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Una de las cuestiones que un policía asume desde el momento en que comienza a trabajar es que como servidor público especializado cabe la posibilidad de que deba realizar acciones o intervenciones en las que tenga que arriesgar su vida para proteger al inocente. Creo que la mayoría de los policías lo asumen como algo propio de la profesión y he visto a muchos no pensárselo -quizás sea una locura pero esto recalca lo que quiero decir- a la hora de entrar en un edificio en llamas, tirarse al mar para sacar a alguien en apuros, desalojar una zona donde se supone que hay una bomba o como aquel policía de Cataluña que “escaló” un edificio para salvar a un niño y a su madre de un incendio . Cierto es que algunas de estas situaciones han terminado con pérdidas humanas incluyendo las de los policías, por ello se habla del DEBER DE SACRIFICIO.
Esta claro que el verdadero profesional cuando sale a la calle y está realizando una intervención no piensa nada mas que en hacer bien su trabajo, solo hay que recordar la intervención del compañero del metro.
Tampoco piensa en palotes, ni siquera sabe nada de reglamentos, es mas hay momentos en los que ni siquiera piensa en su familia. Solo piensa en lo que tiene que hacer, en cumplir su juramento.
Otra cosa es cuando termina y se encuentra con la realidad, cuando acude a la cafetería a tomarse un cafe con el compañero, y charlan de sus cosas. Llegaré a fin de mes? Por Dios que no suba el euribor.