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El gastarse todo este dinero público en aumentar el presupuesto en material antidisturbios viene justificado por la pandemia. El Ayuntamiento entiende que las intervenciones de la Unidad de apoyo a la Seguridad (los antidisturbios de la policía municipal de Madrid) han crecido desde que hay que controlar las aglomeraciones como fiestas o “botellones” y apuestan por reforzar su material para “disolver” hipotéticas y futuras concentraciones de personas en la capital. En un documento explican y justifican que este gasto viene motivado por causas reales.
“La Unidad de Apoyo a la Seguridad es una unidad especializada en la contención de masas y debe actuar en grandes eventos y en situaciones donde exista riesgo para las Unidades de distrito. Actualmente el número de intervenciones está aumentando dado que se hace necesaria su presencia en aquellos casos donde el número de persona presentes ( fiestas, botellones, etc) no están cumplimiento con las medidas sanitarias obligatorias derivadas de la pandemia COVID19. Este número de actuaciones están aumentando al estar cerrado el ocio nocturno las fiestas se han desplazado hacía zonas verdes y viviendas particulares”, detallan en un documento.
Vamos, que para Sanz Otero es necesario gastarse 270.035,70 euros en reforzar todo el equipo antidisturbios de su policía para controlar botellones de jóvenes y alguna que otra fiestas descontrolada. “Para poder actuar con todos la garantías de seguridad se hace necesaria la dotación a los componentes de la unidad de cascos y escudos de protección”, detallan. El equipo completo para los antidisturbios de la policía municipal.
“El coste global de todos estos elementos, con dos años de garantía, asciende a 233.170,00 euros, al que le corresponde por IVA la cantidad de 46.865,70 euros, siendo el importe total de 270.035,70 €, IVA incluido, con cargo a la aplicación presupuestaria”, aseguran. En total, una buena cantidad de dinero de las arcas públicas que Sanz Otero ha destinado directamente engrosar el equipo antidisturbios. Y lo mejor es que Almeida y su delegada del Área de Gobierno de Portavoz, Seguridad y Emergencias lo quieren para ya, pues detallan que este pedido debe estar entregado como tarde en el plazo de un mes. La empresa encargada de dar los cascos y los uniformes antidisturbios es Uniformidad y Suministros de Protección S.L.
En cualquier caso, y para justificarse, Almeida entiende que el Ayuntamiento de Madrid está inmerso en una situación crítica de emergencia que justifica el uso de los antidisturbios para controlar los posibles contagios. “Asimismo, cabe recordar que en estos momentos la ciudad de Madrid se ve afectada por dos planes de emergencia simultáneos: PLATERCAM, de la Comunidad de Madrid, que se encuentra en nivel 2 de emergencia, y PEMAM, del Ayuntamiento de Madrid, actualmente en fase naranja”, detallan en un documento del Ayuntamiento de la capital.
Por el momento, Almeida ha tirado en más de una ocasión de los antidisturbios para controlar la pandemia. Pero para otras cosas también. En julio de 2019, al poco de llegar al poder, el alcalde colocó a un grupo de antidisturbios para vigilar 24 horas al día los barrios de Tetuán y Vallecas así como el de Lavapiés para controlar las posibles protestas que pudieran sucederse. Ahora prevé emplear esa herramienta para endurecer los controles de aglomeraciones, como los botellones y las protestas que puedan suceder en 2021, pues recordemos que no queda más de un mes para que la policía municipal reciba su nuevo equipamiento.
El dato más curioso es que este contrato público ha coincidido prácticamente en el tiempo con otro del Ejecutivo central que también preveía aumentar el gasto en material antidisturbios. Estas facciones de la policía están experimentando un crecimiento importante dado que los gobierno autonómicos, central y municipales auguran un 2021 agitado, cuanto menos.
EL GOBIERNO PREVÉ UN AÑO DE PROTESTAS
Vienen momentos convulsos y el Gobierno parece que quiere reforzar el material para mantener “la paz”, tal y como lo denominan. Tal y como ha podido comprobar MONCLOA.com, el Ejecutivo ha destinado 31.000 euros para comprar material antidisturbios, especialmente cascos pesados con pantalla para la Guardia Civil, justo los que se emplean para disolver protestas o manifestaciones violentas, como las que sucedieron en Cataluña hace un año. Todo esto responde no tanto a una necesidad, sino a una previsión del Gobierno que se espera que con la crisis económica la sociedad implosione. Desde el PSOE aseguran que es algo rutinario, pero fuentes cercanas al Gobierno no descartan un 2021 convulso.
El Gobierno ha encargado a la empresa especializada Fábrica Española de Confecciones, S.A. (más conocida como FECSA) la compra de un número concreto de cascos para la Guardia Civil que aún no han especificado. Este empresa es la misma a la que acudió la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, para vestir con chalecos antibalas a su Guardia Urbana. Ahora, darán un buen impulso a la Guardia Civil con nuevo material antidisturbios para encarar el 2021 en buenas condiciones. Al menos textiles.
Y COLAU TAMBIÉN
La administración pública ha recurrido en repetidas ocasiones a FECSA, muchas veces en fechas oportunas. Cuando Colau dedicó 120.998,79 euros públicos para comprar chalecos antibalas en agosto de este año, Barcelona encaraba la Diada y el aniversario del 1-O. Casualidad no es, o al menos no lo parece. Pero no es nuevo, pues ya se había hecho otro contrato de suministro de chalecos antibalas de 2015 por 758.186 euros. Y en 2018 esta empresa textil también se hizo con un contrato de suministro de chalecos antibalas interiores por 400.000 euros. En este caso, FECSA se ha quedado fuera de este contrato de la capital.
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