Desplegada la Guardia Civil tras un intento de entrada masiva de subsaharianos a Ceuta
Los agentes de la Guardia Civil se mantienen en el perímetro fronterizo, vigilantes y preparados para cualquier intento de aproximación por parte de los inmigrantes, especialmente después de la separación del grupo inicial
Este viernes se está volviendo a vivir una intensa jornada en el perímetro fronterizo que ha provocado que se activaran todos los servicios de la Guardia Civil e incluso Policía Nacional. Un grupo de más de 400 inmigrantes subsaharianos protagonizaban a primera hora de la mañana, en torno a las 7.00 horas, un intento masivo de cruzar la frontera norte, siendo frenado por las acciones decididas de las autoridades marroquíes. A pesar de la rápida respuesta de Marruecos, la Guardia Civil de Ceuta permaneció durante gran parte de la mañana en estado de alerta ante la posibilidad de nuevos intentos, dado que se informa que el grupo original se había dispersado en pequeñas fracciones.
Desde las primeras horas de la madrugada, la Guardia Civil de Ceuta estuvo en alerta máxima debido a la concentración de un nutrido grupo de inmigrantes en las proximidades de la frontera de Benzú, ubicada en la bahía norte. La Gendarmería marroquí, colaborando estrechamente con las autoridades españolas, alertó sobre el crecimiento constante del grupo, superando las 400 personas, quienes se aproximaban a la valla más cercana a Benzú.
Por otro lado, la frontera del Tarajal, al otro lado de la doble valla de 8,2 kilómetros de longitud, se cerró temporalmente poco después al detectarse otro grupo de inmigrantes aproximarse a la zona.
Ante la inminencia de un posible salto masivo, la Guardia Civil desplegó un significativo contingente de efectivo de diversas unidades, los cuales permanecieron en la zona desde las 7 de la mañana, reforzando la seguridad en la frontera. Este grupo de inmigrantes, según fuentes de la Guardia Civil, constituían uno de los contingentes más numerosos en los últimos meses, aunque la fragmentación del grupo dificultó precisar el número exacto.
Tal y como se tuvo constancia, desde Marruecos se comunicó a las autoridades españolas que el grupo se dividió con la intención de buscar el salto a la doble valla, una barrera que se erige a más de diez metros de altura.
Con el transcurso de la mañana los indocumentados se han concentrado en la zona intermedia del vallado, a la altura del área de Finca Berrocal y Sidi Ibrahim en el lado español, pero ningún inmigrante ha conseguido superar la barrera fronteriza.
Los agentes de la Guardia Civil se mantienen en el perímetro fronterizo, vigilantes y preparados para cualquier intento de aproximación por parte de los inmigrantes, especialmente después de la separación del grupo inicial.
El Instituto Armado ha solicitado la colaboración de la Policía Nacional y la Policía Local y ha pedido a la Cruz Roja que tenga también en alerta a su Equipo de Respuesta Inmediata ante Emergencias (ERIE) por si fuera necesario su apoyo.
Este incidente representa el tercer intento de salto masivo en las últimas semanas. El pasado 30 de octubre, más de cien inmigrantes protagonizaron un intento similar, seguido por otro episodio el 1 de noviembre en el que alrededor de 200 individuos buscaron cruzar la frontera. Estos sucesos subrayan la persistente complejidad de la situación migratoria en la región y la creciente presión sobre las autoridades para abordar esta problemática de manera integral.
La constancia de estos intentos de asalto masivo genera preguntas sobre la efectividad de las medidas actuales y destaca la necesidad de una cooperación internacional más estrecha para abordar las causas subyacentes de la migración y trabajar hacia soluciones sostenibles. A medida que las tensiones persisten en la frontera de Ceuta, la comunidad internacional sigue atenta a los desarrollos en una ciudad, al igual que la ciudad hermana de Melilla o también Canarias, que enfrentan desafíos significativos en el ámbito migratorio.
Las escenas más dramáticas se han producido pasado el medio día, donde los inmigrantes intentaron subirse desesperadamente a la valla fronteriza que separa Marruecos de Ceuta, siendo estos frenados por las fuerzas marroquíes que lanzaron botes de humo para contenerlos, generándose un escenario de gran tensión en la zona fronteriza.
Las autoridades marroquíes han utilizado todos los medios a su disposición para evitar el cruce, contribuyendo a la tensión y desesperación de los inmigrantes que intentaban alcanzar suelo español.
Este grupo en particular se ha enfrentado a la peor parte de la violencia y el caos, con lanzamientos continuos de botes de humo y piedras.
El episodio ha dejado una estampa desgarradora, con algunos inmigrantes siendo retirados por agentes marroquíes después de fracasar en su intento de cruzar.
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