Castigo a un Mosso incómodo
Publicado: Vie, 05 Dic 2014, 10:39
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Actualizado: 05/12/2014 11:17 horas
El agente Manel C. se ha ganado a pulso ser conocido entre los jefes de las comisarías de los Mossos d'Esquadra de Arenys y Pineda de Mar. Una popularidad que no debe exclusivamente a su trabajo como policía en la unidad científica sino, sobre todo, a que él mismo se reconoce como «un policía incómodo». Especialmente para sus superiores.
Inconformista y protestatario, Manel C. colabora con los sindicatos que reclaman continuamente mejoras en las comisarías y critican al Departament d'Interior; se opone a órdenes que cree que no encajan en las rutinas policiales y no esconde sus inquietudes políticas, abiertamente críticas con el proceso soberanista en Cataluña.
Convertido en víctima de «una persecución inquisitorial»
Fuente: El Mundo
Una suma de factores que considera que le han convertido en víctima de «una persecución inquisitorial» por parte de sus superiores inmediatos e, incluso, de la Direcció General de la Policia (DGP) e Interior. Un hostigamiento que, real o no en las dimensiones que alega, cuenta ahora con una sentencia que refuerza la tesis de caza al policía incómodo.
El Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 8 de Barcelona dictó el pasado noviembre una sentencia a favor de Manel C. y contra la sanción disciplinaria a la que desde agosto le somete la DGP: cuatro meses suspendido de empleo y sueldo, traslado a otra comisaría y pérdida de su plaza de especialidad en la unidad de la policía científica.
Un castigo que, según refleja la sentencia a la que ha tenido acceso este diario, vulnera sus derechos fundamentales. El juez va aún más allá y en su apoyo al recurso del agente asegura que la sanción dictada contra él es «desproporcionada».
Manel C. admite que, efectivamente, cometió un «error». Fue el fin de semana del 26 de abril pasado, cuando utilizó un coche oficial de los Mossos para uso personal y llegó a la comisaría una hora tarde al día siguiente. Días antes también permitió a su mujer, civil, usar internet en uno de los ordenadores de la comisaría de Arenys de Mar.
Acciones por las que sus superiores decidieron abrir una investigación que, tras pasar por la División de Asuntos Internos(DAI) y la DGP -máximo órgano de control de los Mossos d'Esquadra- desembocó en un expediente sancionador considerado grave.El motivo era haber faltado al «prestigio» de la policía de la Generalitat.
El juez ordena en su sentencia que se revoque el castigo y se reincorpore
El juez, sin embargo, ordena ahora en su sentencia que se revoque el castigo y se reincorpore al agente en su puesto de trabajo. Según argumenta en su resolución, «no se alcanza a comprender por qué las conductas sancionadas atentan al buen nombre de la policía» y las limita al mero«uso abusivo de los medios materiales (...) o un incumplimiento de la jornada laboral». La Fiscalía llegó a considerar de «extravagantes y rocambolescos» los motivos esgrimidos por Interior para castigarle.
La guerra judicial de Manel C., pese a haber superado su primera batalla, sigue viva. El Juzgado de Instrucción número 4 de Arenys de Mar mantiene imputado por un delito de revelación de secretos a uno de sus superiores, el subinspector J.B., responsable de la investigación que concluyó en la sanción.
El jefe policial usó para sus pesquisas las grabaciones donde el agente aparecía usando el vehículo oficial. El vídeo, sin embargo, superaba los 30 días máximos que dicta la Ley de Protección de Datos y que exige su destrucciíon una vez superado el es. Una situación que Manel C. también denunció a la Autoridad Catalana de Protección de Datos, la cual tiene pendiente informar del resultado de su informe a las partes.
La sentencia que da la razón al agente ordena su reincorporación inmediata a su puesto de trabajo y una portavoz de Interior dijo ayer a este diario que cumplirán con la resolución judicial. Manel C., sin embargo, seguía ayer sin recibir aviso para que regrese a la comisaría de Arenys de Mar. Todo, asegura, porque es un «policía incómodo"
