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"Perdí el brazo en el atentado y sólo pedí seguir trabajando

NotaPublicado: Dom, 17 Abr 2022, 19:58
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intervencionpolicial.com
«Perdí el brazo en el atentado y solo pedí seguir trabajando como guardia civil»

Hace 40 años ETA recurrió por primera vez a los lanzagranadas. En pocas horas atacó La Salve, la casa cuartel de Algorta y mató a un policía nacional e hirió a otros ocho en Pamplona


Fue sábado el 17 de abril de 1982. ETA dio aquel día un paso más en su escalada macabra y recurrió a los lanzagranadas, un armamento que jamás había utilizado.

En pocas horas, la banda golpeó en tres puntos diferentes. El primer objetivo fue la Comandancia de la Guardia Civil en La Salve, que recibió el impacto de una granada lanzada desde las vías del tren. El segundo fue la casa cuartel de Algorta, que estaba todavía en construcción pero tenía vigilancia permanente. Allí resultó gravemente herido por una granada el guardia civil Antonio Guerra, que perdió el brazo derecho. El atentado más grave se registró en Pamplona. El 'comando Nafarroa' utilizó un lanzagranadas contra una tanqueta de la Policía Nacional en la cuesta de Labrit. La granada anticarro perforó la cubierta blindada y estalló en el interior. Causó la muerte al conductor, Vicente Luis Garcera, e hirió de gravedad a otros ocho policías. El agente Teodomiro Díaz perdió una pierna. La oleada de atentados, en el mismo día y con nuevo armamento, tuvo un gran impacto mediático.

Durante su historia, ETA utilizó granadas de dos tipos. Las Mecar, que tenían una bocacha para impulsarlas desde un Cetme, como la de Algorta, y las 'Jotake', más caseras y cuyo lanzamiento se improvisaba sobre tubos metálicos de todos los tipos. Las segundas las conocieron y probaron en la selva salvadoreña, donde algunos etarras huidos se habían refugiado entre grupos guerrilleros. A finales de los 80, todos los comandos las tenían.

Volvamos a Algorta, a la casa cuartel en construcción. Aquel era un objetivo de ETA desde sus cimientos. En noviembre de 1981 -unos meses antes del atentado con granadas-, la Guardia Civil descubrió 40 kilos de Goma 2 ocultos en una viga maestra. ETA pretendía volar el edificio por control remoto durante su inauguración, con el ministro y los mandos policiales en su interior. Aquella tentativa fracasó. Se reforzó la seguridad y llegó el 17 de abril de 1982, una jornada que Antonio Guerra recuerda para EL CORREO. «Eran las diez menos veinte. Estaba controlando los pisos de arriba, bajé y salí al exterior. Lo primero que vi fue unos impactos de bala en la pared. Me estaban disparando con Cetme desde unos escombros que habían colocado como si fuera una obra. Por la acera de delante venía otro comando con la bocacha y la granada. Si se acercan más, me matan. Pero me eché atrás a por la metralleta y la lanzaron directamente. Pegó en el quicio de la puerta, de piedra vista, y el trozo de granada que entró, me arrancó el brazo».

Antonio Guerra perdió el brazo derecho a la altura del codo. «Gracias a los médicos y a la traumatóloga de Basurto que fue estupenda, salvé un poco de codo y gracias a eso puedo llevar la prótesis». Con una templanza increíble, fue él mismo quien avisó al Centro Operativo de Servicios. «Hemos tenido un atentado. Estoy herido. Venid pronto». Cuando llegaron, Guerra perdía «muchísima sangre, como un grifo» y pidió a sus compañeros «que me llevaran rápido a Basurto y que no dejaran que me durmiera».

Eran otros tiempos. «Se montó un cuerpo de guardia en mi habitación del hospital por si volvían. Había un guardia junto a mí, otro a la puerta y alguno fuera». Le visitaron el general de la Guardia Civil y el delegado del Gobierno. «Me dijeron que podían ayudarme y yo les dije que no, que yo lo que quería era seguir trabajando. El general me dijo que sí, pero mi mujer salió detrás de él y le paró en el pasillo. A ella le reconoció que era muy difícil porque me faltaba un brazo. 'Pues entra usted ahora mismo y se lo dice', le pidió mi mujer. Él entró y me prometió que podría seguir en el Cuerpo».

«No reclamé la indemnización porque no quería que me licenciaran por ese motivo. Yo solo quería trabajar», confiesa. Quince días después del atentado «estaba haciendo más cuadernos de Rubio que nadie para aprender a escribir con la mano izquierda». Y el 1 de septiembre ingresó en la academia de cabos. Por las noches, las imágenes del atentado regresaban en sueños.

Moto adaptada

Pronto patrullaba en moto porque adaptó una Yamaha 250 para manejarla con una mano y trabajó otros 11 años como guardia civil en Extremadura antes de pasar a la seguridad privada. «Cuando me tocaba ascender a sargento, empezaron los problemas. Ya no estaban los que me prometieron que seguiría. Sabía que había quien no lo veía bien. En la Guardia Civil no se entra por pies planos. Entonces pedí que me licenciaran por la discapacidad».

Antonio Guerra tiene 71 años y una mano biónica Ottobock con la que hace de todo. No le da muchas vueltas a aquel 17 de abril de 1982 en que decidió cambiar el turno a un compañero para que el otro se fuera de vacaciones. Las imágenes del atentado ya no le visitan por las noches. Es un superviviente del primer día en que ETA recurrió a los lanzagranadas.

https://www.elcorreo.com/politica/victi ... 38-nt.html

Re: "Perdí el brazo en el atentado y sólo pedí seguir trabaj

NotaPublicado: Lun, 18 Abr 2022, 09:16
por C.V.B
Menuda historia tiene detrás... Y la de muchos que no han salido a la luz.

Re: "Perdí el brazo en el atentado y sólo pedí seguir trabaj

NotaPublicado: Lun, 18 Abr 2022, 14:30
por estafermo
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¿Patrullando en moto con una mano? No entiendo cómo la Yamaha 250 esa podía cargar con el peso de los testículos de este hombre.