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Añorada H,
Heme aquí, de nuevo, buscando entre tus áureos cabellos la paz que se me niega en otros lados.
Regreso tardío. Anquilosados dedos faltos de aquella costumbre tan nuestra de citarnos epistolarmente en ese tocón milenario donde nos sentábamos juntos, espalda contra espalda, a mirar distancias y narrar vivencias. Árbol segado a ras que el Jefe de todo esto nos ha cambiado por un banco moderno desde el que te escribo.
Él mismo anuncia su marcha Heini. Con una entereza que conmueve. Con una elegancia que, sólo el que se siente libre de todo puede ostentar. Se va. Ángel se va. Ésta, que siempre será su casa, el páramo donde gobernó, se ha volcado, arropándolo como, con sana envidia, todos desearíamos caminar hacia otros campos donde morar.
Vuelvo a ti de forma egoísta, utilizando lo nuestro como un abrazo de despedida, un fuerte apretón de manos, un clavar firme la bota, erguir el pecho a su paso, y saludarlo orgulloso con los dedos a la altura de la sien.
Ángel se va, Heineken, pero EL LOBO, siempre será foropolicia.
Va por ti, compañero.
Lo veréis alejarse, caminante pacífico. .......andar seguro. .........boca entre abierta. ........mirada fijada en el objetivo. .......orejas puntiagudas, atentas ante cualquier cambio en la atmósfera, pequeño roce con una brizna que percibirá antes que tu.
Lo veréis irse, paso firme, clavando las garras en esta tierra humectante, pegajosa, rebosante de sueños vívidos y realidades vaporosas.
Marchará orgulloso, pelaje tupido, densa piel llena de cicatrices, grabadas a cuchillo y sin piedad.
Y cuando lo haga, seguirá el repiqueteo constante y desquiciante de las teclas obsolescentemente programadas. Continuará la diatriba, las enconadas pugnas por una verdad propia que colisiona con la ajena. Aflorarán nuevos personajes, ocultos tras letras fluorescentes y pixeles que narran cuán malo es esto de batallar las calles o cómo se siente aquel que recibe la mirada agradecida al llegar urgente aunque no se le espere.
Relatos diluidos sobre un fondo blanco. Juntar letras. Hablar por la mera satisfacción de hacerlo. O volcar parte de uno mismo.
Esto seguirá. Si. Seguirá. Siempre lo hace. Y esa es su última voluntad. Su último aullido. Enconado. Hiriente. Así lo quiere. Esas son sus órdenes. Y no cabe más que cumplir. Nobleza obliga.
Continuaremos con esto que fue tan suyo. Muchos sentisteis su aliento en cuanto apurabais de más, forzando las líneas trazadas. Otros recibisteis elogios por el buen hacer.
Siempre ha estado aquí. Vivía aquí. Y aquí perdurará. La vieja guardia no va a permitir que caiga en el olvido todo su trabajo. Será recordado, es de ley hacerlo. Transmitirán su legado, su incansable cacería para hacer de éste intermundo un sitio habitable.
Ángel, desde el más profundo sentimiento de respeto y admiración, gracias por todo.Tuyo, cual bravío y constante mar, S.