Mientras los 48,8 millones de españoles nos tomemos las uvas relativamente calentitos, unos pocos miles pasarán esta Nochevieja en «lugares insalubres, con condiciones de habitabilidad nefastas, frío y goteras». Y lo harán para cumplir con su deber con el Estado, como empleados públicos, pero «en sitios que se caen a cachos, y ellos mal alimentados». Esos miles son una pequeña parte de los 76.000 soldados de escala básica del Ejército español.
En concreto, los que deben hacer guardia en los acuartelamientos y dependencias militares de todo el país. «Los que están obligados a pasar la noche vigilando», explica Marco Antonio Gómez, de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATMA). Pero no sólo ellos: «También los desplazados a la dana de Valencia, que aunque están trabajando haciendo algo esencial, están mal alojados y comen mal. Son unos 8.500».
«A pesar de los reiterados avisos y quejas presentados durante los últimos años, muchos cuerpos de guardia de las bases y acuartelamientos de las Fuerzas Armadas siguen sin reunir las condiciones mínimas de habitabilidad, afectando tanto a la salud de los efectivos como a la eficacia en el servicio», explican en ATME. «No entendemos por qué no hay dinero para renovar mínimamente estas instalaciones, si la Unión Europea ha pedido a España que aumente su presupuesto militar hasta llegar al 3% del Producto Interior Bruto. Hablamos de infraestructuras que se utilizan 24 horas al día y 365 días al año, que no pueden estar en el estado lamentable en que se encuentran», dice Marco Antonio Gómez.
Este diario se ha puesto en contacto con Defensa, para exponer la queja de la asociación, a la que están adheridos unos 3.300 militares profesionales, y que el Ministerio pudiera exponer su ejecutoria. No ha habido respuesta.
Gómez narra algunas de las situaciones denunciadas: «En Badajoz, por ejemplo, no tienen calefacción porque no se paga, desconocemos el motivo. Así, los soldados deben llevar calefactores eléctricos. En Ceuta, las dependencias de guardia del Polvorín del Obispo están abandonadas, no pasarían en absoluto una revisión de riesgos laborales. En la dana, a los compañeros allí destacados se les da mal de comer, y tienen unos medios lamentables. ¿Cómo van a hacer bien su trabajo si no tienen equipos para poder hacerlo, si no disponen de unos calcetines limpios para ponerse después de días entre barro? Hablamos de miserias de este tipo».
ATME aporta a su denuncia imágenes, por ejemplo, de un rancho habitual para los soldados de la dana de Valencia, aún allí destacados y todavía con decenas de garajes llenos de lodo y miles de coches por ser retirados de las calles: un bocadillo de hospital, una ensalada plastificada, una loncha de jamón de York posiblemente duro y una chocolatina. «¿Alguien cree que se puede hacer un trabajo tan duro alimentándose así? Nosotros estamos acostumbrados a dormir donde sea y comer como sea sólo por hacer nuestro trabajo, pero ya han pasado dos meses y la triste realidad es que nada mejora».
«Lo denunciamos en 2016 y no se ha hecho nada», explican en ATME
En ATME aseguran que ya en 2016 elevaron queja por esta situación «al Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas», para que se procediese «a un estudio del estado de diversas instalaciones, por ejemplo alojamientos logísticos, vestuarios, casas de transeúntes y cuerpos de guardia, todos ellos ubicados en las diferentes bases, acuartelamientos y establecimientos de las Fuerzas Armadas, incluyendo buques de la propia Armada».
La propuesta fue rechazada en la comisión preparatoria por parte del presidente, «bajo la argumentación de que los mandos de Personal de los respectivos ejércitos ya estaban realizando inspecciones de las instalaciones. Ocho años después, aseguran, «nada se ha hecho y todo está mucho peor». El diagnóstico: «Hay múltiples problemas de mantenimiento, cortes periódicos de agua fría y caliente, de luz y calefacción, ausencia de aire acondicionado, roturas prolongadas que no se arreglan nunca...».
«Si Europa nos obliga a gastar un 3% del PIB en lo militar, habrá que gastar en armamento, pero también en el personal que usamos ese armamento, ¿no?», se pregunta Marco Antonio Gómez. Y explica que los de las dependencias de guardia y los «escasos» recursos para los soldados desplazados a la dana «no son los únicos problemas» que sufre la escala básica: «En general, la falta de inversión es alarmante, y lo es también que el Ministerio no nos dice absolutamente nada sobre eso».
Y cuenta cómo por ejemplo «ahora mismo hay varios cientos de soldados que no tienen sitio en los cuarteles de Madrid, porque no hay sitio, y tienen que pagarse una habitación o compartir piso entre varios...».
«No hay inversión desde hace tiempo y los problemas se van acumulando», explican en ATME.
https://www.elmundo.es/espana/2024/12/3 ... b4584.html