar todos los casos, la cifra se disparó: 28 en 2016, 46 en 2017 (el peor año desde que hay registros), 27 agentes en 2018, 29 en 2019 y los 31 suicidios del año pasado. No es que los policías hubieran optado por quitarse la vida en masa de repente: es que las estadísticas sacaron muchos casos de debajo de la alfombra.
Los datos de 2020

2020 ha sido ‘el año malo’ por definición para todos. Y en este ámbito no iba a ser disinto: 31 muertos, dos más que los 29 registrado el año pasado. La proporción de suicidios ha sido la siguiente: 11 en la Policía Nacional, 10 en la Guardia Civil. 6 en las policías locales de diferentes municipios de España, 3 en los Mossos d’Esquadra, 1 en la Ertzaintza.

Las cifras son relativamente similares a las del año anterior. La Policía Nacional sigue siendo el cuerpo con más víctimas, aunque el número ha descendido respecto a 2019, de 13 a 11. Sube un caso la Guardia Civil (de 10 a 11), ascienden en 2 los de las policías locales (de 4 muertes a 6). La Ertzaintza se mantiene en un caso y Mossos d'Esquadra pasa de un solo suicidio en 2019 a 3 casos en 2020.

Por Comunidades Autónomas, Cataluña ha sido la que más víctimas mortales ha tenido que lamentar, con un total de 7. En esta comunidad autónoma se han suicidado agentes de Mossos, de policías locales (Terrassa, L’Hospitalet y Barcelona) y de Guardia Civil. Le sigue Andalucía con 5 casos y Madrid con 4. Después van Baleares, Murcia, Canarias y la Comunidad Valenciana, con 2 casos cada una. Y cierran el País Vasco, Castilla León y La Rioja, con 1 caso cada una. Salen 27. No ha trascendido la ubicación de las 4 víctimas restantes.


El perfil de agente que comete suicidio sigue siendo el mismo: mayoritariamente varón. De hecho, el año pasado solamente se registró un caso en el que la víctima fuese una mujer. Era una capitana de la Guardia Civil que se arrojó desde un hotel situado en la Gran Vía de Madrid. Para llegar al anterior suicidio femenino en las fuerzas de seguridad del estado hay que remontarse a finales de 2018.

Y respecto a la edad, no existe un patrón, pero cada vez son más los exagentes, los policías retirados que se suicidan o piden ayuda. Ellos no están, a priori, dentro de las estadísticas. Son “los juguetes rotos en el cajón del olvido”; que los llama Alberto, aunque se está trabajando por su reconocimiento.

Sobre los motivos de la subida de casos, apuntan desde la entidad andaluza que “ha ido un año muy duro para todos. Atípico, en el que han pasado muchas cosas para las que nadie estaba preparado”. La pandemia ha hecho estragos psicológicos, y en un sector en el que el suicidio está a la orden del día, no iba a ser una excepción.
La anécdota de las fechas

Aun y así, queda como dato curioso la fecha de los suicidios. Ilustra, por un lado, el compromiso de las fuerzas de seguridad en los meses más críticos. Por el otro, ese bajón traicionero que sobreviene sin avisar cuando parece que las cosas se han calmado. Lo dicen los datos: el estado de alarma empezó el 14 de marzo y expiró el 21 de junio. Fueron los meses con menos suicidios: en marzo solamente se registró el de un policía local de Valencia, y se quitó la vida el día 13, justo la víspera del inicio del confinamiento.

En abril se dieron dos suicidios, ninguno en mayo y solamente uno en junio. Tras levantar el estado de alarma, cuando las cosas parecía que empezaban a calmarse, llegó el agotamiento mental para pasar factura: el 2 de julio se notificaba el suicidio de un Guardia Civil en Algeciras. Se dieron dos casos ese mes, otros dos en agosto, cinco en septiembre y cinco más en octubre.

Hasta ahí un recuento y a partir de ahí otro, porque el 25 de ese mes, el gobierno volvió a decretar el nuevo estado de alarma. Curiosamente, los casos volvieron a descender: un suicidio el 28 de octubre, tres en noviembre y uno en diciembre. Lo primero, la obligación con los demás. Y después, los planes propios, aunque sea quitarse la vida. De eso va la vocación de servir.
El sexto factor

La pandemia ha sido el llamado sexto factor. Siendo el suicidio una cuestión multifactorial, psicólogos y expertos consultados por EL ESPAÑOL apuntan los cinco principales motivos por los que se matan los policías. El primero, la propia naturaleza del trabajo: “El agente está expuesto cada día a asesinatos, robos, peleas, agresiones. Es muy difícil desconectar de eso. Te llevas el problema contigo” explicaban a este periódico desde la Asociación Sindical de Policía (ASP).
Gráfico con el número de suicidios por cuerpo de seguridad

Gráfico con el número de suicidios por cuerpo de seguridad AAPSP

Lo que también se llevan consigo los agentes es la pistola. Es el segundo de las factores apuntados por los expertos consultados, la posesión de un arma de fuego. Pegarse un tiro con su arma reglamentaria es el principal método de suicidio entre los agentes. El tercer factor es la dificultad a la hora de conciliar la vida laboral. El cuarto la movilidad geográfica permanente y el quinto el estigma. Los policías no lloran, son duros, lo aguantan todo y otros muchos mitos que todavía perviven dentro incluso del mismo cuerpo.

“Los policías tenemos que ser superhéroes. No podemos estar mal ni mostrar debilidad. Muchos agentes entran en depresión pero no pueden contárselo a nadie. Si se entera según qué compañero te dice que estás loco. Si se entera tu superior te acusa de ser un flojo. Si se lo cuentas a los médicos te dicen que lo que no quieres es trabajar”, resumen desde la ASP. Y a esos 5 se les ha sumado el coronavirus, un contexto en el que tanto policía como ejército han realizado labores inéditas para ellos hasta la fecha. Desde desinfectar residencias de ancianos a levantar albergues. Y han visto mucha muerte.
Centro antisuicidios

¿Qué hace falta para cortar esta lacra? El problema no es exclusivo de España. Es un mal que comparten las fuerzas de seguridad de todo el mundo. Pero en nuestro país no se cuenta con más protocolos que los genéricos del resto de funcionarios del estado. Con pequeñas variaciones, pero el mismo.

Sin embargo, el último año se han dado pasos decisivos en este aspecto. “Se ha aprobado una proposición no de ley en la Diputación de Sevilla, en el Parlamento de Andalucía y en el Congreso de los Diputados. En todos los casos salió adelante por unanimidad, salvo en el Congreso, en el que se aprobó sin el apoyo del PSOE ni Podemos”, cuenta Alberto.

Una proposición que tiene que traer por fin el dichoso protocolo específico. Un documento que no se quede solamente en la teoría y realmente sirva de ayuda, Un plan psicosocial de prevención “en el que no rechazamos a nadie, no ponemos cortapisas. Sabemos que la Policía Nacional está trabajando en un protocolo propio. Nosotros incluimos en el nuestro a la Guardia Civil, a las policías municipales e incluso a Bomberos”. Dentro de dicho plan, buscan construir un centro de readaptación de personas “a la vida normal. De esas personas que no tienen a quién acudir en los primeros 20 minutos críticos”, cuenta Martín. Se espera que dicho centro se construya en Sevilla, en lo que sería un equipamiento pionera en Europa.


Poco a poco se dan pasos, y a esa esperanza se aferran los policías que padecen esa ansiedad totalmente en silencio. Porque “los polis no lloran”, ni se quejan. Ni siquiera hablan. Y cuando llegan a un punto de no retorno, se matan sin avisar. Koldo fue uno de esos que se saltó la norma y habló. Por eso Koldo ahora está bien y puede contarlo. Ahora, lo que quieren los policías, es que no haya que llegar al punto de denunciarse uno mismo para que le ofrezcan ayuda para seguir viviendo.
https://www.elespanol.com/reportajes/20 ... 378_0.html

Re: Lacra de suicidios en GC y CNP

NotaPublicado: Jue, 11 Feb 2021, 17:33
por astartes
Y hoy se acaba de suicidar un compañero, de practicas, destinado en Torrejon de Ardoz con el arma de dotacion... :lazonegro: :lazonegro: :lazonegro: :lazonegro: :lazonegro:

Re: Lacra de suicidios en GC y CNP

NotaPublicado: Jue, 11 Feb 2021, 21:47
por Bávaro

Re: Lacra de suicidios en GC y CNP

NotaPublicado: Sab, 13 Feb 2021, 13:10
por espaldator
Boligrafo Kubotan

28?
materialpolicial.com
Hace un par de años un compañero falleció por un cáncer, en sus últimos días postrado en su lecho de muerte en un hospital y con un hilillo de voz nos comentaba a varios de nosotros, compañeros de la escala básica que alguna vez habíamos compartido servicios con él, que ninguno de los jefes de la Comisaría le había llamado o interesado por su estado de salud a lo largo del año y medio que había pasado tratándose con quimioterapia y radioterapia.
Esta persona era muy veterana, llevaba 40 años, conocía a todo el mundo y era de trato agradable y todos los que habían ascendido a puestos de alta responsabilidad habían sido compañeros suyos y se conocían por eso vuelvo a repetir que nadie le llamó ni se interesó salvo nosotros, quienes trabajamos a pie de calle con él y que junto con su familia estuvimos compartiendo algún que otro café y conversaciones cuando aún podía salir a la calle y pasamos algún rato a su lado en la habitación del hospital donde transcurrieron sus últimas semanas.
El día del velatorio apareció un inspector de la Comisaría (C.G.S.C.) y sin dar el pésame ni mostrar modales apropiados se fue directo al hijo del fallecido y le exigió que pasara por Comisaría a entregar el arma y la placa del padre a la mayor brevedad posible y eso fue todo.
Aunque esta historia no tiene que ver con un suicidio es una muestra de lo que nos interesamos y preocupamos entre nosotros, sobre todo por parte de los que están arriba, así que yo soy pesimista en que se vayan a cambiar las cosas para prevenir suicidios, ya que los encargados de hacerlo son los que están arriba y yo y otros compañeros ya hemos visto suficiente de como se comporta una mayoría de ellos, no interesamos lo más mínimo y dudo que vayan a poner los recursos suficientes para facilitar nuestra labor.
Desgraciadamente seguirán cayendo policías víctimas de si mismo y del mirar a otro lado de la Administración, una vez más, tendremos que ser nosotros mismos sin la preparación suficiente los que hagamos lo posible por hacer un servicio agradable a aquel que lo comparte con nosotros. Empezar por ahí al menos.