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Experto profesional en investigación incendios

NotaPublicado: Mar, 08 Sep 2015, 13:07
por Grupo Aetd

intervencionpolicial.com
buenas tardes forer@s,

Os dejo información sobre el curso de EXPERTO PROFESIONAL EN LA INVESTIGACION DE INCENDIOS ( 4ª Edición) ofertado por la UNED.

http://formacionpermanente.uned.es/tp_a ... vidad/8487

Saludos

Re: Experto profesional en investigación incendios

NotaPublicado: Jue, 17 Sep 2015, 08:47
por Perico1975
Academia Acceso CNP

sector115.es
Abierto el plazo de matriculación para el programa de Experto Profesional en Investigación de Incendios IV edición de la UNED. Este curso de 5 meses de duración y 15 créditos ECTS ( 375 horas), es el más completo existente en la actualidad en español, basado fundamentalmente en 3 pilares: un estudio avanzado de la química del fuego y los sistemas de prevención y lucha contra incendios, el análisis de las circunstancias relacionadas con los incendios provocados ( sobre todo los cometidos con el objetivo de defraudar a una aseguradora), y por último las técnicas de investigación de todo tipo: observación, documental, criminalística, interrogatorio de testigos, etc.
El curso se basa en los estándares NFPA 921 ( edición de 2011) y normas complementarias, e incluye multitud de documentación auxiliar, biblioteca virtual, videos, enlaces, plantillas, etc. que permitirán al alumno acometer investigaciones de incendios residenciales, vehiculares o forestales.
En este programa ya se han graduado más de 300 bomberos, policías, criminólogos, detectives, peritos de seguros, directores de seguridad, agentes de medio ambiente o abogados.
Información y matrícula hasta el 1 de diciembre en la web de ADDPOL.

Re: Experto profesional en investigación incendios

NotaPublicado: Jue, 17 Sep 2015, 08:49
por Perico1975
DETECTIVES DEL FUEGO
Pedro Pablo Domínguez Prieto
El fuego es uno de los elementos naturales más destructivos, y a pesar de que a lo largo de los años se han desarrollado sistemas muy eficaces para prevenirlo y extinguirlo llegado el caso, siempre será una amenaza a tener en cuenta en cualquier actividad humana.
La aparición de fuegos naturales ( debidos sobre todo a rayos) o accidentales ( producidos por múltiples factores como fallos eléctricos, funcionamiento de maquinaria, accidentes domésticos, etc.) siempre permanecerán en un nivel relativamente inalterable, y es un factor que la sociedad debe aceptar, aunque lógicamente se puedan reducir conforme la tecnología en lucha contra incendios evolucione.
No obstante, existe un tercer tipo de fuegos que escapan a las dos clasificaciones anteriores, y ante los que sí cabe una participación más activa y directa de los profesionales relacionados con su prevención e investigación: los incendios provocados.
-El factor humano:
¿Quién está detrás de estos incendios provocados/ intencionados? Podemos distinguir 2 grandes grupos: los llamados pirómanos, en el sentido estricto de la palabra, son individuos afectados por un trastorno del control de los impulsos, que les produce excitación ( y posterior placer/ relajación), al tener contacto con los elementos del incendio ( iniciarlo, presenciarlo, o participar en sus efectos). Su obsesión por el tema le lleva a buscar la proximidad con bomberos, retenes de incendios, etc, llegando a participar activamente en las labores de extinción de sus propios incendios. Para ser considerados como tales, y desde el punto de vista médico, deben iniciar al menos 2 incendios sin que medie otro tipo de motivación.
Sin embargo, criminológicamente el pirómano no es muy relevante, ya que su prevalencia es muy baja. El verdadero problema es el segundo tipo, al que denominaremos más acertadamente “incendiario”, y que busca un beneficio ( sobre todo económico) de su acción. Concretamente, estaríamos hablando de un fraude a la Ley de Seguros, que en España supone pérdidas millonarias.
El motivo más común, al igual que en otros casos de fraude a las aseguradoras, son la falta de liquidez o la imposibilidad de venta o gestión del bien con beneficios ( el coste es mayor que el resultado de la venta). En estos casos, es más sencillo para el propietario quemar los bienes y cobrar la indemnización en un plazo relativamente corto, que mantener su actividad por más tiempo.
El seguro de incendios se recoge específicamente en la sección II de la Ley del Seguro, que en su artículo 45 establece que:
“Por el seguro contra incendios el asegurador se obliga dentro de los límites establecidos en la Ley y en el contrato a indemnizar los daños producidos por incendio en el objeto asegurado.
Se considera incendio la combustión y el abrasamiento con llama, capaz de propagarse, de un objeto u objetos que no estaban destinados a ser quemados en el lugar y momento en que se produce.”
El siguiente artículo, el 46, nos habla de la cobertura de la póliza, lo que es muy importante a la hora de concretar la indemnización a percibir. Muchos incendiarios denuncian la destrucción de objetos de valor creyendo erróneamente que el seguro cubre su pérdida.
“La cobertura del seguro se extenderá a los objetos descritos en la póliza. Si se tratare de seguro sobre mobiliario, la cobertura incluirá los daños producidos por el incendio en las cosas de uso ordinario o común del asegurado, de sus familiares, dependientes y de las personas que con él convivan.
Salvo pacto expreso en contrario, no quedarán comprendidos en la cobertura del seguro los daños que cause el incendio en los valores mobiliarios públicos o privados, efectos de comercio, billetes de Banco, piedras y metales preciosos, objetos artísticos o cualesquiera otros objetos de valor que se hallaren en el objeto asegurado, aun cuando se pruebe su preexistencia y su destrucción o deterioro por el siniestro.”
En un sentido similar se pronuncia el art. 47:
“La destrucción o deterioro de los objetos asegurados fuera del lugar descrito en la póliza excluirá la indemnización del asegurador, a menos que su traslado o cambio le hubiere sido previamente comunicado por escrito y éste no hubiese manifestado en el plazo de quince días su disconformidad.”
Y el 48:
“El asegurador estará obligado a indemnizar los daños producidos por el incendio cuando éste se origine por caso fortuito, por malquerencia de extraños, por negligencia propia o de las personas de quienes se responda civilmente.
El asegurador no estará obligado a indemnizar los daños provocados por el incendio cuando éste se origine por dolo o culpa grave del asegurado”.
Realmente, este es el principal objetivo de la investigación, detectar el dolo del propietario en el origen del incendio, lo cual evitará el pago de la indemnización. No solo habrá que descubrirlo, sino probarlo adecuadamente.
Finalmente, el art. 49 detalla los conceptos por los que es posible recibir una indemnización, y que el investigador debe comprobar exhaustivamente, ya que todo descubrimiento que hagamos repercutirá en un ahorro para nuestro cliente ( la compañía de seguros).
“El asegurador indemnizará todos los daños y pérdidas materiales causados por la acción directa del fuego, así como los producidos por las consecuencias inevitables del incendio y en particular:
1. Los daños que ocasionen las medidas necesarias adoptadas por la autoridad o el asegurado para impedir, cortar o extinguir el incendio, con exclusión de los gastos que ocasione la aplicación de tales medidas, salvo pacto en contrario.
2. Los gastos que ocasione al asegurado el transporte de los efectos asegurados o cualesquiera otras medidas adoptadas con el fin de salvarlos del incendio.
3. Los menoscabos que sufran los objetos salvados por las circunstancias descritas en los dos números anteriores.
4. El valor de los objetos desaparecidos, siempre que el asegurado acredite su preexistencia y salvo que el asegurador pruebe que fueron robados o hurtados.
5. Cualesquiera otros que se consignen en la póliza.”
-Investigación de incendios:
La investigación de incendios se puede acometer desde varios puntos de vista, y dependiendo del tipo de elementos que afecte el fuego. Básicamente trataremos de averiguar lo que se denomina etiología ( o causa, que será una de las 3 que citamos anteriormente : natural, accidental o provocado), así como el origen o localización física del punto donde se inició, para a partir de ahí estudiar su evolución y obtener pruebas que apoyen las conclusiones de la investigación.
Esta labor, implica una inspección del lugar del siniestro, y la utilización de equipos más propios de la Policía Científica que de un Detective o un perito de seguros, y frecuentemente quedará fuera de su ámbito de actuación.
No obstante, siempre es útil que el investigador privado conozca las técnicas y procedimientos de la criminalística para poder interpretar, de un modo crítico, los informes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que hayan intervenido.
Lo que sí está en las manos del perito privado, es investigar una serie de circunstancias relacionadas, no ya con el incendio en sí, sino con los elementos o acciones que apunten a un fraude a la compañía de seguros.
A lo largo de los años, se han listado una serie de indicadores que comprobados uno a uno, apuntarán en dirección a la comisión del fraude. En estos casos nos encontraremos habitualmente con personas de nivel intelectual medio-alto, que habrán planificado perfectamente sus acciones, y que en numerosas ocasiones estarán apoyados por un bufete de abogados competente, dispondrán de documentación sin fallos ( parte al seguro, por ejemplo), aportarán testigos coherentes, etc. No hay que olvidar que pueden mediar indemnizaciones millonarias.
-La cara del fraude:
¿Cuáles son las acciones más típicas y evidentes en el fraude por incendio? Podemos encontrar las siguientes:
Comportamiento sospechoso de personas en la escena: es común que los pirómanos ( enfermos mentales), acudan a la zona para presenciar las labores de extinción. Lógicamente es muy difícil que el investigador acuda al lugar en ese momento, pero podemos interrogar a los testigos ( bomberos, policía, vecinos) por si observaron algún comportamiento inusual.
Signos de entrada forzada no debidos a bomberos: los bomberos pueden realizar acciones sobre el edificio para acceder a él ( por ejemplo para rescatar personas atrapadas). El pirómano lo hará para permitir una mejor ventilación del incendio. Para descubrirlo, tendremos que entrevistarnos con los bomberos y que nos detallen cómo y por dónde accedieron.
Agujeros precortados en paredes y techos: como comenté en el punto anterior, son normales para permitir el acceso de oxígeno al incendio, y que este no se detenga por falta de alguno de los componentes del tetraedro del fuego ( se supone que combustible habrá de sobra).
Sistemas anti-incendios saboteados: el propietario que pretende defraudar al seguro es posible que desconecte los sistemas de alarma o extinción, para dar tiempo a que el incendio cause el mayor daño posible antes de la llegada de los bomberos. Los sistemas contra incendios actuales son muy eficaces, por lo que su desconexión es un buen indicador de que el fuego es intencionado.
Múltiples puntos de origen no debidos a otros motivos: este también es un buen indicador de acción humana, ya que es muy raro que en un fuego residencial existan varios puntos de origen. Habría que descartar la existencia de mascotas/ animales de otro tipo ( ratas por ejemplo), y el desplome de elementos constructivos en llamas de una planta a otra inferior.
Anormalidades relacionadas con el ritmo de extensión, dirección de la misma, extensión total del fuego o intensidad del mismo: para poder estudiar estos factores, el investigador debe tener unos conocimientos lo más completos posibles acerca de la química del fuego. Normalmente, fuegos de gran intensidad ( no se corresponden con el combustible presente) o que se extienden muy rápidamente pueden indicar que fueron provocados.
Evidencias de daños anteriores al fuego: termitas, estado de ruina, defectos de fabricación, etc. el propietario puede elegir esta salida para evitar costosas o largas reparaciones, que en muchos casos no están cubiertas por el seguro.
Fuegos durante remodelaciones: al abordarlas se dan cuenta de que serán más costosas de lo que creyeron al principio y prefieren incendiar el edificio para recuperar parte del dinero.
Póliza de seguro a punto de expirar o nueva: comprobaremos esto pidiendo la documentación a la aseguradora y cotejando las fechas.
Edificios vacíos con poco potencial, o a la venta desde hace tiempo: el propietario se ahorra el coste de desmantelarlos y mantenerlos, incluso le saca beneficio.
Problemas financieros, bancarrota ( hoy en día es muy común): es posible consultar el estado de cuentas de la empresa solicitando informes comerciales, así como preguntando a vecinos, ex empleados, etc. Un estado de ruina puede llevar al propietario a usar el fraude para obtener liquidez o para deshacerse de instalaciones, maquinaria o stock que no le interesa y que no puede vender.
Incendio entre las 2 y las 5 de la madrugada o en fines de semana: el incendiario pretende que no se le vea en las inmediaciones del lugar, que no hay trabajadores en las instalaciones, y que, a ser posible, se tarde lo máximo posible en avisar a los bomberos, para que el fuego haga su “trabajo”.
Evidencia de bienes retirados antes del fuego: elementos como cajas fuertes, ordenadores, maquinaria, etc. pueden retirarse antes del fuego. Para detectarlo nos fijaremos en espacios libres que no se puedan explicar, señales de movimiento, e interrogaremos a los trabajadores, clientes y proveedores acerca de los elementos presentes en el lugar antes del siniestro.
Fotos familiares, trofeos, diplomas, dinero, artículos personales (como de aseo), no encontrados en la escena: muchos empresarios tienen diplomas, recuerdos, fotos familares, etc en la oficina, y si estos han sido retirados es un buen indicador de que el propietario de estos bienes provocó el fuego.
Área de mayor daño y mayor concentración de combustible no coinciden: a no ser que se produjera flashover, esta anomalía podría apuntar al uso de una sustancia acelerante.
Mascota sobrevive: en la mayoría de negocios donde hay perros atados, estos fallecen en el incendio. Si el propietario tenía una mascota de cualquier tipo, seguro que la retirará antes de que se inicie el fuego.
Siniestros y reclamaciones en escalada: algunos defraudadores profesionales, comienzan con pequeñas reclamaciones para “probar” la respuesta de la aseguradora. Si ven que cobran, reinciden con reclamaciones cada vez mayores. Para evitar suspicacias, es posible que tras un tiempo cambien de agencia. Por ello hay que comprobar ( si es posible), si la empresa investigada ya ha cobrado indemnizaciones en el pasado.
Fuego durante vacaciones, puente o fin de semana en el que el asegurado no se encuentra en la ciudad: bien para no levantar sospechas ( puede que se haya ido, o puede que no), bien para alejar su presencia física del lugar, no ser visto, etc. Normalmente los incendios provocados no ocurren nunca en horario laboral.
Pasa tiempo injustificado desde siniestro hasta denuncia: alguien que es víctima real de un delito va a denunciar inmediatamente. Si pasa un tiempo injustificado, es signo de fraude.
Sistemas antiincendios desconectados en el momento del siniestro: para retardar la respuesta de los bomberos, e impedir que los sistemas propios lo extingan. Por ejemplo, es inexplicable que los sistemas de sprinklers de la Torre Windsor no actuaran eficazmente. Hay que comprobar las revisiones de los sistemas y quién tenía acceso a ellos.
Pérdida de subvenciones reciente o sanciones: consultando los diferentes boletines, o incluso a empresas de su entorno o competidores, podremos averiguar si han sido sancionados hace poco, con lo que el incendio puede ser una vía para obtener liquidez.
Puertas cerradas con llave en el momento de entrar los bomberos. En general, dificultad para acceder ( este es un signo muy importante): se ha dado el caso de colocar vehículos en el acceso para impedir el paso de los vehículos de bomberos, o de atrancar puertas y ventanas. Para averiguarlo preguntaremos a los bomberos que participaron o a las FCS.
Por otra parte, elementos específicos de fraude a la compañía de seguros serían los siguientes:
Asegurado presenta inventario detallado de pérdidas y pronto tras el incendio: en este caso, ya tenía preparado este inventario antes del incendio, incluso puede que esté “inflado”. Las víctimas reales incluso suelen pedir tiempo para hacer estos inventarios.
Divorcio o separación reciente: un caso extremo de necesidad de liquidez, normalmente se zanja denunciando el falso robo de un coche o similar, pero puede darse el caso de provocar el incendio para obtener dinero, o para destruir propiedades que van a ser adjudicadas a la otra parte en la separación.
Disolución de sociedad reciente: si no hay acuerdo sobre el reparto, o no es posible vender los bienes a corto plazo, el incendio permite obtener dinero rápidamente y olvidarse de las propiedades/ bienes.
Impuestos recientes: otra posibilidad que obliga al empresario a buscar dinero fácil y rápido.
Despido reciente: ídem.
Condena reciente: si la responsabilidad civil es muy alta, nos veremos en otra situación de necesidad imperiosa de dinero en efectivo.
Historial de siniestros: ya comenté anteriormente que si se obtiene el éxito en el fraude, normalmente el asegurado seguirá haciéndolo, ya que es una vía rápida y relativamente fácil de obtener dinero.
Negocio cerrado / ventanas tapadas durante un tiempo antes del siniestro: la falta de actividad indica mala situación económica, y por otro lado es mucho más difícil que se produzca un incendio si no hay movimiento de personas, mercancías, vehículos, maquinaria, etc.
Problemas médicos recientes: en general, cualquier situación personal que provoque una necesidad de grandes cantidades de dinero rápido, será signo de sospecha.
Origen de fuego en cama, colchón o sofá ( descartando fumador nocturno): estos componentes son muy adecuados para iniciar un fuego, incluso absorben bien los líquidos acelerantes, por lo que son elegidos frecuentemente para provocarlo. Otros ejemplos muy comunes son papeleras y archivadores.
Inicio en lugar sin fuente natural de ignición: hay lugares ( como los cuartos de baño), en los que es muy extraño que se inicie un fuego ( a no ser que se produzca un accidente por un cigarrillo o un electrodoméstico, en cuyo caso encontraríamos la colilla o el aparato en cuestión). Un incendiario buscará lugares escondidos y donde se tarde al mayor tiempo posible en detectarlo.
Cantidad de escombros no justifica la extensión de la indemnización: una reclamación “hinchada” es muy común en casos de fraude, incluso que el propietario discuta con vehemencia cuando le ofrezcan una tasación menor.
Robo donde cosas muy caras y difíciles de revender se llevan, y otros con mucha salida en el mercado negro se dejan en el lugar: en ocasiones, el propietario intenta disimular el hecho del incendio combinándolo con otro delito como el robo. En estos casos, los bienes robados pueden no ser los más típicos, o los que tengan más salida, esto es, los que se llevarían unos ladrones “profesionales”.
El asegurado tiene recibos detallados de todo lo robado o destruido, y los presenta rápido tras el siniestro: ya comenté anteriormente que no es normal que los individuos conserven toda la documentación detallada de los bienes, siempre hay alguna factura que falta, que no pedimos, etc. Si las trae todas, detalladas, ordenadas, y con rapidez, es muy probable que las tuviera “preparadas”.
Solo presenta recibos hechos a mano, fotocopias, faxes, etc., no documentación original en buen estado: esto puede indicar que ha hinchado los importes, en estos casos hay que comprobar la documentación aportada, al menos las facturas de mayor importe.
El asegurado aporta recibos del mismo proveedor con fechas en orden inverso: en este caso, hay que pedir los datos del proveedor e investigar la relación entre ambos. Si es complicado dar con él, o incluso el asegurado no quiere facilitarnos los datos, apuntaría a un fraude.
Incendio poco después de contratar la póliza: no muy inteligente, pero se puede dar el caso. Es evidente si ha aumentado la cuantía o la cobertura respecto a la póliza anterior.
Es la primera póliza que contrata el asegurado tras cambiarse de compañía ( contactar y chequear a la otra compañía de seguros): un profesional irá de compañía en compañía cometiendo fraudes en cadena.
Aporta recibos con datos incorrectos o incompletos: a veces es necesario recurrir a periciales para comprobar las facturas, en caso de sospecha y de que los importes sean muy altos, llamaremos a las empresas emisoras para cotejar fechas, importes, etc.
Aporta recibos sospechosos de ser falsificados: sobre todo aquellos realizados a mano, como albaranes.
Tiene conocimientos muy buenos de terminología de seguros y del proceso de indemnización ( esto es particularmente sospechoso): conoce todos los plazos, gestiones, importe de las indemnizaciones, etc. Esto es típico de los defraudadores profesionales.
Hace todas las gestiones en persona: teme que una tercera persona incurra en contradicciones en la versión, o que revele datos que revelen un fraude.
El siniestro se produce poco tiempo después de incrementar la cuantía de la póliza: o de modificar la cobertura.
El asegurado es muy colaborador y conformista: ya sabe que va a “ganar” dinero con el incendio, la víctima “real” se sentirá dolida por la pérdida aunque vaya a cobrar al indemnización.
El asegurado es poco colaborador e inconformista ( lo normal es un término medio): algunos incendiarios se ponen muy nerviosos cuando ven que están siendo investigados, llegando al punto de negarse a entrevistarse con nosotros, a facilitar información o documentación, etc.
El asegurado aumenta sucesivamente los límites de la cobertura sin motivo aparente, o aumenta los límites de la póliza poco antes del siniestro: por ello es imprescindible revisar el historial y el contrato del seguro de la víctima antes de iniciar la investigación.
El asegurado está muy interesado en si está cubierto contra el fuego, o hace preguntas genéricas sobre la cobertura de la póliza: signo de un incendiario “no profesional”, un tercero le ha sugerido que incendie la propiedad para cobrar el dinero, pero no ha estudiado el proceso. Estos defraudadores suelen hacerlo solo una vez, son personas de poco nivel cultural, e incurren en contradicciones, cometen errores, etc.
El asegurado no está preocupado por el total de la indemnización: una víctima real siempre va a preguntar por este punto ( para saber si va a cubrir las pérdidas). El profesional ya “sabe” aproximadamente lo que va a cobrar y que va a obtener beneficio.

Re: Experto profesional en investigación incendios

NotaPublicado: Vie, 18 Sep 2015, 10:31
por Grupo Aetd
Acceso al cuerpo de policía autonómica del País Vasco

nola2hurtu.eus
Buenos días,

Os informamos que la Dirección General de la AGASP (Academia Gallega de Seguridad Pública) en Resolución H35/2015 ha informado favorablemente la concesión de la homologación provisional del curso "Investigación de Incendios" a la UNED.

Os dejo el enlace por si fuera de vuestro interés.

http://formacionpermanente.uned.es/tp_a ... vidad/8487

Cita; No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación (Confucio)

Saludos.