La Guardia Civil sancionó 118 embarcaciones deportivas y de recreo el pasado año en Balears
La Guardia Civil llevó a cabo el año pasado en Balears 342 controles de barcos y motos acuáticas de las que 118, un 34,5%, derivaron en propuestas de sanción. La Guardia Civil hizo especial incidencia en la persecución del chárter náutico no autorizado e inmovilizó 42 embarcaciones por esta infracción.
Este año la Guardia Civil vuelve a poner en marcha esta campaña de control.El objetivo del control de motos náuticas es evitar en la medida de lo posible los accidentes y de incrementar la seguridad de la vida en el mar. Se llevará a cabo, además de en las zonas costeras, en aguas interiores como pantanos, embalses o lagos, donde también haya actividades recreativas de este tipo.
En una nota, el instituto armado informó ayer de que los agentes reclamarán a los tripulantes de las embarcaciones los certificados de navegabilidad, los justificantes de pago de la prima del seguro en vigor y la titulación de piloto correspondiente a las características de la embarcación, para comprobar que están en regla.
Por otro lado, inspeccionarán establecimientos y negocios dedicados a esta actividad con el fin de concienciar tanto a los profesionales como a los usuarios esporádicos de este tipo de actividades.
La inspección de estas embarcaciones la llevarán a cabo los servicios marítimos provinciales y las patrullas de puertos y costas.
Durante la campaña de 2017 se realizaron un total de 2.201 inspecciones, de las que 777 lo fueron con propuesta de sanción. Las provincias de Huelva, Málaga y Alicante fueron en las que se registraron más controles de motos náuticas.
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Condenados dos jóvenes por amenazar a la Guardia Civil en una operación antiyihadista
Suliman Mohamed y Belaid Mohand, de 20 y 25 años respectivamente, se apostaron el 23 de junio del pasado año frente a un cordón policial desplegado en la calle de la Cuesta de la Viña de Melilla. Los agentes de la Guardia Civil acababan de montar allí un operativo para registrar la casa de Mogamed el Mahdaoui, detenido por su presunta relación con el Estado Islámico. "La vais a pagar", comenzaron entonces a gritar los dos jóvenes. "Esto es una batalla. Esto no va a quedar así", continuaban. "Os vamos a hacer saltar por los aires", "os vamos a atravesar", "recuperaremos Al Andalus y arderéis todo", proseguían, con la intención de congregar a los vecinos que pasaban por la zona y provocar un tumulto, según considera probado la Audiencia Nacional, que acaba de condenarlos a tres años y medio de cárcel por desórdenes públicos. Eso sí, los magistrados han descartado que sus actos fuesen terrorismo, como aseguraba la Fiscalía, que pedía que se les impusiera penas de 13 años de prisión.
La Fiscalía recurre la sentencia de Alsasua y mantiene que fue terrorismo
Los jueces de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal explican que debe rechazarse la argumentación del Ministerio Público porque las amenazas fueron un "anuncio de males genéricos, sin la suficiente concreción en el contexto". En su defecto, el tribunal argumenta que sí cometieron un delito de desórdenes públicos. "Por efecto de su actitud, los acusados consiguieron que en algunos momentos se concentraran entre sesenta y setenta personas. Y, en el más álgido hasta cien, de las que en torno a treinta dificultaban el quehacer policial mediante consignas, al tiempo que se empujaba el cordón", subrayan los magistrados, que añaden: "Los dos lograron que, cuando la operación concluyó y se puso en marcha el convoy, los agentes fueran despedidos con lanzamientos de objetos".
El Ministerio de Interior, tras la detención de los dos veinteañeros melillenses, aseguró que habían provocado "graves altercados" y que habían lanzado "consignas a favor de los postulados de la ideología yihadista". Según consta en la sentencia, Suliman Mohamed ya había sido condenado el 13 de julio de 2017 a cuatro meses de cárcel por atentado a los agentes de la autoridad; y Belaid Mohand se encuentra actualmente investigado en otra causa por un delito de colaboración en organización terrorista.
Los dos procesados, en prisión desde agosto de 2017, negaron durante el juicio toda vinculación con el autodenominado Estado Islámico. "Yo no soy terrorista, soy español y no tengo nada en contra de mi país ni de la Guardia Civil", aseguró Suliman Mohamed. Ambos insistieron en que acudieron a la calle de la Cuesta de la Viña a apoyar "psicológicamente" a Mogamed el Mahdaoui, al que conocían por pertenecer a la comunidad musulmana de la ciudad autónoma.
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