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1. MARIANO, EL SOLITARIO
2. LA VUELTA A CASA, POR NOCHEBUENA,
3. OCURRIÓ EN NAVIDAD,
4. LA LIBRERA Y EL POLICÍA
5. UNA ESPECIE DE PRUEBA
Las luctuosas circunstancias recientes: el fatídico atraco de Vigo donde se segó una vida valiosa, son las que me han influido esta vez, y las conversaciones subsiguientes entre mis compañeros acerca del uso del chaleco, de hasta dónde llega el cumplimiento del deber, de las leyes blandas o de la vocación, han ido ayudando en su confección.
El deber, como el aire, se halla presente en todos los instantes de nuestra vida. Es un maestro de ceremonias virtual que nos va guiando en el quehacer diario. De lindes desdibujados, escasamente clarificado, denostado a veces, que, como ocurre con la vocación, no siempre sabemos definir y muchas veces ignoramos de dónde nos llega esa pulsión a actuar de determinada forma conforme a lo que se espera de uno, pero que, aunque lo neguemos, se ha instalado en nosotros mismos como un monitor para diferenciar lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, lo verdadero de lo falso, lo recto de lo curvo. Es la fuerza que nos hace marchar adelante en vez de retroceder. El deber se fundamenta en códigos tan viejos como la aparición de las ciudades y los forajidos. Y estos viejos códigos que se fundamentaban en la ética, el derecho o la lógica, y también en la honradez, en el saber ser y estar, se han convertido en arquetipos mentales de nuestra forma de actuar y de razonar profesionales, sin que sepamos cómo.
Era obligado que el relato de este año lo escribiese como rendido homenaje a la compañera Vanessa Lage: In memorian. En memoria de una compañera fallecida en acto de servicio, caída en el cumplimiento del deber.
- Requiéscat in pace, Vanessa.
Sobre la negra caja se rompían
los pesados terrones de tierra.
El aire se llevaba
de la honda fosa el blanquecino aliento.
—Y tú, sin sombra ya, duerme y reposa,
larga paz compañera.
Definitivamente,
duerme un sueño tranquilo y verdadero.
Esta de hoy es la historia del policía que todos llevamos, el que todos hacemos, el que todos buscamos y que nunca encontraremos: Tres policías o tres personas, del único policía verdadero.
Como banda sonora del mismo, les propongo el tema: Save Me, perteneciente al álbum Devil’s Tavern, de los Blow Monkeys.
FELICES FIESTAS A TODOS