La Guardia Civil cree que Ana Julia Quezada, detenida por la muerte de Gabriel, actuó sola
Ana Julia Quezada ha sido arrestada cuando transportaba el cuerpo del niño en el maletero del coche.
Ana Julia Quezada, el pasado 9 de marzo en una concentración en Almería. FRANCISCO BONILLA
Ana Julia Quezada, de 43 años, ha sido detenida este domingo por la Guardia Civil cuando llevaba en el maletero de su coche el cuerpo de Gabriel Cruz, el niño de ocho años desapareció en Las Hortichuelas (Níjar, Almería) hace 12 días. Para los investigadores, la actual pareja del padre del niño era la principal sospechosa y estaba vigilada. A última hora de este domingo, cuando se encuentra en dependencias policiales, la consideran única autora de los hechos. Por otra parte, la Policía ha empezado este domingo a revisar los archivos relacionados con la muerte de una menor de cuatro años a la que ella cuidaba en Burgos. Esta muerte fue considerada accidental.
A Ana Julia Quezada, de origen dominicano y actual pareja del padre del pequeño Gabriel, la precede un pasado que ahora se pone bajo sospecha. Desde que este domingo fue detenida cuando llevaba en su coche el cuerpo del pequeño Gabriel Cruz, su historia de más de 20 años en España comienza a mirarse con lupa. Este domingo, la Policía Nacional ha empezado a revisar también unos archivos en Burgos —su anterior lugar de residencia— relacionados con la muerte de otra niña de cuatro años a la que cuidó junto a otra hermana de dos años.
Según algunos vecinos de la familia de Burgos para la que trabajaba, la niña cayó por una ventana. "Aunque siempre pareció raro que hubiera podido hacerlo sola", asegura un vecino. Ana Julia no fue sospechosa de un suceso que se cerró como una "muerte accidental", según las fuentes consultadas. De hecho, estas fuentes no pudieron precisar siquiera si la mujer se encontraba en la vivienda cuando la niña falleció.
En el caso del niño Gabriel, Ana Julia despertó las sospechas de los investigadores casi desde el principio. Su testimonio era clave, ya que se encontraba junto a la abuela del pequeño, Carmen, cuando se le vio por ultima vez, camino de la casa de sus primos en Las Hortichuelas (Níjar), adonde nunca llegó.
En las primeras declaraciones ante los investigadores aseguró que no encontraba su teléfono móvil, que lo había perdido. Días más tarde fue hallado, supuestamente por unos amigos suyos, detrás de un arbusto. Cuando le volvieron a solicitar el teléfono, lo había vuelto a perder.
Al cuarto día de la desaparición del niño Gabriel, y participando activamente en la búsqueda del pequeño, fue precisamente ella —acompañada de su pareja y padre del niño, Ángel Cruz— la que encontró una camiseta interior del pequeño en el fondo del barranco de Las Águilas, junto a la depuradora de Las Negras. Ese hallazgo provocó un vuelco en la investigación y puso aún más el foco sobre ella.
En los días posteriores se mantuvo siempre cerca de la familia y de su pareja, mostrándose condolida por lo sucedido. Hizo declaraciones a los medios de comunicación contando detalles del día de la desaparición. "Justamente ese día [el 27 de febrero] le habíamos dicho a Gabriel, a la hora del desayuno, que si veía a algún extraño corriera y, mira tú por dónde, justo hoy ha desaparecido", explicó a una cámara de televisión con el padre del niño al lado. Y, en otras, abrazaba efusivamente al padre y hablaba de cómo era el niño. "Él no se va con nadie que no conozca", afirmó.
Relaciones familiares malas
Pese a mostrar públicamente una buena relación con los familiares del niño, algunas fuentes aseguraron que su interlocución con la abuela del niño no era buena. "Carmen no la tragaba, no le gustaba nada, y es una mujer de armas tomar, a ella no le gustaba que tuviera tanto control sobre su hijo", asegura una persona que las conoce a las dos. Por otra parte, respecto a su relación con Gabriel, ella siempre dijo que "era buena", pero fuentes de la familia aseguran que "era rara y distante".
Ana Julia Quezada vivió un largo tiempo en Las Negras con su anterior pareja, por lo que conocía bien toda la zona. Junto a él regentó un bar en esa pequeña pedanía costera, a tres kilómetros de Las Hortichuelas, antes de conocer a Ángel Cruz. En el momento actual, según fuentes próximas a la investigación, no tenía trabajo y convivía con el padre de Gabriel en Puebla de Vícar, donde este domingo ha sido detenida. Su anterior pareja la describe como "una mujer de caprichos caros", según fuentes próximas a la investigación.
El móvil del suceso sigue siendo un misterio, a la espera de lo que declare ante la Guardia Civil y la justicia. Las hipótesis, ante un desenlace tan tremendo, son principalmente dos. Una emocional: que tuviera celos del niño y de la buena relación que hay entre el padre y Patricia Ramírez, la madre del niño. O económica: que pretendiera obtener algún tipo de beneficio económico pidiendo un rescate. De hecho, en un primer momento, la familia ofreció 10.000 euros a cualquiera que pudiese aportar datos sobre el paradero de Gabriel.
Incluso, pese a la negativa de los investigadores —que advirtieron a la familia del riesgo de estas iniciativas porque pueden interferir en la investigación— llegaron a plantearse aumentar esa cifra en varias decenas de miles de euros. Fuentes próximas a la familia han asegurado que ella era una de las más partidarias de ofrecer una recompensa mayor.
Como simple ciudadano quiero en este foro felicitar a la Guardia Civil por su extraordinaria labor, tanto en éste como en otros casos parecidos. Igualmente a los miembros de Protección Civil, voluntarios y otras personas que desinteresadamente han colaborado. Y por último, lamentar la terrible e injustificada pérdida de Gabriel y expresar mi mas sentido pésame a sus padres en estos momentos de dolor.
También desear a la responsable de este terrible suceso la mayor de las penas posibles y el cumplimiento íntegro de la misma.
La lección de bondad que nos están dando estos padres y, especialmente, esta madre, Patricia, nos hace entender mejor lo que muchos comentan; lo especial y maravilloso que era Gabriel, ese pescaíto que ahora puede nadar en paz alejado de tiburones que le quieran hacer daño. Mi más sincero y humilde cariño para con ellos dos.
A todos aquellos que durante estos días pusieron todo su empeño creyendo poder encontrar a Gabriel con vida, simplemente darles la enhorabuena por el esfuerzo realizado. En especial, a los guardias civiles que han batallado sin cesar hasta atrapar al monstruo que presuntamente ha acabado con el pequeño.
Por lo leído en prensa, parece que esa HGP lo mató estrangulándolo al poco de que desapareciera... Es durísimo, no hay palabras, no existe pena de cárcel lo suficientemente dura para imponer a gentuza como esta.
D.E.P. Gabriel.
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Ana Julia Quezada culpa a Gabriel para burlar la prisión permanente revisable
Ana Julia Quezada confiesa el asesinato de Gabriel y dice que lo mató de un golpe en una discusión.
Hubo una discusión, un forcejeo, según la versión de Ana Julia Quezada, quien habría arrebatado el hacha con la que el pequeño trataba de arremeter contra ella y le habría devuelto el golpe con la parte roma del utensilio. A continuación, le apretó el cuello hasta acabar con la vida del pequeño. Es el relato que la asesina hizo ayer ante la Guardia Civil, con el que trata de rebajar un presunto caso de asesinato a un supuesto de agresión que termina en homicidio, lo que le evitaría una condena de prisión permanente revisable. El asesinato cuando la víctima es un menor de 16 años es uno de los supuestos para imponer esta pena.
La confesión se produjo en la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, donde Quezada prestó declaración durante casi dos horas ante los agentes, a quienes también les dijo que había cometido el crimen ella sola. La Guardia Civil no da credibilidad a toda su versión y apunta a que todo forma parte de un plan premeditado.
La versión de la detenida le permitiría eludir una acusación por asesinato, que cuando la víctima es un niño acarrea la pena de prisión permanente. En caso de no haber sido planeado, podría considerarse como homicidio (10 a 15 años) o incluso homicidio imprudente (uno a cuatro años).
La segunda jornada desde la detención de Ana Julia, que hoy pasará a disposición judicial, arrojó luz sobre las incógnitas que todavía encierra el caso. La detenida comenzó a colaborar después del mutismo que encerró su traslado el lunes a los escenarios de Rodalquilar, Las Hortichuelas y Vícar. Así lo aseguró la abogada Ana Gámez, quien junto a Esteban Hernández se encarga de la defensa de Quezada por turno de oficio, que matizó que las visitas del lunes a esos tres escenarios fueron para registros y que ayer sí se trató de una reconstrucción de los hechos.
Así, y tras prestar declaración ante los agentes de la UCO que la interrogaron, el traslado a la finca de los abuelos paternos en Rodalquilar permitió la localización de las prendas que vestía Gabriel la tarde del asesinato, que permanecieron en un vertedero de Retamar, una urbanización costera entre Las Hortichuelas y Puebla de Vícar, durante el periodo de la infructuosa búsqueda. Se va sabiendo también que el cadáver fue enterrado en la finca y no arrojado al pozo contiguo a la vivienda, un pozo que fue revisado por especialistas de la Guardia Civil sin resultado positivo.
Entre las incógnitas por aclarar también aparece la de si el cadáver permaneció oculto siempre en el mismo sitio o fue movido durante los 12 días que se prolongó la búsqueda de Gabriel. Y en la investigación también ha estado sobre la mesa la posibilidad de que Ana Julia contase con un colaborador o cómplice no tanto en la comisión del delito como a la hora de ocultar o deshacerse del cadáver. La abogada señaló a los medios que Quezada asegura que actuó en solitario.
La Guardia Civil trabaja en la elaboración del atestado para acompañarlo de pruebas sólidas en la comparecencia prevista para el mediodía de hoy ante el Juzgado de Instrucción número 5 de Almería, que se ha hecho cargo de las diligencias. Éste decretaba, en la mañana de este martes, la prohibición de incinerar el cadáver como medida de prevención por si durante el proceso fuese necesario practicar otros análisis. Para la elaboración del atestado se han desplazado a Las Hortichuelas los agentes que resolvieron el caso de Diana Quer, que han sido quienes se han hecho cargo de los interrogatorios de la acusada.
Previsiblemente, el titular del Juzgado levantará hoy el secreto que pesa sobre el sumario en el auto que, en su caso, enviará a prisión a Ana Julia Quezada, un documento judicial que puede arrojar luz sobre los cargos que podrían pesar sobre la detenida: retención y secuestro de menor y asesinato u homicidio.
Ana Julia busca hacer compatible su versión con los datos preliminares que presenta la autopsia de Gabriel: un fuerte golpe que desfigura su rostro y la muerte por estrangulamiento. Los porqués del crimen siguen centrados en los celos de la pareja del padre hacia la figura de Gabriel, con quien no mantenía una buena relación. Otra hipótesis, barajada en distintos ámbitos, apunta al propósito de Ana Julia de trasladarse con el padre del pequeño a República Dominicana, para lo que la presencia de Gabriel sería un obstáculo.
El pequeño, que este martes fue inhumado en la intimidad familiar en el cementerio de Fernán Pérez, un anejo de Rodalquilar, desapareció en una vereda de apenas 100 metros de longitud que conduce a casa de sus primos en Las Hortichuelas a las 15.30 horas del martes 27 de febrero. Su desaparición fue detectada más de dos horas después y al no dar resultado el primer operativo de búsqueda por la zona que montaron sus familiares se dio aviso a la Guardia Civil. Los agentes, junto a voluntarios, peinaron los parajes y el entorno cercano, mientras en paralelo agentes de la UCO llevaban el peso de la investigación, que desembocó a las 13.00 horas del pasado domingo, cuando Ana Julia fue interceptada por coches camuflados del Instituto Armado que la seguían desde una hora antes, cuando extrajo el cadáver de la finca de los abuelos paternos y se dirigía al garaje de la vivienda que compartía con el padre del pequeño en Vícar.