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Re: Historia del Cuerpo

NotaPublicado: Lun, 28 Ago 2023, 19:54
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La Guardia Civil en la "División Azul"

Con el Profesor Carlos Caballero Jurado, repasamos la historia de la Guardia Civil como Policía Militar en el seno de la 250 División española de voluntarios durante la II Guerra Mundial.


Re: Historia del Cuerpo

NotaPublicado: Lun, 27 Nov 2023, 09:38
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LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CXCIX)

La reorganización en la posguerra civil (XVIII)

Los integrantes del Cuerpo de Carabineros, sus acuartelamientos y sus medios materiales pasarían a integrarse en la Guardia Civil con la ley de 1940


El 17 de marzo de 1940 fue publicada en el Boletín Oficial del Estado núm. 77, la ley que reorganizaba “el benemérito Cuerpo de la Guardia Civil”, firmada dos días antes por Franco como jefe del Estado.

Puede afirmarse que, desde que se publicó el real decreto de 13 de mayo de 1844, por el que se organizó la Guardia Civil, tras su creación el 28 de marzo anterior, la ley de 15 de marzo de 1940 era el texto normativo de mayor relevancia y trascendencia para dicho Cuerpo, dados los importantísimos cambios que se introducían en el mismo.

Unificar en una única institución de seguridad pública, la persecución de la delincuencia común así como la del contrabando y la defraudación, había sido una antigua aspiración que se remontaba a un real decreto fechado el 13 de mayo de 1827. Fue entonces cuando, siendo presidente del gobierno el gaditano Manuel Bernardo González-Salmón Gómez de Torres, se dispuso que, “por el Ministerio de la Guerra se procediese a la creación de una fuerza especial, separada del Ejército, que velara por los caminos, que asegurara la tranquilidad del reino, hiciese respetar la justicia y persiguiese o contribuyese a la persecución de los defraudadores de la Real Hacienda”.

Pero al igual que sucedió con otros proyectos e instituciones de seguridad pública creadas con anterioridad a la Guardia Civil, tan interesante y necesaria iniciativa, lamentablemente no llegó a prosperar. Tan sólo, y hubo de esperar casi dos años para ello, todavía bajo el gobierno citado, se pudo crear por real decreto de 9 de marzo de 1829, el Cuerpo de Carabineros de Costas y Fronteras: “para la seguridad y vigilancia de costas y fronteras, hacer la guerra al contrabando, prevenir sus invasiones y reprimir a los contrabandistas”, así como para proteger “la industria y comercio nacionales”.

Dicho Cuerpo, que pasó por diversas y complejas reorganizaciones y vicisitudes a lo largo de más de un siglo, y que tanto arraigo, presencia y actividad había tenido en el Campo de Gibraltar, desaparecería silenciosamente, sin pena ni gloria, al entrar en vigor la mentada ley de 15 de marzo de 1940. Sus integrantes, sus acuartelamientos y sus medios materiales pasarían a integrarse en la Guardia Civil, Cuerpo que pasaría a asumir y desempeñar las funciones de persecución del contrabando y la defraudación, así como las del resguardo fiscal.

Prácticamente de un plumazo pasaba definitivamente a ser solo historia, el benemérito Instituto de Carabineros, que desde 1829 había hecho honor a su lema de “Moralidad, lealtad, valor y disciplina”.

Pero primero era preciso justificar la razón de adoptar una medida tan drástica como la contemplada en dicha ley de 1940. Tal y como decía su exposición de motivos: “El benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, creado por el Duque de Ahumada, y que constituyó la coronación de la obra iniciada por la Reina Católica con la organización de la Santa Hermandad, no se libró del influjo de aquellos hombres que, desde la oposición, habían intentado minar el espíritu benéfico del Instituto, para crearle en el país un ambiente de odiosidad, fomentando, por un lado, la lucha de clases y los movimientos revolucionarios y, por otro, lanzando desde el Poder a la represión a las fuerzas de Orden Público con orden de crueldad hasta entonces desconocidas”.

A párrafo seguido se dejaba perfectamente claro, excepto la Benemérita, el firme propósito político del nuevo Régimen que hacer desaparecer las demás fuerzas de seguridad del Estado, como tales, que existían hasta entonces. Es decir, por un lado el Cuerpo de Carabineros y por otro, el Cuerpo de Investigación y Vigilancia así como el de Seguridad (y Asalto).

“Al acometerse la reorganización de las fuerzas de Orden Público, hemos de salvar del naufragio de la revolución aquel espíritu y valores tradicionales que hicieron del Instituto de la Guardia Civil uno de los Cuerpos más prestigiosos en que se inspiró la organización de las fuerzas de Orden Público en distintos países”.

En esta última referencia, aunque no se mencionaba expresamente, se trataban de naciones hispanoamericanas, como por ejemplo, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Perú y Venezuela. De hecho, cuando se produjo la sublevación militar de julio de 1936, la Guardia Civil estaba participando en la creación y desarrollo de la Guardia Nacional de Venezuela, que adoptó el mismo texto de la “Cartilla”, donde se recogen los principios y valores deontológicos de la Benemérita.

Para justificar la extinción del Cuerpo de Carabineros se expuso que el tránsito de las fronteras se canalizaba ya principalmente por las vías de comunicación y que dado que la acción de las fuerzas de vigilancia, fuera de aquellas, se limitaba , “a la prohibición del paso de personas y géneros, no aparece justificada la razón de mantener la duplicidad de Cuerpos que existieron hasta ahora”. Seguidamente se continuaba estableciendo que el contrabando podía ser objeto de persecución de las fuerzas de Orden Público, “como las demás infracciones”.

Hasta entonces, además del resguardo fiscal, la vigilancia de fronteras, costas, puertos y aeropuertos, con la consiguiente persecución del contrabando y la defraudación, habían sido cometidos específicos de Carabineros, tomando parte en ello los componentes de la Guardia Civil solo cuando era requerido su auxilio o casualmente se lo encontraban en el transcurso del servicio.

Pero, con la entrada en vigor de la nueva ley, “en lo sucesivo, un Cuerpo único, el de la Guardia Civil, asumirá las funciones de vigilancia y represión del contrabando y el fraude, que, hasta ahora, estaban atribuidas al Cuerpo de Carabineros, innovación sancionada por la experiencia, ya que en múltiples ocasiones, y dentro de sus propios Reglamentos, ha podido observarse cómo el Cuerpo de Carabineros se ha visto obligado a asegurar el mantenimiento del orden interviniendo en la persecución y captura de delincuentes ordinarios, mientras el de la Guardia Civil descubría y evitaba delitos de contrabando”.

En consideración a todo lo anteriormente expuesto, se dispuso en el artículo 4º de dicha ley, la supresión de la Inspección General de Carabineros, “cuyos cometidos y funciones se agruparán en una sola Sección de la Dirección General de la Guardia Civil, a cuyo Director General pasarán las atribuciones conferidas actualmente al Inspector General de Carabineros”.

Ello supuso rebajar sensiblemente el nivel de mando y representación de Carabineros, que hasta entonces, contaba en su plantilla con un general de división y dos generales de brigada, ya que el mando de dicha “Sección” recaería en un coronel. Respecto al resto del personal de dicho Cuerpo, se dispuso que fuese adscrito, “a los distintos servicios que por esta Ley se fijan como privativos del Cuerpo de la Guardia Civil, en la forma que, con arreglo a las aptitudes y condiciones de su personal, determine el Director General”.

Dichos “servicios privativos” quedaron recogidos en el artículo siguiente: “la vigilancia y guarda de los campos, los pueblos, aglomeraciones rurales, factorías, centros industriales y mineros aislados de las poblaciones, la de costas y fronteras, la persecución del contrabando y fraude, la previsión y represión de cualquier movimiento subversivo, y, en todo momento y lugar, la persecución de delincuentes”.

(Continuará).

https://www.europasur.es/san_roque/reor ... 16754.html

Re: Historia del Cuerpo

NotaPublicado: Mar, 02 Ene 2024, 13:57
por un@ entre más
El guardia civil tiroteado en la Gran Vía tras gritar «¡España!»: el (otro) crimen que hizo estallar la Guerra Civil

Suelen citarse las muertes del teniente Castillo y Calvo Sotelo como detonantes del conflicto español en 1936, pero poco antes un agente de la Benemérita fue tiroteado en el centro de Madrid durante un desfile


El 14 de abril de 1936 debería haber sido un día de celebración, el del quinto aniversario de la proclamación de la Segunda República. «Los edificios públicos izaron la bandera tricolor. Los tranvías se asociaron al júbilo y aparecieron con banderolas [...]. Todos saludaban con el puño cerrado y daban muestras de gran alegría republicana. Se llenó el paseo de la Castellana y se levantaron tribunas para el elemento oficial. Llegó el nuevo presidente de la República, don Diego Martínez Barrio [elegido solo una semana antes y cesado un mes después], con su escolta de gala, y después el Gobierno y las demás autoridades. Las precauciones de siempre», contaba 'El Siglo Futuro' en su edición de la tarde.

Sin embargo, tal y como informaba el mismo diario, todo se torció antes del mediodía, al paso de la comitiva por la Gran Vía de Madrid: «Desfilaron las tropas y, finalmente, la Guardia civil. Antes estalló un petardo que produjo alarma [...]. Sólo diremos, como novedad de este desfile, que a los lados de la tropa y de la Guardia civil, como abriéndoles calle o encuadrándoles, iban las Juventudes socialistas y comunistas, así como sus «pioneros» –como llaman a sus niños– y demás elementos estratégicos del ejército social, cantando todos la Internacional, levantando los puños y gritando la consigna «U. H. P.» (Uníos Hermanos Proletarios)».

Como si de una advertencia fortuita se tratara, antes de la tragedia se produjo un pequeño incidente que sembró el pánico entre los asistentes al desfile, tan acostumbrados como estaban en aquellos días a la violencia callejera en toda España. «En el Paseo de la Castellana, un individuo situado a espaldas de la tribuna presidencial levantada frente a la calle del Marqués de Riscal, arrojó un petardo. La alarma fue grande, mayor al difundirse la noticia por Madrid, pues en los primeros momentos se aseguró que se trataba de una bomba. Unos guardias detuvieron al autor, que una vez en la Dirección de Seguridad se apreció que se encontraba en estado de embriaguez», informaba 'El Siglo Futuro'.

Dos meses después, el 16 de junio, el líder del partido católico y conservador español de la CEDA, José María Gil-Robles, describió en el Congreso de los Diputados la crisis que vivía España en esos momentos. «Desengañaos. Un país puede vivir en monarquía o en república, en sistema parlamentario o en sistema presidencialista, en un sistema soviético o en el fascismo, pero como únicamente no vive es en anarquía. Y España, hoy, por desgracia, vive en anarquía [...]. Tenemos que decir hoy que estamos presenciando los funerales de la democracia», comentó en su discurso.

Organizaciones paramilitares

Toda la cámara prorrumpió en gritos, unos de apoyo, otros de disentimiento. La situación del país era, efectivamente, tan grave como señalaba Gil-Robles por los desórdenes provocados tanto por la izquierda como por la derecha. A los actos de violencia hay que añadir que los partidos políticos de uno y otro extremo preparaban a sus hombres para luchar desde hace semanas, instruyéndolos en formaciones militares. «Todos a la calle», era la orden de una serie de jefes políticos. Ni el presidente del Consejo de Ministros, Santiago Casares Quiroga, ni Gil-Robles, representantes ambos de grupos que habían sido muy destacados en la Segunda República, podían ya controlar los acontecimientos.

Siguiendo estas consignas, el día del desfile a las 12.30 comenzaron los abucheos por parte de algunos miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas al paso de las unidades de la Guardia Civil por la Gran Vía. Esta organización juvenil recién creada agrupaba a las jóvenes socialistas y comunistas del país, que iban siempre uniformadas. Un desconocido alférez llamado Anastasio de los Reyes y varios compañeros suyos que asistían de paisanos a la marcha se enfrentaron a estos jóvenes gritando repetidamente «¡España, España!», según el relato realizado por el diario 'El Socialista'.

De repente, alguien sacó un arma y comenzó a disparar, alcanzando al citado alférez, que fue herido de gravedad en el hígado. Aunque fue trasladado de urgencia a un centro sanitario en una de las propias ambulancias del cuerpo de Sanidad Militar que participaron en el desfile, Anastasio de los Reyes ingresó cadáver. El diario 'El Sol' aseguró que el guardia civil falleció «nada más ingresar en la Casa de la Moneda». Dos de sus compañeros y otros asistentes al desfile, entre ellos varias mujeres y un niño, también resultaron heridos. Según 'Ahora', el más joven de los heridos de bala, de 16 años, llamado Benedicto Montes Miranda, falleció también al día siguiente.

Dos frentes

Las elecciones generales de febrero habían sido ya una lucha entre dos grandes alianzas: el Frente Popular y el Frente Nacional. El primero lo constituían, además de los liberales de Casares Quiroga, el PSOE, el PCE y otros grupos de las clases trabajadoras y el poderoso sindicato de la UGT. En el segundo, la CEDA de Gil-Robles, pero también los monárquicos, los agrarios, los grandes terratenientes, otros partidos de derechas y representantes del Ejército, la Iglesia y la burguesía. Sería a este segundo grupo el que era afín el guardia civil asesinado.

Se puede decir, por lo tanto, que los dos frentes estaban ya formados antes de comenzar la Guerra Civil. Solo faltaba que alguien encendiera la mecha. En la mayoría de los libros de Historia suele decirse que fueron los asesinatos del teniente José Castillo (12 de julio) y del exministro de Hacienda José Calvo Sotelo (13 de julio) los causantes, pero tienden a olvidarse de Anastasio de los Reyes, cuya muerte causó graves disturbios en toda la capital que fueron cubiertos, también, en la prensa.

'El Sol' lo contaba así: «Después de los sucesos, varios jóvenes pertenecientes al Frente Popular, formando manifestación, recorrieron varias calles vitoreando a la República. También se formó en la calle de Serrano una manifestación integrada por elementos fascistas. Esto dio motivo a alborotos, carreras y sustos, especialmente en la calle de Villanueva, donde un grupo de manifestantes trató de cercar a una pareja de guardias. La llegada de otras fuerzas impidió el propósito. Se practicaron unas treinta detenciones».

La censura de ABC

La noticia del asesinato de De los Reyes en pleno centro de Madrid puso en alerta a las autoridades republicanas por las posibles consecuencias que podría acarrear en aquel ambiente. En especial, les preocupaban las previsibles protestas durante su entierro y decidieron evitar la asistencia masiva al mismo, por lo que optaron por silenciar en lo posible a la prensa y censuraron la esquela que se publicó al día siguiente en ABC. Se negaron a entregar el cadáver a su hijo mayor y decidieron trasladarlo directamente desde el Depósito Judicial de la calle de Santa Isabel hasta el cementerio de la Almudena durante la noche y sin ceremonias.

Indignado, el hijo acudió al Parque de Automóviles de la Guardia Civil, donde su padre prestaba servicio, para informar a sus compañeros y jefes. Todos ellos se trasladaron de uniforme y a toda velocidad al depósito. Tras muchas protestas, lograron que el cuerpo sin vida fuera entregado a su descendiente. El director general de la Guardia Civil, el general Sebastián Pozas, acudió rápidamente para impedirlo bajo las órdenes del Gobierno republicano, pero en el camino, a la altura del Paseo de la Castellana, los compañeros del difunto se negaron a devolverlo a pesar de los requerimientos de su superior.

El cuerpo de la víctima fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil de Bellas Artes, en el actual Museo Nacional de Ciencias Naturales, donde instalaron la capilla ardiente. La censura de la esquela en ABC, sin embargo, tuvo el efecto contrario, pues muchos simpatizantes acudieron a dicho cuartel para averiguar la hora del entierro. A primeras horas de la mañana del 16 de abril, el lugar ya estaba repleto de ciudadanos y personalidades políticas como Gil Robles y el exministro de Hacienda José Calvo Sotelo, jefes ambos los dos principales partidos de la derecha parlamentaria.

La Almudena

Alrededor de las 15.00 horas, y desobedeciendo al Gobierno, varios cientos de personas formaron el cortejo fúnebre. El trayecto hacia el cementerio de la Almudena, sin embargo, fue del todo menos tranquilo y emotivo, pues el coche con el cadáver de Anastasio de los Reyes fue atacado con pistolas y ametralladoras en diversos puntos, con la consiguientes respuesta también armada de los contrarios. Se produjeron diversos heridos de gravedad, uno de los cuales falleció varios días después.

ABC, esta vez sí, contó lo ocurrido con todo detalle al día siguiente: «En el momento en que la comitiva iba a romper la marcha, un individuo que se hallaba entre la concurrencia sacó una pistola del bolsillo. La acción fue observada por varias personas, las cuales se abalanzaron sobre el desconocido con ánimo de agredirlo. Policías y guardias de seguridad lograron evitar que fuese golpeado por la muchedumbre [...]. En estos primeros disturbios cundió el estado de excitación y alarma entre los concurrentes al acto y hubo sustos y carreras, a consecuencia de los cuales resultaron lesionadas algunas personas».

Entre nuevos enfrentamientos y el intento de la comitiva fúnebre de llevar el ataúd hasta las puertas del Congreso, donde se celebraba una sesión parlamentaria, el furgón con los restos llegó finalmente al cementerio de la Almudena por expreso deseo de su familia. Mientras, varias camionetas de la Guardia de Asalto, bajo las órdenes del teniente José del Castillo, disolvió las manifestaciones, para lo cual no dudó en ordenar el uso de las armas. Aunque las cifras nunca quedaron claras del todo, se estima que, durante los incidentes, murieron seis personas del cortejo y unas treinta resultaron heridas. Entre lo primero, Andrés Sáenz de Heredia, de 24 años, primo del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera.

Estas muertes en aquel ambiente de preguerra suelen ser pasadas por alto en los reportajes sobre las causas o los incidentes que nos abocaron a la Guerra Civil. Estos artículos suelen centrarse en el asesinato del teniente Castillo el 12 de julio de 1936 y el de Calvo Sotelo un día después. El primero salió de su casa en la calle Augusto Figueroa de Madrid para empezar su servicio y fue acribillado por cuatro hombres. La Falange lo había señalado tras los incidentes del entierro de Anastasio de los Reyes. El segundo fue secuestrado de su casa por varios guardias de asalto y militantes del PSOE con una orden de detención falsa. La camioneta en la que llegaron debía dirigirse a comisaría, pero tras circular unos doscientos metros, el político recibió dos disparos en la nuca. La Guerra Civil comenzó cinco días después.

https://www.abc.es/historia/guardia-civ ... 42-nt.html



La historia de Madrid en la F1: emoción, polémica, Guardia Civil...

¿Carreras de Fórmula 1 en Madrid? Sí, pero no. Recordamos cómo fueron los históricos grandes premios de F1 en el Jarama, a 30 km de la ciudad.


Aunque aún no está confirmado si será GP de España o GP de Madrid lo que la Fórmula 1 tendrá a partir de 2026 (y durante al menos diez años), sí se puede decir sin faltar a la verdad que esa sería la primera carrera del mundial en la capital española y, sin embargo, no la primera en Madrid.

El Circuito del Jarama, en la Comunidad de Madrid pero a unos 30 km de la ciudad (en San Sebastián de los Reyes) acogió diez ediciones del GP de España (solo nueve fueron válidas) en los años 60, 70 y principios de los 80, y dejó alguna carrera para la historia.

Un circuito revirado y que favorecía la alta carga aerodinámica, el Jarama fue inaugurado en 1967 y el 12 de mayo de 1968 acogía su primera carrera. Después de dos primeros grandes premios en Pedralbes (Barcelona) en la década de los 50, España no albergó a la F1 hasta ese 1968, cuando el Jarama, circuito de 3,404 kilómetros vivió con mucha expectación la llegada del Gran Circo.

La primera carrera de F1 en Madrid, el GP de España de 1968 en el Jarama

Chris Amon puso al Ferrari en la pole y parecía camino de ganar pese a haber perdido dos plazas en el inicio. Sin embargo, en la segunda mitad de carrera, en la vuelta 57 de 90, un fallo en la bomba de gasolina le obligó a abandonar. Graham Hill, que había remontado desde la séptima posición de parrilla, heredó el primer puesto y dio a Lotus la victoria en el primer GP de España celebrado en Madrid.

Sin embargo, tras esa primera y exitosa edición la F1 empezó a alternar el Circuito de Montjuic (Barcelona) en los años impares y el Jarama en los pares, siendo la pista madrileña la sede del GP de España en 1970, 1972 y 1974, antes de que la tragedia azotara el GP de España de 1975 en Montjuic con hasta cinco fallecidos y directamente desde 1976 hasta 1979 la carrera fue cada año en el Jarama.

La edición del GP de España 1970 de F1 en el Jarama, polémica y Guardia Civil

Tras un primer año de alternancia con Montjuic, el Jarama acogió por segunda vez en 1970 el GP de Madrid, pero el evento se vio envuelto en polémica. Los organizadores clasificaron automáticamente a diez pilotos para la carrera considerando que eran los que mayor atracción de público generaban (Jackie Stewart, Denny Hulme, Jack Brabham, John Surtees, Graham Hill, Jochen Rindt, Chris Amon, Jean-Pierre Beltoise, Pedro Rodríguez y Jacky Ick), lo que generó el enfado de Frank Williams. El lío fue mayor cuando el sábado aún no se había establecido el número de participantes para la carrera, por lo que los pilotos que habían salido a pista desconocían si estaban clasificados o no, y de hecho los comisarios no habían registrado cada vuelta.

La Comisión Deportiva Internacional (CSI) estableció el domingo por la mañana que serían 17 los pilotos que disputarían la carrera, lo que dejaba fuera, entre otros, al piloto local Alex Soler-Roig, a los que los organizadores querían en parrilla. De hecho, se pidió a los equipos admitir a los eliminados, y Soler-Roig, junto a otros tres coches, se posicionó en la pista. La CSI, que se oponía completamente, solicitó la ayuda de la autoridad, y la Guardia Civil tuvo que entrar en pista para expulsar a los cuatro eliminados. Uno de ellos, Jo Siffert, se intentó resistir.

Cuando al fin se apagaron los semáforos y arrancó la carrera, Jackie Stewart se aferró al liderato y no lo soltó durante las 90 vueltas, llevándose la victoria.

Pero la actuación de la Guardia Civil no había quedado en el previo de la carrera. En la primera vuelta, se produjo un accidente entre el BRM de Jackie Oliver y el Ferrari de Jacky Ickx, que provocó un incendio. Ickx no lograba salir, pero la rápida y valiente actuación del comisario Andrés Mas y de un Guardia Civil que prefirió mantener el anonimato salvó la vida del brillante piloto belga.

El histórico GP de España de F1 1974, el primero triunfal de Niki Lauda

Emerson Fittipaldi logró su segunda victoria en F1 en el Jarama, en 1972, en una carrera disputada en lunes (el 1 de mayo) y bajo la lluvia. Pero quizás la edición más histórica fue la edición de 1974.

Para ese fin de semana se había cambiado ligeramente el circuito para aumentar la seguridad, pero no desaparecieron del todo los problemas. De hecho, un comisario sufrió una caída al patinar sobre el aceite que había dejado un accidente de Hulme, y el incidente llevó al nuevo presidente de la GPDA (Asociación de Pilotos), Graham Hill, a realizar una inspección en compañía de varios pilotos, tras lo que ordenaron reparar algunas barreras.

Bajo la mirada del príncipe Juan Carlos, al que habían presentado a los pilotos antes de la carrera, Niki Lauda, el poleman, se llevaría el triunfo con una brillante actuación a pesar de haberse visto superado en la primera parte de la prueba por Ronnie Peterson, que acabaría abandonando. Esa fue la primera victoria de Lauda en Fórmula 1, la número 50 de Ferrari.

A la carrera de 1976, Niki Lauda llegó con las costillas doloridas tras un accidente con un tractor en su finca de Salzsburgo, Austria. Aun así, se clasificó segundo por detrás de James Hunt, y lideró las primeras vueltas hasta que la inyección anestésica que había recibido antes de la carrera dejó de hacer efecto y simplemente trató de completar la carrera con mucho dolor. McLaren iba camino de un doblete con Jochen Mass en cabeza, pero a falta de menos de diez vueltas, en la vuelta 66, su motor dijo 'basta', lo que dejó la victoria en manos de Hunt y el segundo puesto en las de Lauda.

Lauda se tuvo que bajar del coche en la sesión de entrenamientos del domingo por la mañana del GP de España 1977, cuando el médico personal de Emerson Fittipaldi le diagnosticó una grave fisura en la séptima costilla como secuela de su histórico accidente en Nürburgring. Trasladado en avión al hospital La Paz de Madrid, tuvo que ver por televisión cómo ganaba Mario Andretti.

Andretti también ganó en 1978, en una carrera en la que el argentino Carlos Reutemann acabó en un hospital de Madrid con conmoción cerebral leve después de un fuerte accidente provocado por una avería en su Ferrari.

En 1979, Patrick Depailler con Ligier se impuso a los Lotus de Andretti y Reutemann, que le escoltaron en el podio, en la quizás última edición tranquila del GP de España en el Jarama.

El GP de España de F1 de 1980, celebrado pero no válido

En 1980 hubo GP de España en Madrid, pero si repasas las estadísticas de la F1 y las carreras disputadas, no lo encontrarás. La guerra que había entre FISA (Federación Internacional del Deporte Motor, la rama de automovilismo de la FIA), y FOCA (los constructores de la F1) hizo que se celebrara la carrera pero no fuera puntuable para el mundial.

La Federación estaba multando a los pilotos por no acudir a los briefings, y el RACE se ofreció a pagar las multas con la condición de que corrieran en el Jarama. Sin embargo, la FIA se oponía, y el RACE decidió recuperar la organización de la carrera, que había delegado en la Federación Española (afiliada a la FISA). La FISA, enrabietada, anuló la primera sesión de entrenamientos y obligó a celebrarla otra vez horas después, pero varios equipos y fabricantes se negaron a participar y finalmente la carrera, que ganó Alan Jones después de múltiples incidentes y abandonos (solo seis coches cruzaron la meta) se consideró al día siguiente no válida.

La última carrera de F1 en Madrid, el GP de España de 1981 en el Jarama

Después de nueve ediciones y cinco consecutivas, la temporada 1981 vio la última edición del GP de España en Madrid, en el Jarama. Ya antes del sábado hubo polémica cuando el RACE quiso aprovechar que el equipo ATS (afectado por una huelga de transporte aéreo) no podía llegar al circuito para inscribir al Williams de Emilio de Villota. Pero Yvon Leon, máximo representante de la FISA, advirtió al RACE que si se aceptaba la inscripción del piloto, el Gran Premio de España no contaría para el mundial, como ya había pasado el año anterior. La federación española ordenó al RACE a aceptar, y De Villota tuvo que dejar paso al equipo al equipo ATS, que al final logró llegar.

La carrera en sí fue un espectáculo, con la última victoria en F1 de Gilles Villeneuve tras una titánica defensa ante Jacques Laffite. Sin embargo, desde el punto de vista comercial fue un fracaso, y solo 25.000 personas ocuparon las gradas por el alto precio de las entradas y tras la amenaza del grupo terrorista ETA de atentar en el circuito. Eso hizo que la Guardia Civil acordonara el perímetro, aunque el rey Juan Carlos acudió a la carrera.

Sin embargo, cada año el gran premio era deficitario y el RACE no pudo soportar económicamente su celebración, por lo que desde 1981 desapareció el circuito del Jarama, y Madrid, de la Fórmula 1.

Tras eso, España estuvo cinco años sin carrera de F1 hasta su regreso en 1986. Desde entonces, siempre ha habido gran premio en nuestro país durante casi 40 años ininterrumpidos: primero con el circuito de Jerez y luego, y ya van 33 ediciones consecutivas, en el Circuit de Barcelona-Catalunya, en Montmeló.

Por su parte Madrid, como capital de España, ha acogido varios eventos de Fórmula 1. En 2003, antes de sus dos mundiales, Fernando Alonso llevó el Renault por la Castellana y las calles de Madrid, como este año, 20 años después, ha hecho también en el centro de la ciudad Sergio Pérez con un Red Bull.

Además, Madrid fue elegida como la primera ciudad para albergar la 'F1 Exhibition', la primera exhibición oficial de la categoría, que se pudo visitar desde abril hasta finales de agosto. Todo, junto a la nueva carrera que llegará en 2026, solo muestran la buena salud de la que goza el deporte en España.

https://es.motorsport.com/f1/news/histo ... /10555124/

Re: Historia del Cuerpo

NotaPublicado: Mar, 30 Ene 2024, 19:17
por un@ entre más

Re: Historia del Cuerpo

NotaPublicado: Vie, 29 Mar 2024, 11:38
por un@ entre más
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Historia de la guardia civil en bicicleta