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De la comisaría a la furgoneta

Los dos policías suspendidos de empleo y sueldo inician una huelga de hambre con el apoyo del SUP, que compara su caso con el de Bárcenas
Fernando Pérez Ávila | Actualizado 22.01.2015 - 05:03

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López de Gomara, Triana. Mediodía de ayer. A escasos metros de la Jefatura Superior de Policía, varias personas cubren una furgoneta con pancartas y lemas reivindicativos. Son agentes de paisano, algunos de ellos sindicalistas y otros compañeros de dos policías que arrancan una huelga de hambre en protesta contra su suspensión de empleo y sueldo. Entre los mensajes colocados en la furgoneta se leen los siguientes: "Suspensión provisional=condena previa", "La D. G. Policía me suspende de empleo y sueldo sin juicio previo", "22 años de intachable servicio a la sociedad" o "Art. 24 Constitución Española: derecho a la presunción de inocencia".

El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha convocado a la prensa para apoyar a los dos agentes que inician la huelga de hambre. Su secretario general en Andalucía, José Antonio Beato, atiende a los medios de comunicación. Los dos policías que inician la huelga optan por no hacer declaraciones y prefieren que sea el sindicato quien canalice la información. Llevan 18 meses suspendidos acusados de distintos delitos, como allanamiento de morada o detención ilegal, en una investigación que se inició a raíz de las denuncias de delincuentes y narcotraficantes de las Tres Mil Viviendas que ellos habían detenido previamente.

"Debemos recordar que son dos policías que tienen cada uno una cruz roja y dos blancas, así como innumerables felicitaciones por todo el trabajo desarrollado. Se encuentran en una situación en la que podría estar cualquier policía de España en cualquier momento, puesto que han sido denunciados por delincuentes que han detenido", apunta Beato, que no se explica por qué la Dirección General ha suspendido a los agentes sin que la juez del caso haya tomado medida cautelar alguna.

"Pongamos un ejemplo. Ayer tuvimos la ocasión de conocer que el señor Bárcenas puede salir ya de la cárcel porque los magistrados de la Audiencia Nacional han desautorizado al juez Ruz basándose precisamente en el tiempo transcurrido entre la medida cautelar de la prisión y en que la instrucción ya está concluida. Es exactamente el mismo caso que el de estos dos policías. Ese criterio debe adoptarse para ellos, que parece que son ciudadanos de segunda clase, porque no pueden tirar de la manta", añade el representante del SUP, que recuerda un antecedente en Sevilla: el del robo de la droga. "También fueron implicadas personas inocentes, a las que se hizo un daño irreparable".

La suspensión de empleo y sueldo ha acarreado a los dos agentes graves perjuicios, como el hecho de no poder pasar la pensión alimenticia de sus hijos. Hoy duermen en la furgoneta en la que uno de ellos ha vivido durante varias semanas. La Jefatura no hizo valoración sobre esta protesta y sólo apuntó que la suspensión es la medida cautelar que se aplica habitualmente a los policías que son sometidos a una investigación interna y están imputados.

Aqui nos dan por todas partes, es lamentable

Acceso al cuerpo de policía autonómica del País Vasco

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Los policías suspendidos fueron amenazados por unos sicarios


Policías empapelan la furgoneta en la que realizan la huelga.
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La Policía Nacional puso escolta a los dos agentes de este cuerpo que mantienen desde hace una semana una huelga de hambre en la puerta de la Jefatura. Esta vigilancia se estableció después de que se recibiera una comunicación en la Jefatura de la llegada de unos sicarios colombianos, que se habrían desplazado a Sevilla para matar supuestamente a uno de estos dos policías y secuestrar al otro. Así consta en un informe interno del cuerpo de mayo de 2013, al que ha tenido acceso este periódico.

Semanas después, en julio de ese mismo año, los policías fueron suspendidos de empleo y sueldo acusados de varios delitos, como allanamiento de morada para detener a delincuentes, robo con violencia e intimidación, detención ilegal, falsedad documental por falsear presuntamente atestados y revelación de secretos porque un juez le pidió los antecedentes de un sospechoso por teléfono y no por el oficio reglamentario. Los agentes llevan ya suspendidos 18 meses y la semana pasada iniciaron una huelga de hambre en protesta contra esta medida cautelar, que consideran desproporcionada. La investigación de la Unidad de Coordinación Operativa Territorial (UCOT), que ejerce en Sevilla la función de asuntos internos, surgió a raíz de la denuncia de traficantes y delincuentes de las Tres Mil que fueron detenidos por estos dos policías. Tras ser suspendidos, la Policía retiró la escolta sobre ellos.

En el informe por el que se estableció la vigilancia, elaborado por el Grupo de Atracos de Sevilla, se detallan una serie de instrucciones a seguir en caso de que se detectara a algún sospechoso en las inmediaciones de los domicilios particulares de estos dos agentes. "Se sospecha de dos individuos colombianos, de unos 18 años, que pueden ir en moto", expone el documento, que detalla además una serie de órdenes sobre cómo establecer la vigilancia para no ser identificados por los sospechosos, además de adjuntar una serie de perfiles de delincuentes de origen colombiano que podrían estar trabajando en España como sicarios.

Apenas unos días después de que se estableciera esta vigilancia, un policía le trasladaba a uno de los agentes suspendidos que un confidente suyo al que daba total credibilidad había podido saber "que han llegado unas personas de países del Este para hacer varios trabajitos y, entre ellos, el de matar a un tal Nazi (apodo con el que se conoce entre los delincuentes a uno de los dos agentes suspendidos)". Esta amenaza coincidía con la información aportada días atrás por el grupo II de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Sevilla, que comunicó a la Brigada Provincial de Policía Judicial que "llegarían dos sicarios colombianos jóvenes para acabar con la vida del Nazi así como para secuestrar" a su compañero.

Todas estas amenazas, según la Policía, responderían al elevado número de detenciones de narcotraficantes que los dos agentes realizaban en las Tres Mil.