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Aunque haya alguno que piense que sí, sé que NO batallo contra molinos de viento, que no veo gigantes, ni los convierto en enemigos imaginarios; sé por lo que quiero luchar y no es otra cosa que por dotar a las policías locales de este país de los medios necesarios para poder desarrollar su labor con más seguridad, profesionalidad, eficacia y eficiencia. Sé que este no es el tipo de artículos que suelo escribir… mi intención era volver a solicitar de nuevo la dotación de armas largas para las policías locales, pero ¿por qué quedarnos ahí después de ver cómo nos están tomando el pelo de una manera deleznable, descarada e irrisoria?
Sé que me enfrento a la gran ballena blanca, la administración del estado, y a otras muchas administraciones menores pero igual de feroces. Creo firmemente que las policías locales deben luchar por una ley que regule a nivel nacional a todos y cada uno de sus agentes y los cuerpos de policía local o municipal a los que pertenecen. Abogo por el avance, la evolución, el reconocimiento, la igualdad, la unión y por la labor policial. Estoy a favor de que se reconozcan sus funciones reales. Quiero que haya un cuerpo policial único, homogéneo. Este cuerpo policial está representado en la totalidad de ciudades y poblaciones más importantes de España y en poblaciones que no lo son tanto. Alcanzan la friolera aproximada de 70.000 policías locales. A todos ellos no los representa una única ley, sino una ley de coordinación por comunidad autónoma. Sumen y verán cuántas son, cada una legislando a su manera…
Para algunos ignorantes, estos policías locales pueden parecer policías de segunda; para otros… no sé, no me importa ni me preocupa. Pero el concepto de aquellos ignorantes a los que se les llena la boca con definiciones ridículas y desacertadas sobre dicho cuerpo dista mucho de la realidad.
En este país convergen varias fuerzas y cuerpos de seguridad que se dedican a proteger y servir a los ciudadanos sin excepción alguna, sean nacionales o extranjeros, jóvenes o adultos, hombres o mujeres, no importa el color de piel o la creencia religiosa, su orientación sexual o política, todos y cada uno de ellos son merecedores de la seguridad y bienestar que proporcionan todos estos cuerpos policiales. Entonces, ¿por qué existe una discriminación jurídico-administrativa sobre este colectivo policial?
Hagamos un poco de memoria ahora que está de moda volver la vista atrás. Hace ya muchos años, en el ultimo cuarto del siglo pasado, concretamente en marzo del año 1986, se publicó una ley orgánica, un gran avance de la época que recogía las competencias de los cuerpos policiales, unas eran comunes con carácter general para todos, aplicables cada uno en su ámbito de actuación y otras de tipo más específico para cada cuerpo. Con una distribución territorial a nivel nacional de las competencias establecidas en dicha ley orgánica. Hasta ahí todo bien, fue un gran paso, un progreso ya lo creo que sí, se reconoció que en España había varios cuerpos policiales dedicados a la seguridad. Pero esa ley queda hoy en día desactualizada, obsoleta, antigua, arcaica, desfasada, allende de la época contemporánea en la que nos encontramos. Esta norma jurídica, ya entonces reconocía a las policías locales como policías de pleno derecho y como ya he mencionado antes, les adjudicaba sus funciones y competencias, generales y específicas. Ha llovido mucho desde esos tiempos, ya casi inmemoriales, han pasado mas de treinta años, por lo que esa ley parece papel mojado. Pero, ¿por qué no hay una unidad real como sucede en otros cuerpos policiales que son regulados en una misma ley? Muchos pensarán que porque actúan o son de ámbito local, ya, ¿y? Aun así ¿por qué no pueden estar regidos por una misma norma a nivel nacional?
Bueno si hacemos alusión al dicho romano atribuido a Julio Cesar que reza de la siguiente manera “Divide et Impera” o sea “Divide y vencerás”, esta frase se acuñó durante la conquista de Italia por parte de los romanos. A cada pueblo o ciudad le concedían una serie de derechos, unos comunes para todos y otros más específicos. Lo que conseguían con esto era una división y la constante lidia entre ellos. Pues bien, en ese punto se encuentran nuestras policías locales en este país. Con la salvedad de no estar en pugna entre ellos, pero si divididos, aislados.
Un cuerpo que recibe el mismo nombre, la misma uniformidad, salvo casos excepcionales, las mismas competencias recogidas en la ya obsoleta ley orgánica de fuerzas y cuerpos de seguridad, los mismos medios de defensa, de locomoción, pero a la vez distanciados entre sí, desunido. Otra vez la misma pregunta se cierne sobre mí. ¿Por qué no pueden tener todos estos policías locales, que los hay repartidos por toda la geografía española, una ley que los regule a nivel nacional y un reglamento que desarrolle esa ley para todos por igual? Policía nacional y Guardia civil tienen presencia en toda España. Cada uno de ellos se rige por una única ley que los regula a nivel nacional, indistintamente de la provincia o localidad en la que se encuentren prestando servicios. El desarrollo de sus competencias y la aplicación de las leyes se realizan a nivel nacional, aunque luego apliquen leyes y reglamentos específicos de la comunidad autónoma en la que desarrollan sus funciones.
El colofón de toda esta historia es que se utiliza o aplica el reglamento disciplinario del cuerpo nacional de policía para estos funcionarios locales, lo cual nos dice que incluso carecen de un reglamento propio para ese fin. Pero la respuesta para mí es muy simple y es porque esto parece un reino de taifas. Al gobierno central no le interesa tener un colectivo como son las policías locales unidas, parece ser que para ellos no existen, o esa es la sensación que dan.
La unión hace la fuerza
¿Por qué cada comunidad regula su propia ley de coordinación? Pero, vamos por partes, algunos ediles y concejales sacan pecho a la hora de “No” negociar, y si de ordenar, de mal dirigir; otros por el contrario sí negocian con los sindicatos mejoras salariales y condiciones laborales. Esto se parece a la torre de Babel donde por mucho que hablaran los unos con los otros no se entendían. Ahí radica el gran mal que pende sobre estas policías. La falta de unidad para poder obtener un beneficio colectivo, de ahí surgen las diferencias entre medios, salarios, dotaciones, etc. No se busca formar parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, solo se busca un reconocimiento como un cuerpo policial único donde se reconozca la labor que realmente desarrollan actualmente. Pero, ¿por qué a fecha de hoy los funcionarios de seguridad locales NO pueden todavía jubilarse a los 59 años como el resto de colectivos policiales o bomberos? ¡Qué agravio comparativo, qué discriminación laboral! ¿No se jubilan anticipadamente el resto del gremio, por las condiciones de su trabajo, en este caso por ser un funcionario policial?
Policías locales manifestándose en favor de la jubilación anticipada
A los hechos me remito, a fecha de hoy aún no se ha promulgado el decreto que regule la jubilación, después de más de un año de retraso. La diferencia salarial dentro de este cuerpo es abismal. No todos cobran los dos mil euros como se ha ido anunciando a bombo y platillo ni por asomo, algunos son mil euristas y otros llevan meses sin percibir sus nóminas. Algunas policías de capital de provincia puede ser que sean afortunados y que se aproximen a esa cantidad, pero la media ronda entre los mil cuatrocientos o mil quinientos euros escasos y eso es lo que cobran la mayoría, si es que llegan, que muchos no lo hacen. Y si alguien duda de lo que digo, que se informe y saque él mismo la media. Como se decía en la serie televisiva, “la verdad está ahí fuera”, solo hay que contrastar la información.
No se puede demandar una equiparación salarial porque no existe una unidad del colectivo a nivel nacional con representación. En muchas plantillas no existen los coeficientes reductores por trabajar nocturnos, festivos y demás. No se puede solicitar la dotación de armas largas porque no hay unidad para poder hacerlo. ¿Por qué unas policías pueden llevar armas largas de dotación y otras no? ¿Por qué las fuerzas y cuerpos de seguridad estatales pueden desplazarse por todo el territorio de puesto en puesto, comisaria en comisaría y las policías locales no tienen reconocido el concepto de movilidad entre comunidades, pero sí la permuta? Es algo irónico e ilógico a la par que increíble. Amén de repetirme, es por la falta de una unidad colectiva real.
¿Pero de verdad sabemos qué es un policía local y para qué sirve? Si ya es difícil vestir el uniforme y ser vilipendiado por aquellos a los que no les gustan las policías. Aguantar tonterías de ese tipo, procedentes de… ya ni te cuento. Son casi siempre los primeros en llegar, pero no porque sean los más rápidos o mejores. ¿A qué se debe entonces que lleguen tan pronto? La respuesta es fácil, y es porque algunas tienen demarcaciones más pequeñas que las fcse y mayor presencia en esas ciudades o poblaciones, porque al no haber tantas especialidades dentro del cuerpo prácticamente están todos a pie de calle. Atienden todos los servicios para los que son requeridos. Atienden servicios humanitarios, sanitarios, sociales, administrativos, penales, de seguridad ciudadana. Ya, pero es que esta última no es una competencia atribuida a este colectivo de manera tácita. Ahora vas y cuando te llame una víctima pidiendo ayuda porque le han atracado o agredido, violado o abusado sexualmente o que haya una pelea en un bar, vas tú y le dices que llame a las fcse. Que tú no tienes competencia en esa materia.
Tu obligación moral y profesional, es ayudar a la persona o personas necesitadas de tus servicios. A eso es lo que se dedican los policías. A esos que ven al colectivo como “acompaña procesiones”, “pone conos” y demás, les diría yo que las policías locales, son muchas cosas además de eso y digo esto clarito “g*******, mendrugos, imbéciles, soplagaitas, cantamañanas y maleducados” hay en todas las profesiones de este mundo, qué se le va a hacer, dicen que la ignorancia es muy atrevida.
Un policía local es una persona que se ha preparado una oposición, donde ya hace 20 años se exige el bachiller para poder acceder. Donde son cuarenta y tantos los temas a estudiar. Temas que comprenden el derecho constitucional, derecho administrativo, derecho penal, derecho procesal, tráfico. Donde hay pruebas físicas, test psicotécnicos, entrevistas y revisiones médicas como en cualquier otra oposición. Pasan por la academia policial y luego por un periodo de pruebas como otros cuerpos policiales. Están en la p*** calle, como cualquier otro policía, detienen, persiguen, sudan, sangran y dan el cayo como los demás. Son golpeados, insultados, menospreciados y despreciados por aquellos que no les gustan los uniformes. No se amedrentan frente a ningún tipo de servicio. Colaboran con los demás cuerpos policiales con los que coinciden. Conviven a diario con el ciudadano llano y proporcionan una gran cantidad de información útil para el desarrollo de otros cuerpos policiales. Desde el sur al norte de este país, hay policías locales desarrollando sus funciones con una excelente profesionalidad y eficacia. No se rigen por la condicionante estadística, sus detenciones se les adjudican a otros, simplemente porque las policías locales deben poner a disposición y en conocimiento de las fcse todas aquellas diligencias, atestados y detenciones que practiquen. No disponen de un gabinete de prensa que se haga eco de sus intervenciones y hazañas. No buscan el palote. Son un cuerpo con mucha proyección profesional en el ámbito de la seguridad. Eso a veces asusta. Tienen un abundante catálogo formativo. Ya sea de noche, de día, en fin de semana o festivo o incluso en un día laboral, cuando surge una intervención en la calle donde unos compañeros de otros cuerpos se enfrentan a una situación peligrosa y solicitan ayuda o aún sin solicitarla las fuerzas locales están ahí cuando se les necesita, luchando codo con codo con los otros cuerpos policiales. No hay distinción en el color del uniforme, no hay mandos, no hay papeletas, solo hay compañeros que se ayudan los unos a otros. Cuando estamos en la soledad de la calle, solo hay compañeros que visten el uniforme, que forman parte de la familia que compone la delgada línea azul y son los que vendrán en tu ayuda. Ahora que aún seguimos en nivel 4 de alerta terrorista, el gobierno reclama de nuevo la colaboración de las policías locales para asegurar el mantenimiento de la seguridad nacional.
Se pretende mantener a salvo nuestro modo de vida de amenazas externas. Pero cómo van a realizar estos funcionarios policiales tal colaboración con la eficacia y profesionalidad que se precisa, si no están reconocidos como parte de la seguridad de pleno derecho. Ahora el ministerio del interior también las quiere implicar en la protección de victimas de género. Será una manera de ir reconociendo lo inevitable. Cada cuerpo tiene sus competencias y nos es intención de las policías locales usurpar las competencias de unidades especiales que desarrollan sus funciones a través de grandes servicios. Para nada. Pero estos funcionarios de carrera sí que realizan controles de documentación de vehículos, alcoholemias, intervenciones policiales con todo tipo de personas, etc. No están exentos de encontrase con sujetos terroristas, solo hay que ver los sucesos de otros países europeos donde las policías mueren a manos de terroristas indeseables. O más cercanos, el ataque en una comisaría de los Mossos por parte de un sujeto que entró armado con un cuchillo. O ahora que hace poco se ha cumplido un año de los ataques de Barcelona y Cambrils, podemos hacer balance. Desde entonces se ha procurado un poco más de información sobre la materia. ¿Pero cuál ha sido la mejora evolutiva en cuanto a medios técnicos y formación? Seguimos igual. No hemos avanzado mucho por no decir nada. Después de ese desgraciado suceso se empezó a oír y leer sobre la posibilidad de dotar de armas largas a las policías locales, se formó un revuelo entorno a esa posibilidad, pero se quedó solo en eso, en rumores y vanas intenciones. De pronto, esa voluntad se convirtió en desidia, esa intención se transformó en pasividad, se difuminó en la inmensidad de las mediocres y pobres intenciones. Pero aquí estamos de nuevo, solicitando la dotación de armas largas y la correspondiente formación para su correcto uso por parte de las policías locales.
Esta lacra, que es la delincuencia, el terrorismo que nos acecha, que nos azota, que nos persigue, que por desgracia no cesará, por lo menos por el momento. Ya no solo son los terroristas, en el ámbito más trivial de la delincuencia también estos últimos evolucionan en cuanto a técnicas, medios técnicos y armas largas, entre ellas escopetas, fusiles y subfusiles, provenientes del mercado negro nacional e internacional. Todos evolucionan. Los gobernantes de este país nos engañan, nos mienten, nos camelan, nos marean o nos ignoran. Nos insultan con promesas vacías que se tornan amargas como la hiel. Nos ningunean, se mofan de las policías locales. No cumplen aquello a lo que se comprometen. No contraen un compromiso real y efectivo, pues no hay una unidad que les pueda hacer frente.
Este artículo nació con la idea de volver a solicitar armas largas para las policías locales, pero creo que es hora de ir más allá y pedir un reconocimiento real, efectivo, la unidad del colectivo, una demanda común, por el bien de todos. Desde aquí abogo por una unidad efectiva y real, es hora de que los sindicatos policiales remen en la misma dirección y con el mismo ahínco.