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Un confesionario en la comisaría


Un ertzaina de la comisaría de Vitoria compagina la placa y el uniforme con su posición como "obispo" de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, una congregación cristiana alternativa que propugna la segunda venida de Jesucristo y que tiene su sede local en el barrio de El Pilar de la capital vasca.

No hay nada raro en ello, puesto que la libertad de culto está protegida en la Ertzaintza como en el resto de la función pública vasca. Lo llamativo es que el agente ha llegado a atender a sus fieles y a confesarlos en sede policial con la pasividad de sus superiores, según denuncian las fuentes consultadas.

El policía está destinado en la oficina de atención ciudadana de Panticosa, en el centro de la ciudad. Es una pequeña comisaría ubicada frente al hospital de Santiago que se utiliza principalmente para la recogida de denuncias. Varias fuentes policiales confirman que ya hace varios años se descubrió que miembros de su Iglesia, fundada a mediados del siglo XIX en Estados Unidos, acudían con regularidad a las instalaciones policiales. Querían ver a su obispo y solicitar su consejo espiritual.

Los ertzainas consultados relatan que en no pocas ocasiones ciudadanos que habían acudido a Panticosa a realizar un trámite o formalizar una denuncia han tenido que esperar porque el agente, que ha trabajado habitualmente en el mostrador de atención al público conocido internamente como "la pecera", estaba 'ocupado' en otros menesteres. Estas fuentes explican también que el funcionario tenía autorización para trabajar sin el arma reglamentaria y un calendario ajustado merced al cual nunca trabajaba en sábado, el día sagrado de su religión al entender que es ése el séptimo día de la semana, como dicta el calendario hebreo.

En Vitoria todos señalan como "protector" del pastor a un antiguo comisario destinado en la capital hasta fechas muy recientes -ahora ha sido trasladado ya a una de las demarcaciones más pequeñas de Gipuzkoa-. Al parecer, este veterano ertzaina profesaba la misma religión que el obispo de Panticosa.

El mando policial, muy religioso, era conocido entre sus subordinados y superiores por regalar estampitas, por la particular decoración de su despacho y por leer pasajes de la Biblia. "En un destino anterior les echaba el tarot a los nuevos", comenta con incredulidad un ertzaina destinado en Vitoria y que ha tratado con este comisario en numerosas ocasiones.

Un antiguo sindicalista recuerda la sorpresa de varios dirigentes políticos -miembros del Gobierno vasco y diputados generales incluidos- presentes en una reunión de alto nivel sobre Seguridad celebrada en la academia de Arkaute en esta legislatura. El comisario acudió a ella con sus estampitas y trató de hacérselas llegar a los mandatarios, que las rechazaron cortésmente.

nfrnnl escribió:Esta noticia ya salió en el foro antiguo, y allí también la comenté...
Conozco de primera mano el asunto (trabajo en Vitoria) y a la persona citada. Aclaro que no tengo ningún tipo de relación con él, salvo la estrictamente laboral.
No seré yo quien le defienda, ni mucho menos... Pero en esa noticia hay varias cosas incorrectas y alguna MANIFIESTAMENTE FALSA. Que nosotros mismos muchas veces somos los que criticamos a los periodistas por no contrastar informaciones y luego nos creemos a pies juntillas lo que nos interesa.
Por comentarlo...