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Interior alerta del riesgo de un atentado dentro de las cárceles cometido por presos yihadistas
Un documento confidencial de Instituciones Penitenciarias recoge la posibilidad de que se produzcan "actos de violencia graves contra funcionarios" dentro de las propias prisiones cometidos por reclusos comunes musulmanes radicalizados.
La amenaza de un atentado yihadista se extiende también al interior de las cárceles españolas. El Ministerio del Interior ha comenzado a distribuir desde el pasado viernes entre los centros penitenciarios españoles un documento en el que, además de detallar los "indicios" para detectar la radicalización de presos comunes musulmanes, alerta sobre la posibilidad precisamente de que reclusos islamistas realicen durante su estancia en prisión "actos de violencia graves" contra los funcionarios de prisiones. El informe, al que ha tenido acceso Vozpópuli, detalla que "recientemente, en un establecimiento penitenciario inglés varios internos musulmanes radicalizados retuvieron y agredieron a un funcionario que había sido anteriormente militar". También llama la atención sobre la posibilidad de que estos reos realicen "plantes colectivos, motines, revueltas en masa, agresiones a otros internos..."
El documento de Instituciones Penitenciarias apunta la posibilidad de colaboración entre presos yihadistas y los de "otros grupos terroristas u organizaciones criminales"
La referencia a la posibilidad de un ataque dentro de los muros de los centros penitenciarios se recoge en el apartado de "análisis de riesgo" de dicho documento. En este sentido, los autores del mismo señalan que la seguridad interna de las cárceles puede verse amenazada por "la posibilidad de que [presos islamistas radicales] lleven a cabo incidentes de naturaleza grave tanto en grupo como de manera individual". Y destacan que "no podemos obviar que muchos de estos internos tienen entrenamiento militar". El informe también alerta de la posibilidad de que estos presos se apoyen en internos de "otros grupos terroristas en prisión o con miembros de organizaciones criminales". Incluso, destacan que para propiciar ese acercamiento, los yihadistas pueden esgrimir ante sus potenciales colaboradores que luchan "contra un enemigo común".
Los expertos de Instituciones Penitenciarias recalcan que esta ayuda mutua puede traducirse en algunos casos en el intercambio de "logística, estrategias, tácticas, financiación e información" y, en otros, principalmente con los integrantes de organizaciones mafiosas, en el establecimiento de "relaciones para favorecer mecanismos de financiación" a través del tráfico de drogas, de armas, de personas o el blanqueo en el exterior. Por todo ello, el documento insiste en que entre los objetivos del programa que se pone en marcha con dicho documento se encuentra "preservar la seguridad interior en los centros penitenciarios, prevenir actos violentos contra el personal al servicio de la Administración penitenciaria y ayudar al mantenimiento de la convivencia ordenada de los establecimientos".
Riesgo de fuga
Interior también sitúa como objetivo evitar "la comisión de actos terroristas o de apoyo al terrorismo" una vez que estos internos recobren la libertad. No obstante, también asumen que las actividades de estos presos radicales que afecten más allá de los muros de la prisión pueden producirse incluso antes de cumplir sus condenas. De hecho, teme que desde dentro de los centros penitenciarios den instrucciones a células situadas en el exterior. En este sentido destacan que pueden "seguir manteniendo el potencial delictivo" de cuatro maneras distintas. En primer lugar, con "actividades para su célula o grupo, planificando atentados, controlando o colaborando en el mantenimiento de la actividad terrorista". En segundo, por "el riesgo de fuga o evasión, facilitado por el apoyo de la estructura criminal en el exterior". En tercero, por la "asunción de códigos internos que evidencian que fortalecen la cohesión y la seguridad". Y en último, por su "capacidad para entorpecer los procesos judiciales mediante la amenaza y la presión hacia testigos, peritos o dificultando la obtención de medios y pruebas".
Interior cree que la mayoría de los presos musulmanes "no tienen soporte cultural ni religioso para resistir interpretaciones radicales del Islam" y pueden acabar abrazando el yihadismo
No obstante, los expertos de Instituciones Penitenciarias también llaman la atención sobre la capacidad de estos terroristas encarcelados de realizar labores de proselitismo entre los actuales 6.778 internos de religión musulmana cuyo encarcelamiento ha sido motivado por delitos comunes. En este sentido, el documento destaca que "en líneas generales, la gran mayoría de los internos musulmanes no tienen soporte cultural ni religioso suficiente para resistir interpretaciones radicales del Islam". Por ello, alerta de que ese proceso de radicalización puede venir por diferentes caminos. Así enumera a "imanes radicales" que puedan tener acceso al interior de los centros penitenciarios y otros líderes religiosos que se autoproclaman como tales entre los internos. De estos últimos destaca que "son más peligrosos por el contacto directo y personal que se establece entre internos que comparten una peripecia carcelaria similar".
También alerta de que este papel lo pueden realizar "internos influyentes que presionan a los reclusos subordinados a desobedecer a los funcionarios o adoptar posturas violentas en el interior del centro penitenciario" así como "internos terroristas con experiencia militar y capacidad de logística". A estos últimos los señala con capacidad "de planificar conflictos" y destaca que "han adquirido habilidades para la ejecución de atentados que pueden trasmitir a otros reclusos". En este sentido, señala el riesgo del "uso clandestino de la informática (internet y redes sociales), teléfonos móviles...", así como la existencia de "mensajes y doctrinas de personalidad de reconocido carisma, jerarquía y liderazgo en el exterior" que pueden circular dentro de la prisión junto a "textos religiosos y versiones e interpretaciones de los mismos que comulgan con la ideología de la violencia".
De Al Qaeda del Magreb Islámico a los 'lobos solitarios'
Interior recuerda en dicho informe que la actividad terrorista del yihadismo en España la han concentrado hasta ahora cuatro tipo de organizaciones distintas. El primero que menciona es Al Qaeda en el Magreb Islámico, el antiguo Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) argelino, y que, según destaca, "se ha convertido en la principal amenaza por la proximidad del entorno geográfico donde se mueve, el número de sus integrantes, su radicalidad y su capacidad operativa". Sobre este grupo, destaca que sus componentes "no sólo son argelinos, sino que provienen de todos los países del Magreb, contando con una nutrida representación de marroquíes". Además, destaca que su actividad en España "ha estado orientada a labores de infraestructura y apoyo a otras células del mismo grupo que operan en regiones o zonas de conflicto".
El documento señala como principal amenaza actual para España los grupos Al Qaeda del Magreb Islámico, Ansar el Islam, grupos independientes de orientación salafista y los llamados "lobos solitarios"
¿Cómo? Dotando a los integrantes de éstas de documentos falsos, consiguiendo fondos mediante el uso fraudulento de tarjetas de crédito, los robos y el tráfico de drogas, y mediante la "ocultación de miembros y apoyo para su traslado a otros países". "En territorio español se han desarticulado en los últimos meses varias células terroristas dedicadas a captar adeptos para enviarles a las zonas de conflictos en Siria o Mali", continúa el documento que resalta que "después de haberse formado tanto militar como ideológicamente, algunos de ellos están regresando a nuestro país y, por tanto, constituyen un notable riesgo para nuestra seguridad".
El segundo grupo que cita Interior es Ansar el Islam, del que únicamente señala que se dedican "a la financiación de la Yihad en Irak, así como a facilitar el traslado de 'muyahidines' a esa zona de conflicto". A continuación mencionan a "células independientes de orientación salafista" de las que indica que suelen estar "formadas por personas de nacionalidades diversas, fundamentalmente magrebíes y, en especial, de Marruecos". Y finalmente se detiene a hablar de los llamados "lobos solitarios", los terroristas que actúan al margen de cualquier directriz concreta. Según los autores del documento, la forma de actuar de éstos "dificulta su localización, así como conocer exactamente el proceso que les lleva a la comisión del acto terrorista". Como ejemplo de los mismos, pone a los autores de los atentados de "Burdeos, Boston o Londres" y el más reciente del Museo Judío de Bruselas, perpetrado el 24 de mayo pasado y que costó la vida a cuatro personas.
En mi centro de trabajo ya hemos tenido un par de encontronazos con algún interno de este tipo que cumplía en aislamiento por ser FIES y estar incluido como islamista, a sí que ojo con esto compañeros.