Las tensiones entre cuerpos policiales en la ciudad de Barcelona han vuelto a aparecer. El sindicato Sapol, único profesional en la Guardia Urbana de Barcelona, presentó ayer una queja ante el Comisionado de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Amadeu Recasens, en la que se quejan de la actitud de los Mossos d'Esquadra para combatir la delincuencia en la ciudad. Según el escrito, al que tuvo acceso este medio, el último incidente en el que los agentes de la policía municipal se han visto ninguneados tuvo lugar el pasado martes al mediodía en relación con la muerte de una menor en el barrio de Sant Antoni de Barcelona.
En concreto, el sindicato detalla que sobre las 15:30 de la tarde una llamada alertó a los Mossos que trabajan en la Sala Conjunta de Mando del crimen, así como de que se había encontrado un cadáver en un bar y una persona había huído en bicicleta manchada de sangre. Sapol reitera que dentro de la misma Sala hay agentes de la Guardia Urbana para facilitar la coordinación aunque «el intercambio de información y la coordinación entre ambos cuerpos es escasa y tardía».
El sindicato lamenta que nadie informase a la policía municipal de que se buscaba al sospechoso de un presunto asesinato ya que esta información «debería haber corrido por todos los grupos y canales de ambos cuerpos policiales de manera inmediata para la resolución rápida de los hechos y la detención de su autor». Además, considera que se debería haber alertado de un posible peligro para los agentes y la ciudadanía y por eso contar con la máxima colaboración policial.
Sin embargo, el sospechoso fue detenido en el barrio del Raval por una patrulla de la Guardia Urbana cuando lo vieron circular manchado de sangre en la ropa y las manos. Los agentes llamaron a la Sala Conjunta por su se había producido «algún hecho violento en Barcelona que pudiese estar relacionado con el individuo» y «los mandos de Mossos d'Esquadra comunicaron que no tenían conocimiento alguno», según Sapol. Poco después miembros de los Mossos se personaron donde estaba la Urbana e identificaron al sospechoso como el presunto autor del crimen de la menor.
Para Sapol la situación «aún agrava más la ineficacia policial motivada por la ocultación de la información de Mossos d'Esquadra» y consideran «peligroso, lamentable, carente de ética y profesionalidad» que la policía autonómica no informara a sus homólogos municipales de este crimen y que pusieran "por encima las gratitudes y reconocimientos, a la seguridad de los compañeros que en ese momento estaban en la zona"
En este sentido no entienden como puede existir «rivalidad entre los cuerpos policiales por apuntarse la medalla en ciertas intervenciones que causan un revuelo mediático como por ejemplo las efectuadas a los terroristas» y creen que la "ocultación de información sólo va en ventaja de los propios delincuentes y en detrimento de la seguridad de los ciudadanos y de los compañeros». Además, Sapol asegura que la permuta de información y la coordinación entre los dos cuerpos en la Sala Conjunta es "escasa y tardía".
Por su parte, fuentes de la Dirección General de la Policía de la Generalitat manifestaron a este medio que la coordinación entre los cuerpos policiales es buena.
Sobre el crimen, los Mossos descartaron que la muerte de la chica de 17 años en un bar de la avenida Mistral de Barcelona sea un crimen de violencia machista, ya que no han hallado ningún vínculo entre la víctima y el detenido, aunque mantienen el resto de hipótesis abiertas para aclarar el suceso. El sospechoso ha requerido asistencia psiquiátrica. Todo apunta a que la víctima se refugió en el local, que no estaba abierto al público, tras discutir acaloradamente en la calle con su novio y que allí fue acuchillada en el cuello.
Al poco de entrar la mujer, el dueño del bar salió con su bicicleta a toda velocidad, aunque fue detenido poco después en la calle Hospital de Barcelona por una patrulla de la Guardia Urbana, que se fijó en él porque iba manchado de sangre. Una vez arrestado, la Urbana remitió al sospechoso directamente a los Mossos d'Esquadra, que sigue en dependencias de la policía catalana a la espera de pasar a disposición judicial.
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