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La Policía Nacional detiene a tres activistas por encadenarse a los árboles para impedir las obras de la línea 11
Los agentes tuvieron que intervenir ante el boicot de un centenar de personas a los trabajos de ampliación del Metro en Madrid Río
Varios activistas se cuelan en las obras de la L11 de Metro en Madrid Río y se atan en los árboles para evitar su tala
Madrid
11/12/2023
Actualizado a las 19:27h.
Esta es la historia de una tala interminable, la de 1.027 árboles que finalmente serán 523 tras una larga batalla de los vecinos del entorno de Madrid Río, huérfanos de altavoz durante el proyecto inicial dibujado en el anterior mandato de la Comunidad de Madrid. Ahora, con una victoria parcial bajo el brazo siguen sin parecer satisfechas sus expectativas de cero ejemplares cortados.
Esta mañana, tras iniciarse de nuevo las obras de ampliación de la línea 11 de Metro, varios activistas accedieron a la zona acotada del parque de Arganzuela y se encadenaron a otras tantos árboles, lo que obligó a la Policía Nacional a desalojarlos bajo el abucheo del resto de los manifestantes. En total, un centenar de personas irrumpieron a la altura del número 63 del paseo de Yeserías con pancartas de 'No a la tala'. La marea humana accedió al recinto acotado y varios de los presentes se subieron a las ramas con el objetivo de boicotear los trabajos. Otros, desde el exterior, rodearon el perímetro y empezaron a desmontar las vallas.
Las investigaciones, que corren a cargo de la Brigada Provincial de Información, se centran ahora en evitar sucesivos altercados y que el proyecto avance con normalidad, después de obtener la Declaración ambiental favorable emitida el 14 de noviembre por la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior. Con este nuevo informe, la Dirección General de Infraestructuras de la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras se compromete a una reducción de la tala del 50,9 por ciento respecto al primer monto previsto.
La bajada, según el Gobierno regional, responde a tres motivos: los cambios de ubicación de la subestación eléctrica fuera de los Jardines de Palestina, el traslado igualmente de otras instalaciones auxiliares necesarias para la ejecución de la obra, sobre todo fuera del entorno de Comillas; y el aumento de ejemplares trasplantados. A ello se une el hecho de que los trabajos se realizarán por medio de un proceso de extracción de tierras sin rampas, lo que permitirá reducir la superficie del terreno afectado en un 20 por ciento.
El proyecto, no obstante, contempla en su fase final la restitución del espacio a su uso previo, lo que incluye toda la masa arbórea apeada, tanto en número como en edad de la flora afectada.
El Ayuntamiento de Madrid ha autorizado las talas pese a la «disconformidad» planteada por llevar la instalación a zona verde. Así lo explicaba semanas atrás el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, antes de detallar que la Comunidad de Madrid aplicó el artículo 163 de la Ley del Suelo, «que le permite aprobar obras disconformes con el planeamiento teniendo en cuenta que son de interés general», además de verificar la evaluación ambiental.
«Ahora lo que harán es remitirnos esos estudios, cuál es la solicitud de talas, cuáles son los árboles específicos que pretende talar, también los trasplantes y la justificación de por qué hay que talarlos. Una vez que los recibamos procederemos a autorizar, tal y como establece la ley de Protección del Arbolado Urbano», enumeraba los pasos a dar. Dicho y hecho.
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