juanrra escribió:alfa-30 escribió:La verdad, que todo el tema de convalidaciones del sistema educativo, me pierde bastante y eso que hace poco que deje de estudiar.
De estudiar no se acaba nunca
. Lo que me temo es que esa fp de la que habla la ley, sea la nueva fp de grado básico. Haciéndolo un poco crudo, al chaval que no pueda acabar la ESO, le meterán a hacer prácticas de reponedor en cualquier gran superficie y le darán, a cambio, un título de ESO. Y en nuestro caso, lo mismo y además una placa sin más exámenes o control.
alfa-30 escribió: Dudo mucho que los centros de formación se dejen quitar parte del pastel.
Ya se han reservado los cursos de especialización, formación extra requerida (contemplada en la ley) y algunos podrán también el convertirse en centros privados o concertados de formación profesional
alfa-30 escribió: Actualmente a muchos de los opositores a las FFCCSS se lo venden el sector de la seguridad privada como un sector con futuro y parecido a ser un policía privado.
El motivo, si no pueden mantener su negocio “formando” a nuevos opositores a las FFCCSS una manera de subsistir es vendiendo la moto.
Del anterior foro, opinión que suscribo al 100%
vicalus escribió: Mira, el modelo de seguridad privada actual, basado exclusivamente en funciones parapoliciales y pseudofuncionariales no funciona, es un experimento que, tras más de veinte años de puesta en práctica, ha demostrado ser un fracaso y nos ha llevado a donde estamos ahora, al borde del abismo. Lo que necesita este sector es cambio radical, una estrategia que fomente el que TODOS los que nos dedicamos a la seguridad privada seamos realmente profesionales cualificados, en todos los campos, ámbitos y jerarquías, donde sea posible desarrollar una verdadera carrera profesional basada en el esfuerzo, la capacitación, los estudios y la formación. En lugar de eso, cierran toda posibilidad de desarrollo y de promoción y nos condenan a ser meros sucedáneos de la otra seguridad, la pública, adjudicándonos sus mismas obligaciones y responsabilidades, pero sin los medios y sin la protección que aquella tiene, amén de carecer de sus beneficios, es decir, nos quieren solo para lo malo, nos utilizan y se aprovechan de nuestros recursos gratuitamente.
alfa-30 escribió: Si realmente se terminara de desarrollar una FP para el sector de la seguridad privada, puede ser un tema bastante interesante y puede mejorar muy positivamente la imagen de los profesionales del sector.
Existen diversos créditos de formación profesional bastante interesantes para el ámbito de la seguridad privada, los cuales ya están desarrollados para otras FP que nada tienen que ver con seguridad, algunos de ellos son:
Circuito cerrado de televisión e instalación de sistemas electrónicos de seguridad. (Integrado en la Fp de grado medio en instalaciones de telecomunicaciones)
Seguridad informática. . (Integrado en la Fp de grado medio de sistemas microinformáticos y en red)
Atención sanitaria en situaciones de emergencia. (Integrado en la Fp de grado medio de técnico en emergencias sanitarias)
Planes de emergencias y dispositivos de riesgos previsibles. . (Integrado en la Fp de grado medio de técnico en emergencias sanitarias)
Estructurando bien la nueva formación y añadiendo nuevos contenidos, se puede lograr dar un cambio significativo a este sector.
Los créditos de arriba son simples ejemplos de los muchos que se podrían integrar dentro de la formación de seguridad privada.
Saludos
Es lo primero que pensé yo...ya hay varias fp de seguridad; también lo primero que se pasó por la cabeza fue tu primera opción
http://todofp.es/todofp/que-como-y-donde-estudiar/que-estudiar/familias/electricidad-electronica/sistemas-de-telecomunicaciones-e-informaticos.htmlEn mi ciudad desde 2009 entre Securitas y Prosegur, por citar dos grandes, han reducido en un 40-50% el número de vigilantes, el número de mandos intermedios y el número de paradas de transporte...pero han multiplicado por cinco el número de instaladores de alarmas. Los números y la realidad son bastante tozudos, y los planes de las compañías de seguridad, claros como el agua. Pero vamos que todos somos mayorcitos y que cada cual entienda donde está y hacia donde van las cosas.
Un saludo
Nuestro sector ha pasado de un mercado centrado en la demanda, a otro basado en la economía de la oferta, y aquí es donde no ha sabido actualizarse, entre otras razones, porque nunca ha apostado por la calidad del producto y/o servicio, condenándolo a una estrategia centrada, únicamente, en ofertar el menor precio posible.
El descenso en la solicitud de servicios tradicionales de vigilancia, por parte de los usuarios, se debe a la escasa polivalencia que ofrece un vigilante de seguridad, cuyas funciones y cometidos no se han abierto hacia una labor más preventiva, proactiva, especializada y tecnificada. No se ha pensado en futuro y así nos encontramos. Es imposible que un modelo del siglo pasado, que tuvo su razón de ser y que funcionó porque estaba adaptado a la sociedad y a la mentalidad de entonces, pueda seguir funcionando si no se introducen cambios profundos que permitan una evolución acorde a los cambios sociales y a la época actual, más desarrollada, avanzada, globalizada y tecnológica. Con esto no quiero decir que debamos abandonar nuestros cometidos de siempre, sino que se me antoja necesario e imprescindible ampliar nuestro espacio profesional a otros terrenos todavía sin explorar y que estén enmarcados, obviamente, dentro del concepto de “seguridad integral”.
Se podría llegar a pensar que esto es lo que se ha conseguido con la nueva ley, al otorgarnos nuevas funciones que, de cara a los clientes y usuarios, podrían suponer un valor añadido, pero nada más lejos de la realidad. Estas funciones ya se están prestando, de forma ilegal, sí, pero todos sabemos que se desarrollan con total impunidad, con el beneplácito de las empresas de seguridad y de los organismos públicos de control. Por lo tanto, lo único que han hecho es legalizarlas para que se puedan seguir desempeñando con normalidad, al enmarcarlas dentro del ámbito de nuestras competencias. En este sentido, no supone un aliciente para la celebración de nuevas contrataciones de servicios de vigilancia y por ello no implicará un ascenso en la demanda.
Es muy sencillo. Un empresario valora los riesgos y los bienes a proteger, y en función de ello dispone unas medidas de seguridad, que tendrán una orientación preventiva y que serán, en su mayoría, pasivas y electrónicas. En este escenario es donde debe encontrar su encaje el vigilante de seguridad. Durante estos últimos años muchos de los servicios de vigilancia, en multitud de establecimientos e industrias, han estado sobredimensionados, porque la inversión en sistemas de seguridad era mínima y se compensaba con la vigilancia humana. Ahora, la tecnología empieza a ocupar un espacio cada vez más importante dentro de la cadena de seguridad y las medidas de seguridad organizativas implantadas en muchas empresas son infinitamente más eficaces. También han cambiado las prioridades y lo que más se valora y se protege es la información, que ha pasado a convertirse en el bien más preciado.
Y aquí es donde debería encontrar su hueco la FP, pero nos encontramos con un verdadero problema: las restricciones que nos impone la ley y lo limitado de nuestras funciones. Por eso, diseñar un plan de estudios que incluya actividades que no se van a poder realizar en la práctica pierde algo de sentido. Si el Reglamento no arregla y corrige el tema de las incompatibilidades y la simultaneidad de actividades, seguiremos estancados y perdiendo oportunidades de futuro.