Chaleco Balistico Sioen Sk1-6 |
![]() 790? |
materialpolicial.com |
HOMENAJE DE UNA UNIDAD LEGENDARIA
Operación montada 'padre de Carvajal' (policía nacional, llevaba 16 años sin salir a caballo con uniforme)
Todo arrancó dos semanas antes de la final en Wembley. El jugador del Real Madrid le planteó a Mariano, su papá, si era posible, en el caso de que ganaran la Champions, que él formara parte de la policía montada a caballo que les acompañaría en la celebración. Así se cumplió su sueño...
Actualizado Domingo, 9 junio 2024 - 16:19
«El alma es como un carro de caballos alados...». Platón, 'Fedro'
Cuando Mariano Carvajal se presentó, sereno y respetuoso como había sido siempre, ante su superiora, la inspectora jefe Cristina Vesteiro, tenía el sueño de su hijo como argumento. Podían decirle que sí o no. Pero, a sus 64 años, el anhelo de su Dani podía cumplirse. Eran varios sueños en uno, en realidad. Dani Carvajal, el lateral derecho del Real Madrid, le había pedido a su padre que —en caso de ganar la Champions— estuviera al frente de la celebración. Cual si fuera su last dance, el de papá. Para cumplirlo, este respetado agente de la Unidad de Caballería de la Policía Nacional, tenía que volver a coger las riendas. Se lo dijo a Vesteiro. Comprensiva y emocionada, aceptó: «También tengo hijos».
Faltaban entonces dos semanas para la final. Lo que sucedería después nadie se lo podría imaginar. Ya el Real Madrid se había clasificado tras vencer al Bayern de Munich en un trepidante encuentro donde su hijo por fin pudo jugar. Dani, por sanción, no había podido estar en la ida en el Allianz Arena. El héroe involuntario de ese partido era un chico apreciado en la casa de los Carvajal, Joselu Mato. Las historias cruzadas de la vida hicieron que Joselu y Dani se casaran con dos hermanas gemelas, Daphne y Melanie Cañizares. La primera, esposa de Dani Carvajal, es madre de dos nietos de Mariano. Quedaba el reto de vencer al Borussia Dortmund, el 1 de junio.
La jefe de su unidad le dio su ok y todo quedó listo. Nadie imaginaba entonces que sería el propio Carvajal quien lograría el primer gol de la victoria...
No se podía dejar nada al azar. El ok de Vesteiro significaba mucho para Mariano. Pero también una enorme responsabilidad para ambos. «Llevaba 16 años sin salir a caballo (con uniforme)», relata la inspectora jefe a Crónica en exclusiva. «Le ayudamos sus compañeros. Es muy querido». Vesteiro conocía a Carvajal padre por muchos años. Ella tiene 53 y él 64. Aunque haya circulado el rumor de que estaba retirado, Mariano está aún en caballería, aunque con funciones de oficina. «Si estuviera jubilado no habría podido participar», apunta Vesteiro, satisfecha de su decisión. «Nadie imaginó lo que pasó después».
Bajo el plan de la inspectora jefe, los caballos que acompañarían al Real Madrid en la victoria serían todos blancos. «Un detalle bonito». Ella es ejemplo de buen hacer y sensibilidad. A Mariano le asignaron un caballo níveo espléndido. Su nombre: Mercenario. Mariano se vio bien de vuelta. Practicó y practicó. Los otros agentes estaban con él. Hay mucho aprecio por el patriarca de los Carvajal en la unidad. Es de los más mayores y, a pesar que podría estar retirado hace tiempo, sigue allí, ayudando y enseñando. La respetada unidad de caballería estaba lista para entrar en acción... Faltaba la victoria.
Mariano viajó con su familia para ver la final a Wembley. La Catedral del fútbol inglés fue testigo de un imposible más. Los Carvajal se estremecieron cuando Karin Adeyemi corrió raudo y se puso delante de Thibaut Courtois. Estaba solo y el guardameta belga le impidió un regate limpio. Se fue un tanto a la derecha. Apareció el hijo de Mariano, cuando iba a rematar, y le bloqueó. Fue la ocasión más clara del equipo alemán. El policía ya sabía lo duro que eran los rivales germanos.
Años antes, entre 2012 y 2013, Mariano y Lola, los padres de Dani, le visitaban en su estadía en Renania del Norte, cuando militaba en el Bayer Leverkusen. Constantemente le apoyaban desde la grada viajando desde Madrid para verle. Entonces su hijo apenas tenía 20 años y se curtía con los fieros delanteros de la liga teutona. «Es un jugador excepcional», decía el mítico Rudi Völler, entonces director deportivo del Bayer. Había llegado, como destacado canterano del Madrid, que se reservó una opción de recompra. Fue titular en 31 de los 33 partidos en la Bundesliga. Y elegido en el 11 ideal de la competición, donde brillaban apellidos como Müller, Ribery, Lewandowski y Hummels. Justamente este último sería uno de sus rivales en Londres.
Mariano, que no está jubilado como se ha dicho, sí llevaba años sin montar como policía. Eligió para el desfile el blanco 'Mercenario'
En la lejanía, eran sus progenitores y su hermana Patricia los incondicionales de Dani. Lo quiso dejar por escrito en el campo. En agosto de 2012, en sus botas, inscribió las iniciales de sus papás, como símbolo de una alianza indivisible. Mariano y los suyos celebraron su vuelta al Madrid tras su éxito en Alemania. Era un reencuentro con su propio destino. Eran ellos quienes le habían llevado desde pequeño a jugar a los viejos campos del club merengue. Queda para la historia que fuera el propio Dani quien, en 2004, con 12 años, un 12 de mayo, pusiera la primera piedra de su Ciudad Deportiva. Le acompañaba Alfredo Di Stéfano, uno de los más grandes.
Veinte años después ese chiquillo luchaba contra Hummels, Reus y compañía. Lo pasó mal el primer tiempo. Pero en el segundo, sucedió lo inconcebible. Durante muchos años como profesional apenas había marcado un gol o incluso se había ido de vacío, lo normal para un lateral derecho de sus características. En Champions, había que irse a la temporada 2015/2016 para recordar un gol suyo. Pero este año era distinto, ya llevaba varios tantos. Lanzó Toni Kroos el córner. Se detiene el tiempo en el minuto 73:09. Al lado de Dani está Niclas Füllkrug, 173 versus 189 centímetros. Pero a veces el alma vuela más alto que el cuerpo. Salta el vástago de Mariano y... ¡anota de cabeza!
Lo increíble. «No es el más alto pero sí el más listo», suelta un comentarista desenfrenado. Su cuarto gol marcado con la testa de profesional, lo grita el policía Mariano en la tribuna. Está la familia al completo. Lola, Patricia, Daphne, los nietos... Los pilares de su vida. Había mucho más que fútbol en ese gol. Eran Lola y Mariano presenciando sus primeros regates en el Lemans de Leganés. El superar la preocupación por las continuas lesiones (todo cambió con una dieta)... Y otros dramas más que quedan en la intimidad de los suyos. De eso, a llegar a las seis Champions de Gento, como jugador más valioso de la final. Se celebró desde Wembley hasta la Casa de Campo, donde está la sede de la Unidad de Caballería de la Policía.
Tras el final del partido, casi se arruina todo por culpa de intransigentes vigilantes ingleses. No querían dejar pasar a los familiares al terreno de juego. Hubo incluso un enfrentamiento entre la seguridad del Madrid y la del estadio, que llegaron a los puños. Uno de ellos, al menos, fue arrestado. Finalmente, todo se solucionó. Queda para el recuerdo la imagen de los Carvajal delante de la bandera del club de su vida.
Al día siguiente, Mariano volvería a tomar las riendas de un caballo. Ese era el plan. Aunque se contase de otra forma, no había nada espontáneo. Un sueño preconcebido.
10 CABALLOS BLANCOS
«Comenzamos a las cinco de la tarde», nos cuenta la inspectora jefe Vesteiro. El dispositivo de caballería contaba con 10 de los mejores equinos de la división. Al frente estaría Mariano junto a ella, que le acompañaría y ayudaría durante todo el recorrido. Él con Mercenario, ella con Jeribeque. Pararon en la sede de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol, para el homenaje que las principales autoridades de la capital hicieron al equipo. Afuera, la multitud. Mariano y sus compañeros pudieron descansar. «Es el tiempo de estirar las piernas, refrescarse, cuidar a los caballos y ver que todo va bien». Tras los discursos en el balcón, se retomaba la ruta. Delante del bus de dos plantas, Mariano y Cristina.
Junto a sus ocho compañeros mantenían el orden. Se encontraron con ciertos problemas. Había quienes querían ponerse delante del vehículo y, con tino, lograban apartarles. Mariano mantenía la destreza.Mercenario iba fino.
Cristina Vesteiro , inspectora jefe de la Unidad de Caballería de la Policía Nacional, aprobó que estuviera al frente. Aparece con Mariano y el futbolista en la foto celebratoria de Instagram
Todo iba transcurriendo con discreción hasta un tuit del periodista Guillermo Rai de The Athletic, división de deportes de The New York Times. Grabó un vídeo tras reconocerle. La sorpresa: «El padre de Dani Carvajal está escoltando al equipo de su hijo. Otra historia de película».
—Felicidad —parece escucharse entrecortado, en la grabación, al sereno Mariano. Detrás, el autobús con el rótulo Champions(15).
Llegaron a Cibeles. El griterío, ensordecedor. Dani, como uno de los capitanes del equipo, levantaba la Copa de Europa con Nacho, Modric y Kroos. Ya con los pies en el asfalto, se acercó con el trofeo a Mariano. A su lado estaba la inspectora jefe. Describió sus sensaciones en un mensaje —con retrato— que hizo público en Instagram. Sabía del esfuerzo del padre para estar allí. El reencontrarse con el caballo. Pedírselo a su superiora. Entrenar. Todo por su niño, porque Dani, a pesar de sus 32 años, siempre lo seguirá siendo...
«Orgulloso de compartir este increíble momento contigo. Verte montando a caballo después de tantos años, solo para hacerme feliz, me llena de orgullo. Este es un recuerdo que recordarán tus nietos toda la vida, demasiadas emociones en una sola foto. Gracias, papá, por ser el mejor y por enseñarme el verdadero significado del amor incondicional, el valor del esfuerzo y del sacrificio, el poder de hacer feliz a alguien que amas. Te quiero con todo mi corazón», confesó Dani Carvajal.
Su hermana, Patricia, añadió más emoción: «Que razón tienes, hermanito... que tu padre monte después de tantos años sin montar para hacerte feliz no tiene precio. Es un recuerdo para toda la vida para nuestra familia. Aquí se ve la educación que nos han dado nuestros padres, el sacrificio y la humildad».
La fiesta siguió en el Bernabéu. Mariano y Cristina, junto a sus ocho compañeros, siguieron hasta la medianoche. La inspectora jefe, quien es una protagonista en sí misma, sabe que lo peor puede suceder alrededor de un estadio. Es hija del teniente coronel de Infantería Carlos Vesteiro, asesinado por ETA, por el escuadrón del sanguinario De Juana Chaos, cerca del Vicente Calderón. Como se puede leer, este relato está plagado de épica... A Mariano la amenaza terrorista tampoco le fue ajena. Pero, volvamos a la alegría
Siete horas a caballo. La inspectora jefe nos recuerda que «este año se cumplen 200 años de la Policía Nacional y ha sido el mejor homenaje». La Unidad de Caballería es la más longeva. Antes de partir, se reunieron en círculo. Se felicitaron, muy especialmente a Mariano. «Todo salió bien y le felicité personalmente». Así acaba el epítome de un triunfo sin parangón. Un hijo de policía que marca el gol decisivo. Un noble agente que vuelve a sus fueros. Y esta película de Champions que ahora ya se puede contar.
https://www.elmundo.es/cronica/2024/06/ ... b45a5.html