Sin mando. Así es como se encuentra la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, descabezada, pese a la convulsión que la azota, desde hace ahora dos meses cuando se jubilaba el coronel Juan Miguel Recio el pasado 13 de febrero. Desde ese momento, el mando accidental lo ostenta el teniente coronel Javier Peña, a la espera de la llegada de un nuevo coronel que asuma la jefatura, la dirección y el control de la Comandancia de Valladolid, que conviene recordar es la más grande e importante de Castilla y León. Un descabezamiento que sigue y va de la mano con una de las etapas más convulsas y agitadas que se recuerda en la Comandancia de la avenida Soria de la capital vallisoletana. Cuando aún se está a la espera de ese nuevo mando y continúa Peña al frente de la jefatura de la Benemérita en la provincia vallisoletana de manera provisional, son varios los frentes que se mantienen abiertos y que agitan a la Guardia Civil en Valladolid.
Los más importantes, aquellos que tienen que ver con las muertes sin resolver: la de Esther López, la joven de Traspinedo que desaparecía la madrugada del 13 de enero de 2022 y cuyo cadáver era encontrado el 5 de febrero en la cuneta de la carretera de acceso a localidad vallisoletana; y el crimen David, el joven de 18 años, cuyo cuerpo sin vida aparecía en Laguna de Duero hace ahora tres años; sin olvidar el de Cecilio Calderón, el hombre que aparecía muerto en su casa de Peñafiel después de un robo hace ya casi cinco años y cuyo caso está archivo por falta de pruebas.
En el mediático caso de Esther López, y después de que el cadáver fuera encontrado por un fontanero venido de Salamanca en la cuneta de la carretera de acceso a Traspinedo, a apenas unos metros de donde la Guardia Civil montaba e iniciaba las batidas, la investigación de la Benemérita no han aportado, más de un año después, ni una sola prueba concluyente que permita esclarecer siquiera de qué murió la joven de Traspinedo.
Y qué decir del crimen del joven de 18 años de Laguna de Duero. Tres años después de la aparición de su cuerpo sin vida, se cumplían el pasado domingo día 16, y la investigación de la Guardia Civil no arroja ni una línea, ni pesquisa que permita dar con el autor o autores del asesinato.
Y, por si esto no fuera suficiente, la descabezada comandancia de la Benemérita ve cómo se azota aún más por los casos de corrupción que, o bien la señalan o ponen en el punto de mira a uno de sus mandos. Ahí están el ‘caso cuarteles’ que señala directamente a la comandancia vallisoletana, junto a la de Ávila las dos únicas de Castilla y León que aparecen en la investigación. De hecho, el coronel Recio declaraba como testigo.
Y por una investigación por corrupción se encuentra apartado el jefe del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil de la Zona de Castilla y León, con sede en el cuartel de San Isidro de Valladolid. Este mando está siendo investigado por desviar combustible del cuerpo para su uso particular. En concreto la investigación señala que el sargento F.P.G. rellenaba garrafas para repostar grupos electrógenos (una maquinaria que mueve un generador eléctrico), pero se reservaba una parte para su uso particular en vez de destinarlo a su trabajo.
Todo esto, y cuestiones menores como la denuncia que se hacía desde la AUGC de la «bodeguita» para oficiales instalada en la comandancia, que estos calificaban de sala de reuniones, viene a avivar esa convulsión que azota a la comandancia vallisoletana, que ve cómo continúa sin jefe y sin que exista un relevo. Lo que sí parece claro que se producirá un cambio a fondo y profundo de todos aquellos que, hasta ahora, han estado o aún se encuentran al mando de la Benemérita en Valladolid.
El más inminente es del relevo del jubilado coronel Recio. Un puesto para el que se perfila un nombre, según detallan las fuentes consultadas por este periódico, el de Andrés Velarde, que ascendía recientemente a coronel, concretamente el pasado 3 de febrero y que, tras su ascenso, permanece en comisión de servicio como jefe de la Comandancia en Soria. Eso sí, el nombramiento aún no está decidido.
En lo que tiene que ver con el teniente coronel Javier Peña, había rechazado la posibilidad de ascender a coronel, en un primer momento, pero finalmente todo hace indicar que aceptará, lo que implicará un cambio de destino. De aceptar el ascenso a coronel, como parece que hará, en palabras de las mismas fuentes consultadas por este periódico, Javier Peña todo apunta que será destinado a Madrid.
El que también se marchará con destino a la capital de España es el hasta ahora comandante Roberto Ferrero. Su ascenso a teniente coronel ya es efectivo desde hace un mes y ya sólo está a la espera de que salgan los nuevos destinos y abandone Valladolid camino de Madrid.
Cambios todos ellos que implicará el relevo a fondo del cuadro de mandos de la todavía descabezada comandancia de la Guardia Civil de Valladolid. El cuándo se producirán estos relevos aún está por determinar, pero todo hace indicar, y así lo detallan las diversas fuentes a las que ha tenido acceso este periódico, que puede ser en unas semanas. Relevos, en profundidad y en todo el cuadro de mandos, que tendrán que afrontar desde el primer momento la convulsión en la Comandancia.
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