Sudadera Cnp Geo |
Alta calidad |
militariapiel.es |
El compañero héroe es un representante de AUGC que ha sido represaliado en innumerables ocasiones por defender los derechos de los trabajadores públicos en la Comandancia de Valladolid:
La Guardia Civil ha frustrado este viernes un intento de robo con intimidación en una entidad bancaria en Aldeamayor de San Martín (5.634 hab.) -demarcación del Puesto de Boecillo (4.148 hab.) - , cuando una persona armada con un cuchillo de grandes dimensiones ha entrado en una oficina de una entidad bancaria de la localidad.
"Con el arma amenazó a las personas presentes en el interior, exigiendo a la vez que le entregaran el dinero de la caja", recoge en un comunicado el Cuerpo de Seguridad, que explica que "un Guardia Civil fuera de servicio que se encontraba en el interior de la oficina se abalanzó sobre el atracador logrando reducirlo, arrebatándole el arma, consiguiendo con ello evitar la consumación del delito".
Como consecuencia de la intervención, el Guardia Civil resultó herido de carácter leve. El detenido (L.C.C.C.) de 51 años, vecino de Tudela de Duero pasará a disposición judicial a lo largo del día.
https://www.eldiadevalladolid.com/Notic ... a-un-bancoLo define como un acto «automático», porque era su «deber» como guardia civil, aunque estuviera fuera de servicio. El agente de la Benemérita Egelmar de Francisco Pérez, de 54 años, fue ayer el héroe de su localidad, Aldeamayor de San Martín, por haber detenido al ladrón que intentó atracar la sucursal de Unicaja, pero él, humilde, tan solo reconoce que se guió por la vocación de proteger a la ciudadanía con o sin uniforme.
Aunque reste importancia, por modestia, a su decisivo ‘placaje’ y arresto del atracador, la realidad es que evitó que se diera a fuga y que, quizá, nunca se hubiera resuelto el robo con violencia en grado de tentativa. Gracias a él, L.C.C.C., de 51 años, fue detenido después de que tratara de llevarse el dinero de la caja de la sucursal de Unicaja en la calle Larga, 6, de Aldeamayor.
El robo a mano armada –blandió un cuchillo de 16 centímetros de hoja– se produjo a las 9.50 horas en la citada oficina, muy próxima a a la Plaza Mayor de Aldeamayor. El alcalde, Fernando de la Cal, explicó que el ladrón amenazó a una trabajadora de la sucursal para que le entregara el dinero de la caja, pero la reacción de los presentes a voces contra sus intenciones le hicieron salir de estampida.
Seguramente en su huída buscaba llegar al turismo que había dejado aparcado, pero, para su infortunio, se topó con el agente Egelmar. Estaba fuera de servicio, pero captó al malhechor en décimas de segundo. Y se dijo: ‘De aquí no sales sin grilletes’.
El guardia civil, que está destinado en el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la zona periurbana de la ciudad de Valladolid resumió todo como «una casualidad» que «salió bien».
«Yo estaba enfrente del Carrefour comprando el pan. Vino una vecina por la calle Larga pidiendo socorro, diciendo que estaban atracando el banco. Dejé el pan. Salí corriendo y me topé con el atracador. Venía corriendo con las manos escondidas», describió los primeros momentos del encuentro.
«Me puse en la situación de que era el atracador. Aldeamayor es un pueblo de 5.000 habitantes y conoces a la gente. Vi que no era de aquí. Me dio malas pintas, aunque iba con ropa de trabajo. Me saltaron los sensores de que tenía que ser el atracador», rememoró.
Llegó entonces el momento de la reducción del sospechoso, empresa de cierto riesgo, ya que Egelmar, de 1,70 de estatura, quedaba lejos de la talla de su oponente. «Era alto y corpulento. Yo veía una mole», precisó. Pero la reacción de tumbarle siguió firme.
«Me abalancé y le acorralé en un soportal. Como llevaba un arma en la mano, me fui al cuchillo para desarmarlo. Solo pensé en que todo se quedara en un corte de en los dedos, antes de que me rebanase el cuello», rememoró. Su deseo de mínimas lesiones posibles se cumplió y por fortuna el
Quedaba la inmovilización del supuesto atracador, materia en la que Egelmar, también dicho con modestia, tiene escuela. «Tenemos el plan PATIO que nos adiestra en la forma de reaccionar adecuadamente ante estas circunstancias, como el barrido de piernas, desarmar al sospechoso y la inmovilización de las manos», precisó.
Las bridas de un ‘chino’
Y llegó la hora de la práctica, la de la inmovilización. Lo realmente sorprendente de este caso, aún más, es que Egelmar aún tenía tiempo para pensar en alternativas. Estaba de paisano y no tenía esposas. Y al vestir de calle no podía pedir la documentación de forma obligatoria.
Ahí salió el McGiver de Aldeamayor, con brillantes recursos sobre la marcha. «Ya con el cuchillo lejos, le inmovilicé. Le comuniqué que estaba detenido. Como no llevaba grilletes, al ir de paisano, de dije a unos vecinos que fueran al bazar chino cercano a comprar unas bridas. Y así le hice el lazo en la muñecas. Con las bridas me ayudó un trabajador del banco», recordó el agente del Seprona.
El arrestado, un vecino de Tudela de Duero, vestía con exceso de abrigo. Además, llevaba la boca y la nariz tapadas con la mascarilla y una cazadora con capucha. En el cuerpo a cuerpo con Egelmar no reaccionó con violencia, pero luego sí se encaró. « Me dijo que me podía haber rebanado el cuello si hubiese querido. Que no se quería identificar. Yo le dije que era de Seprona y me vaciló, como que no se lo creía. ‘¿Y qué haces que no estás vigilando los montes?’, me soltó».
El arrestado fue conducido de Aldemayor al cuartel de la Guardia Civil de Boecillo, donde declaró hasta las 13 horas. Su presentación ante el juzgado de instrucción de guardia estaba prevista para la tarde de ayer.
Lucha contra ETA
El héroe de la jornada es un veterano de la Guardia Civil y además baqueteado en servicios de riesgo y tensión. «Estuve en la época de plomo, en una época bastante dura participando en la desarticulación de comandos», asegura. Sufrió dos atentados. El primero cuando estaba en Pamplona en la Brigada de Información y sufrió el ataque con un explosivo contra la Comandancia de la avenida de Galicia.
Más tarde, ya destinado en el Seprona de Álava, volvió a sentir de cerca la metralla. Este atentado se produjo en el acuartelamiento de Araka (Vitoria). «Cogieron las cestas del pan, las llenaron de explosivos y las tiraron por el hueco del ascensor. Volaron la residencia», recordó.
Tras la intervención de ayer en Aldemayor su teléfono echaba humo. Le llovieron felicitaciones de autoridades como la directora general de la Guardia Civil, María Gámez;el subdelegado del Gobierno, Emilio Álvarez o el coronel jefe de la Comandancia, Juan Miguel Recio, entre otros. La Asociación Unificada de la Guardia Civil de Valladolid, de la que Egelmar es secretario de organización, pidió que le entregase «al menos» la Cruz de Plata por la «profesionalidad y entrega» demostrada.
https://diariodevalladolid.elmundo.es/a ... 94873.html