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«Ha sido un trabajo en equipo», señala sobre el dispositivo el delegado del Gobierno Gabino de Lorenzo, que promete que «no se repetirán» los incidentes de Gijón.
La charla que los entrenadores dan a sus jugadores en los encuentros más importantes encontró ayer su equivalente en el ámbito de la seguridad. El escenario no era un vestuario, sino la primera planta de la sede de la Delegación del Gobierno, donde se celebró la junta de seguridad para exponer el dispositivo que acompañará al derbi de este domingo en el Carlos Tartiere.
«Ha sido un trabajo en equipo. Los clubes, las Policías Locales, las peñas...todos han participado», afirmó Gabino de Lorenzo, delegado del Gobierno, tras una reunión con una esencia colectiva que tuvo su pequeño reflejo en los minutos previos a su inicio. Fue entonces cuando llegó Falo Castro, responsable de seguridad del Sporting, que se fundió en un abrazo con su homólogo en el Real Oviedo, José Ramón Álvarez-Sala, en una muestra de la concordia que imperó ayer entre dos clubes que pretenden circunscribir su rivalidad únicamente al césped, con la pelota de por medio.
Para alcanzar ese propósito ha sido vertebrado un dispositivo «enfocado a que el domingo se viva una fiesta del fútbol», como lo definió Gabino de Lorenzo en el comienzo de una reunión a la que acudieron los tenientes generales de Oviedo y Gijón para afinar al máximo la coordinación de los 400 efectivos de la Policía Nacional, la Policía Local, la seguridad privada de los clubes y la Guardia Civil en ambas ciudades. Una de las principales novedades será la presencia de dos helicópteros, encargados de custodiar desde las alturas todo lo que acontezca en torno a ambas aficiones desde las horas previas a que el árbitro dé inicio con su silbato al choque.
«Hemos tratado de hacer las cosas exactamente igual que se hicieron en Gijón, pero mejorando. Hacía catorce años que no había un derbi y ahora tenemos esa experiencia», señaló De Lorenzo, que considera que «se ha hecho un trabajo impecable» y aseguró que los aficionados este domingo están «en buenas manos». El partido, declarado de alto riesgo el pasado mes por la Comisión Antiviolencia, guarda varias medidas estrechamente vinculadas a esa catalogación.
Todos los detalles del dispositivo fueron expuestos ayer a los dos clubes protagonistas. Además de sus respectivos responsables en materia de seguridad, la entidad oviedista estuvo presente a través de su presidente Jorge Menéndez Vallina, el gerente David Alonso Mata y el asesor deportivo Joaquín del Olmo, mientras que el vicepresidente Javier Martínez y el consejero Carlos Barcia acudieron por parte sportinguista.
Ambas aficiones también estuvieron representadas a través de sus mandatarios. Por parte azul lo hicieron Javier Pérez y Jaime Campillo, presidente y vicepresidente de la Aparo, respectivamente. Sus homólogos en Unipes, Víctor Sánchez y Jaime Álvarez, acudieron al igual que Jorge Guerrero, máximo dirigente de la Federación de Peñas Sportinguistas. Representantes de ALSA, la empresa de transportes que participará en el desplazamiento de seguidores rojiblancos a la capital del Principado, también formaron parte del cónclave para terminar de perfilar los detalles de un dispositivo con el fin de que el día del derbi transcurra en el más absoluto civismo y no vuelvan a ocurrir incidentes como los producidos en el partido de la primera vuelta con la llegada de los autocares de ambos equipos a Estadio de El Molinón
«Ese problema no se repetirá», aseguró De Lorenzo en alusión a la carga policial efectuada ante los disturbios surgidos en los últimos metros de recorrido del autocar sportinguista hacia el estadio. «Nunca se pensó que los propios aficionados de un club ocasionasen problemas a la llegada al campo del autobús de ese club. No es lógico, no obstante está pensado», apostilló el exregidor de la capital del Principado respecto a la posibilidad de que haya que lamentar incidentes de ese tipo, que se saldaron con la detención de varios de los seguidores más radicales del conjunto sportinguista.
Cita en Gijón a las 13,30 horas
En lo que respecta a los 1.200 seguidores rojiblancos, están citados a las 13.30 horas, con un margen holgado de tiempo para comenzar a subirse a los autocares tras ser cacheados. La caravana sportinguista pondrá rumbo a Oviedo en torno a las tres y media de la tarde y serán custodiados durante el trayecto y a su llegada a los aledaños del Carlos Tartiere por las fuerzas de seguridad. Con especial satisfacción asumió la Federación de Peñas Sportinguistas la medida adoptada de no prolongar el tiempo de espera de los seguidores rojiblancos en el interior del municipal ovetense, que podrán abandonar una vez estén evacuados sus aledaños. «Una vez que esté evacuado el campo, si no hay ningún problema, a los 20 minutos o media hora estarán de camino hacia sus autobuses», confirmó de Lorenzo.
http://www.elcomercio.es/deportes/futbol/dispositivo-seguridad-derbi-asturiano-real-oviedo-sporting-20180202000753-ntvo.html