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La autopsia provisional revela que el detenido por la Guardia Civil murió por falta de oxígenoLa familia del fallecido en Sevilla desgrana el informe forense preliminar. El definitivo tardará semanas porque deben hacerse análisis toxicológicos
fs@theobjective.comPublicado: 15/11/2022 • 13:17
Carlos Bejarano sufrió múltiples contusiones en el cuerpo. El forcejeo con los agentes de la Guardia Civil durante la detención le ocasionó numerosas lesiones. La familia de este sevillano de 37 años y su abogado han desgranado este martes el informe forense preliminar, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. El texto indica que el joven murió a causa de una encefalopatía hipóxico-isquémica, una lesión que se produce por la falta de oxígeno en el cerebro. El consumo de drogas, alcohol y la sobreexcitación pudo suponer un cóctel letal para la víctima. Lo determinará la autopsia definitiva, que tardará semanas, ya que se deben realizar los pertinentes análisis toxicológicos.
La encefalopatía hipóxico-isquémica que avanza la autopsia provisional es un estado clínico caracterizado por secuelas motoras y neuropsicológicas secundarias por la falta de oxígeno ante el cese de flujo sanguíneo cerebral. Esta situación puede provocar daños en otros órganos internos como el corazón, los riñones o el hígado.
La severidad de las lesiones se corresponde con la duración de la falta de oxígeno. Los expertos estiman que, a partir de cuatro o cinco minutos, son irreversibles. La víctima estuvo tuvo problemas durante al menos 10 minutos, tiempo que se demoró el equipo médico que solicitaron los agentes al ver cómo la víctima no podía respirar.
La autopsia definitiva
«Mi hijo no murió por la droga, lo han matado». Así de contundente se ha mostrado este martes el padre del fallecido, Ángel Bejarano, durante una comparecencia celebrada en el Hotel Alfonso XIII de Sevilla. Su abogado, el prestigioso penalistas Luis Romero, ha apuntado que se trataba de un informe preliminar y a simple vista. «Los antecedentes del caso y hallazgos de la autopsia macroscópica orientan a que la muerte se debió a una encefalopatía hipóxico-isquémica», reza el documento.
Romero ha afirmado que en la detención de los agentes estos se emplearon con «brutalidad y desproporción», ya que le dieron «numerosos golpes con porras metálicas con una fuerza y una insistencia innecesaria». En su opinión, los cuerpos y fuerzas de seguridad deben ejercer «una acción proporcional» y no «incrementar el riesgo». El joven no murió en ese instante, sino una semana más tarde, el 19 de septiembre. Durante ese tiempo permaneció en la UCI del Hospital San Juan de Dios de Bormujos, donde los médicos le mantuvieron con vida gracias a la respiración asistida.
El diagnóstico anatómico-patológico al que ha accedido este diario indica que el fallecido sufrió edema y congestión pulmonar; neumonía bilateral; trombo vital en arteria pulmonar derecha; miocardio flácido; arteriosclerosis coronaria severa; hígado con patrón de fracaso agudo; contusión subcapsular y trombo vital en plexo venoso profundo de la pierna derecha.
«Lo que vemos en el vídeo es que un Guardia Civil está presionando su cuello y Carlos jadea porque no puede respirar. Se está asfixiando, lo que coincide con la causa de la muerte», afirma el letrado. La familia quiere que se investigue a los agentes por homicidio imprudente. Una conclusión precipitada. El forense ha remitido pruebas y varios órganos de la víctima al Instituto Nacional de Toxicología. El análisis, que tardará semanas, determinará la causa que le costó la vida.
Una semana en la UCI
De momento, Romero ha solicitado por escrito este martes que declaren los dos agentes que redujeron a la víctima por un delito de homicidio imprudente. También pide que sus compañeros testifiquen como testigos, lo mismo que los médicos de urgencias y aquellos que atendieron a Bejarano en la UCI del Hospital San Juan de Dios de Bormujos, donde permaneció una semana.
Los hechos sucedieron el 12 de septiembre. El joven llegó esa tarde a su casa muy alterado, bajo los efectos de estupefacientes. Destrozó parte de su vivienda en Mairena del Aljarafe. El padre del fallecido llamó a la Guardia Civil para que le ayudaran a tranquilizarle. Cuando llegaron los agentes se enfrentó a ellos. Lo tiraron al suelo y trataron de reducirlo «de manera brutal».
Mientras lo hacían, el progenitor grabó un vídeo que ha publicado en un perfil de Twitter creado a propósito para denunciar lo ocurrido. Sostiene que los agentes comprimieron el cuello y el tórax de su hijo y que, a consecuencia de ello, sufrió una parada cardiorrespiratoria que le costó la vida una semana más tarde. Denuncia la supuesta mala praxis de los agentes. «Graba cuando ve que la integridad física y la vida de su hijo podían correr peligro», admite el abogado.
El vídeo que Ángel Bejarano ha compartido en redes sociales dura 26 segundos. En las imágenes se observa cómo dos agentes forcejean con el joven en el suelo hasta que consiguen inmovilizarlo. Un tercer guardia se acerca para ayudarles a colocarle las esposas. «Vale, tranquilo. Una manita, compañero. Venga, esposar al tío este», se le escucha decir a un agente. Otro recrimina al padre de la víctima que estuviese grabando. El juez le requirió la semana pasada «la grabación íntegra», que ha sido aportada este martes.
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La autopsia preliminar no aclara si hubo relación entre la detención y la muerte de un hombre en Sevilla“Me arrepiento de haberlos llamado”, se lamenta el padre que colgó los vídeos del arresto de su hijo en Twitter y que ha demandado a los agentes por homicidio imprudente
Sevilla - 15 NOV 2022 - 14:11 CET
Ángel Bejarano tendrá que seguir esperando para conocer qué provocó la muerte de su hijo Carlos, de 37 años, que falleció el 19 de septiembre en Sevilla, siete días después de que fuera detenido por dos agentes de la Guardia Civil quienes, al ver que dejaba de respirar tras inmovilizarlo en el suelo para ponerle las esposas, estuvieron 10 minutos haciéndole maniobras de reanimación hasta que llegó la ambulancia. Bejarano cree que los uniformados a los que él mismo llamó por la actitud agresiva de su hijo se excedieron en la fuerza que ejercieron sobre Carlos, después de haberle “aporreado con porras metálicas para reducirlo”. Pero el informe preliminar de la autopsia únicamente certifica que su muerte se produjo por una encefalopatía hipóxica, es decir, por falta de oxígeno y sangre en el cerebro.
“Solamente tenemos un informe preliminar y hay que esperar al análisis toxicológico de los órganos que se han llevado al Instituto Nacional de Toxicología”, ha explicado en una rueda de prensa Luis Rosales, el abogado de la familia Bejarano, que ha querido salir al paso de algunas informaciones que aludían que la autopsia confirmaba que la muerte de Carlos se había producido por haber tomado cocaína y por la situación de agitación en la que se encontraba cuando fue detenido por los guardias civiles. El letrado también ha indicado que el viernes pasado recibieron un escrito del juzgado en el que se les solicita que pongan a disposición del Instituto de Medicina Legal de Sevilla los vídeos que tomó Bejarano de la detención de su hijo.
El pasado 12 de septiembre, Bejarano y su mujer solicitaron la presencia de la Guardia Civil en su domicilio de Mairena del Aljarafe ante el comportamiento agresivo de su hijo, provocado por el consumo de drogas. Cuando llegaron los agentes, el joven había salido de la vivienda, pero los padres les pidieron que se quedaran con ellos porque temían que regresara, como así hizo, en un estado agresivo y de excitación. De acuerdo con el parte interno redactado por los uniformados, al que ha tenido acceso este diario, Carlos empezó a amenazar a los guardias civiles y les lanzó unos martillos cuando salieron a reducirlo, que lograron esquivar. La versión del padre, difiere y asegura que los martillos los lanzó contra la cancela y que cuando se fueron de la casa para detenerle ya no llevaba nada.
Los agentes reconocen que “usando la fuerza mínima proporcional para reducirlo, ambos guardias civiles hacen uso de la defensa extensible reglamentaria teniendo que esposarlo, debido a la gran resistencia y violencia que oponía”. Bejarano, impresionado por “la brutalidad con la que estaban pegando” a su hijo, empezó a grabar con su móvil justo en el momento en el que los uniformados ya están sobre Carlos, uno sujetándolo por las piernas, tratando de agarrar su brazo para esposarlo, y el otro con el brazo alrededor del cuello practicándole la técnica del mataleón. “Me arrepiento de haber llamado a la Guardia Civil. Si lo llego a saber, no los llamo, porque lo mataron”, se ha lamentado Bejarano en la rueda de prensa.
“Queremos que se investiguen los hechos y que se depuren responsabilidades, si ha habido responsabilidad penal, civil o administrativa por parte de los agentes. Independientemente de que hubiera consumido o no, la Guardia Civil tendría que haber tenido más cuidado”, ha señalado el abogado, para quien los uniformados “no actuaron con la proporcionalidad debida y emplearon una fuerza innecesaria sobre el cuello y el tórax, cuando Carlos ya estaba inmovilizado”. “Se incrementó el riesgo en lugar de evitarlo”, ha incidido el abogado para preguntarse por qué en lugar de porras metálicas no utilizaron pistolas táser.
“Sin los vídeos, aquí no habría caso”
Esta misma mañana, Rosales ha presentado en el juzgado un escrito en el que se pide que los dos agentes que intervinieron en la detención de Carlos declaren como investigados, que los otros guardias civiles que también intervinieron en las tareas de reanimación y que llamaron a la ambulancia, así como los sanitarios que acudieron para asistir al joven y los médicos que atendieron al hombre durante los siete días que permaneció en el hospital con respiración asistida, lo hagan como testigos. También han pedido una reconstrucción de los hechos y no descartan, en el caso de que el informe final de la autopsia no establezca la causa-efecto entre la detención y la muerte del joven, pedir un nuevo informe forense.
Rosales también ha cuestionado “la desidia judicial” en este caso y ha reconocido que si Bejarano no hubiera colgado los vídeos en Twitter el pasado martes, 8 de octubre, casi mes y medio después de que se produjeran los hechos, el Juzgado de Instrucción Número 2 que investiga lo sucedido, no le habría dado traslado del expediente ni los habría tenido como personados en la causa. “Se nos notificó todo el 10 de noviembre y el 11 se nos comunicó que estaba listo el informe preliminar de la autopsia” —que tiene fecha de 24 de octubre―, ha indicado, tras recordar que el 19 de septiembre, el mismo día que falleció su hijo, los Bejarano interpusieron denuncia ante el juzgado de guardia y que él se personó como acusación particular por un delito de homicidio imprudente el 28 de ese mismo mes.
“Si no se hubieran grabado los vídeos, aquí no habría caso”, ha reiterado Bejarano, que ha sido claro sobre lo que espera de este proceso: “Yo ya sabía que mi hijo había muerto desde el principio, cuando se lo llevaron en la camilla. Deben pagar por lo que hicieron”.
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