Al margen de la importancia que tiene y de la labor importante que realiza el Cuerpo de la Guardia Civil en la sociedad española, hay un sector del citado cuerpo militarizado que transmite miedo en nuestra sociedad. Me refiero, a la Guardia Civil de Tráfico. ¡Hagan diez denuncia y se van para casa...! ¡A la orden mi teniente...! La época actual invita a recaudar dinero del cualquier sitio. La Guardia Civil de Tráfico, los que algunos llaman “ángeles de las carreteras”; se están convirtiendo en verdaderos recaudadores de los bolsillos de los canarios y españoles. Sin duda, ellos cumplen órdenes, se aferran a la actual Ley aprobada por la clase gobernante, pero yo les digo que la Ley de seguridad vial no es igual para todo. Dicen que los bares, tascas, restaurantes y guachinches no tienen clientela por la actual crisis económica. Dicen que hay que promocionar los vinos de nuestra tierras de cara al exterior, pero como se consigue el éxito de todo ello si la Guardia civil de Tráfico se planta en la misma puerta de los citados negocios. Incluso, se esconden para coger por sorpresa al conductor que viene tranquilo con su familia, tras pasar una jornada feliz.
Del mismo modo, muchos de estos que se hacen llamar profesionales del estado, se jactan en contar en sus respectivos cuarteles y guachinches, lo que la noche anterior hicieron en sendos controles de alcoholemia. Basta ya de tanto abuso de poder. ¡Basta ya de recaudar buscando siempre alternativa para machacar al conductor honrado! Ustedes, agentes de la autoridad, están para ayudar al conductor y no para perseguirlos, con el objetivo de sancionarles. Una vez que obligan a parar a cualquier conductor, le buscan cuarenta mil fórmulas para sancionarles. Que si los neumáticos, las luces, las gafas, el cinturón de seguridad, triángulos, camisas reflectantes, seguro del coche, carnet de conducir o el DNI. Si no es te encuentran multarte por una cosa, buscan por otro lado. ¿Es esto democracia? Sin duda, el motor económico de la zona norte de Tenerife se la han cargado la Ley de Seguridad Vial, Subdelegación del Gobierno de Canarias y Guardias Civil de Tráfico.
Por otro lado, es cierto que hay conductores irresponsables que ponen en peligro la vida de otros conductores y personas viandantes. Otros que no tienen carnet de conducir ni seguro del vehículo. Esos son excrementos de la sociedad que poco les importa las leyes y la vida de los demás. Llega la Navidad y comprobarán que las denuncias impuestas por la Guardia Civil de Tráfico se multiplicarán. No lo duden. Todo es un negocio. Sucede, que con el cuento de salvar vidas humanas en las carreteras, la Dirección General Tráfico se convierte en una “Hacienda recaudadora”, cuyo dinero van a las arcas del estado. ¿Se arreglan autopistas, autovías y carreteras con el dinero de los afectados por las denuncias de la Guardia civil de Tráfico? Lo que esta claro es que hay que “alimentar” las nóminas de los funcionarios del Cuerpo de Seguridad del Estado y entre ellos, la Guardia Civil de Tráfico, motivando crear por parte del Estado español, unas leyes de Seguridad Vial recaudatorias y abusivas a costa del pueblo.
¡Basta ya de tanto abuso de poder! Y encima algunos de ellos se sienten orgullosos que les denominen como los Talibanes de San Benito de La Laguna. Pobres diablos. Que pena no sorprenderles cuando algunos de ellos están tomando vino en determinados guachinches de la zona norte. ¿En acto de servicio……? Por lo tanto, el motor económico de la zona norte y parte del sur de Tenerife se lo han cargado la Guardia Civil de Tráfico y las respectivas leyes del estado español. Si eres conocido cuando te paran en un control, no pasa nada. Pero si no lo eres, te clavan sin miramientos. Como dice el refrán: “el que hizo la ley hizo la trampa”.
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