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La Policía Nacional detiene a tres personas y libera a cuatro víctimas que fueron engañadas en su país de origen con la promesa de un trabajo
JULIA FERNÁNDEZ
Martes, 28 enero 2020, 00:10
Les prometían un billete de avión, un trabajo como camarera y dinero para poder enviárselo a sus familias en Paraguay. Todo un sueño. Pero al llegar a España se topaban con una realidad distinta, bastante más cruda. La Policía Nacional ha desmantelado una red de trata de personas que obligaba a sus víctimas a prostituirse bajo un férreo control de sus verdugos en un piso de citas de Barakaldo. La investigación se ha saldado con la liberación de cuatro chicas y la detención de tres implicados, que posteriormente fueron puestos en libertad con cargos, según ha sabido este periódico.
Fueron precisamente dos de las víctimas quienes dieron la voz de alarma. Denunciaron la existencia de un clan familiar dedicado a captar a mujeres jóvenes con necesidades económicas en Paraguay. Los responsables de la red les engañaban con la promesa de una vida mejor en Europa, sufragándoles todos los gastos del viaje e incluso otros vuelos a ciudades como Roma y París. En cambio, una vez que entraban en el espacio Schengen, que cubre la mayor parte del continente, eran desviadas al aeropuerto de Loiu. Allí les esperaba un miembro de la organización y comenzaba su pesadilla.
Las claves
4.345 euros en efectivo, un teléfono móvil y documentación como tarjetas de embarque y contratos de alquiler fueron hallados en el piso de citas de Barakaldo donde se prostituían las mujeres.
Los miembros de la trama les prometían la mitad del dinero por cada servicio, pero luego no lo recibían
SOLO VEÍAN PEQUEÑAS CANTIDADES
Debían estar disponibles las 24 horas del día y contestar al teléfono cada vez que llamara un cliente
SIN DESCANSO
Desde la terminal eran trasladadas directamente a alguno de los dos pisos de citas que utilizaba la red: uno en Barakaldo y otro en Canet, una localidad del sudeste de Francia a una hora de la frontera con España. Al llegar, las víctimas eran informadas de las duras condiciones en las que iban a vivir. Supuestamente la mitad del dinero que ganaran por cada servicio sexual se destinaría a sufragar el coste del vuelo desde Paraguay y la otra mitad sería para ellas. Sin embargo, nunca llegaron a ver ese gratificación. Los miembros de la red solo les entregaban pequeñas cantidades que las chicas apenas podían destinar a la compra de comida y productos de higiene o para enviar dinero a sus familiares mediante transferencias internacionales.
Cámaras de vigilancia
Las jóvenes debían estar disponibles en todo momento y se les entregaba un teléfono móvil que estaban obligadas a responder cada vez que llamara un cliente, independientemente del momento del día. Solo se les permitía una hora libre por jornada para que pudieran comprar comida. Además, tenían que sacarse fotografías desnudas o semidesnudas para anunciarse en portales de internet. Escapar al control de sus captores resultaba casi imposible, ya que ambos pisos de citas contaban con cámaras de videovigilancia cuyas grabaciones eran supervisadas por los propios miembros de la red de trata.
La operación policial culminó el pasado 14 de enero, cuando miembros de los Grupos de Extranjería de Bilbao y Madrid de la Policía Nacional accedieron a la vivienda de Barakaldo. En el registro del inmueble, los agentes intervinieron 4.345 euros en efectivo, un teléfono móvil que se utilizaba para contratar los servicios y diversa documentación como tarjetas de embarque, contratos de alquiler y resguardos de dinero enviado. Las personas detenidas son dos hermanas originarias de Paraguay -una de ellas, considerada como la líder de la trama- y un hombre de nacionalidad española, que es la pareja sentimental de una de esas mujeres. Se les imputa los delitos de tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual, contra los trabajadores extranjeros y pertenencia a organización criminal.
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