Página 5 de 35

Re: Entendiendo el islamismo radical.

NotaPublicado: Vie, 17 Oct 2014, 14:26
por vini
¿Quieres ser Policía Nacional?

Prepárate con los mejores
joyfepolferes.es
Este es un tema muy interesante por su actualidad, la información aportada y las opiniones variopintas.
En general suscribo lo dicho por Vaktar111, pero hay algunos puntos que me gustaría destacar.

He conocido a algún musulmán practicante y me ha dado una buenísima impresión. Grandísima persona, tolerante con las mujeres (incluidas jefas laborales), todo generosidad... ¿He de deducir que esa fachada es mentira y en el fondo quiere cortarme la cabeza? Quiero pensar que no, pero nunca se sabe.

No conozco muy bien el Islam, pero del género humano sé algo. Las pistolas, por sí solas, no matan, como el Corán, hace falta una persona que las utilice. El mayor enemigo que tendremos nunca somos nosotros mismos. Siempre habrá un malnacido dispuesto a manipular ignorantes para lograr sus fines. Siempre ha sido así, es tan obvio que aburre explicarlo.

Hasta hace bien poco aquí no se disfrutaban las libertades que tenemos hoy día, y no creo que nadie quiera volver a aquello, excepto los desalmados que saquen beneficio del tema. En Occidente disfrutamos de una educación y derechos que garantizan nuestro modo de vida. En los países islámicos, la pobreza, incultura, fanatismo y coaligación de ley y religión fomentan que surjan generaciones con el cerebro lavado, siempre al servicio del cacique local, se llame imán o califa. Aquí lo llamábamos sacerdote u obispo, y tan amigos.

Quiero decir que aquí ocurriría lo mismo con ese nivel de vida e intrusismo en la vida privada. No soy amigo de ningún bando, pero simpatizo con el que me da más libertades. Allí, con ciertas actitudes, me lapidan. Aquí, haciendo lo mismo, la sociedad me margina y me señala como diferente, elemento subversivo para aislar. Diferentes métodos, mismos fines. Aquí, al menos, me respetan el pellejo. Y eso, siendo hombre.

Sabiendo ciertas cosas, nunca iría a vivir a esos países. Por lo mismo, no entiendo por qué ellos vienen aquí, si tan en desacuerdo están con nuestra cultura. No soy racista, ojo, sólo curioso. Por mi que cada cuál haga de su capa un sayo mientras me dejen en paz, y ni se les ocurra intentar cambiarme un ápice.

Respeto todas las culturas y religiones siempre que no me toquen las narices. Creo que debería ser un principio básico de convivencia. El problema de los humanos es que cuando nos juntamos por nuestras afinidades suele ser para destruir a los diferentes. Puede que el musulmán del que hablé al principio quiera decapitarme, no lo sé, pero tengo claro que, si pudieran, mis vecinos me quemarían vivo por hereje. Es algo inherente al ser humano. Señalar al que se sale de la línea y ejecutarlo públicamente, para que el resto tome nota.

Esas barbaridades en Occidente se han acabado, aunque ciertos cenutrios las añoren. Hemos creado un sistema jurídico garantista y una sociedad de bienestar que dificulta la dominación violenta. Ahora somos más sagaces. Inculcamos a los niños nuestros valores, al igual que los países islámicos. Moro malo, español bueno. Les comemos el cerebro con la sociedad de consumo y les hacemos creer que son el ombligo del mundo.

Como decía, el problema somos los humanos, nuestra sangre maldita no nos deja vivir en paz. Sonreímos al vecino, pero en el fondo queremos matarlo, violar a su mujer y quedarnos sus riquezas. Nos convencemos de que no lo hacemos porque somos tipos civilizados, éticos, pero la verdad es que no queremos ir a la cárcel y perder nuestro nivel de vida. El miedo al castigo nos frena, porque si no disfrutaríamos matando y saqueando lo que quisiéramos. Se juntan 3 personas por su afición al fútbol, y acaban gaseando judíos.

Aun con todo, me quedo con mi querida sociedad, que me permite insultarla sin que me ahorquen.

Re: Entendiendo el islamismo radical.

NotaPublicado: Vie, 17 Oct 2014, 17:06
por vaktar111
Gc Edicion 175 Aniversario

gafaspolicia.com
Hola Vini.
Basicamente estoy de acuerdo contigo,
Mi libertad vale mucho, mucho más que cualquier reglamento religioso. Pero si encima ese reglamento es tan restrictivo, intolerante y violento, pues no lo quiero en el seno de mi sociedad. Como supongo que nadie querría tener a una pandilla de nazis (que es lo mismo) dirigiendo sus destinos. Es de sentido común.
Eso que dices de tu colega musulmán, seguramente sea una bellisima persona, no lo sé. Tú tienes la información. Yo lo que digo es que su reglamento religioso les permite ser mentirosos y encima sentirse virtuosos.
Yo he conocido a algunos musulmanes y me han parecido buenas personas. Yo no critico personas, por lo menos las que he conocido, critico un manual supremacista, misógino, violento, intolerante, homófobo y más cosas que ahora no me acuerdo.
Este es el problema que está surgiendo en occidente, la creciente influencia de una ideología peligrosa. Y nuestra permisividad estúpida. Confundimos el concepto de diversidad con dejar prosperar normas totalitarias, todo en el nombre de la tolerancia y la paz social. Así comenzó el nazismo en Alemania, con los votos de sus ciudadanos.
Yo no quiero ver a las mujeres de mi país con un burka, siendo apaleadas por estar prescrito en la legislación, ni quiero ser testigo de la mutilación femenina.
En Inglaterra, los "progresistas" estúpidos han aprobado tribunales de sharia en barrios de mayoría musulmana. Y así les está yendo. No se puede pasear por ciertos barrios a causa de pandillas de indeseables islamistas agrediendo a quien a ellos les parece.
Esto es lo que nos puede esperar si no aplicamos simplemente nuestras leyes y nos dejamos de gilipolleces multiculturales, renunciando a nuestra identidad.

Re: Entendiendo el islamismo radical.

NotaPublicado: Vie, 17 Oct 2014, 17:27
por Equinocio

foropolicia.es
Hola Vinci.

Estoy de acuerdo en parte, pero suscribo la primera verdad que para mí has dicho. Nosotros somos nuestro peor enemigo, pero en cuánto a maldad no estoy de acuerdo con que todos seamos iguales. A los seres humanos nos moldea desde la misma cuna el lugar dónde nacemos, es decir, hay un lugar geográfico, una familia y una sociedad con todo lo que ello implica, sin olvidar cómo vemos nosotros mismos las cosas. Se es uno enemigo propio cuando esa persona se toma a toda una sociedad como mala, cuando evidentemente, no es cierto. Aquí ni todos somos buenos ni todos somos malos, nuestra sociedad tiene cosas muy buenas y también cosas muy malas y los países musulmanes no todos, tienen cosas muy malas, cosas que aquí nos escandalizan, pero no nos escandalizamos cuando los nuestros van a matarlos a ellos. Es por éso que no creo que nadie sea mejor ni peor que nadie. Si vienen aquí es porque como nosotros quieren prosperar y porque nosotros mismos les hemos abierto con unas leyes las fronteras para que vengan y se instalen aquí. ¿Y que no hemos hecho bien? Pues entre otras cosas, no hemos hecho una buena integración social de ellos, tampoco se ha tenido en cuenta el choque cultural que supone meter a gente con una mentalidad tan diferente a la nuestra, ya que el hoy de Europa no es la del S.XV . Luego está el terrorismo que se nutre de musulmanes que no tienen un sueldo en occidente, que se sienten frustrados porque aquí han caído en lo peor a la vez que sienten nostalgia de su tierra, observa que occidente no hace nada más que levantar guerras entre sus pueblos y desconocedores de quién controla el terrorismo y por qué se van creen que a hacer Yihad, pero para éso ya han estado aquí los imanes de la corriente extremista de Arabia saudí, pero éso no quiere decir que todos los musulmanes nos odien, y que por ello, nos quieran cortar el cuello, pero vuelvo a resaltar, estamos tocando mucho las narices en sus tierras y éso no puede ser bueno.

Un saludo.

Re: Entendiendo el islamismo radical.

NotaPublicado: Sab, 18 Oct 2014, 08:05
por vini
Cartera porta placa CNP

fabricado en piel de vacuno
enpieldeubrique.com
En general, el entorno en que crecemos nos moldea la personalidad, pero hay un porcentaje de personas que serían psicópatas aquí o en Kabul. Si Bin Laden o Anders Breivik hubieran nacido en Euskadi habrían sido etarras, por ejemplo. Si Txapote fuera iraquí sería yihadista.
Yo mismo, de haber nacido en algún país islámico, podría haber sido criado para odiar a Occidente, y en el momento previo a decapitar a un infiel ante las cámaras, quizá no encontrase referencias morales para frenarme.

Este problema se elimina bien fácil. Arrasamos a base de bombas todo país musulmán y a sus moradores. Muerto el perro se acabó la rabia. La pega es que luego me vienen a la mente palabras como genocidio, masacre, etc. Pero reconocedlo, ¿quién no ha pensado bombardear Euskadi para acabar con el "problema vasco"?

Aunque no lo queramos ver, estamos en guerra con el terrorismo, y las guerras sólo acaban con firmas de paz o la victoria de un bando. Me da que los islamistas no están para treguas. Para acabar con los fanatismos sólo hay una receta: educación. En Oriente medio es impensable ganar influencia en ese campo, así que seguirán surgiendo generaciones de fanáticos educados en el odio. No veo una salida pacífica a esta situación.

No me gustaría el incremento del odio en nuestra sociedad hacia los inmigrantes. Tiemblo ante el fortalecimiento de partidos ultranacionalistas, como en Francia. El panorama sería desolador. Tampoco me haría feliz que políticos musulmanes consiguieran cotas de poder aquí, en España. Soy pacífico y tolerante, pero no soy idiota y sé que hay otros deseosos de destruirnos desde dentro.

Me hacen gracia los racistas que reivindican la protección de la cultura propia, la cuál ni conocen ni maldita la gana que tienen. Son excusas para escupir el odio que llevan dentro. Son igual de fanáticos que los yihadistas, y los decapitarían si pudieran. La maldad humana no tiene límites, nadie me convencerá de lo contrario. El cáncer de este mundo somos los humanos. No sé si ellos son peores que nosotros, y la verdad es que me importa un pimiento. Nunca vamos a entendernos y cantar juntos "we are the world". No tengo nada contra nadie, pero no quiero que nadie venga aquí a cometer salvajadas.

Puede que me equivoque, y no pretendo ofender, pero detecto cierto racismo latente en las palabras de Vaktar111, aunque coincida en muchas de sus apreciaciones. También entreveo cierta tolerancia extrema en Equinocio, con la que también coincido en algunas cosas, casi como si justificara las atrocidades de un bando por los ataques del otro. No seamos fanáticos de ningún bando. No creo que esta sea una historia de buenos y malos. Hace mucho que no creo en eso. Unos son culpables por acción y otros por omisión, pero todos somos culpables de esta situación.

Re: Entendiendo el islamismo radical.

NotaPublicado: Sab, 18 Oct 2014, 08:17
por vini
Aprobada durante el reinado de Eduardo III, declara culpables de traición a aquellos que se unen a "los enemigos del rey"
Donde las dan las toman: Reino Unido aplicará una ley medieval contra los ciudadanos que salgan del país para luchar con el ISIS
El ministro de Exteriores, Philip Hammond: "Hemos visto a gente declarando que han jurado lealtad personal al llamado Estado Islámico"
Periodista Digital, 18 de octubre de 2014 a las 06:45
Por el momento, la máxima pena por traición es la cadena perpetua
Reino Unido podría utilizar una ley medieval aprobada en 1351 contra ciudadanos que salgan del país para luchar por el Estado Islámico según ha revelado el ministro de Exteriores, Philip Hammond.
Hammond ha asegurado que los ciudadanos británicos que hayan jurado lealtad personal a la organización terrorista llamada Estado Islámico, que opera en Irak y Siria, podrían estar violando la Ley de Sedición de 1351, aprobada durante el reinado de Eduardo III de Inglaterra y que sigue en vigor.
"Enemigos del rey"

Esta norma medieval declaraba culpables de traición a aquellos que se unan a "los enemigos del rey", dándoles cualquier tipo de ayuda o soporte "en su reino o en cualquier otra parte".
"Hemos visto a gente declarando que han jurado lealtad personal al llamado Estado Islámico",
reveló Hammond el pasado jueves al Parlamento.
El secretario de Estado ha declarado que
"eso claro que aumenta las dudas sobre su lealtad y fidelidad a este país y acerca de si podría haberse cometido un delito de traición",
a lo que ha añadido que llevará el caso a la ministra del Interior, Theresa May.
Un parlamentario del Partido Conservador, Philip Hollobone, ha argumentado que esta antigua ley sobre la traición podría ser más efectiva contra los yihadistas que medidas antiterroristas más recientes.
Cadena perpetua

Por el momento, la máxima pena por traición en Reino Unido es la cadena perpetua. Hasta 1998, seguía existiendo la pena de muerte en este país por delitos de traición.
La intención del Partido Conservador es que los milicianos yihadistas con ciudadanía británica sean juzgados por traición nada más volver a Reino Unido. La última persona ejecutada por traición en Reino Unido fue William Joyce, un encargado de hacer propaganda del partido nazi durante la II Guerra Mundial.
Por su parte, los responsables de Seguridad han asegurado que hay cerca de 500 ciudadanos británicos que se han marchado a Siria e Irak para luchar junto al Estado Islámico, aunque han insinuado que la cifra podría ser mucho mayor. Las autoridades temen que los que vuelvan de la lucha puedan perpetrar atentados en Reino Unido y en Europa.
El portavoz de la vigilancia policial antiterrorista de Reino Unido, Mark Rowley, ha revelado que las Fuerzas de Seguridad han llevado a cabo investigaciones con un tasa "exepcionalmente alta" de detenidos, ya que ha habido 218 arrestos en lo que va de año.
Ha asegurado que se previenen varios atentados "de complejidad diversa" al año, todos ellos inspirados por organizaciones terroristas extranjeras.
Implicados por conspiración terrorista

Cuatro hombres residentes en Londres han sido acusados formalmente de presunta implicación en una conspiración para cometer actos de terrorismo y comparecieron hoy ante un tribunal británico.
La Policía Metropolitana de Londres reveló que esos cuatro individuos hicieron presuntamente un juramento de alianza con militantes del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y dispusieron la compra de un revólver equipado con un silenciador.
El fiscal Mark Dawson detalló que los acusados trazaron presuntamente un plan para
"disparar y asesinar a agentes de policía o soldados en las calles de Londres".


http://www.periodistadigital.com/politi ... isis.shtml

Re: Entendiendo el islamismo radical.

NotaPublicado: Sab, 18 Oct 2014, 12:51
por vaktar111
ETIQUETAS
Una de las pocas certezas en esta vida es que si criticas esa religión de necesidades especiales llamada Islam, siempre surge algún iluminao para llamarte racista
, y si resulta que defiendes esa religión porque ves las pocas cosas buenas que tiene o no ves las malas, entonces se utiliza un eufemismo para no denominarte islamista pero etiquetarte de todos modos, ya que las connotaciones de esta etiqueta implican casi la comisión de un delito de terrorismo; pero llamar racista se hace con alegría. Y se hace con alegría porque se sabe perfectamente que el Islam no es una raza, pero da igual.

Este tipo de personajes son los denominados “progresistas”. Un progresista resulta de un liberal que se ha torcido. Tan torcido de hecho y tan desesperado en asumir que eres un racista que si no pueden encontrar evidencias de ello, te acusarán de esconder tu racismo no hablando de él.
Desearía estar bromeando, pero desgraciadamente no, creedme.

Personalmente, puedo aguantar perfectamente que me llamen cosas feas personas cuya opinión no respeto, pero debe ser duro para las víctimas del verdadero racismo ver esa seria palabra devaluada y pisoteada de este modo, pero es la manera “progresista”. Todo esto lo hemos aprendido a base de tortazos.
Por supuesto, sabemos que los “progresistas” ocupan un pedestal moral superior donde el fín justifica los medios, siempre, no hay límite en cuanto lo bajo que están dispuestos a caer para aseverar su infinita superioridad moral.
No hay mentira lo suficientemente grande, ni insulto suficientemente serio, y si no fuera que tienen dobles raseros para medir dependiendo de a quien se critique, no tendrían ningún rasero.

Así que cuando arrojan la palabra “racista” a aquellos que critican al Islam, sé que no merece la pena en discutir sobre definiciones porque sé que no están minimamente interesados en si la palabra es apropiada o no, solo les interesa si se adherirá al sujeto y cuanto daño causará.

En las manos “progresistas” la palabra “racista” se ha convertido en el equivalente verbal de un arma química, escupida desproporcionadamente como primer recurso y sin la menor justificación.
Para resumir, la posición “progresista”(sin los insultos infantiles) es como sigue: “Todas las religiones tienen fundamentalistas y son igualmente reprensibles. Acusar únicamente al Islam es lo mismo que atacar a los musulmanes y esto es racista. Si, sé que el Islam no es una raza técnicamente, pero he elegido creer que tus opiniones se conducen por un odio sutil hacia personas de un cierto tono de piel, de lo que no tengo evidencia, pero infiero por tu tono, el cual encuentro poco claro, y por ello racista en la intención… así que eres un racista y deberías ser detenido blablablablabla” O algo por el estilo.

Me parece que la gente que constantemente infiere en cualquier discurso algo relativo a la raza sin motivo, como lo hacen los “progresistas” de medio pelo hasta el extremo de la obsesión, son los que tienen un problema con las razas. Ven racismo por todas partes porque lo tienen imbuido dentro.

El racismo condescendiente de pocas expectativas dirigido a gente no blanca es muy “progresista” y ha permeado la sociedad occidental como un gusano. No puedes coger cualquier panfleto “progresista” sin mancharte las manos. Y esta clase de racismo le da al Islam radical pase libre por defecto, y con ello la misoginia, la homofobia y el antisemitismo explícitamente apoyado por el Islam. Todo ello porque estos “progresistas” piensan que esa religión es seguida por gente con un determinado color de piel. Cuando no es cierto, hay gente caucásica que son musulmanes. Pero da igual, es ese tono concreto de piel que tienen los “progresistas” asociado al Islam lo que hace que midan a las personas por ese color de piel.

Y sino observad como tratan a colectivos blancos con religiones tan alocadas y raras como los mormones. A estos se les llama de todo sin cortarse un pelo, se les ridiculiza en un modo que jamás soñarían hacer con el Islam, porque son de raza blanca. La razón tiene todo que ver con el color de la piel, la percepción “progresista” del color de piel. Como ocurre con los genuinos racistas.

Realmente los “progresistas” no piensan que la gente de determinada raza sean iguales o sean capaces de ser iguales por méritos propìos, para ellos son iguales como un jugador profesional de golf es igual a otros amateur: artificialmente.

Justifican su racismo es términos históricos que ya no existen, y con ello condenando a una determinada raza a cargar con los prejuicios del pasado para siempre y así tener que compensar esa baja estima de esa raza, lo cual es muy “progresista”. Estos les regalan la consideración de que tienen que ser defendidos por alguien superior, como ellos, y esto es racista.
La culpa liberal tradicional es algo familiar, y aún cuando no se comparta, se tiende a simpatizar con ella como parte de los defectos del mundo civilizado. Pero los “progresistas” han llevado todo esto a un nuevo nivel desconocido, un casi religioso odio autoinflingido por vivir en el primer mundo, una autoflagelación ideologica, una especie de pecado original por haber nacido en occidente, por lo que los “progresistas” no se pueden perdonar o a nadie más.
Para la mentalidad “progresista”, somos los opresores imperialistas de occidente, lo queramos o no, y todos los males del mundo son defecto nuestro por defecto.

Así que cuando una panda de musulmanes histéricos lanzan sus violentas amenazas porque han elegido ofenderse por un estúpido chiste o una caricatura de su profeta, el sentido protector de los “progresistas”, muy racista, responde mirando alrededor para culpar a alguien, y no hacer responsables a los que están montando el jaleo. Por supuesto llamándolo racista.
Los periodistas “progresistas” están ansiosos por explicar todos estos follones en términos políticos o económicos, ignorando cuidadosamente el veneno religioso que realmente los impulsa. Porque estas venenosas creencias hacen de la gente que los “progresistas” asocian a una determinada raza, que sean mal vistos y esto es terriblemente racista.


Un terrorista islámico puede estar en la calle empapado de sangre, citando pasajes del Corán como justificación de su atrocidad y los “progresistas” no lo escucharan porque han decidido que su motivación es la hostilidad hacia el imperialismo occidental. Lo cual significa que tenemos que cargar con la culpa otra vez, Gracias sñor!!. De cualquier otro modo seriamos racistas, no?.

Ser condescendientes con determinadas etnias es el modo “progresista”. Es la diferencia entre este y un genuino liberal, porque puedo percibir que los liberales están motivados por un sentido de la decencia, y puedo respetarlos incluso en el desacuerdo, como con mi amiga equinoccio (la islamista, JA, es broma).
Es lo que convierte el vino en vinagre. Siempre he tenido tiempo para escuchar a los genuinos liberales, los “progresistas” son dignos de lástima.
No hay nada liberal o decente en la mentalidad “progresista”, la cual se muestra una y otra vez moralmente corrupta, maloliente y tan deshonesta, que en las raras ocasiones en las que estoy de acuerdo con un “progresista” es como darle la mano a un leproso. Estos se han hecho dueños de la palabra “racista”, o lo que queda de ella, porque absolutamente nadie la luce mejor.
Paz y feliz “racismo”.

Re: Entendiendo el islamismo radical.

NotaPublicado: Sab, 18 Oct 2014, 13:11
por Equinocio
DEPOL Guardia Civil

Inicio curso: septiembre 2019
de-pol.es
vini escribió:En general, el entorno en que crecemos nos moldea la personalidad, pero hay un porcentaje de personas que serían psicópatas aquí o en Kabul. Si Bin Laden o Anders Breivik hubieran nacido en Euskadi habrían sido etarras, por ejemplo. Si Txapote fuera iraquí sería yihadista.
Yo mismo, de haber nacido en algún país islámico, podría haber sido criado para odiar a Occidente, y en el momento previo a decapitar a un infiel ante las cámaras, quizá no encontrase referencias morales para frenarme.

Este problema se elimina bien fácil. Arrasamos a base de bombas todo país musulmán y a sus moradores. Muerto el perro se acabó la rabia. La pega es que luego me vienen a la mente palabras como genocidio, masacre, etc. Pero reconocedlo, ¿quién no ha pensado bombardear Euskadi para acabar con el "problema vasco"?

Aunque no lo queramos ver, estamos en guerra con el terrorismo, y las guerras sólo acaban con firmas de paz o la victoria de un bando. Me da que los islamistas no están para treguas. Para acabar con los fanatismos sólo hay una receta: educación. En Oriente medio es impensable ganar influencia en ese campo, así que seguirán surgiendo generaciones de fanáticos educados en el odio. No veo una salida pacífica a esta situación.

No me gustaría el incremento del odio en nuestra sociedad hacia los inmigrantes. Tiemblo ante el fortalecimiento de partidos ultranacionalistas, como en Francia. El panorama sería desolador. Tampoco me haría feliz que políticos musulmanes consiguieran cotas de poder aquí, en España. Soy pacífico y tolerante, pero no soy idiota y sé que hay otros deseosos de destruirnos desde dentro.

Me hacen gracia los racistas que reivindican la protección de la cultura propia, la cuál ni conocen ni maldita la gana que tienen. Son excusas para escupir el odio que llevan dentro. Son igual de fanáticos que los yihadistas, y los decapitarían si pudieran. La maldad humana no tiene límites, nadie me convencerá de lo contrario. El cáncer de este mundo somos los humanos. No sé si ellos son peores que nosotros, y la verdad es que me importa un pimiento. Nunca vamos a entendernos y cantar juntos "we are the world". No tengo nada contra nadie, pero no quiero que nadie venga aquí a cometer salvajadas.

Puede que me equivoque, y no pretendo ofender, pero detecto cierto racismo latente en las palabras de Vaktar111, aunque coincida en muchas de sus apreciaciones. También entreveo cierta tolerancia extrema en Equinocio, con la que también coincido en algunas cosas, casi como si justificara las atrocidades de un bando por los ataques del otro. No seamos fanáticos de ningún bando. No creo que esta sea una historia de buenos y malos. Hace mucho que no creo en eso. Unos son culpables por acción y otros por omisión, pero todos somos culpables de esta situación.

Siento que tu visión hacia mí sea que soy de extrema tolerancia, a mí me gusta la tolerencia, pero más me gusta la justicia.

Jamás en toda mi vida se me había pasado por la mente bombardear el País Vasco, porque entiendo que no todos los vascos son unos terroristas y que ahí como en todos sitios hay gente buena. No sería justo hacerlo porque todos los vascos no odian a España y no todos los vascos tienen en su cabeza que para defender una idea haya que matar al de enfrente. Si lo hiciéramos, qué mundo de locos sería éste.

Los musulmanes no te odian, bórrate éso de la cabeza porque no es cierto, al igual que no nos odian ni todos los vascos ni todos los catalanes, seamos objetivos para ser justos. Lo que tiene que hacer EEUU, Israel, las monarquías del Golfo y Arabia Saudí es dejar de pasarle armamento a los yihaidistas y dejar de pagarle el sueldo de mercenarios que les paga y verás qué pronto se acaba el terrorismo. A ver cuándo nos damos cuenta de que el terrorismo islamista está creado interesadamente con mercenarios contratados para echar abajo a los gobiernos hostiles a Israel, y que los primeros que están sufriendo son los propios musulmanes y que se dejen ya de guerras, que todas las que están haciendo están descritas ya en el Nuevo Siglo Americano, y que todo ésto no es más que un teatro para tener la excusa y poder intervenir en esas zonas de una manera justificada, a través del terror de cara a Occidente y para reventar a los gobiernos desde dentro.

Nota: Los soldados americanos se han rebelado, y han dicho que ellos no iban a seguir luchando con tropas terroristas. Normal que no entiendan el loco proceder de EEUU, que no es loco, pues sabe perfectamente a qué está jugando.

Un saludo.

Re: Entendiendo el islamismo radical.

NotaPublicado: Sab, 18 Oct 2014, 14:36
por Equinocio

Increibles precios
materialpolicial.com
Islamofobia y nuestros medios de comunicación.

Emilio Dabed , Abogado, Universidad Diego Portales Magíster en Ciencia Política, Pontificaia Universidad Católica. Doctorando en Mundo Árabe y Musulmán, IREMAM, Francia.

“Existen mentiras para las cuales los oídos son mas culpables que la boca”
León El Africano, Amin Maalouf

MUNDO ARABE.ORG

La primera pregunta que asaltó mis pensamientos cuando fui invitado a escribir sobre “Islam y medios de comunicación” fue: ¿existe a este respecto algo que pueda expresar y que no haya sido dicho de mejor manera por otros? la respuesta fue desoladora y, sin embargo, no pudo inhibir completamente mis deseos de estructurar alguna reflexión en torno al tema, amparado seguramente en las palabras de André Gide, según el cual, todo ha sido ya dicho pero, como la gente no escucha, hay que comenzar siempre de nuevo.

Hablar de la relación actual entre “medios” occidentales e Islam, hace obligatoria la referencia a un universo simbólico que, traducido en discurso mediático, pretende dar cuenta de la realidad del mundo musulmán. Ese universo simbólico es portador de categorías conceptuales y analíticas nada inocentes desde un punto de vista político, que constituyen la base sobre la cual se forja actualmente la imagen del Islam en Occidente.

Ese discurso nos remite cada vez con más fuerza a una imagen unívoca y reductora del Islam que, sin considerar las diversas evoluciones culturales y políticas en el mundo musulmán, nos lo muestra, en el mejor de los casos, “folclorizado”como un mundo atrasado y exótico y, en los casos más extremos y desgraciadamente los más frecuentes, demonizado como una religión incompatible con las formas de organización social modernas (entiéndase occidentales), incapaz de promover la modernización política y, en definitiva, como un peligroso enemigo de la democracia y del “modo de vida occidental”.

Esta ú ltima, es la representación que monopoliza hoy la imagen del mundo musulmán en Occidente, y que ha servido para legitimar intervenciones militares en flagrante contravención al derecho internacional y la traición de los principios democráticos que Occidente pretende extender en el Medio Oriente (Palestina). Pero a pesar de haber adoptado formas y medios inéditos desde algunos puntos de vista, esta actitud política y discursiva respecto del Islam no es nueva. Para entenderla adecuadamente, es necesario echar un vistazo aunque sea rápido y general a la historia.

La representación del mundo islámico en el imaginario occidental ha oscilado históricamente entre la demonización y la folclorización, dependiendo del momento al que nos refiramos y de la capacidad de la civilización musulmana de contestar el pretendido monopolio occidental de expresión de un discurso universal.

La primera “demonización”.

Desde su irrupción en el siglo VII de la era cristiana y hasta fines del siglo XVIII, el Islam fue considerado en Occidente fundamentalmente como una herejía expansionista, que avanzaba a la velocidad de las tropas de guerreros “bárbaros” venidos de Oriente que la profesaban. La indignación confesional del mundo cristiano frente a una nueva religión de pretensión universal fue el primer motivo y motor de la representación occidental del «otro» musulmán. La conquista árabe-musulmana de los lugares santos de Oriente, su avance por la ribera sur del mediterráneo hacia tierras cristianas y el ineluctable encuentro de mundos desconocidos que se preparaba, no haría más que agregar, a la indignación religiosa, un profano temor. Y claro, los efectos de la indignación y el miedo en el espíritu humano son conocidos. La diatriba y la demonización son sus frutos predilectos. Así, la figura de Mahoma, entregada fundamentalmente por los “doctores de la iglesia” y vulgarizada en varias formas de expresión artística docta y popular durante la Edad Media , sería la de un hereje impostor movido por intereses personales, o descalificado como un enfermo que sufría de alucinaciones y, sus seguidores, es decir los musulmanes, como una sociedad decadente entregada al vicio y adepta a las aberraciones sexuales. [1] Esta fue la primera forma de diabolizacion del Islam a la que Tomas Carlyle llamaba a renunciar en su célebre “Los Héroes”.

La etapa de “folclorización”

Y claro, Carlyle escribía esas páginas en pleno siglo XIX (1840), cuando el momento histórico permitía ese tipo de larguezas. El Imperio Otomano se encontraba entonces rodeado por las potencias cristianas occidentales y, completamente a la defensiva, no representaba ya ningún peligro real. Hacía más de cuarenta a ñ os que Bonaparte había realizado su expedición en Egipto y, seguros de su superioridad militar y “cultural”, los estados europeos se habían lanzado en su empresa colonizadora. La demonización del Islam daría paso a su folclorización, es decir, a una representación banalizadora de la civilización islámica que, convertida en objeto de estudio o en pretexto literario, era representada como portadora de ciertos rasgos consustanciales que definen, de una vez y para siempre, su carácter de cultura inferior, cuya única posibilidad de redención era la de aceptar la “obra civilizadora” del colonialismo europeo.

Esta obra de folclorización haría escuela. Edward Said la llamaría “Orientalismo”. El “Orientalismo” no haría más que preparar el camino a la expansión del colonialismo en el Medio Oriente. El ideario colonialista decimonónico, es decir, el discurso según el cual las potencias occidentales de la época tenían una “misión humanista” que realizar y que consistía en iluminar con los faros de la cultura, de la ciencia y de la razón occidental, el horizonte oscuro que se cernía sobre bastas zonas del mundo, no tardaría en abrazar el corazón del mundo musulmán, el Mashreq. Sólo la supervivencia del Imperio Otomano se interponía… pero no por mucho tiempo. El “enfermo de Europa”, como lo llamaba Arnold Toynbee, se desmembraría completamente tras su derrota en la Primera Guerra Mundial y sus antiguos dominios serían repartidos entre los vencedores. El colonialismo europeo haría una entrada triunfal en el Levante bajo una forma nueva, adaptada a los tiempos y legitimada por el nuevo orden mundial: Los mandatos otorgados a las potencias europeas por la recién creada Sociedad de Naciones.

La teoría de los mandatos internacionales no hacía más que reproducir los supuestos del ideario colonialista y la representación del mundo islámico dada por el “Orientalismo”, declarando a las poblaciones musulmanas como incapaces (momentáneamente al menos) para autogobernarse y encomendando a las potencias europeas la tarea de guiarlas en el camino hacia una cierta madurez política.

La representación folclórica del mundo musulmán y del Islam en general perduraría, relativamente inamovible, otro medio siglo. A esta situación contribuyó notoriamente el hecho de que los nuevos Estados árabes, surgidos con posterioridad al proceso de independencia en el Medio Oriente primero y en el Maghreb luego, eran dirigidos por élites políticas nacionalistas occidentalizadas que, como reacción natural a un largo período colonial, marcarían importantes pasos de distancia respecto de las antiguas metrópolis, pero que no saldrían de un cierto universo teórico y conceptual occidental cuyos estandartes eran el nacionalismo, una concepción más bien socialista del desarrollo económico y social y, en muchos casos, la laicidad. En estas circunstancias, el Islam quedaba relegado en el imaginario occidental a una posición de religión inofensiva, políticamente inocua, portadora de todos los atavismos exóticos de una cultura atrasada y retrógrada, pero que no dejaba de seducir a las mentes occidentales.

El origen de la nueva “diabolización”

La década de los 70' comenzaría a mostrar los síntomas del resurgimiento de un Islam políticamente activo, cuyos fundamentos teóricos habían sido forjados en la década anterior en las cárceles del Egipto de Nasser [2] (como en el caso de de Sayyid Qutb, ejecutado en 1966) o en condiciones similares en los otros Estados árabes. Este resurgimiento se vería consolidado por la constante frustración de las expectativas forjadas por el proceso de independencia y por el desprestigio en que cayera el nacionalismo árabe tras la humillante derrota en la guerra árabe - israelí de 1967. De este golpe el movimiento nacionalista no se repondría. El Islam político, que hoy conocemos bajo la denominación de “islamismo”, comenzaría a ganar terreno entre las poblaciones árabes de todos los sectores sociales y a imponerse como una alternativa concreta a las élites nacionalistas gobernantes. El reproche central que este nuevo movimiento hace a los gobiernos surgidos tras la independencia o tras insurrecciones nacionalistas posteriores, es el de ser los conductores de un proceso de occidentalización creciente que, a sus ojos, no hace más que mantener y administrar la dependencia del mundo musulmán respecto de Occidente, legitimar el saqueo de los recursos naturales y económicos de sus territorios y consolidar las estructuras de una organización social injusta a la que se somete a sus poblaciones. A los ojos de los movimientos islamistas, es posible encontrar una respuesta y solución a esta situación, echando mano “al capital espiritual, los recursos intelectuales y a la herencia” de la civilización musulmana [3].

Esta línea de argumentación no pasaría desapercibida para los círculos de poder occidentales y sellaría una alianza entre las potencias occidentales (principalmente Estados Unidos) y aquellos que François Burgat llama los “Pinochet árabes” [4], es decir, los regímenes autoritarios que, bajo la protección inflexible de Norteamérica y Europa, mantienen el poder mediante la exclusión de los movimientos opositores (de origen islámico principalmente) de la “escena política legal” y mediante una fuerte represión. Esta alianza ha dificultado (salvo algunas notables excepciones) toda forma de modernización política en el mundo árabe y ha motivado una radicalización creciente de los movimientos islámicos.

El Islam político, a los ojos de Occidente, pone en riesgo dos pilares fundamentales de su política exterior: en primer lugar, la pretensión de detentar un “viejo monopolio de la expresión del discurso universal” [5] y, en segundo lugar, los intereses definidos como “vitales” por las potencias occidentales, entre los que se cuenta la seguridad del abastecimiento de hidrocarburos, cuyas reservas conocidas más importantes se encuentran en territorio musulmán. La estrategia escogida por Occidente para conjurar estos supuestos peligros, no ha sido la de fomentar la apertura política en los países árabes, ni la de adoptar una política exterior iluminada por un análisis desapasionado y racional de la situación, sino mas bien la de apoyar los regímenes árabes represivos y liberticidas que se declaran aliados de Occidente y abrir una nueva etapa de demonización del Islam. Pero claro, aunque esta nueva etapa de demonización es en muchos aspectos similar a otras anteriores, se le distingue por la envergadura de los intereses en juego, por la capacidad tecnológica y militar de uno de los bandos en pugna y por la introducción de un tipo de arma que no es completamente nuevo, pero que en las ú ltimas décadas ha podido mostrar toda su capacidad de fuego: la propaganda, mediante el uso sistemático y perfectamente racionalizado de los medios de comunicación.

Detengámonos en el análisis de la lógica que rige las relaciones entre las definiciones político-estratégicas de Occidente, la pretensión de control militar y político sobre el Medio Oriente y la actual representación del Islam en el imaginario occidental, en gran parte fabricada mediante el uso intensivo y nada inocente de los medios de comunicación modernos.

Las definiciones político estratégicas

Parece innecesario detenerse demasiado en la explicación de la importancia de los hidrocarburos tanto para la estabilidad económica como para la seguridad propiamente militar de las potencias occidentales y que data de las primeras décadas del siglo XX. Lo que resulta importante destacar es que, desde la crisis petrolera de 1973 que reveló una importante vulnerabilidad de las potencias occidentales, el discurso público de los altos responsables políticos de esos países (principalmente Estados Unidos) comenzó a considerar abiertamente la posibilidad del uso de la fuerza militar (incluso en tiempos de paz) para asegurar el aprovisionamiento de petróleo y sus derivados. Hasta que en 1998, el Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos definió los “intereses vitales” de ese país de tal manera que, claramente, comprenden la seguridad del abastecimiento de petróleo y declaró que “ en defensa de estos intereses haremos cuanto sea necesario, incluso en su caso el empleo unilateral del poder militar de forma decisiva” [6].

Durante un largo período de tiempo, la aplicación de estas definiciones político- estratégicas en el mundo musulmán se limitó al apoyo de los regímenes autoritarios que se declaraban aliados de Occidente y dispuestos a asegurar ese aprovisionamiento. Sin embargo, en 1979 se produciría un hecho crucial para las relaciones entre Occidente y el mundo musulmán y, especialmente, en relación a la representación del Islam en el imaginario occidental: la revolución iraní.

Por primera vez un movimiento político de raigambre islamista accedía al poder, dando un gran impulso a las actividades del Islam político en el mundo. Salvo por el apoyo occidental a los combatientes islamistas en Afganistán [7], la instalación en el poder de los islamistas iraníes, que se posicionan rápidamente en una abierta hostilidad a la intervención occidental en el mundo musulmán y a la ocupación israelí de Palestina, desencadenaría una primera etapa de la nueva diabolización del Islam en Occidente. El retiro de las tropas soviéticas de Afganistán, supondría el regreso de gran parte del contingente islamista comprometido en esa lucha a sus países respectivos, fortaleciendo el prestigio del Islam político en diferentes puntos del planeta, especialmente en el mundo árabe. El prestigio ganado en la resistencia afgana, unido a un largo trabajo de redes sociales de ayuda y asistencia a las poblaciones desfavorecidas del mundo árabe, consolidarían a los movimientos del Islam político como una real alternativa a los gobiernos nacionalistas que se mantienen en el poder sólo gracias a una fuerte represión ejercida, en la mayoría de los casos, con el apoyo político y material de las potencias occidentales.

La política de represión y de exclusión del escenario político legal de grandes facciones de la población (principalmente islamistas) sólo acarrearía una ola de contra violencia política llevada al paroxismo con los atentados del 11 de Septiembre de 2001 en territorio norteamericano.

“ El bombardeo mediático” y la “fabricación del consenso”

Es en medio de esa evolución política de las relaciones entre Occidente y el mundo musulmán que irrumpe el actor mediático, detentador de un poder simbólico creciente que pretende dar cuenta de la “realidad del mundo islámico”. Una lectura crítica del discurso vehiculado a este respecto por los “medios” occidentales permite constatar la clara adopción de una posición que, en lugar de entregarnos un punto de vista informado del problema, parece querer legitimar la política exterior occidental respecto del mundo musulmán disimulando, callando y, muchas veces, escondiendo deliberadamente los aspectos políticos y perfectamente profanos de las reivindicaciones del Islam político, para convertirlo en un conflicto ideológico y específicamente cultural.

El resultado de esto, es uno que incentiva la aproximación esencialmente militar del conflicto y que parece monopolizar hoy en día la opinión de los responsables políticos occidentales, exacerbando dos sentimientos que, como viéramos antes, no son nuevos en la mirada de Occidente hacia el mundo musulmán, la indignación confesional y el miedo. La técnica utilizada es elocuente: el “bombardeo mediático”. El objetivo, la “fabricación de consenso” en torno a la idea de que la resistencia islamista es la punta de lanza de una cultura esencialmente hostil a Occidente, refractaria a las ideas de libertad y enemiga declarada de la democracia.

El “bombardeo mediático” no es una pura idea surgida de los delirios paranoicos del autor de este artículo, sino que una realidad cuyas manifestaciones son cotidianas en los principales órganos de prensa y televisión occidentales, en donde las referencias a la resistencia islámica son adornadas sistemáticamente de las mismas expresiones que promueven la indignación, el desprecio y el miedo [8] y, recrean las condiciones necesarias para fortalecer la “fabricación del consenso” [9] que hace caso omiso de las complejidades históricas y políticas del conflicto.

No obstante, las ideas centrales de ese discurso mediático son constantemente desmentidas por hechos, procesos políticos y realidades que ese mismo discurso se encarga de omitir: la denominación de “extremismo religioso” para calificar cualquier manifestación de violencia reivindicada por los movimientos del Islam político, - sin considerar la realidad de la represión de esos movimientos en numerosos países árabes, ejercida frecuentemente con el apoyo político y material de las potencias occidentales- supone excluir del análisis la distinción fundamental entre sectarismo religioso y contra-violencia política que, en muchos casos, puede ser perfectamente legítima, no sólo desde un punto de vista moral sino que también jurídico. Por otra parte, afirmar sistemáticamente que el Islam en general es una religión incompatible con las formas de organización política democrática, supone desconocer o esconder el hecho de que esa religión ha seguido diversas evoluciones históricas y sociales y que no es una realidad univoca e inamovible y que, de hecho, en la mayoría de los países musulmanes en donde los movimientos islamistas no se encuentran excluidos del juego político legal, esos mismos movimientos participan activamente dentro de los procesos institucionales, como en el caso de Turquía, Palestina y tantos otros; en fin, afirmar que la cultura musulmana es esencialmente hostil al mundo occidental y que el terrorismo islámico tiene como uno de sus principales objetivos el de amenazar o destruir nuestra civilización, constituye, en el mejor de los casos, un error de análisis que no se condice con el hecho de que la casi totalidad de los hechos de violencia reivindicados por esos movimientos tienen lugar en los propios países musulmanes, lo que prueba que esos actos son el resultado de dinámicas políticas internas que nada tienen que ver con nuestra civilización, salvo por el hecho indiscutible de que no son tropas musulmanas las que se encuentran estacionadas en territorio occidental, sino que son, por el contrario, las armadas occidentales las que mantienen fuerzas militares en numerosos países musulmanes, con un objetivo claro de hegemonía estratégica, control político y de protección de regímenes autoritarios que reprimen los movimientos islamistas cada vez más populares.

_______________________________________________
* Emilio Dabed , Abogado, Universidad Diego Portales Magíster en Ciencia Política, Pontificaia Universidad Católica. Doctorando en Mundo Árabe y Musulmán, IREMAM, Francia.

1. Para algunos ejemplos de este discurso, ver Tolan John, « LES SARRASINS”, Aubier, París, 2003.

2. A este respecto ver Burgat, François, « L'ISLAMISME A L'HEURE D'AL-QAIDA », La Découverte , París, 2005.

3. Qutb, Sayyid, « LA JUSTICE SOCIAL DANS L'ISLAM, Ediciones Al-Biruni, Beirut, 2003.

4. Burgat, François, Op. Cit. pagina 57.

5. Formula de François Burgat, Op. Cit., Pagina 8.

6. A National Security Strategy for a New Century, octubre de 1998. Citado en Klare, Michael T., “GUERRAS POR LOS RECURSOS. El futuro e scenario del conflicto global ”. Ediciones Urano, Barcelona, 2003.

7. Estrechamente ligado a una de las ú ltimas batallas entre las dos potencias hegemónicas de la guerra fría.

8. Ver dos buenos estudios a este respecto, específicamente en la prensa y en la televisión francesas: Rabah, Saddek, “L'ISLAM DANS LE DISCOURS MEDIATIQUE”, Ediciones Dar Al-Bouraq, Beirut, 1998 y Deltombe, Thomas, L'ISLAM IMAGINAIRE: LA CONSTRUCTION MEDIATIQUE DE L'ISLAMOPHOBIE EN FRANCE, 1975-2005, Ediciones La Découverte , París, 2005.

9. Expresion de Noam Chomsky

Fuente: Hojaderuta.org

Sacado de mundo árabe.org

http://www.mundoarabe.org/islamofobia_m ... cacion.htm

Re: Entendiendo el islamismo radical.

NotaPublicado: Sab, 18 Oct 2014, 16:59
por KOROKOTA

intervencionpolicial.com
Bajo mi punto de vista el islamismo radical y la guerra arabe-israeli viene condicionada por muchos factores, y ninguno de esos factores tiene una solucion facil.
Empezando por la falta de democracia en esos paises que les hace ser objeto de tirania de los clanes mas fuertes convirtiendo esas zonas en guetos radicalizados.
Siguiendo por la educacion que promueve la radicalizacion de las ideas religiosas amparadas en la fé que lleva a esas sociedades a vivir en una edad media a falta de conocimientos mas amplios de urbanidad, solidaridad, cooperacion y mejora de sus ciudadanos y sus maneras de vivir y comprender la vida.
Continuando por esos dictadores provenientes de poderosas clanes a los que interesa mantener al pueblo dormido con razones religiosas en las que predominan toda clase de barbaridades contra la mujer, los infieles y las costumbres ciudadanas.
Y finalizando con esos paises occidentales a los que les interesa que una guerra no acabe para que los contendientes no pongan sus ojos en el resto del mundo mientras se pelean entre ellos (divide y venceras), haciendo de la hipocresia uno de los valores politicos mas utilizados.
La unica solucion, (y se que estas palabras resultaran maliciosas para algunos de los foreros), es la de hacer desaparecer a los dignatarios arabes y imanes religiosos de todos los paises culpables de esta interminable guerra entre islam y el resto del mundo, y hacer que empiece de una vez el respeto a los derechos humanos y a la mujer en esos paises, ademas de poner en su sitio a los gobiernos occidentales que utilizan el islam como la fabula del pastor y el lobo, ademas de utilizar cada ciertos años esas guerras para enaltecer su popularidad y ganar votos mandando tropas a esas zonas a combatir al enemigo de occidente cual cruzada moderna, ademas de utilizar esas incursiones para modernizar su armamento.
Tambien incluir en esta debacle asesina que me estoy montando, a esos empresarios armamentisticos culpables de organizar y armar a esas gentes incultas y vacias de humanidad, y con los cuales (aunque no lo puedo asegurar) estaran algunos de esos politicos que seran accionistas de esos miserables.
Perdonad mi incultura, pero por esos derroteros van mis pensamientos.
Un saludo

Re: Entendiendo el islamismo radical.

NotaPublicado: Dom, 19 Oct 2014, 09:14
por vini
Academia Acceso CNP

sector115.es
Equinocio escribió:Siento que tu visión hacia mí sea que soy de extrema tolerancia, a mí me gusta la tolerencia, pero más me gusta la justicia.

Totalmente de acuerdo. El problema es que hay gente que se aprovecha de esa tolerancia para destruirnos. No por eso hay que ser cenutrios integrales y rechazar lo que venga de fuera. Seríamos ignorantes endogámicos. Hay que separar el grano de la paja. No deben pagar justos por pecadores.[/color]

Jamás en toda mi vida se me había pasado por la mente bombardear el País Vasco, porque entiendo que no todos los vascos son unos terroristas y que ahí como en todos sitios hay gente buena. No sería justo hacerlo porque todos los vascos no odian a España y no todos los vascos tienen en su cabeza que para defender una idea haya que matar al de enfrente. Si lo hiciéramos, qué mundo de locos sería éste.

Mucha gente lo afirma. En privado, claro. Y lo de arrasar Oriente medio también. Es algo comprensible, aunque no lo comparta. Son reacciones primitivas del instinto de supervivencia. Eliminar la amenaza para sobrevivir, sin tener en cuenta ética ni moral. ¿Mundo de locos? Pues sí, aunque en nuestra parcelita gocemos de elevados niveles de seguridad. Hay otros lugares donde muere gente por balas perdidas cuando van a comprar el pan, y mil ejemplos más. Y esto no me lo ha contado nadie.


Los musulmanes no te odian, bórrate éso de la cabeza porque no es cierto, al igual que no nos odian ni todos los vascos ni todos los catalanes, seamos objetivos para ser justos. Lo que tiene que hacer EEUU, Israel, las monarquías del Golfo y Arabia Saudí es dejar de pasarle armamento a los yihaidistas y dejar de pagarle el sueldo de mercenarios que les paga y verás qué pronto se acaba el terrorismo. A ver cuándo nos damos cuenta de que el terrorismo islamista está creado interesadamente con mercenarios contratados para echar abajo a los gobiernos hostiles a Israel, y que los primeros que están sufriendo son los propios musulmanes y que se dejen ya de guerras, que todas las que están haciendo están descritas ya en el Nuevo Siglo Americano, y que todo ésto no es más que un teatro para tener la excusa y poder intervenir en esas zonas de una manera justificada, a través del terror de cara a Occidente y para reventar a los gobiernos desde dentro.

Ya sé que los musulmanes normales no me odian. Ni yo a ellos. Me refiero a los radicales. Esos quieren sangre, y no conseguirás cambiarles. Hay que entender que, aunque no todos sean depredadores por naturaleza, no habrán tenido otra elección. Si la alternativa es morir de hambre en un desierto, yo también me alistaría donde me dieran de comer, me adoraran las mujeres y me respetaran los hombres. Y si encima, una vez muerto, creyera que iba a gozar de vírgenes y droga, pues mejor. ¿Qué valores cabe esperar de quien ansía droga y sodomía sin fin? No les juzgo, sólo intento comprenderles. Aun con todo, mi papel es defender nuestra libertad, de ellos y de cualquiera. Sé que parte de la culpa de que ellos no tengan más opciones de vida es de ese Occidente al que defiendo, pero no por ello voy a dejar que lo destruyan.


Nota: Los soldados americanos se han rebelado, y han dicho que ellos no iban a seguir luchando con tropas terroristas. Normal que no entiendan el loco proceder de EEUU, que no es loco, pues sabe perfectamente a qué está jugando.

Un saludo.