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¡Ojo, que llega la Guardia Civil!

NotaPublicado: Vie, 21 Jul 2017, 21:35
por un@ entre más
Acceso al cuerpo de policía autonómica del País Vasco

nola2hurtu.eus
Parece que en estos tiempos no existen ya santuarios intocables. Al menos para la Guardia Civil.

Los miembros de la benemérita entran y salen, preguntan, registran, se llevan documentación, y hasta detienen, en entornos y ámbitos que, por su condición, historia, prestigio o implantación, casi podrían parecer excluidos. Y no lo están.

Acaban de protagonizar una invasión policial nada menos que en la todopoderosa Federación Española de Fútbol, incluyendo la detención de su principal representante, el eterno presidente, Ángel María Villar. ¡El fútbol, al máximo nivel, en cuestión!

Ayer, efectivos de la Benemérita llegaban a un templo de la democracia como es el Parlament de Cataluña, y a la sede del poder político regional, la Generalitat.

Un celoso ujier, quizá motivado por el fervor independentista, hasta intentó cortar el paso a los agentes. En vano, porque se personaban mandato judicial en mano. Y al consejero de presidencia se le ocurrió hacerles sentar en la sala de espera, incluyendo al fiscal anti corrupción, que acompañaba a los guardias.

Lo que los agentes investigan en tan singulares escenarios es la famosa trama del 3 por ciento, ese que durante años ha permeado la práctica totalidad de las actividades empresariales de Cataluña, contaminando directamente a diputados, consellers y cargos administrativos, es decir, a los parapetados tras instituciones como el Parlament y el gobierno autonómico.

Tal como contamos hoy en ECD, doscientos miembros del Servicio de Información de la Guardia Civil han sido enviados a Cataluña para reforzar los efectivos habituales, con la misión de enterarse, tomar nota y comprobar qué instituciones y personas están, a la chita callando, trabajando para montar el referéndum de octubre.

Si han entrado en el Parlament y en el Palau de la Generalitat, no hay que descartar que ocurra algo semejante en diputaciones y ayuntamientos catalanes, en este caso en relación con otra actividad delictiva como es la desobediencia al Tribunal Constitucional a propósito del proceso soberanista y del intento de desconexión con España.

Es famoso su grito ¡Alto a la Guardia Civil! Ahora algunos otros pueden gritar, quizá temerosos: ¡Que viene la Guardia Civil! Eso sí, actuando siempre a las órdenes de los jueces.



http://m.elconfidencialdigital.com/blog ... 73054.html

Re: ¡Ojo, que llega la Guardia Civil!

NotaPublicado: Jue, 10 Ago 2017, 12:23
por un@ entre más
Siempre la Guardia Civil

Los abnegados agentes de la Guardia Civil lo mismo valen para un roto que para un descosido. En calidad de policía judicial, están al cargo de las diligencias relativas a la corrupción nacionalista del tres por ciento y de las afectas a la organización del referéndum separatista que según Rajoy no se va a celebrar el 1 de octubre. Las actuaciones del Instituto Armado son de una reconocida profesionalidad y solvencia, al punto de que en una región devastada por la propaganda del odio a España como es Cataluña los ciudadanos tienen más confianza en la Benemérita que en el Govern y en el Parlament, según la última encuesta del CIS catalán.

Al parecer, la caricatura garbancera del tricornio y el 23-F que difunde con gran despliegue de medios el nacionalismo, sea vasco o catalán, no cala en una ciudadanía empecinada en mostrar un cierto respeto por los hombres de verde. Tal vez se deba al consistente sentido de la justicia del que hacen gala los guardias, a su innegable vocación de servicio y acendrada disciplina o a su contrastada eficacia, pero el caso es que un número de la Guardia Civil representa de forma más positiva y concreta al Estado que un ministro o un alto cargo. Por lo que sea, infunde más confianza.

Llevaría décadas y sería en balde determinar las verdaderas causas del prestigio de la Guardia Civil en particular y de las fuerzas del orden españolas en general entre quienes conducen serenos. El sistema político surgido de la Transición puso de relieve el valor y mérito de los policías –picolos, maderos, cipayos, mozos o pitufos– en la defensa de la vida y la democracia frente al terrorismo etarra. Cientos de miles de ciudadanos pueden referir alguna circunstancia en que los uniformados fueron ángeles de la guarda por tierra, mar y aire. El catálogo de especialidades policiales es tan inabarcable como las razones a su favor.

Es un espejismo, pero la única vez en Cataluña que los manifestantes contrarios a la independencia han sido más que los partidarios resultó ser la ocasión en que la CUP llamó a protestar frente a las puertas de la comandancia de la Guardia Civil en Barcelona. Gran chasco separatista, tanto de los espantaturistas de la CUP como de los Rull y Turull que han llegado al extremo de denunciar a los agentes que por orden de un juez interrogaron a un grupo de altos cargos de la Generalidad.

Por primera ocasión en lo que va de legislatura postautonómica la lideresa cupera Anna Gabriel fue burlada. Ella, que se cargó a Mas, estaba dando la cara por unos convergentes junto a unas decenas de colegas entre los que no había ni un solo alto cargo de la Generalidad, ni el más ignoto militante pedecato ni el más levantisco dirigente republicano. Ni siquiera el secretario de Turull, el pedazo de portavoz que anunció la denuncia contra la Guardia Civil vía Twitter.

Ante las groseras mentiras de la Generalidad y la silente impasibilidad del Gobierno, el magistrado al cargo de las investigaciones sobre los mangoneos de los altos cargos de Puigdemont y Junqueras se vio en la tesitura de tener que desmentir que los agentes fueran unos torrentes sin control, según bramaba el excitado Turull.

Agua pasada. Ahora el epicentro del proceso está en el Aeropuerto de El Prat-Barcelona. El personal de los arcos de seguridad se ha declarado en huelga y cuarenta empleados han caído enfermos al tiempo y de repente. El colapso se arrastra desde finales de julio. Miles de personas han perdido sus vuelos, las esperas para acceder a las terminales han marcado registros de cuatro horas. Tercermundista imagen carroñeada por la Generalidad y sus extensiones ante la abstención del Estado encarnado en Fomento y Aena, cuyos mandos apuntan ahora la opción Benemérita si Interior da el visto bueno. La Guardia Civil siempre presente, pero no estaría de más que alguna vez los encorbatados, en este caso los muy bien pagados directivos de Aena, se hicieran cargo sin tener que tirar de los uniformados. Es lo mismo que pasa con el artículo 155 de la Constitución, que de haberse aplicado a tiempo hubiera evitado el bochorno de dos manifestaciones frente al cuartel de la Guardia Civil en Barcelona.



http://www.libertaddigital.com/opinion/ ... vil-82930/

Re: ¡Ojo, que llega la Guardia Civil!

NotaPublicado: Mié, 16 Ago 2017, 21:01
por Auxpol
Guantes Anticorte Policiales

Nivel 5 - modelos desde 38?!
desenfunda.com
El Parlament prohibirá la entrada a policías armados y con la cara cubierta

16.08.2017 - 18:11h • EP
El protocolo aprobado el miércoles exige a los agentes que dejen sus armas en la entrada del edificio y vayan con el rostro al descubierto.
Ha sido aprobado después de que agentes de la Guardia Civil se personaran en el Parlament a finales de julio.

La Mesa del Parlament ha aprobado este miércoles un protocolo que regula la entrada de miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad que exige que los agentes dejen sus armas en la entrada del edificio y vayan con el rostro descubierto, entre otras condiciones.

El protocolo se ha aprobado después de que agentes de la Guardia Civil se personaran en el Parlament a finales de julio para recabar información sobre el caso 3%.

El documento de cinco páginas ordena las actuaciones a seguir sobre el acceso de la policía judicial al Parlament y estipula que los agentes deberán identificarse ante los Mossos que hay en la entrada "y exponer el motivo de su presencia".


Después, el protocolo indica que los ujieres deberán contactar con el responsable de seguridad, que, a su vez, pedirá la autorización o la orden judicial a los agentes: deberá fotocopiar el documento y enviarlo al secretario general o al letrado mayor del Parlament.

Carme Forcadell dará autorización

El secretario general informará a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, para que "autorice la entrada al edificio" de los agentes que tengan orden judicial; si no tienen este documento, no se les dejará entrar.

"Si, pese a eso, los agentes persisten en su pretensión, el secretario general dará cuenta de su actitud a la Presidencia para que informe al jefe superior de los agentes personados" en caso de que lo considere oportuno, concreta el protocolo. Si tienen autorización y acceden al edificio, "depositarán las armas en el armario correspondiente" y deberán mantener el rostro descubierto mientras estén en el Parlament.

El protocolo añade que la policía judicial "en ningún caso puede acceder al Parlament para practicar la detención de un diputado", y defiende respetar en todo momento el principio de inviolabilidad de los representantes.

http://m.20minutos.es/noticia/3113740/0 ... -cubierta/

Si fuese mal pensado creería que quieren entorpecer la labor policial,..... Para por ejemplo poner en aviso y ocultar o destruir documentos comprometidos 8O

Re: ¡Ojo, que llega la Guardia Civil!

NotaPublicado: Vie, 18 Ago 2017, 22:22
por un@ entre más
HEKLER & KOCH P30-FX

Sistema de entrenamiento fx
uspsuministros.com
¡Viva la Guardia Civil!

Lo digo y, créanme, sé lo que digo. Lo digo y voy al aeropuerto un montón de veces al mes. Lo digo y cojo muchos aviones. Lo cuento: 17.32 horas, 15 de agosto 2017, pleno verano, pleno mes de vacaciones, inicio de la última quincena, estreno de la huelga total de los empleados de Eulen, que acaban de rechazar la oferta de su empresa, momento ideal para palmar y ¡zas! récord absoluto de mi vida. He pasado el control de equipaje, de tarjeta de embarque y de mi cuerpecito entero, pequeño, cierto, 1.56 metros, en tres minutos y 53 segundos.

Y todo eso, sigo prometiéndolo y jurándolo, en el aeropuerto de El Prat. Mi vuelo a Palma de Air Europa, es decir, UX, es el número 6103 y sale, espero, sí, a las 21.40 horas. El embarque, pronostican, será a las 20.55 horas. Y yo he decidido llegar tres horas y media antes a El Prat. Más cierto, ya había oído por la radio y mis colegas de redacción me habían dicho que ‘solo’ había 20 minutos de retraso, o de trámite, para pasar el control de seguridad pero, aún y con todo, he venido con tiempo.

Y, sí, he llegado (al taxi que me llevaba lo ha parado, un minuto, la Guardia Civil que persigue, digo, no sé, mala gente, terroristas, chechenos de discoteca, en la rampa de acceso a la entrada grande de El Prat, pero nada, ha sido un visto y no visto (el otro día, en la República Checa, camino del circuito de Brno, nos metieron la metralleta por el cristal del coche, eso sí, muy amables los jóvenes militares) y no hemos perdido ni un minuto.

A la entrada del control de El Prat, miles y miles y miles de metros de cinta en plan serpentina, haciéndose, ya saben, esos caminitos sin retorno, en el que caminamos parsimoniosamente, como corderitos, hacia el control de la tarjeta de embarque y equipaje. Cuando he visto tantos metros de cinta, he pensado en mi amiguísimo Evarist Murtra, que se gana la vinda fabricando ese tejido ¡yupi! Y les prometo, insisto, lo juro, que, en ningún momento, he dejado de caminar, de serpentinear.

He llegado, he metido el código de mi tarjeta en el cristal, ¡zas!, se han abierto las puertecitas y, enseguida, maletas, empleados de Eulen, nada sonrientes, pero muy, muy, atentos y, al fondo, dos tipos de guardia civiles. Los de siempre, metralleta en mano, boina lustrosa, musculosos, casi gigantes, y dedo en el gatillo (vigilando a los malos) y guardia civiles, con el uniforme, ya más callejero, no tan ‘madelman’ para ayudar, si fuese necesario (no lo era demasiado, la verdad, pero sí curraban, sí) para los trámites normales de acceso a las puertas de embarque.

Hasta he hablado con un corpulento hombre del instituto armado y me ha dicho que ellos están ahí obedeciendo órdenes y ayudando. Ayudando a todo el mundo. Incluso a los trabajadores de Eulen. Y ayudándome a conseguir mi récord, les juró que imbatible: tres minutos 53 segundos. No les diré más.



http://www.elperiodico.com/es/opinion/2 ... il-6225357